La clase de ayer estuvo dedicada al estudio de la Ley de Progreso, que habíamos
empezado a analizar en clases anteriores. Esta vez deberíamos profundizar en la
reflexión sobre dos diferentes clases de progreso: el progreso intelectual y el
moral.
Antes de entrar en materia, nuestros monitores nos preguntaron:
¿Nos podéis dar motivos o razones que demuestren que la humanidad ha progresado
intelectualmente? Alguien citó los avanzos de la medicina y de la informática;
se citó la rueda; y se mencionó el hecho de que el hombre haya sido capaz de
salir del planeta. Nadie dudaba que la humanidad haya evolucionado
intelectualmente. Entonces nuestros monitores siguieron: ¿Nos podéis dar
motivos o razones que demuestren que la humanidad ha progresado moralmente?
Entonces dijimos que hoy en día hay una mayor preocupación por el medio
ambiente, pese a que la práctica esté lejos de ser la adecuada; mencionamos los
derechos de las mujeres, pese a que no se reconozcan en todas partes; citamos
la abolición de la esclavitud, pese a que la desigualdad social siga condenando muchos al trabajo forzado; y una mayor búsqueda de la espiritualidad, pese a que no
siempre traducida en un mayor respeto al próximo y del
auto-conocimiento. Nadie duda que la humanidad haya evolucionado moralmente,
pero es evidente que la evolución moral no ha acompañado el desarrollo
intelectual en nuestro planeta.
De aquí querrían que partiéramos Patricia y Alfredo. Hay dos
tipos de progreso: el intelectual y el moral. Generalmente los individuos y los
pueblos adquieren mayor progreso científico y, más lentamente, se moralizan. ¿Por
qué es así? Una primera razón radica en el mecanismo evolutivo mismo: por una
cuestión de sobrevivencia. Si observamos la trayectoria física y espiritual del
ser, inicialmente era necesario que la humanidad dispusiera de cuerpos físicos
adecuados a la evolución del principio espiritual en nuestro planeta. Por tanto,
las cuestiones de supervivencia en nivel evolutivo son de orden prioritario, o
sea, de un nivel más primitivo que las cuestiones morales. Éstas se
incorporan al conjunto de preocupaciones de la conciencia cuando ya existe capacidad técnica de sobrevivir sin grandes esfuerzos. Las aptitudes
morales, por tanto, son un orden de conocimiento superior en la trayectoria del
ser.
El problema es que una vez los seres humanos han
evolucionado intelectualmente, el orgullo y la vanidad ponen trabas a la
evolución moral. Muchos, incapaces de reconocer que existe una fuerza cósmica
que les es superior, tienen miedo a indagar en su naturaleza divina. Por esta
razón el egoísmo, herencia de las fases de desarrollo primitivas del ser, sigue
condicionando las actitudes humanas en mayor o menor medida. Cada acto de egoísmo,
desde el más pequeño, como empujar para entrar en el metro, hasta el más
absurdo, como la corrupción, son expresiones de la ignorancia de la naturaleza
luminosa intrínseca del ser. El miedo, que es lo opuesto a la fe, condiciona
muchas de nuestras acciones cotidianas. El miedo a perder el trabajo, el miedo
a ser traicionado por la pareja, el miedo a la muerte, el miedo a la enfermedad…
Si el ser cobra conciencia de que está destinado a la perfección y que el
progreso es ineludible no puede hacer menos que afrontar las dificultades de la
vida con optimismo y esperanza.
Las situaciones difíciles nos experimentan, nos convierten
en seres más profundos y sabios si sabemos aprovechar las lecciones que nos
enseñan. Lo que pasa es que, pese a que el progreso sea ineludible, cuesta esfuerzo
y sacrificio del ser. No somos marionetas en las manos de Dios, todo lo
contrario. Él nos hizo artífices de nuestro destino, responsables de todo cuanto
atraemos para nuestras vidas. De hecho las situaciones dolorosas suelen ser las
que sacan lo mejor de nosotros. ¿Cuántas veces, superada una prueba dura, no
miramos hacia atrás y nos admiramos de haber tenido la fuerza para enfrentarnos
a aquella situación? Por esto no hay que tener miedo: somos seres
destinados a la perfección intelectual y moral. Las situaciones dolorosas son
transitorias y la vida es inextinguible.
Si permitimos que el miedo gobierne nuestras vidas, actuamos
en constante protocolo de urgencia, apagando fuegos, muriéndonos un poco cada día
de la ansiedad y del estrés. Si elaboramos un proyecto existencial iluminado por
la conciencia de la inmortalidad, todo dolor, necesidad o molestia se
relativizan. La única realidad absoluta del cosmos es el amor. Algún día la
conoceremos tal como somos conocidos. Hasta entonces, busquemos fortalecer las alas
de la razón y de la emoción para que la humanidad pueda progresar intelectual y
moralmente. ¡Sin miedo al vuelo!
