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domingo, 31 de mayo de 2015

El pase espírita

Hola familia,

ayer en CEADS nos dedicamos a comprender una de las aplicaciones del magnetismo en el centro espírita: el pase. En el texto de estudio enviado por los monitores, encontramos amplia información sobre el tema. En la lectura e intercambio de impresiones realizado durante la clase, profundizamos en la comprensión del tema y aprovechamos del ambiente de solidaridad generado para que dicha comprensión llegase más hondo en nuestros corazones.

Durante el pase, se realiza una verdadera transfusión de fluidos manipulados por los amigos espirituales que colaboran con los labores del centro espírita. El pasista es un magnetizador que, instruido por la doctrina y educado moralmente a la luz del evangelio, se dispone como conducto de los fluidos del mundo espiritual, sirviendo así de medium o vehículo a través del cual se hace llegar al paciente lo que éste necesita y merece en función del momento que esté viviendo. El paciente no es jamás un receptor pasivo. Para que el pase tenga real eficacia, debe disponerse mentalmente a recibir estos fluidos espirituales, abrir su corazón a las enseñanzas de los espíritus y buscar su transformación moral.

En ningún caso la persona que busca la terapia del pase debe abandonar los medicamentos u orientaciones de la medicina tradicional. Muchas veces, el pase actúa precisamente potenciando la acción benéfica de dichos medicamentos, produciendo, por tanto, un efecto complementario al tratamiento médico. Ligado al cuerpo molécula a molécula, el periespíritu recibe los fluidos sutiles del mundo espiritual y los trasmite a la materia, haciéndola vibrar en mayor frecuencia y propiciando la renovación celular.

Es necesario comprender que el cuerpo enfermo es el reflejo de desequilibrios espirituales. La enfermedad puede ser vista así como un síntoma, algo que nos da señas de que existen desarmonías en nuestra realidad psíquica que necesitan ser vencidas. La medicina tradicional se ha dedicado ampliamente al alivio de los síntomas, cuidando al cuerpo, pero es necesario ir más más allá para encontrar la verdadera cura. La salud es un estado de armonía con las leyes cósmicas. Así, cuando enfermamos, debemos buscar qué aspecto de nuestras vidas, qué emociones, qué situaciones necesitan revisión, para que volvamos a armonizarnos con la Ley de Amor.


Después del estudio, como es la costumbre en nuestro centro y habitual en casi todos los centros espíritas, los pasistas se fueron a la sala de pases para prepararse para poner en la práctica todo lo que habíamos estado estudiando. Mientras ellos se concentraban a través de la elevación del pensamiento a los buenos espíritus, en la sala de estudios leímos un pequeño extracto del Evangelio según el Espiritismo. Toda esta preparación es importante para que las mentes y los corazones de los pasistas y los pacientes puedan sintonizar más ampliamente con la espiritualidad amiga. Luego, un coordinador hizo pasar pequeños grupos a la sala del pase. Cada persona se sentó delante de un pasista y éste levantó las manos sobre el paciente, trasmitiéndole, con la ayuda de los seres espirituales, fluidos especialmente manipulados. En la sala de estudios, mientras esperaban su turno o volvían los que habían recibido la terapia, el clima era de máximo respeto y tranquilidad.


Renovados por los conceptos estudiados, el afecto de compañeros encarnados y desencarnados, y los pases recibidos, hicimos la oración final y así terminó el estudio de la tarde. En realidad, la Doctrina Espírita misma es una gran terapia, camino de auto-iluminación para cuantos nos acercamos a ella. ¡Puedan los esfuerzos de la espiritualidad amiga penetrar profundamente en nuestros cuerpos espirituales, transformando célula a célula todo lo que necesita cambiar en nuestra estructura intima¡ ¡Pueda al Maestro mismo, magnetizador curador por excelencia, mostrarnos el camino de la cura del espíritu que todos buscamos, pero que no siempre nos disponemos a recibir en nuestros espírtius!


Cariños de la hermana menor

miércoles, 27 de mayo de 2015

Aplicaciones del magnetismo humano

Hola familia,

los monitores de la clase de ESDE de sábado nos envían el texto de estudio. ¡Que disfrutéis!

Cariños de la hermana menor

Aplicaciones del magnetismo humano

1. Transmisión del magnetismo humano – espiritual

Los efectos de la acción fluídica sobre los enfermos varían mucho según las circunstancias. Algunas veces es lenta y requiere un tratamiento prolongado, como sucede en el magnetismo común; otras veces, es rápida, como una corriente eléctrica. Hay personas dotadas de tanto poder, que producen curas instantáneas en algunos enfermos sólo por la imposición de manos, o por el solo acto de su voluntad. Entre los dos polos extremos de esa facultad, hay infinitas gradaciones. 


Todas las curas de ese género son variedades del magnetismo y sólo difieren por la intensidad y la rapidez de la acción. El principio es siempre el mismo: el fluido, que desempeña el rol de agente terapéutico y cuyo efecto depende de su calidad y de circunstancias especiales. La acción magnética se puede producir de muchas maneras: 1º, por el fluido del magnetizador. Es el magnetismo propiamente dicho o magnetismo humano, cuya acción está unida a la potencia y, sobre todo, a la calidad del fluido; 2º, por el fluido de los Espíritus, que actúa directamente sin intermediario sobre el encarnado, sea para curarlo o para calmar su sufrimiento, para provocar el sueño sonambúlico espontáneo o para ejercer sobre el individuo alguna influencia física o moral. 

Es el magnetismo espiritual cuya calidad está directamente relacionada con las cualidades del Espíritu: 3º, por los fluidos que los Espíritus derraman sobre el magnetizador, quien es el conductor de las energías recibidas. Es el magnetismo mixto, semi espiritual o, si se prefiere, humano-espiritual. El fluido espiritual, al combinarse con el fluido humano, le imprime cualidades de las cuales éste carece. En esas circunstancias, la asistencia de los Espíritus es generalmente espontánea, pero la mayoría de las veces es provocada por la evocación del magnetizador.

2. Utilización de l magnetismo humano-espiritual en la Institución Espírita: el pase

El magnetismo mixto es una forma usual de aplicación del pase en la Institución Espírita. El pase es una actividad espírita sistemáticamente desarrollada en las instituciones espíritas por trabajadores anónimos. Es muy común la facultad de curar por la influencia fluídica y puede desarrollarse mediante el ejercicio. Pero, la de curar instantáneamente a través de la imposición de manos es más rara, y su grado máximo debe considerarse excepcional. Entre tanto, en diversas épocas y en el seno de casi todos los pueblos, surgieron individuos que poseyeron esta facultad en alto grado. En estos últimos tiempos aparecieron muchos ejemplos notables cuya autenticidad no han dado lugar a dudas. Como esas curas se fundamentan sobre un principio natural y el poder de producirlas no es un privilegio, se desprende de esto que no se efectúan fuera de las leyes de la Naturaleza y que sólo son milagrosas en apariencia. 


