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domingo, 12 de febrero de 2012

Más cosas entre el cielo y la tierra...

Querida familia CEADS,

Ayer en la clase de ESDE, dedicamos la clase al estudio de términos fundamentales en nuestra amada doctrina: el “principio vital” y el “principio espiritual”. Os presento un pequeño resumen de la discusión, ampliado por una revisión del Libro de los Espíritus. Los que habéis estado en clase, los compañeros espíritas más experimentados y todos los lectores del blog estáis des de luego invitados a corregir y completar este texto con vuestras aportaciones, ¿de acuerdo?

Existen tres elementos distintos y necesarios para que exista la vida orgánica tal como la entendemos en el plano de los encarnados: la materia, el principio vital y el principio inteligente. Estos elementos son independientes entre sí, pero son todos ingredientes necesarios para que una planta, un animal o un ser humano vivan en el plano material. Podemos distinguir tres grandes grupos de seres: 
  • los seres inanimados formados únicamente de materia, sin vitalidad ni inteligencia, que son los cuerpos brutos. 
  • los seres animados no pensantes, formados de materia y dotados de vitalidad, pero desprovistos de inteligencia.
  • los seres animados que piensan, formados de materia, dotados de vitalidad y que tienen además un principio inteligente que les da la facultad de pensar.
Vayamos por partes, no sé a vosotros, pero a mí el tema me resulta extremadamente complejo:

La materia. Generalmente, se define la materia como lo que tiene extensión, lo que impresiona a nuestros sentidos y es impenetrable, es decir, todo aquello que ocupa un sitio en el espacio, se puede tocar, se puede sentir, se puede medir, etc. Nos explican los espíritus, sin embargo, que la materia existe en estados que nos son desconocidos y puede ser, por ejemplo, tan etérea y sutil que ninguna impresión produzca en nuestros sentidos. En dicho estado, ninguna impresión produciría en nosotros, pero seguiría siendo materia. En la codificación, los espíritus describen la materia como “el lazo que sujeta al espíritu; el instrumento que el espíritu emplea y sobre el cual ejerce, al mismo tiempo, su acción.” Se puede definir la materia como el medio con la ayuda del cual y sobre el cual actúa el espíritu. Muerto el ser orgánico, la materia inerte se descompone y toma nueva forma; sus elementos sufren combinaciones que forman nuevos seres.

El principio vital. Es común a todos los seres vivos, desde las plantas hasta el hombre, aun que, según nos informan los espíritus, se encuentra modificado según las especies. El principio vital es lo que anima el cuerpo de los hombres, animales y plantas. Tiene su origen en el fluido universal y es el intermediario, el lazo entre el espíritu y la materia. El principio vital es lo que da el impulso a la actividad intima de los órganos, una especie de fuerza motriz de los cuerpos orgánicos. La cantidad de fluido vital no es un factor absoluto para todos los seres orgánicos; varía según las especies y no es un factor constante, bien sea en el mismo individuo, o en individuos de la misma especie. Los hay que están saturados de él, mientras que otros disponen apenas de una cantidad suficiente, y de aquí que la vida sea en algunos más activa, más vibrante y en cierto modo superabundante. Muerto el ser orgánico, el principio vital vuelve a su fuente, el fluido cósmico universal.

El principio inteligente. Los Espíritus son individualizaciones del principio inteligente, como los cuerpos son individualizaciones del principio material. En los seres inferiores de la creación se elabora el principio inteligente, se individualiza poco a poco y se ensaya para la vida. Este es hasta cierto punto, un trabajo preparatorio como el de la germinación, después del cual el principio inteligente experimenta una transformación y se convierte en Espíritu. Entonces empieza para él, el período de la humanidad, y con él la conciencia de su futuro, la distinción del bien y del mal y la responsabilidad de sus actos; como después del período de la infancia viene el de la adolescencia, después de la juventud y en fin la edad madura. Desde el momento en que el principio inteligente alcanza el grado necesario para ser Espíritu y entrar en el período de humanidad, cesa de tener relación con su estado primitivo y deja de ser el alma de los animales, como el árbol ya no es la simiente. No es fácil de analizar al espíritu con el lenguaje humano porque el espíritu no es una cosa palpable. La inteligencia es uno de sus atributos. La inteligencia es una facultad especial del espíritu, propia de cierta clase de seres orgánicos. La inteligencia da a los seres, a través del pensamiento, la voluntad de actuar, la conciencia de su existencia y de la individualidad, así como también los medios para establecer relaciones con el mundo exterior y de atender a sus necesidades. El principio inteligente proviene del elemento inteligente universal, sobrevive a la muerte orgánica de la materia y reencarna en una escala ascendiente de progreso con el fin de alcanzar el perfeccionamiento moral e intelectual.

Me he dado cuenta a lo largo de este estudio de que yo confundía VIDA con “principio vital”. Para que exista VIDA, tal como la entendemos en la frecuencia vibratoria de los encarnados, hace falta el elemento material, el principio vital y el principio inteligente (o un espíritu). Sin embargo, cualquiera de estos elementos puede existir sin los demás. Nuestro compañero Jonah nos aclaró que la muerte física no es instantánea, sino que la vida se va apagando poco a poco. Hay células en nuestro cuerpo físico que siguen trabajando después de que se declara muerta una persona, como, por ejemplo, las del pelo y de las uñas, que son más resistentes. Esto quiere decir que mismo después que el espíritu abandona la materia, una cierta porción de principio vital la sigue impregnando. Mientras preparaba este resumen también me he acordado de haber leído que los suicidas, que interrumpen sus vidas cuando el cuerpo físico aun dispone de elevada cantidad de principio vital, se sienten enormemente aturdidos y atraídos a sus cuerpos físicos, incapaces de libertarse de la materia. Se entiende que, en condiciones normales, los cuerpos de los desencarnados (su periespíritu) no estaria animado por el principio vital. Se ve que en la frecuencia vibratoria de los desencarnados, la materia se encuentra en un nivel tan elevado de sutiliza que carece del principio vital para que el espíritu pueda actuar sobre él.

En clase también discutimos la posibilidad de ampliar esta definición de vida, dejando de lado la restricción de aplicarse únicamente a los cuerpos orgánicos. Los científicos han encontrado seres que se alimentan y reproducen en condiciones extremas, como las bacterias termófilas, por ejemplo. esto también me ha recordado las clases de biología en el instituto, cuando el profesor nos explicó qué son los virus, afirmadno que no se sabía al cierto si son formas de vida o no. Por esta razón he intentado dejar claro que estos apuntes se restringen a la vida orgánica tal como la entendemos en el plano material de los encarnados. Finalmente habría que añadir que todo esto está condicionado por nuestra capacidad intelectual y moral, que no da para más, de momento…Los espíritus nos recuerdan incontables veces en el libro de los espíritus que nuestra capacidad de abstracción, así como nuestro lenguaje son aun muy limitados para comprender muchas cosas.
Sigamos trabajando en la senda del bien, del amor y de la paz, purificándonos, como nos orientan los espíritus, para desarrollar las facultades que nos hacen falta para un día penetrar en el misterio de las cosas. Hasta entonces, ocupémonos de vivir según las enseñanzas de Nuestro Maestro Mayor y de seguir estudiando nuestra amada doctrina.

Con mis deseos de una semana plena de amor y paz para todos,

Cariños de la hermana menor!

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