Ayer en nuestro local nos reunimos para, guiados por Teresa Vázquez, hacer
una reflexión sobre la conciencia crística… Algunos pensábamos que Teresa nos
haría una conferencia, explicándonos qué había aprendido sobre el tema. Nada más
lejos de la realidad.
Teresa utilizó su experiencia en el campo de la biodanza para mover la
energía de un modo muy especial y poco corriente. De convicciones pedagógicas
basadas en la filosofía de Paulo Freire, Teresa considera que su voz sólo cobra
sentido a través de la voz del otro. Su trabajo busca potenciar la sabiduría
innata en cada ser que encuentra por el camino, ofreciéndole oportunidades de
contrastar lo que sabe con los saberes de los demás. De ahí todos emergen como
seres más sabios, milagrosamente transformados por la experiencia de escuchar
respetuosamente al otro.
Pues sí… Ayer bailamos, nos abrazamos, nos besamos… Algunos comentaban que
nunca habían dado y recibido tantos besos por minuto. También hablamos,
escuchamos, compartimos… Crecimos… Hubo entrega en un ambiente de alegría,
respeto y solidaridad. ¿Dónde estabas, Teresa, que todo esto suena tan
poco habitual?
Cuando ya nos habíamos confiado nuestros anhelos y nuestras dádivas, nos
dividimos en dos grandes grupos: el primero debía reflexionar sobre la palabra
CONSCIENCIA, el segundo, sobre la palabra CRÍSTICA.
Según nosotros,
La CONSCIENCIA es un conocimiento innato que todos tenemos. A medida que
vamos vivenciando experiencias, conociendo y conociéndonos en diferentes
situaciones, nos hacemos progresivamente más conscientes de este conocimiento. Puede
parecer extraño, pero así es como el grupo nos ha propuesto pensar sobre esta
palabra: a medida que evolucionamos nos hacemos cada vez más conscientes de la
conciencia, lo que resulta en mayores cuotas de responsabilidad. La consciencia
existe en nivel individual y colectivo; y se manifiesta a través del intelecto
y de los sentimientos.
La dimensión CRÍSTICA es un estrado de claridad, cristalino, transparente,
que emana entendimiento, dulzura, sabiduría y caridad. De alguna manera,
irradia una forma de existir, amar y conocer que funde pasado, presente y futuro,
lo que permite actuar con profunda misericordia por la naturaleza propia ya
ajena, en actitud de aceptación y respeto incondicionales por el momento del
ser. La palabra CRÍSTICA tiene que ver con la libertad, la trascendencia de
todas las pasiones y necesidades. En este estado, el ego se ha diluido hasta
dejar únicamente el deseo de donarse, de obrar a favor de los demás como objetivo
existencial. La profunda libertad y misericordia de la dimensión crística
eliminan toda y cualquier forma de culpa o crítica, abriendo espacio para una
profunda compasión por las debilidades ajenas y propias. Jesús, en su paso por
la Tierra, nos dejó ejemplos irreprehensibles de cómo actúa un ser crístico, enseñándonos a cultivar de forma activa, solidaria y respetuosa la dimensión
crística que exite en cada uno de nosotros.
Ahora nos toca reconciliar la CONSCIENCIA con la dimensión CRÍSTICA,
vivir y actuar según seamos capaces de acomodar esta nueva forma de ver y ser
en nuestras almas…
Sólo podemos dar gracias a la familia CEADS, encarnada y desencarnada,
local y lejana, física y digital… por seguir dándonos la oportunidad de conocer
nuestra propia conciencia crística, mientras nos hacemos más responsables de
ella.
El sol salió más bonito que nunca en Barcelona y aprovecharemos la tarde para reunirnos en CEADS para "Una "Reflexión sobre la consciencia Crística" que nos brindará Teresa Vázquez.
Cuando hablamos de Cristo, hacemos alusión a una determinada vibración cósmica, reflejo de la Inteligencia Suprema causa primera de toda Creación, nuestro Padre Creador. Como hij@s de Dios, Cristo anida en nuestro interior, sea cual sea nuestra forma, tamaño, color, raza, especie; sólo cabe tomar consciencia de ello y actuar en consecuencia para que, junto con nuestra querida Madre Tierra, realicemos la misión de vida comunitaria: elevar el planeta a la vibración de regeneración, agradeciendo el paso por la expiación.
Y, recordad que Día de conferencia es Día de Cesta Básica CEADS
¿Qué es la Cesta Básica de CEADS?
CEADS entrega una ayuda mensual en forma de alimentos no perecederos a familias que se encuentren en una situación financiera difícil. En la actualidad se ayuda con alimentos a seis familias, totalizando más de once personas. Los alimentos son recogidos mediante donaciones de los asistentes al Centro Espírita Amalia Domingo Soler (CEADS). Los beneficiados del proyecto reciben apoyo material (alimentos) y espiritual a través del Evangelio en el centro u otras actividades de CEADS.