La transmisión del pase debe ser considerada como un simple instrumento de ayuda, no como un recurso que sustituya las indicaciones médicas y psicológicas porque, – como nos informa el Espiritismo – la enfermedad y la cura se encuentran en el Espíritu. La acción moral desequilibrada del individuo afecta su periespíritu, y como el periespíritu del encarnado está íntimamente ligado a su cuerpo físico, la desarmonía vibratoria de uno afecta al otro produciendo dolencias como consecuencia. El cuerpo enfermo refleja el panorama interior del Espíritu enfermo. La patogenia es, en sí, un conjunto de estados que muestran la ausencia de elevación en la organización psíquica. Y es también en el alma donde reside la fuente primaria de todos los recursos medicamentosos definitivos. La ayuda farmacéutica del mundo no puede hacer desaparecer las causas trascendentales de carácter mórbido de los individuos.
El remedio eficaz está en la acción del mismo Espíritu enfermizo. Pero no ignoramos que muchas personas concurren a la Institución Espírita buscando solamente la cura o el alivio de sus males físicos, psicológicos y de los disturbios espirituales. Es deber, pues, de los trabajadores de la Institución prestar los esclarecimientos necesarios.

2.1 La acción del periespíritu en el pase

Debido a su estrecha unión con el cuerpo, el periespíritu desempeña un rol preponderante en el organismo. Por su expansión, pone al Espíritu encarnado en relación más directa con los Espíritus libres, y también, con los Espíritus encarnados. El pensamiento del encarnado actúa sobre los fluidos espirituales como actúa el pensamiento de los desencarnados, y se transmite de Espíritu a Espíritu a través de las mismas vías; según sea bueno o malo, sanea o vicia los fluidos que lo circundan. Como estos fluidos se modifican por la proyección de los pensamientos del Espíritu, su envoltura periespiritual, que es parte integrante de su ser y que recibe directa y permanentemente la impresión de sus pensamientos, ha de conservar, aun más, la impresión de sus cualidades buenas o malas.


Los fluidos viciados por los efluvios de los malos Espíritus pueden depurarse cuando éstos se alejan, pero sus periespíritus no cambiarán hasta que el Espíritu se modifique a sí mismo. Como el periespíritu de los encarnados es de idéntica naturaleza que la de los fluidos espirituales, los asimila con facilidad, como una esponja se embebe de un líquido. Esos fluidos ejercen sobre el periespíritu una acción cada vez más directa, en la medida en que el periespíritu, por su expansión e irradiación, se confunda con ellos. Al actuar esos fluidos sobre el periespíritu, éste, a su vez, reacciona sobre el organismo material con el cual se encuentra en contacto molecular. Si los efluvios son de buena naturaleza, el cuerpo se estimula con una impresión saludable; si son malos, la impresión es penosa. 

Si son permanentes y vigorosos, los efluvios malos pueden ocasionar desórdenes físicos; no es otra la causa de ciertas enfermedades. Los lugares donde abundan los malos Espíritus están impregnados de malos fluidos que el encarnado absorbe por los poros periespirituales, como absorbe por los poros del cuerpo los miasmas pestilentes (con los que se encuentre en contacto molecular).

2.2 Donación y recepción fluídica durante el pase

En el pase o donación fluídica no basta que haya alguien con disposición para donar sus energías magnéticas. Es necesario que se produzca una interacción entre el donador y el receptor. Establecido el clima de confianza, como sucede entre el enfermo y el médico escogido, se crea un nexo sutil entre el necesitado y quien socorre, y, por intermedio de ese hilo conductor de energías aún imponderables para el mundo, se vierte el auxilio de la Esfera Superior en la medida que lo permitan los créditos de uno y del otro. En contacto con la energía que emana del pase, que cuenta con la supervisión de los benefactores desencarnados, el enfermo, debido a la confianza y al merecimiento que testimonia, emite sus ondas mentales características, asimila los recursos vitales que recibe y los retiene en su constitución fisiopsicosomática a través de las variadas funciones de la sangre.


El socorro, casi siempre vacilante al principio, se corporifica a medida que el enfermo le brinda atención, porque, al centralizar sus propias radiaciones sobre los conjuntos celulares de los cuales se vale, regula sus movimientos y corrige su actividad, manteniendo sus manifestaciones dentro de las normas deseables. Establecida la recomposición, retorna la armonía orgánica posible, asegurando a la mente la correspondiente conducción del vehículo en el que se amolda. El proceso de socorro mediante el pase es tanto más eficaz cuanto más intenso sea el consentimiento de aquel que recibe sus beneficios, ya que la voluntad del paciente, elevada al máximo límite de aceptación, determina sobre sí mismo más altos potenciales de cura. En ese estado de ambientación, al influjo de los pases recibidos, las oscilaciones mentales del enfermo se condensan mecánicamente en el trabajo de restauración, y comienza a sugerirlo a las entidades celulares del cuerpo en el cual se encuentran. 

De ese modo, los millones de corpúsculos del organismo fisiopsicosomático tienden a obedecer instintivamente las órdenes recibidas, y se sintonizan con los propósitos del control espiritual que los aglutina.

2.3 El colaborador espírita del pase

El trabajador espírita que actúa en la transmisión del pase debe considerar la tarea como una oportunidad de servir al prójimo. En primer lugar, entiende que (...) toda responsabilidad y especialización en los sectores de servicio del mundo, constituyen el desarrollo de la buena voluntad. El propósito sincero de colaborar y la noción de compromiso son suficientes para que nos iniciemos con éxito en cualquier nuevo trabajo. No se debe olvidar nunca que (...) Dios obra maravillas por intermedio del trabajo realizado de buena voluntad. 


En segundo lugar, es siempre oportuno recordar las orientaciones del benefactor Alexandre citadas por André Luiz en su libro Misioneros de la Luz: Con mayor o menor intensidad, todos podrán brindar ayuda fraterna en este sentido (...) porque, cuando un trabajador demuestra fiel disposición de cooperar en provecho del prójimo, las autoridades de nuestro medio designan entidades sabias y benevolentes para que orienten indirectamente al neófito, valiéndose de su buena voluntad y enriqueciendo así su propio valor. Pero, son muy pocos los compañeros que demuestran vocación para servir espontáneamente. A pesar de ser bondadosos y sinceros en sus convicciones, muchos aguardan la mediumnidad curativa como un acontecimiento milagroso en sus vidas, y no como un servicio en el bien que requiere del aspirante el laborioso esfuerzo del comienzo. 

