Por Jordi Santandreu Lorite En el Espiritismo hablamos de obsesión para referirnos a la influencia persistente y perturbadora de unos individuos sobre otros, encarnados o desencarnados. Es cierto que de la que más se habla habitualmente es de la obsesión de un espíritu desencarnado hacia un encarnado, sin embargo, las combinaciones pueden ser diferentes: entre dos desencarnados, entre dos encarnados, de un encarnado hacia un desencarnado, e incluso existe la obsesión recíproca y la auto-obsesión. Co mo consecuencia de este influjo malsano, el obsediado puede sufrir ciertos inconvenientes físicos -si dispone de un cuerpo- y psíquicos o espirituales -en todos los casos- de diferente intensidad, que pueden acompañar, provocar o agravar enfermedades o trastornos que ya padezca previamente. En psicología utilizamos el término “obsesión” cuando hablamos de pensamientos repetitivos e intrusos, de contenido desagradable para la persona que los sufre y que no puede controlar, es decir, no pue