¿Qué alimentos puedo donar?
Se pueden hacer donaciones de todo tipo de productos alimenticios no perecederos como arroz, leche, pasta, garbanzos, lenteja, alubias, aceite, azúcar, café, té, tomate frito o triturado en lata, legumbres en pote, galletas, chocolate, fruta en lata, sopas en sobre, gelatina, conservas de pescado, etc.
También productos de higiene personal como papel higiénico, cuchillas y espuma de afeitar, gel de ducha, jabones, crema dental, champú, etc.
En todo caso CEADS puede aceptar también donaciones monetarias.
Después de pasar algunas reuniones de
sábado aprendiendo sobre la ley de libertad, ayer avanzamos un paso más en el conocimiento
de la Doctrina de los Espíritus. Con la ayuda de nuestros monitores Patricia y
Alfredito, nos dedicamos al estudio de la ley de progreso. Los principales
objetivos del estudio eran comprender qué es el estado natural del espíritu,
conocer los medios que dispone para progresar y saber si puede retroceder o no
en su marcha evolutiva. Nos dividimos en dos grupos. El primero grupo tenía que
estudiar algunos conceptos más teóricos sobre el tema, mientras el segundo
grupo leería un ejemplo extraído de la literatura mediúmnica en el que se
podría comprender la teoría a través de la vivencia práctica.
La ley de progeso
El
estado de naturaleza es la infancia de la Humanidad o el punto de partida de su
desarrollo intelectual y moral. Es como si fuera el KM 0 de la trayectoria evolutiva
del espíritu una vez éste ya ha alcanzado la conciencia de su individualidad. En
esta fase, en la que ha superado la condición de principio inteligente, ya no
se deja guiar únicamente por los instintos y la lucha por sobrevivencia pasa a
ser impulsada por principios morales e intelectuales.
La
ley de progreso regula la evolución de todos los seres, encarnados o no encarnados.
En su naturaleza, el hombre trae el germen de su perfeccionamiento, estando así
predestinado a superar su estado natural y elevarse hasta la condición de
perfección relativa a través del desarrollo de sus facultades morales e intelectuales.
Las
reencarnaciones constituyen, de esta forma, una necesidad ineludible del progreso
espiritual. El Espíritu sólo se purifica con el tiempo, mediante las
experiencias a que dan lugar las reencarnaciones. Cada esfuerzo redunda en un
progreso y cada progreso en un poder siempre mayor.
El
hombre tiene que progresar incesantemente y no puede volver al estado de infancia.
Pensar que pudiera retrogradar a su primitiva condición sería negar la ley del
progreso.
En ocasiones,
observamos situaciones que nos hacen pensar que el mal uso del libre albedrío
es un retroceso difícil de reconciliar con la ley del progreso. ¿Cómo entender
la situación en que una persona mata, por ejemplo, sin haberlo hecho en una
encarnación anterior? Aquí hay que recordar que no somos títeres y disponemos
del libre albedrío. Si el ser vive una experiencia que le hace afrontar la posibilidad
de quitarle la vida a otra persona, esto debe entenderse como una prueba moral
para su elevación, invitación de la vida para su ascensión en la escala
evolutiva y superación de sus inclinaciones inferiores. Muchos, sin embargo,
fracasamos ante estas y otras tantas pruebas.
Sufrimos las consecuencias del
mal uso del libre albedrío experimentando algunas veces deficiencias físicas,
otras veces dificultades afectivas, otras todavía carencias de orden económica.
La reencarnación da al hombre la posibilidad de reparar el pasado delictuoso, ofreciéndoles
nuevas oportunidades de aprendizaje del buen uso del libre albedrío.
Por
haber infringido la Ley de amor, un ser que ha alcanzado la individualidad
de la conciencia no puede encarnar en cuerpos de animales. Pero el mal uso del
libre albedrío siempre produce situaciones que exigen el resarcimiento ante la
ley cósmica universal, tan dolorosas como grabes hayan sido las faltas
cometidas contra la humanidad.
El servicio como medio para el progreso
Un hombre que poseía recursos económicos
considerables desencarna, indo a parar a
regiones umbralinas de sufrimiento y siendo
más tarde socorrido por equipos espirituales de abnegados servidores del amor. El
hombre tiene los brazos petrificados y ante un espíritu de mayor elevación que
trabaja en la orientación espiritual en zonas de sufrimiento, relata sus
padecimientos mientras explica que en vida nunca había hecho el mal e que
incluso había hecho importantes obras de caridad, donando dinero a instituciones
dedicadas a las obras de amor. Entre el hombre y el espíritu superior se
produce entonces el siguiente dialogo, que no tiene desperdicio:
- Su maravillosa
agudeza mental demuestra que estudió muchísimo. ¿Estaba casado?
- Sí
- ¿Cuidaba la
casa?
- Mi mujer
cuidaba de todo.