Claro que, con respecto a los hermanos encarnados, no podemos exigir la cooperación de ninguno (...) Entre tanto, si alguno de ellos acude a nosotros y nos solicita que se lo admita en las tareas de auxilio, lógicamente que recibirá nuestra mejor orientación en el área de la espiritualidad. De esa manera, el trabajador del pase que sea constante en la actividad y (...) que conserve su interés en las sagradas adquisiciones del bien sobre cualquier otra preocupación transitoria, debe esperar un progreso incesante de sus facultades radiantes, no sólo como efecto de su propio esfuerzo, sino también porque ha conseguido merecer la cooperación de lo Más Alto. Lograda la cualidad básica, el aspirante al servicio necesita considerar la urgente necesidad de progresar para que sus obras se eleven con el mismo ritmo (...) Antes que nada, es necesario equilibrar el área de las emociones. 


No es posible suministrar fuerzas constructivas a alguien, aun siendo un instrumento útil, si sistemáticamente se desperdicia las irradiaciones vitales. Un sistema nervioso agotado, oprimido, es un canal al que no se lo puede responsabilizar de las interrupciones que se hayan producido. La amargura excesiva, la pasión descontrolada, la inquietud obsesiva son barreras que impiden la circulación de las energías que auxilian. Por otro lado, es necesario examinar también las necesidades fisiológicas a la par de los requisitos de carácter psíquico. Es indispensable que el mismo interesado que se ocupa de realizar las tareas del bien, vigile los elementos destinados a las provisiones celulares. El exceso de alimentación produce olores fétidos que se expulsan a través de los poros, así como también se expelen de los pulmones y del estómago. Esto perjudica las facultades radiantes porque provoca excreciones anormales e importantes desarmonías en el aparato gastrointestinal que afectan íntimamente a las células. El alcohol y otras sustancias tóxicas producen disturbios en los centros nerviosos, modifican ciertas funciones psíquicas y anulan los mejores esfuerzos en la transmisión de los elementos reparadores y saludables. Recomiendan también los instructores espirituales que es importante que los colaboradores relacionados con este tipo de actividades adquieran mayores conocimientos sobre ellas. Por cierto, que es muy aconsejable el estudio de la constitución humana, así como al alumno de enfermería, aunque no sea médico, se le recomienda la adquisición de conocimientos del cuerpo. 


Del mismo modo que ese aprendiz de rudimentos de Medicina necesita preocuparse por la asepsia en su área de trabajo, el médium pasista necesitará vigilar en su área de acción, porque de su higiene espiritual resultará el reflejo benéfico en aquellos que se proponga socorrer. Es por eso que se les pide que mantengan hábitos nobles y actividades honestas, y que tengan como bases la sencillez y la humildad en el servicio de socorro a los enfermos (...). La adquisición cultural ampliará sus recursos psicológicos y facilitará la recepción de las órdenes y los avisos de los instructores que le brinden amparo; el anhelo mental consolidará esa influencia y la purificará, además de favorecer su presencia con la indispensable autoridad moral que tendrá la capacidad de inducir al enfermo a que estimule sus propias fuerzas de reacción.

domingo, 24 de mayo de 2015

La fuente de los voluntarios al trabajo con la espiritualidad superior

Hola familia,

en la clase de ayer, nos dedicamos al tema del magnetismo y los magnetizadores en la clase del ESDE. El estudio es profundo y complejo, pero quedémonos con lo básico, siempre comprendiendo que la comprensión de la Doctrina de los Espíritus no es algo que se logre sin esfuerzo, dedicación y perseverancia. Siempre quedarán aspectos por comprender y profundizar, lo cual se traduce en la invitación de esta luminosa Doctrina para que, a través de nuestro interés en vencer nuestra propia ignorancia, sigamos estudiando las obras básicas codificadas por Allan Kardec.

Como decía, quedémonos con lo básico:

¿Qué es el magnetismo? Una transformación del fluido cósmico universal, una forma de energía radiante. Según Emmanuel, el magnetismo es un fenómeno de la vida y constituye una manifestación natural en todos los seres.


¿Qué se entiende por magnetizador? Todas las personas disponen de magnetismo, pero es posible que en función de facultades más ostensibles, educación de su voluntad o estudios de las leyes naturales, algunas personas logren producir efectos más evidentes, como el transporte de objetos o el control sobre otras personas, induciéndoles al sueño o a actuar de determinadas maneras.

¿Qué es el mediun curativo? alguién que, poseyendo ciertas características de magnetizador, recibe el concuso de espíritus elevados y emplea sus facultades de forma desinteresada, en beneficio del prójimo. 

¿Qué diferencia hay entre el magnetizador y el médium curativo? El magnetizador utiliza de sus propios recursos fluídicos y facultades de manipulación magnética para lograr la producción de efectos visibles. El médium curativo, en cambio, ofrece muy poco de sí mismo, más allá de un ferviente deseo de ser útil al prójimo: lo que produce la cura del paciente es una combinación, por un lado, del interés que la espiritualidad superior tenga en la producción de la cura y, por otro lado, el cambio de actitud que el paciente evidencie en su comportamiento moral. No hay que olvidar que las enfermedades del cuerpo tienen su origen en el alma. Con esto se quiere decir que no son una casualidad o una fatalidad del destino. Las enfermedades son pruebas o expiaciones que necesitamos vencer para el recate de deudas del pasado o para prepararnos adecuadamente para el futuro. Si el paciente no presenta una predisposición evidente para la espiritualidad superior de que ha superado ya la prueba que le era necesaria con la enfermedad, es decir, si se mantiene en el patrón vibratorio que le ha generado a sí mismo la necesidad de la dolencia, difícilmente habrá una cura real.

¿Hay que formarse para ser un médium curativo? La mejor manera de educarse a sí mismo para la labor de ser un vehículo de los fluidos sutiles de la espiritualidad superior en beneficio del prójimo es la propia elevación moral. Ésta consiste en vencer a las imperfecciones, dominar el orgullo, silenciar al egoísmo, superar la vanidad… El que vive según estos principios, en los abrazos y palabras de consuelo que pueda ofrecer al prójimo, dona más de sí que mil magnetizadores juntos.