- ¿Fue padre?
- Sí.
- ¿Cuidaba a los
hijos cuando eran pequeños?
- Teníamos
suficientes número de criadas y amas.
- ¿Y cuando
llegaron a jóvenes?
- Estaban
naturalmente confiados a los profesores.
- ¿Ejerció
alguna profesión útil?
- No tenía
necesidad de trabajar para ganar el pan.
- ¿Nunca sufrió
dolores de cabeza por los amigos?
- Siempre huí,
receloso, de las amistades. No quería perjudicar ni ser perjudicado.
- ¿Adoptó alguna
religión?
- Sí, era
cristiano.
- ¿Ayudaba a los
católicos?
- No. Detestaba
a los sacerdotes.
- ¿Cooperaba con
las iglesias reformadas?
- De ningún
modo. Son excesivamente intolerantes.
- ¿Acompañaba a
los espiritistas?
- No. Temía su
presencia.
- ¿Amparó a los
enfermos, en nombre de Cristo?
- La tierra
tiene numerosos enfermeros.
- ¿Auxilió a las
criaturas abandonadas?
- Hay hogares
infantiles por todas partes.
- ¿Escribió
alguna página consoladora?
- ¿Para qué? El
mundo está lleno de libros y escritores.
- ¿Socorrió a
los animales desprotegidos?
- No.
- ¿Le agradaba
cultivar la tierra?
- Nunca.
- ¿Planto
árboles bienhechores?
- No, tampoco.
- ¿Se dedicó al
servicio de canalizar las aguas, para proteger paisajes empobrecidos?
- Jamás pensé en
esto.
- Hay una
explicación para su caso: Usted tiene las manos cubiertas de herrumbre. Es el
talento no usado, mi amigo. Su remedio está en regresar a la lección. Repita el
curso terrestre.
¿Qué mejor complemento para las meditaciones a las
que esta lectura nos induce que las preguntas 642 y 643 de El Libro de los Espíritus.
642
– ¿Bastará no hacer el mal para ser agradable a Dios y asegurar
su posición futura?
– No, es preciso hacer el bien en el límite de las
fuerzas, porque cada uno responderá por todo el mal que resulte del bien que no
haya hecho.
643
– ¿Habrá personas que, por su posición, no tengan posibilidades
de hacer el bien?
– No hay nadie que no pueda hacer el bien. Sólo el
egoísta no encuentra jamás la oportunidad. Bastará estar en relación con otros hombres
para encontrar la ocasión de hacer el bien, y cada día de la vida ofrece la
oportunidad a cualquiera que no esté ciego por el egoísmo, porque hacer el bien
no consiste únicamente en ser caritativo, sino en ser útil en la medida en que
podáis, siempre que vuestra ayuda llegue a ser necesaria.
En su respuesta a la pregunta 657, se nos aclara,
por si ha quedado alguna duda después de la lectura, que los hombres que se limitan a no hacer al
mal son inútiles. Como nos aclaran los amigos espirituales, no hacer el bien ya
es un mal.
El que no tiene conocimiento del progreso como una
ley natural puede considerar que no actuar sea la mejor manera de no
equivocarse. Sin embargo, el inmovilismo es en sí una gran equivocación. Los que
sí conocemos la Doctrina Espírita debemos considerar que estemos donde estemos,
tengamos los recursos que tengamos, disponemos de habilidades para buscar el propio
progreso y auxiliar a los demás. Malgastar esta capacidad innata para hace el
bien, aislándonos en actitud de omisión, sería lo mismo que hacer el mal.
Cada día nos ofrece innumerables oportunidades de
servir. Tengamos, pues, los brazos dispuestos al trabajo, los labios llenos de
palabras de concordia, los ojos abiertos para las cualidades ajenas y las manos
listas para compartir. Que el ejemplo del Maestro, que no tenía una piedra
donde reposar su cabeza, pero nos legó una maravillosa doctrina de amor, nos
sirva de inspiración para la superación de la inferioridad que todavía nos
caracteriza.
Vaya responsabilidad me ha dejado Jana,
la de hacer el resumen de la segunda parte… Bueno, intentaré resumirla…
En la primera parte vimos todos los aspectos
científicos más actuales respecto al tema. En la segunda parte se abordó la
homosexualidad bajo la visión de la Doctrina Espírita. Andrei hizo hincapié en
que no es correcto hablar de homosexualismo, que es el término usado
erróneamente cuándo era considerado una patología por la psiquiatría. Lo
correcto es hablar de homosexualidad, la condición natural homosexual de un
ser.
Empezó con un video donde nuestro querido
y admirado Chico Xavier, en un programa de tele (Pinga Fogo), aclara la
cuestión de la homosexualidad dentro de la óptica del Espiritismo.
Os cuento algunos puntos clave:
Siempre que Chico Xavier
habla de la heterosexualidad habla de la “supuesta” normal heterosexualidad:
quiere poner énfasis en que la homosexualidad también es normal.
Todos, homosexuales,
bisexuales, asexuales, transexuales,… son dignos del mayor respeto por parte de
la sociedad.
Nos dice que nuestros
conceptos cambiarán en el futuro (el programa es de 1971) y que el asunto
merecerá mucho estudio
Nos deja claro que hay un
problema respecto al sexo en general en la humanidad
En la página web de la Federación
Espírita Española
Dentro del Espiritismo la cuestión sexual
no es un tema reciente. Allan Kardec ya lo había abordado. Andrei interpreta primeramente la
pregunta 202 del Libro de los Espíritus:
Cuando
se es Espíritu ¿se prefiere encarnar en el cuerpo de un hombre o en el de una mujer?-Esto importa poco al Espíritu. Depende de las pruebas por las que
tenga que pasar.
Queda claro que las diferencias sociales
entre hombre y mujer, las actitudes de opresión, represión, de superioridad del
hombre sobre la mujer son una equivocación de los hombres, que nada tiene de
divino. La materia no da al Espíritu su esencia, sino que la materia es un
“camino” al desarrollo espiritual del ser humano. El espíritu no tiene sexo,
todos los seres son iguales.
Los espíritus (o sea, nosotros), para
evolucionar, tendrán que pasar por experiencias, por existencias físicas en ambos sexos
biológicos, consiguiendo así vivenciar la infinidad de situaciones que lo
empujarán a ser espíritus mejores. En algún momento más adelantado de evolución
espiritual, los seres tendrán equilibradas tanto las potencialidades masculinas
como las femeninas.
Gracias al concepto de la reencarnación,
se pueden explicar muchos casos donde deseos homosexuales están presentes. Nos
ha contado un caso curioso. Un hombre heterosexual está casado, no tiene
problemas mayores de los habituales en su relación con la esposa ni con los
hijos. No tiene ninguna atracción sexual por otros hombres, salvo hacia una persona
en particular, que también tiene por él una atracción afectiva muy fuerte.
Probablemente esta atracción existe debido a un relacionamento entre estos dos
seres en vidas pasadas muy intenso que, incluso, podría haber sido rota o
bloqueada por alguna circunstancia.
Andrei en este momento empieza a darnos
posibles explicaciones para que un ser nazca homosexual, basado en las
enseñanzas Espiritistas.
¿Que pasa con un espíritu que
vive durante muchas encarnaciones con un sexo y luego tiene que encarnar en el
sexo opuesto? La transición de un sexo a otro no se da de golpe. El Espíritu
conserva sus tendencias, su personalidad, sus gustos. Podría ser una razón por
que una mujer pueda tener algún aspecto considerado masculino en su carácter o
al revés. Eso ya se había publicado en la Revista Espírita de 1866 No. 1, por
Allan Kardec. Además, en el libro Sexo y Destino, Emmanuel lo desarrolla aún
más.
El propio ser puede solicitar
para reencarnar en esta situación donde podrá rescatar posibles faltas en el
pasado, cuándo pudiera haber menospreciado a los seres en la condición en que
se encuentra él mismo ahora. Una situación similar puede pasar con los
espíritus que eran llenos depreconceptos hacia los negros. Pueden pedir nacer con la piel negra. De hecho hay
muchos casos en la bibliografía espírita donde se cuentan como antiguos dueños
de esclavos han pedido nacer como un esclavo, después de darse cuenta de la falta
moral que cometieron.
Puede ser que hayan
condiciones físicas (biológicas) y psíquicas que son específicas de los
homosexuales, importantes para el desarrollo de espíritu, por eso tienen que
pasar por esta experiencia.
Él nos insiste en que la homosexualidad
no es una elección, una enfermedad, una perturbación, un disturbio. Es una
condición sexual natural.
Todos somos tratados de manera igual bajo
las leyes del amor de Dios. Un precioso párrafo de Sexo y Destino (Capítulo 9) ilustra
esta idea:
“Comentó,
sin embargo, que en el mundo venidero los hermanos reencarnados, tanto en
condiciones normales como en las juzgadas como anormales, serán tratados con
igualdad, en el mismo nivel de dignidad humana, reparando, de esta forma, las
enormes injusticias que se han cometido contra aquellos que renacen sufriendo
anomalías, ya que la persecución y crueldad con que han sido tratados por la
sociedad humana impiden o dificultan la ejecución de las tareas que traían a la
esfera física, cuando no hacen de ellos criaturas hipócritas, con la necesidad
de mentir continuamente para vivir bajo el sol que la Bondad Divina encendió en
beneficio de todos.”