¿El médium curativo puede cobrar por su labor? Como hemos dicho, poco más que su deseo de ser útil sale de él mismo. El “servicio” que ofrece viene de los espíritus superiores que se acercan a cualquier persona que desinteresadamente pretenda colaborar con el bien, el amor y la paz. El que cobre o acepte pagos indirectos “a voluntad”, como se suele decir, no podrá, por la lógica, atraer hacia sí el interés de espíritus elevados, que buscan colaboradores entre las personas altruistas, humildes, generosas y benevolentes.

El amor es, sin lugar a dudas, la fuente de la que deben beber todos los voluntarios al trabajo con la espiritualidad superior. ¡Qué podamos acercarnos a esta fuente, beber de ella, para no volver a tener sed jamás.


Cariños de la hermana menor 

miércoles, 20 de mayo de 2015

De magnetismo y magnetizadores

Hola familia,
los monitores de la clase de sábado nos envían el texto de lectura. ¡A estudiar, gente amiga!
Cariños de la hermana menor
 
1) El magnetismo y el fluido magnético

 El Espiritismo nos esclarece que el magnetismo es un fluido o energía radiante originario del fluido cósmico universal. En la forma de principio vital, al fluido magnético se lo llama también fluido eléctrico animalizado o fluido nervioso. En realidad, el fluido vital, magnético o animalizado, es un fluido intermediario entre el Espíritu propiamente dicho y la materia. Sobre el magnetismo nos esclarece el Espíritu Emmanuel: El magnetismo es un fenómeno de la vida y constituye una manifestación natural en todos los seres. Si la ciencia del mundo ya logró llegar al área de las ecuaciones esenciales en las experiencias referentes a este tema y comprobó la generalidad y lo complicado de los fenómenos magnéticos, debéis comprender que las exteriorizaciones de esa naturaleza en las relaciones entre los dos mundos son siempre más elevadas y sutiles debido a que allí son una expresión de la vida superior. El magnetismo se manifiesta de diferentes formas: tenemos el fluido animal, el espiritual, el vegetal, el mineral, etc. Al ser así, nos dice el Codificador del Espiritismo: la voluntad desarrolla el fluido, ya sea animal o espiritual, porque, como ahora sabéis, hay varias clases de magnetismo, dentro de las cuales se encuentran el magnetismo animal y el magnetismo espiritual, que según la circunstancia, puede apoyarse en el primero. Otra clase de magnetismo mucho más poderoso aún, es la plegaria que un alma pura y desinteresada dirija a Dios. Fluido magnético es lo mismo que fluido vital. 


El principio vital reside en un fluido especial esparcido universalmente y del cual cada ser absorbe y asimila una porción durante la vida, así como los cuerpos inertes absorben la luz. Ese sería entonces el fluido vital, que según la opinión de algunos, no se diferencia del fluido eléctrico animalizado, al cual también se lo designa como fluido magnético, fluido nervioso, etc. Si se reconoce que el fluido magnético tiene la gran capacidad de permitir que las criaturas se influencien recíprocamente, con mucha más amplitud y eficacia actuará sobre las entidades celulares del Estado Orgánico –especialmente en las sanguíneas y en los histocitos (grandes fagocitos que existen en los tejidos corporales) – determinando su nivel adecuado, su migración o su extrema movilidad, la producción de anticuerpos, o también, la improvisación de otros recursos agresivos e inmunológicos para la defensa contra las invasiones bacterianas y para la reducción o extinción de procesos patológicos que se producen por medio de órdenes automáticas de la conciencia profunda. (Espíritu). 

 El fluido magnético, condensado en el periespíritu puede brindarle al cuerpo elementos reparadores. El Espíritu, encarnado o desencarnado, es el agente propulsor que infiltra en un cuerpo deteriorado, una parte de la sustancia de su envoltura fluídica. De esa manera, la energía magnética transmitida por una persona actúa en el periespíritu del beneficiario, y de allí llega al cuerpo físico. Los principios reparadores penetran en el periespíritu y en el cuerpo físico a través de vías específicas que el Espíritu André Luiz denomina “centros de energía” (los chakras de la terminología oriental). Nuestro periespíritu posee siete centros de energía principales que se articulan en las ramificaciones de los plexos del sistema nervioso. Los principales centros de energía son: coronario, cerebral, laríngeo, cardíaco, esplénico, gástrico y genésico. 

El fluido magnético actúa en cierto modo como agente químico, y modifica el estado molecular de los cuerpos. Por eso, no debe sorprender que pueda modificar el estado de ciertos órganos. Igualmente se comprende que su acción saludable, en mayor o menor grado, dependa de la propiedad que posea, de ahí las expresiones de “buen o mal fluido, fluido agradable o penoso.” En la acción magnética propiamente dicha, se transmite el fluido personal del magnetizador, y se sabe, que ese fluido, que no es sino el periespíritu, tiene siempre, en mayor o menor grado, las cualidades materiales del cuerpo, al mismo tiempo que sufre la influencia moral del Espíritu. Es pues imposible que el fluido particular del encarnado tenga una pureza absoluta, y esa es la razón por la cual su acción curativa es lenta, a veces, nula, porque puede transmitir al enfermo principios mórbidos. 

2) El magnetizador y el médium curativo

El magnetizador es una persona, que al manipular el fluido magnético produce efectos más o menos evidentes. En general, al magnetizador propiamente dicho se lo considera como sinónimo de médium curativo, porque ambos son personas capaces de transmitir fluidos vitales. Entre tanto, desde el punto de vista espírita, hay diferencias fundamentales entre uno y otro. Por el hecho de que un fluido sea lo suficientemente abundante y potente como para producir efectos instantáneos de sueño, de catalepsia, de atracción o de repulsión, no quiere decir que tenga las propiedades necesarias para curar. Es la fuerza que derriba, no el bálsamo que suaviza y restaura. Así es que hay Espíritus desencarnados de orden inferior cuyo fluido puede ser realmente maléfico; los espíritas tienen oportunidad de constatar esto en todo momento. Sólo en los Espíritus superiores el fluido periespiritual carece de todas las impurezas de la materia; en cierto modo, está quintaesenciado, y, por consiguiente, su acción debe ser más saludable y más inmediata. Es el fluido bienhechor por excelencia. Debido a que a éste no se lo encuentra entre los encarnados ni entre los desencarnados comunes, es necesario solicitarlo a los Espíritus elevados, como es necesario ir a buscar a regiones distantes los medios que no encontramos en nuestra tierra. 

El médium curativo emite poco de su propio fluido. Siente la corriente de fluido extraño que lo penetra y del cual se transforma en “conducto”. Ese es el fluido que magnetiza, que caracteriza al magnetismo espiritual y que lo distingue del magnetismo animal: uno proviene del hombre y el otro, de los Espíritus. Entre el magnetizador y el médium curativo existe, pues, esta diferencia fundamental: el primero magnetiza con su propio fluido, y el segundo, con el fluido depurado de los Espíritus. De esto se deduce que estos últimos brindan su ayuda a quien ellos quieren y cuando quieren; que pueden rechazarlo, y, por consiguiente, retirarle la facultad a aquel que abuse de ella o que la desvíe de su fin humanitario y caritativo para lucrar con ella. Cuando Jesús le dijo a los apóstoles: “¡Id! Expulsad a los demonios, curad a los enfermos”, agregó: ”Dad de gracia lo que de gracia recibisteis”. Al existir en el hombre, en todas las épocas, diversos grados de desarrollo, la voluntad ha servido tanto para curar como para dañar. 

Es lamentable que nos veamos obligados a constatar que esto también fue el origen de muchos males, pero, es una de las consecuencias del abuso que muchas veces el ser humano hace de su libre albedrío. Los médiums curativos poseen una clase de mediumnidad que consiste, principalmente, en la facultad de curar que poseen ciertas personas mediante el simple contacto, a través de la mirada, y también, por el gesto, sin valerse de ninguna medicación. Evidentemente, el fluido magnético desempeña ahí un rol importante, pero, aquel que examine cuidadosamente el fenómeno, reconoce sin dificultades que en él hay algo más. La magnetización común es un verdadero tratamiento que se debe seguir regular y metódicamente. En la mediumnidad curativa las cosas suceden de un modo completamente diverso. 

Todos los magnetizadores son aptos para curar en mayor o menor grado, si conocen los procedimientos adecuados, mientras que en los médiums curativos, la facultad es espontánea, y puede suceder, que algunos la posean sin haber oído nunca hablar del magnetismo. La intervención de una potencia oculta, que es lo que constituye la médiumnidad, se torna manifiesta en ciertas circunstancias, sobre todo, si tenemos en cuenta que la mayoría de las personas que con razón pueden ser calificadas como médiums curativos, recurre a la oración, que es una verdadera evocación.

domingo, 17 de mayo de 2015

El trabajo, herramienta para el progreso moral e intelectual

Hola familia,

ayer en CEADS Janaina Minelli nos presentó la charla “El trabajador Espírita”. ¿Es este trabajador un protegido de la espiritualidad esclarecida? ¿Tines menos problemas que los demás en su vida? ¿O quizá más por disponerse a luchar contra las fuerzas invisibles que se oponen al amor y a la paz?

Janaina empezó explicándonos que el Libro de los Espíritus nos presenta el trabajo como
una ley natural. Es parte de la vida misma: nos guste o no, debemos comprender que no hemos venido a la Tierra de vacaciones, ¡a disfrutar que la vida son cuatro días!, como dicen algunos. ¡No! El trabajo es una herramienta para nuestro progreso moral e intelectual, así como sirve para rescatar deslices cometidos en encarnaciones anteriores, tal y como nos aclaran las preguntas 675 y 676 de El Libro de los Espíritus:
675  ¿Sólo debe entenderse por trabajo las ocupaciones materiales?

Toda ocupación útil es un trabajo.
676 ¿Por qué es impuesto el trabajo al hombre?

Es una expiación y un medio de perfeccionar su inteligencia.
Nos dicen los espíritus que Dios quiere que cada uno se haga útil, según sus facultades. Esta es una afirmación grave, porque nos debe conducir a analizar nuestras propias potencialidades, nuestros talentos. Está claro que somos distintos unos de los otros, que cada uno tiene sus propias aptitudes. Pues ya podemos comprender de esta manera que dichos talentos nos son confiados para que realicemos obras útiles, tanto para nosotros mismos como para los demás. No exclusivamente en nuestras ocupaciones materiales, si no en todas las oportunidades de colaborar con el bien común. Nos ha dicho Janaina que el Espiritismo es una Doctrina que conduce a la acción, jamás a la pasividad. Ir al centro Espírita sin despertar para la necesidad de servir y colaborar es efectivamente ignorar el mensaje de los espíritus codificadores.


Una de las cosas en que la conferenciante hizo hincapié fue que en el centro espírita no trabajan únicamente los que tienen cargo o los médiuns, como muchos podrían pensar. Todo aquél que se acerque al centro está contribuyendo, con la calidad de los fluidos que emanan de su mente y corazón, para conformar el ambiente vibratorio del centro.

“Las vibraciones del ambiente de un Centro Espírita son elementos indispensables en los servicios realizados por los trabajadores invisibles de la tercera revelación.”
(…)
“Un Centro Espírita donde las vibraciones de sus frecuentadores irradien de mentes respetuosas, corazones sinceros, aspiraciones elevadas… Un Centro Espírita fiel observador de los principios recomendados por los organizadores de la Doctrina Espírita , se elevará en la confianza de la espiritualidad esclarecida, llenando de honor a sus dirigentes en los dos planos de la vida”.
(…)
“Los locales donde se desvían a prácticas extravagantes o poco apropiadas, serán en el espacio considerados clubs donde se aglomeran aprendices del espiritismo en sus horas de ocio.”

Si deseamos que nuestro centro esté considerado un núcleo de amor y caridad por la espiritualidad esclarecida, nos recomienda Bezerra de Menezes que observemos los siguientes principios:
  • Vigilemos por toda forma de intercambio emocional, verbal o físico;
  • Trabajemos con abnegación incansable;
  • Silenciemos las quejas;
  • Irradiemos ternura y alegría de servir;
  • Hagamos lo mismo en nuestros hogares;
  • Seamos cumplidores de nuestros deberes sociales y profesionales;
  • Mantengamos mentes y corazones respetuosos en todas las reuniones;
  • Seamos fieles a los principios doctrinarios de la codificación.
No queramos empezar, pues, la casa por el tejado. Primero un centro y sus trabajadores deben ofrecer las condiciones para que la espiritualidad pueda contar con ellos en operaciones delicadas de atención fraterna a encarnados y desencarnados. Esta calificación viene del más profundo y sincero deseo y alegría de servir, de la humildad y de la observación de las enseñanzas de la Doctrina.


No todos tenemos que ser trabajadores espíritas. Hay diversos sectores de servicio entre encarnados y desencarnados entre musulmanes, católicos, laicos, etc. Pero los que conocemos la doctrina espírita estamos llamados a ser más que espectadores de la belleza del mundo espiritual. Estamos llamados a colaborar con él, haciendo nuestra propia reforma moral para ser dignos de las tareas de consuelo y orientación a enfermos del alma encarnados y desencarnados.