Homosexualidad y familia
Cuándo hay un homosexual en la familia, esto
no pasa sin motivos. Es un impacto en toda la familia. Es una experiencia a
través de la cuál todos en la familia tienen que pasar, cada uno con sus
razones particulares. Es un deber de los padres acoger con amor a todos los
hijos, independientemente de su sexualidad. Un hijo homosexual tiene el derecho
de recibir toda la enseñanza sexual y emocional que cualquier otro hijo. El
momento en que un hijo cuenta a sus padres que es homosexual debería ser un
momento de compartir amor, de apertura del corazón, de sentimientos.
Rompiendo un tabú existente en nuestra
sociedad, Andrei afirma y enseña ejemplos de familias de pareja homosexual
envejecen juntos, con amor. Mucha gente no cree en la duración en esta unión
familiar, pero es por ignorancia de los hechos.
Andrei nos cuenta dos casos parecidos,
pero muy diferentes en la actitud:
Una madre muy arrogante, llena de
prejuicios, en una sesión mediúmnica
pregunta al mentor espiritual que tratamiento sugiere él a su hijo
homosexual, para que cambie. El sabio mentor aconseja a la madre: Busca tu un
tratamiento, tu hijo es perfectamente normal.
La segunda madre, muy humilde y
respetuosa con su hijo también homosexual, pregunta qué tiene que hacer ella
para aprender a soportar su propio sufrimiento. El mentor, le dice, muy
dulcemente: Esta vivencia con tu hijo es
amarga como el fermento. Pero acuérdate de que es el fermento que ayuda al
crecimiento. No mires solamente el dolor, sino aprovéchalo para crecer.
Los homosexuales tienen que tener los
mismos derechos para poder pasar por todos procesos sociales: nacer, crecer,
educarse, casarse, tener hijos, constituir familias.
En el Libro de los Espíritus, en la
pregunta 695, se habla de la unión de dos seres y no de la unión del hombre y
de la mujer.
“El
matrimonio, esto es, la unión permanente de dos seres, ¿es contrario a la ley
natural?-
Es un progreso en la marcha de la humanidad.”
Homosexualidad y religiones
Muchas religiones ponen a los
homosexuales como seres inferiores, como seres endemoniados. Lo único que esta
postura hace es alejar a los homosexuales de la religiones. Pero esto no es el
más grave. Lo grave es que esto los aleja de Dios. En el movimiento espiritista tenemos que
acoger a todos, sin distinción alguna. Somos todos seres en evolución. La condición sexual es pasajera; el espíritu es inmortal.
Cuándo Dios mira a su criatura, ve la
perfección de su obra, que nunca es equivicada. Dios mira con amor a toda s
obra. Tenemos que seguir el ejemplo de Jesus: amar a todos.
Andrei nos brinda con un precioso video, en e que un niño que ve por la primera vez a una pareja homossexual, entiende por
su propia cuenta que su unión se da por el amor y que, aunque no sea habitual,
es natural.
Adopción por parejas Homosexuales
Otro tema lleno de tabúes: “Los niños de
homosexuales van a ser homosexuales o perturbados”. Primer punto, lo de considerar que puedan ser homosexuales sea un problema ya es un equívoco por sí solo.
Segundo, que van a ser perturbados: puede que sí, pero no más que hijos de
parejas separadas, de parejas violentas, de parejas ausentes, o de parejas supuestamente normales. Investigaciones científicas concluyen que
estos niños se adaptan a la sociedad tan fácilmente como hijos de parejas
heterosexuales.
Para concluir el asunto, Andrei nos
enseña este video. Se trata de un homenaje que un niño hizo a sus padres:
Andrei termina el seminario diciendo que
su charla no es una defensa de la homosexualidad: una condición sexual no
necesita de ninguna defensa. Tampoco es un ataque, como queda claro en toda la
ponencia. Simplemente presenta el tema con toda su complejidad y lo coloca
dentro de la naturalidad y normalidad que merece.
Nos ha impresionado a todos el nivel
profundo de conocimiento científico, filosófico y moral que tiene Andrei de la
sexualidad, su preocupación en no dejar ningún aspecto sin ser tratado. En cada
palabra que pronunciaba se percibía el respeto que tiene a todas condiciones
sexuales, expresando que todos los seres tienen el mismo valor y merecen el mismo
respeto y amor que todos somos hijos del amor de Dios.
Hoy
hemos tenido la oportunidad de escuchar a Andrei Moreira, médico y presidente
de la Asociación Médico-Espírita de Minas Gerais, Brasil, que nos presentó el
seminario “La homosexualidad bajo la óptica del espíritu inmortal”. Os confieso
que antes del seminario, yo pensaba que si no eres homosexual o no te dedicas a
estudiar a fondo la Doctrina Espírita, el tema tenía un interés más bien
limitado. Pero escuchar a Andrei me ha hecho cambiar totalmente mi estrecho
punto de vista. Ahora creo que todo el mundo se podría beneficiar de escuchar
una charla como esta, para entender mejor y respetar su propia sexualidad y la
de los demás. El tema es extremadamente complejo y no pretendemos más que hacer
unos apuntes de lo que hemos sido capaces de absorber. Pero en todo caso,
animamos a todos que sigan estudiando e investigando el tema que nos ha abierto
la mente a nuevos horizontes existenciales.