Comprendamos por tanto que el trabajador espírita es una persona que no tiene ni más ni menos problemas dificultades que los demás. Las tendrá en su ruta evolutiva según los deslices que haya cometido en existencias anteriores sean de mayor o menor gravedad. Lo que la Doctrina hace por nosotros no es liberarnos de los problemas, si no capacitarnos para enfrentarlos con más disposición y equilibrio emocional.

Como dijo el Maestro, “muchos son los llamados”. Depende de cada uno de nosotros ser escogidos como servidores en las tareas de iluminación necesarias para que nuestro planeta pueda seguir adelante en esta transición planetaria.


Cariños de la hermana menor  

martes, 12 de mayo de 2015

Conferencia pública

Hola familia,

el sábado que viene, tenemos conferencia:

16 de mayo
El trabajador espírita
a cargo de Janaina Minelli

Entrada Libre y gratuita

En esta conferencia conoceremos el caso narrado por Bezerra de Menezes a través de la psicografía de Yvonne Pereira, en el libro “Dramas de la Obsesión”. Reflexionaremos sobre el trabajo espírita, cómo se realiza y qué podemos hacer para contribuir a que nuestro centro esté registrado en la espiritualidad esclarecida como un núcleo de amor y caridad. Todos los que conocemos la doctrina estamos llamados a ser trabajadores espíritas. En este servicio, tenemos luminosa oportunidad de progreso moral e intelectual.

domingo, 10 de mayo de 2015

La fuerza creadora del alma

Hola familia,
ayer en CEADS nos dedicamos al estudio del pensamiento, las creaciones fluídicas y sus características. El tema, hay que reconocer, es complejo, pero con la ayuda de nuestros monitores, todo quedó más claro. Utilizaron una serie de afirmaciones, las cuales teníamos que decidir si eran verdaderas o falsas con base a la lectura del texto. Os las pongo a continuación para que podáis disfrutar por lo menos un poco de lo que hemos aprendido en clase.

Cariños de la hermana menor

EL PENSAMIENTO Y LAS CREACIONES FLUIDICAS
  1. El pensamiento es una fuerza creadora del alma que exterioriza y crea imágenes. VERDADERO - El pensamiento es la base de nuestra manera de vivir y convivir con encanados y desengranados.                                                                     
  2. El pensamiento es elaborado y producido por la mente espiritual. VERDADERO - El pensamiento tiene su origen en el espíritu. El cerebro vibra, emitiendo ondas, a causa de que el espíritu piense.
  3. La mente espiritual de cada ser se expresa dentro de su propia franja evolutiva, según sus conocimientos y adquisiciones. VERDADERO - Podríamos poner en un continuo, empezando por el nivel menos evolucionado, a los animales, que sólo tienen pensamientos fragmentados; en el lado opuesto del continuo se sitúan los seres de naturaleza angélica, con menpamientos de altísima vibración, emitiendo ondas super-cortas; a medio camino entre estos dos polos del continuo, nos situamos los seres humanos: según estemos en estado de oración o dejemos la mente libre, sin vigilar la calidad de los pensamientos, nos pareceremos más a los ángeles, o más a los animales, a ratos.
  4. No es posible mantener contacto con otras mentes, ni influenciar en ellas ni ser por ellas influenciado. FALSO - Influenciamos y somos influenciados por las mentes de encarnados y desencarnados de nuestra convivencia de forma diaria y cotidiana.
  5. La materia mental compone un mar de energía sutil en el que todos estamos inmersos, existiendo elementos que trascienden el sistema periódico de los elementos químicos conocidos en el mundo. VERDADERO - Quedan todavía por descubrir a la ciencia muchos elementos materiales todavía ignorados, pero que no por ello dejan de existir en el océano de materia mental ue existe a nuestro alrededor.
  6. Por mucho que se unan varias mentes, a un mismo tiempo y por una misma causa, no pueden nunca actuar armónicamente ni crear una serie de “redes” que trabajen por un determinado fin. FALSO - La reunión de mentes con un proposito en común, para bien y para mal, potencian los objetivos pretendidos. No por otra razón nos advirtió el Maestro, “Donde dos o más se reúnan en mi nombre, ahí estaré”.
CARACTERISTICAS DE LAS CREACIONES FLUIDICAS

  1. El pensamiento no se refleja y “fotografía” en el cuerpo espiritual. FALSO - Sí, lo hace. Los desencarnados leen nuestras imágenes mentales como si de un libro se tratara.                             
  2. Los Espíritus manipulan los fluidos del plano espiritual por medio del pensamiento y de la voluntad. VERDADERO - Lo hacen para bien, cuando tienen porpositos elevados, o para el mal, cuando son inferiores moralmente. Esta habilidad está limitada por su nivel evolutivo.
  3. Cuando un Espíritu retrocede con el pensamiento a existencias anteriores, su periespíritu no puede tomar, por mucho que lo intente, la apariencia de esa época. FALSO - Lo puede hacer, pero esto depende de su nivel evolutivo y de los propósitos de esta transformación.
  4. Las formas-pensamiento tienen más o menos duración según la voluntad, insistencia e intensidad con que son generadas. VERDADERO - Pensamientos producidos con ardiente deseo, de forma repetida y constantemente producirán formas pensamiento más estables en nuestra psicosfera psíquica.
  5. Todos tenemos un “deseo central” o “tema básico” de nuestros intereses más íntimos,  cuyos pensamientos emitimos con más frecuencia, constituyendo el reflejo dominante de nuestra personalidad. VERDADERO - es lo que nos caracteriza íntimamente.
  6. A través de nuestro pensamiento nos liberamos o nos esclavizamos dentro de la pauta del bien o del mal, según nuestra elección. VERDADERO - El libre albedrío es la pauta de toda la vida.

jueves, 7 de mayo de 2015

El poder del pensamiento

Hola familia,

nuestros queridos monitores de la clase de sábado nos envían el texto con antelación para que los más aplicados lo estudiemos a fondo =) Nos vemos en el Estudio Sistematizado de la Doctrina Espírita, sábado, de 17:30 a las 19:00.

Cariños de la hermana menor

1. El pensamiento y las creaciones fluídicas
Las creaciones fluídicas nacen del pensamiento; éste es una fuerza creadora de nuestra alma, y, por eso, es la continuación de nosotros mismos. A través de él actuamos en el medio en que vivimos y obramos estableciendo el patrón de nuestra influencia en el bien o en el mal. Esto también quiere decir que nuestras ideas exteriorizadas crean imágenes tan intensas como lo deseemos.

El pensamiento es elaborado y producido por la mente espiritual. La mente es, en todos los ámbitos, el espejo de la vida, ella genera la fuerza del pensamiento que todo lo acciona, que crea y transforma, destruye y reconstruye, para acrisolar y sublimar. En los seres primitivos aparece como residuo del instinto, en las almas humanas surge entre las ilusiones que acometen la inteligencia, y en los Espíritus Perfeccionados se revela como precioso brillante que manifiesta la Gloria Divina. Al estudiarla desde nuestra posición espiritual, como aún nos encontramos confinados entre la animalidad y lo angélico, nos vemos obligados a interpretarla como un ámbito de nuestra conciencia despierta, dentro de la franja evolutiva en la que el conocimiento adquirido nos permita obrar.
Así, mantenemos un permanente contacto con otras mentes, influimos y somos influidos, porque nadie puede, de improviso, superar los recursos de su propia mente más allá del círculo de trabajo en el que se encuentre. No obstante, todos nosotros nos reflejamos unos con los otros dentro de nuestra relativa capacidad de asimilación. Nadie permanece fuera del incesante movimiento de permuta. Vivimos en el mundo de las imágenes que proyectamos y que recibimos. Por ellas nos detenemos por influjo de la fascinación que nos producen los elementos que nos esclavizan provisoriamente, y también, a través de ellas, incorporamos el influjo renovador de las energías que nos inducen a la purificación y al progreso.
El pensamiento o flujo energético mental se manifiesta en forma de ondas que van desde los rayos super ultra cortos en los cuales se manifiestan las legiones angelicales mediante procesos aún inaccesibles a nuestra observación, pasa por las oscilaciones cortas, medias y largas a través de las cuales se exterioriza la mente humana, y llega hasta las ondas fragmentarias de los animales, cuya vida psíquica, aún en germen, sólo arroja de sí determinados pensamientos o rayos discontinuos.
Como fundamento  activo de todas las realizaciones en los planos físico y extra físico, encontramos al pensamiento como agente esencial. Entre tanto, este pensamiento es aún materia, la materia mental en la que las leyes de formación de las cargas magnéticas o de los sistemas atómicos predominan con un nuevo sentido, componiendo el maravilloso mar de energía sutil en el que todos estamos inmersos y en el cual nos encontramos sorpresivamente con elementos que trascienden el sistema periódico de los elementos químicos conocidos en el mundo.
Es importante tener en cuenta que, independientemente del plano de la vida en el que estemos situados, nuestro pensamiento crea la vida que buscamos a través del reflejo de nosotros mismos, hasta que un día, con en el transcurso de los milenios, nos identifiquemos con la Sabiduría Infinita y con el Infinito Amor, que constituyen el Pensamiento y la Vida de nuestro Padre. 


Un pensamiento superior intensamente pensado, permítasenos esta expresión, puede, según su fuerza y elevación, sensibilizar de cerca o a distancia a hombres que no tienen ninguna idea de cómo les llega esa emisión, del mismo modo que, muchas veces, aquel que lo emite, no tiene idea del efecto producido por esa emisión. Ese es un mecanismo constante de las inteligencias humanas y de la acción recíproca de unas sobre las otras. A éstas, unidles las actividades de las inteligencias de los desencarnados e imaginad, si es que lo lográis, el incalculable poder de esa fuerza compuesta por tantas fuerzas reunidas. ¡Si se pudiera concebir el inmenso mecanismo que acciona el pensamiento y los efectos que éste produce de un individuo a otro, de un grupo de seres a otro grupo, y, finalmente, de la recíproca acción universal de los pensamientos de las criaturas entre sí, el hombre quedaría asombrado!. Se sentiría anonadado ante esa infinidad de pormenores, ante esas innumerables redes unidas entre sí por una potente voluntad que actúa armónicamente para alcanzar un único objetivo: el progreso universal.
2. Características de las creaciones fluídicas

Las ideas elaboradas con atención generan formas que tienen movimiento, sonido y color perfectamente perceptibles por todos aquellos que estén sintonizados en la longitud de onda en que fueron emitidas. Más aún, al crear imágenes fluídicas, el pensamiento se refleja en la envoltura periespiritual como en un espejo, a la manera de esas imágenes de objetos terrestres que se reflejan en los vapores del aire, que toman cuerpo allí, y que, en cierto modo, se fotografían. Por ejemplo, si un hombre tiene la idea de matar a alguien, aunque su cuerpo material se conserve impasible, su cuerpo fluídico es accionado por esa idea y la reproduce con todos los detalles, ejecutando fluídicamente el gesto. Su pensamiento crea la imagen de la víctima, y la escena completa se presenta como en un cuadro, tal cual está en la mente.

La fuerza mental, responsable de las creaciones fluídicas humanas, no es patrimonio de privilegiados. Es propiedad común de todas las criaturas, pero solamente la entienden y la utilizan aquellos que la ejercitan a través de cuidadosas meditaciones. Cada ser vivo es un transformador de esa energía según el potencial receptivo y de irradiación que posea. Es así que los más secretos procesos del alma repercuten en la envoltura fluídica. Es así que un alma puede leer en otra alma como en un libro y ver lo que no es perceptible a los ojos del cuerpo. Éstos ven las impresiones interiores a través del reflejo que producen en las expresiones fisonómicas: la cólera, la alegría, la tristeza; pero el alma ve en las expresiones del alma los pensamientos que no se exteriorizan.

Los Espíritus desencarnados manipulan los fluidos del plano espiritual por medio del pensamiento y de la voluntad. Forman aglomeraciones, conjuntos y diferentes edificaciones en los lugares donde viven. Cambian sus propiedades como un químico cambia la de los gases o la de otros cuerpos, combinándolos según ciertas leyes. Es el gran taller o laboratorio de la vida espiritual. Algunas veces, esas transformaciones son el resultado de una intención; otras, son el producto de un pensamiento inconsciente. Basta que el Espíritu piense en una cosa, para que ésta se produzca, como basta que module un aria para que ésta repercuta en la atmósfera.