En esta entrada presentamos el resumen
de la primera parte del seminario. En la siguiente, Marcello los ofrece el resumen de la segunda parte.
"Para poder llenar tu taza hay que vaciarla primero"
proverbio chino
Vaciando la taza
Por Janaina Minelli
Andrei
Moreira empezó explicando que se interesó por investigar el tema de la
homosexualidad a la luz de las enseñanzas espiritistas porque notaba que en
este campo había mucha opinión y poca investigación. Andrei aclaró que no
existe lo que se pueda denominar “la" visión espírita de la homosexualidad,
sino una diversidad de puntos de vista. Éstos pueden estar más o menos
informados por la percepción actual que la ciencia aporta a la discusión a
través de las investigaciones desarrolladas en las ramas de la psiquiatría,
la psicología y la medicina.
Inicialmente
Andrei nos recordó la recomendación de la espiritualidad de tratar con atención
y resto a los millones de hombres y mujeres en experiencias homosexuales, en
igualdad de condiciones con los heterosexuales, como podemos ver en el capítulo
21 del libro “Vida y sexo”, psicografiado por Chico Xavier y dictado por
Emmanuel.
Desafortunadamente vemos que de forma cotidiana se falta al respeto con esta minoría
social, como se puede comprobar en los indignantes sucesos homofóbicos y en
formas de discriminación más o menos aceptadas socialmente, como son el acoso
escolar a las y los adolescentes homosexuales o la infinidad de chistes y
bromas sobre el tema. Andrei nos explicó que hay estudios psiquiátricos que
demuestran que los homosexuales son “expulsados”, de forma directa o indirecta,
incluso de la convivencia familiar: la investigación ha detectado que, cuando
comparados con heterosexuales, miembros del colectivo homosexual suelen pasar
más tiempo con sus amigos, la familia de elección, que con su familia biológica.
En función de la exposición sistemática a la falta de comprensión y respeto a
lo largo de sus vidas y su consecuente exclusión social, y en algunos casos
también familiar, la psiquiatría ha identificado niveles de ansiedad y angustia
más elevados en el colectivo homosexual que en el heterosexual. Esta situación amplia
la posibilidad de vivencias marcadas por la marginalidad, las drogas, la
prostitución y, en casos más extremos, el suicidio, por parte de las personas homosexuales.
Según
Michel Foucault,
historiador de las ideas, psicólogo, teórico social y filósofo francés,
la visión de la sexualidad cumple una función de manipulación de las masas por
las estructuras de poder. Siglos de dominación religiosa todavía hoy siguen influyendo
en el consciente y en el inconsciente de las personas. En esencia, el ideario
machista ha servido históricamente para dominar y reprimir formas alternativas
de organización social.
Según
ha explicado Andrei, en los textos bíblicos del viejo testamento, por ejemplo,
lo que vemos ponerse de manifiesto nos es una crítica a la homosexualidad en
sí, sino la amenaza que esta práctica significaba para la estructura de poder,
dominada por hombres que trasmitían el mando de generación a generación. Los historiadores
han llegado a la conclusión de que era inaceptable que hombres, responsables
por el mantenimiento de la organización político-social de las tribus judías, asumieran
comportamientos característicos del sexo femenino, socialmente considerado
inferior. De hecho, en la biblia no se hace referencia a la homosexualidad tal
como la entendemos en la actualidad, sino a cultos paganos en los que prostitutos
sagrados desempeñaban funciones ritualísticas.
En
todo caso, lo que vemos es que el ideario machista ha ejercido una función
socio-política de dominación, identificando la mujer como un ser inferior, y a
todo aquél que asumiera comportamientos femeninos, por ende, como seres inferiores.
En la actualidad, el ideario machista se actualiza, por ejemplo, en la forma
como la homosexualidad femenina parece ser socialmente más tolerada que la
masculina. Dos hombres que se comporten como mujeres pueden ser abiertamente menospreciados
por su comportamiento inferior, mientras que a las mujeres homosexuales, desde
el ideario machista, no se les reconoce la madurez sexual: “se creen
homosexuales porque todavía no han encontrado a su hombre”.
Andrei
ha explicado que la crítica y el menosprecio hacia el comportamiento sexual de los
demás denota, como han demostrado numerosas investigaciones científicas, la
incapacidad de comprender y aceptar la propia sexualidad. Nos puso el ejemplo
de una investigación en la que los participantes fueron clasificados, después
de entrevistas preliminares, en dos grupos: homofóbicos y no homofóbicos. Luego
utilizando técnicas para medir el riego sanguíneo en situación de excitación
sexual, los investigadores invitaron los participantes a observar películas
porno homosexuales. Luego, tenían que valorar su nivel de excitación del 0 al
10. Los resultados, según nos contó el conferenciante, fueron que los
participantes con tendencias homofóbicas tenían un mayor nivel de excitación
sexual ante la pornografía homosexual que los del otro grupo, pero, en cambio, lo
negaban rotundamente en el momento de la evaluación de su nivel de excitación.