Es así, por ejemplo, que un Espíritu se hace visible a un encarnado que tenga vista psíquica, con la apariencia que tenía en la época en que lo conoció cuando estaba vivo, aunque ese Espíritu haya tenido muchas encarnaciones después de esa época. Se presenta con la vestimenta, las señales exteriores – enfermedades, cicatrices, miembros amputados, etc.– que tenía entonces. Un decapitado se presentará sin cabeza. Esto no quiere decir que haya conservado esa apariencia, porque el Espíritu no es cojo, ni manco, ni tuerto, ni está decapitado. Lo que se produce es que, al retrotraer su pensamiento a la época en la que tenía esos defectos, el periespíritu toma instantáneamente esas apariencias, que desaparecen en cuanto ese mismo pensamiento deja de actuar en ese sentido. De modo que, si alguna vez fue negro en una oportunidad y blanco en otra, se presentará como blanco o negro, según la encarnación a la que se refiera en su evocación y a la que se transporte con su pensamiento.

Por efecto análogo, el pensamiento del Espíritu crea fluídicamente los objetos que utilizaba en forma habitual. Un avaro manipulará el oro, un militar portará sus armas y su uniforme, un fumador, su pipa, una mujer anciana, su rueca (u otro objeto). Para el Espíritu, esos objetos fluídicos son tan reales como lo eran en el estado material para el hombre vivo (encarnado), pero, por el hecho de ser creaciones del pensamiento, la existencia de esos objetos es tan fugaz como la de éste.

De esa manera, al emitir una idea, comenzamos a reflejar las que se le asemejan, idea esa que toma cuerpo con la intensidad correspondiente a nuestra insistencia en sustentarla. Así nos mantenemos espontáneamente en comunicación con todos los que adopten nuestro modo de sentir. Y es en esa proyección de energías que determinan el forzoso intercambio con todas las mentes encarnadas o desencarnadas, que nuestro Espíritu actúa en el mundo de las formas-pensamiento, liberando nuestro paso o esclavizándonos dentro de la pauta del bien o del mal de nuestra elección.

Las formas ― pensamiento son fácilmente percibidas por los desencarnados, aunque sea un Espíritu moralmente inferior, quien las utiliza en los procesos obsesivos. Las acciones de esos Espíritus nos afectan porque no tienen ninguna dificultad en reconocer el tenor de nuestros pensamientos: en cualquier fase de nuestra vida, todos poseemos, además de los deseos comunes de la inmediatez, un “deseo central” o “tema básico” de los intereses más íntimos. Por eso, además de los pensamientos vulgares que nos aprisionan a la experiencia rutinaria, emitimos con más frecuencia los pensamientos que nacen del “deseo central” que nos caracteriza, pensamientos éstos que pasan a constituir el reflejo dominante de nuestra personalidad. De esta manera, es fácil conocer la índole de cualquier persona, en cualquier plano en que se encuentre, a través de las ocupaciones y posiciones en las que prefiera vivir. 


En el caso de las obsesiones, afirma un terrible obsesor: “Cuando se conoce el reflejo de la criatura que nos proponemos rectificar o punir, es muy fácil sobrealimentarla con constantes excitaciones. Así se fortalecen sus impulsos y los esquemas que ya existen en su imaginación, y se crean otros que se superpongan a esos y que nutran la fijación mental. A través de estos procesos, creamos y mantenemos fácilmente el “delirio psíquico” o la “obsesión”, que no es más que un estado anormal de la mente subyugada por el exceso de sus propias creaciones, las cuales presionan el ámbito sensorial infinitamente acrecentadas por la influencia directa o indirecta de otras mentes, desencarnadas o no, atraídas por su propio reflejo”.

domingo, 3 de mayo de 2015

Luz para disipar la oscuridad

Hola familia,

la clase de sábado una vez más estuvo rica en intercambio de ideas durante el Estudio Sistematizado del Evangelio según el Espiritismo. Os dejo a continuación algunas de las preguntas y reflexiones del estudio del tema "La lámpara debajo del celemín".

Cariños de la hermana menor

1 ¿Cuál es el sentido de la frase “…no se enciende una candela para ponerla debajo del celemín?

Significa que, así como no se enciende una luz sino para disipar la oscuridad e iluminar el ambiente, del mismo modo aquél que posee el conocimiento de las leyes divinas no debe guardarlo para sí, sino divulgarlo a través de la palabra y, sobre todo, del ejemplo.

2 ¿Por qué “nada hay en secreto que no deba ser descubierto”?

Porque todo lo que se halla oculto un día será descubierto, y lo que el hombre no puede comprender aún le será sucesivamente revelado, si no es aquí en la Tierra, será en mundos más adelantados.

3 ¿Por qué Jesús enseñaba por parábolas si, al oírlas, no todos comprendían sus mensajes?

Porque las verdades eternas contenidas en sus parábolas, aunque oídas por muchos, sólo podían ser comprendidas por aquellos que ya poseían un determinado grado de adelantamiento espiritual. Los que conocen las leyes divinas deberán divulgarlas para el mayor número posible de criaturas. No difundir los conocimientos espirituales es esconder egoístamente la luz que podría beneficiar a muchos. Dios nos concede ocasiones constantes de esclarecimiento, asegurándonos el entendimiento progresivo de sus leyes.

“Les hablo por parábolas, porque viendo, no ven y, oyendo, no escuchan ni comprenden”.

4 ¿Qué debemos entender por “…Aquél que ya tiene, más le será dado… aquél que no tiene, incluso lo que tiene le será quitado”?

Debemos percibir, es este pasaje, una referencia a los bienes espirituales: la observación de pospreceptos divinos hace que estos bienes, que constituyen la verdadera riqueza del espíritu, aumenten incesantemente. Por otro lado, aquellos que se ocupan sólo de la vida material, se olvidan de desarrollar los bienes espirituales y el poco progreso que poseen queda estacionado.

5 Aunque la palabra de Jesús sea de conocimiento público, ¿por qué el significado de sus enseñanzas aún permanece oculto para muchos?

Porque somos capaces de aprender solo aquello que está a la altura de nuestro entendimiento. Y ese entendimiento es fruto del progreso intelectual y moral alcanzado por nuestro espíritu, a través de sucesivas encarnaciones.


6 ¿Jesús pretendía que permaneciésemos ignorantes, cuando ocultó el sentido de algunas de sus enseñanzas?

No. Las ocultó temporalmente, para que la confusión y la duda no se estableciesen entre nosotros. Con todo, tenemos la inteligencia que orienta nuestro deseo de conocimiento y nos permite descubrir respuestas para nuestras indagaciones. No sabiendo observar ni cultivar la simiente de las verdades eternas, ella acaba por ser temporalmente ofuscada, dando la sensación de pérdida. Cuando el significado de una enseñanza trasciende los límites de nuestra comprensión, él nos confunde o pasa desapercibido a nuestra razón, sin traernos ningún provecho. Siempre hay un momento en que la ley de progreso nos impele a buscar esos conocimientos.