Experimentos como este han desconcertado a los psiquiatras: ¿qué extraño fenómeno
es este que, contra todas las evidencias, lleva a la represión del propio deseo
sexual y al rechazo sistemático de las personas que asumen abiertamente su
sexualidad? La respuesta no es sencilla y cada caso tendrá una historia muy
particular, pero al parecer el homófobico tiene miedo a identificarse con algo
a que considera impuro, condenable, obsceno e inferior. Hay que reconocer que
para muchas personas, hasta hace poco tiempo, la única expresión legítima de la
sexualidad era su función reproductiva. Son siglos y siglos de ideario machista
reafirmado por dogmas religiosos reprimiendo la vivencia y libre expresión de la
sexualidad humana.
Andrei
también nos presentó un histórico de la visión de la sexualidad. Contra la
tesis de que "siempre hubo homosexuales", como en la Grecia Antigua o
en el Egipto, el conferenciante nos ha invitado a considerar que "el
homosexual" que conocemos actualmente es una invención relativamente
reciente del discurso psiquiátrico moderno, que data de finales del siglo XIX. Lo
que había antes de que nos rotuláramos los unos a los otros como hetero o homosexuales,
era la sexualidad libre. En 1533 el rey Emrique VIII criminalizó la
homosexualidad, que luego dejó de ser un crimen para convertirse en una patología,
en 1870, de la mano de investigadores como Carl Friedrich. A partir de 1973,
presionada por el movimiento gay que se había organizado en la última década, la Asociación Americana de Psiquiatría se dispone a revisar
las investigaciones realizadas por Friedrich. Se pone entonces de manifiesto
que los sujetos investigados eran en su mayoría criminales y desequilibrados
mentales graves, lo que producía un sesgo inaceptable desde el punto de vista
científico. Desde
1973, la homosexualidad dejó de ser clasificada como una enfermedad por la
Asociación Americana de Psiquiatría. En 1975 la Asociación Americana de
psicología adoptó el mismo procedimiento.
Parece haber suficientes evidencias
científicas para una base biológica de la homosexualidad, por lo menos en casos
que se manifiestan con mucha intensidad desde la niñez. Hay evidencias
hormonales, anatómicas, cognitivas y genéticas que dan a entender que puede
haber factores biológicos influyendo en el comportamiento sexual. Sin embargo,
la verdad, como nos ha hecho comprender Andrei, es que aun que se pueda observar
el comportamiento sexual de los seres humanos, no es posible explicar “el deseo”
con el conocimiento científico actual. No hay una única explicación razonable
para la homosexualidad, pero tampoco la hay para la heterosexualidad: indagar
en la causa de la homosexualidad es también indagar en la heterosexualidad.
La homosexualidad, según la ciencia, es
una orientación afectivo-sexual normal. En el derecho se considera que la persona
debe ser identificada y respetada según su sexo psíquico, y no biológico. Bajo
el punto de vista espírita, la homosexualidad ha sido catalogada en ocasiones como
enfermedad o disturbio de la sexualidad, en consonancia con principios de la
psiquiatría ya ultrapasados en la actualidad. Es evidente que la sociedad está
en transformación y que nuevos valores son llamados a la elaboración de relaciones
más respetuosas y solidarias. El espiritismo, que camina como orientó Kardec,
acompañando la ciencia, puede aportar importantes reflexiones de orden práctica
en este campo. La ley de la reencarnación nos hace contemplar la existencia
física con mayor serenidad, una vez que conocemos la realidad de la
inmortalidad del espíritu. Las personas que piensan que la vida se reduce a una
existencia física pueden, por ejemplo, sentirse ansiosas ante las “marcas”
psicológicas que la adopción por padres homosexuales puede provocar en los niños, pero pensar en la
cuestión desde la inmortalidad del espíritu permite ponderar que hay relaciones
cármicas uniendo las familias, también las menos convencionales que ya son una
realidad actualmente. Como nos dijo Andrei, es evidente que los hijos de
parejas homosexuales tendrán sus marcas psicológicas, así como también las
tienen los hijos de parejas divorciadas, los hijos creados por los abuelos y
los hijos creados en hogares donde no hay amor… Andrei nos ha planteado preguntas : ¿Cómo te
sentirías si supieras que en la clase de tus hijos hay hijos de parejas
homosexuales?¿Los invitarías a la fiesta de cumpleaños de tus hijos?
Estas y otras cuestiones, en realidad,
no nos sitúan en relación a los homosexuales: nos posicionan en relación a la
sexualidad humana, cuyo valor máximo debe ser el respeto al momento psicológico
de uno mismo y de los demás.