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domingo, 19 de febrero de 2012

Origen y naturaleza de los Espíritus

Hola familia,

como de costumbre, ayer nos reunimos en CEADS. Dedicamos la clase a sacar dudas que habían quedado de la clase anterior. Para esto, nuestros queridos monitores Alfredo y Rafa nos trajeron otro texto, que ampliaba el tema. No podemos tener la pretensión de penetrar en los misterios de Dios y llegar a comprender en detalle cómo creó la vida. Los espíritus nos advierten constantemente que nuestra capacidad de comprensión y lenguaje son muy limitados para ello. Es evidente que hoy día se sabe más sobre el universo, su origen y leyes constituyentes, pero para avanzar más los científicos tendrán que rendirse a las verdades espirituales, las gentes tendrán que instruirse sobre los temas del intelecto y del espíritu, y el conocimiento (científico y espiritual) tendrá que democratizarse. ¿Por qué el espiritismo dedica tantas páginas entonces a la explicación de algo que aun no somos capaces de entender en toda su complejidad? En primer lugar, porque como nos dijo el Espíritu de la Verdad, amar es el primer mandamiento, el segundo, ¡INSTRUIRNOS! La disciplina y la inquietud por el conocimiento son actitudes esenciales del ser que peregrina hacia la perfección. En segundo lugar, el estudio que el espiritismo nos ofrece no debe servir para otra cosa que no sea despertarnos para nuestra realidad transcendental, encendiendo en los hombres y mujeres la compresión de su responsabilidad en cada acto, pensamiento y palabra.

Os deseo a tod@s una semana de armonía y trabajo. Que nuestro amado Maestro nos sigua iluminando el camino en este peregrinaje hacia la casa de nuestro Padre Celestial.
Cariños de la hermana menor.


ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS ESPÍRITUS

En la investigación del origen de la vida, la biología nos ofrece un vasto campo de estudio a través de varias hipótesis. Estudiaremos aquí la enseñada por los Espíritus Superiores, que al mismo tiempo llega a representarse en su casi totalidad el consenso general de la ciencia oficial.

«Buscando establecer ideas seguras acerca del cuero espiritual. Será preciso remontarnos, de algún modo, a los orígenes de la vida en la Tierra, cuando recién cesaban las convulsiones telúricas, por medio de las cuales los Ministros Angélicos de la Sabiduría Divina, con la supervisión de Cristo y en nombre de Dios, lanzaron los fundamentos de la vida en el cuerpo ciclópeo del planeta (...)».



Luego de la formación de la Tierra, a partir de una materia elemental existente, los espíritus superiores actúan sobre el planeta propiciando la aparición de extensas superficies de mares tibios o calientes y de « (...) una gigantesca masa viscosa que se extiende en el seno del paisaje primitivo. (...)

De esa jalea cósmica fluye el principio inteligente en sus primeras manifestaciones (...)» este principio inteligente o monada celestial, en el transcurso de miles de años es elaborado y magnetizado por la espiritualidad mayor, hasta llegar a manifestarse en « (...) una red filamentosa protoplasmática de la cual habría de derivarse la existencia organizada en el globo constituido.

Aparecen los virus y con ellos surge el campo principal de la existencia, formado por nucleoproteínas y globulinas, que ofrece el medio adecuado a los principios inteligentes o monadas fundamentales, que se destacan de la sustancia viva...» originándose de esta manera las formas primitivas de microorganismos que evolucionan sucesivamente, a través de miles y miles de años, hacia los minerales, los vegetales, (inferiores y superiores), los animales (esponjas, crustáceos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos) hasta llegar, en el periodo cuaternario, a la aparición de la forma humana.

Si bien comprendemos que el principio divino arribó a la Tierra emanado de la Esfera Espiritual, trayendo en su mecanismo el arquetipo al que estaba destinado, (...) no podemos circunscribir su experiencia al plano físico simplemente considerado, ya que a través del nacimiento y la muerte de la forma sufre constantes modificaciones en los dos planos en los que se manifiesta (...)». De allí que consideremos que la evolución de las formas de la vida en nuestro planeta no se produjo solamente en su manifestación en el campo físico, sino también en el extrafísico; se justifica así la ignorancia en que la ciencia todavía se mantiene frente a los llamados «eslabones perdidos» de la evolución. Si la ciencia considerase la evolución más allá de la materia comprendería el proceso lento, aunque continuo y gradual, de la vida y no se detendría en las búsquedas infructíferas para hallar tales eslabones perdidos.

El hecho de que una especie de antropoides irguiera la columna vertebral en sentido vertical, considerado por la biología como un grandioso y glorioso hito evolutivo, tiene igualmente elevadas implicaciones al tratarse al hombre como ser espiritual significa la conquista de la razón. A partir de allí ya no se habla de elemento espiritual sino de una individualidad organizada, destinada a la perfección, llamada Espíritu.

A la evolución de la forma se equiparo la evolución moral. El perfeccionamiento del cuerpo físico generó la depuración de los sentidos y al aumentar la percepción exterior, la orientación directa ejercida por los Espíritus Superiores fue disminuyendo gradualmente dejando al hombre progresar mediante la adquisición del libre albedrío. Antes de dejar algunos comentarios respecto a la naturaleza de los espíritus, es importante establecer la diferencia entre principio espiritual y principio vital.

«(...) Hay en la materia orgánica un principio especial, que no se puede aprender y que todavía no puede ser definido: el principio vital. Activo en el ser viviente, ese principio esta extinguido en el ser muerto. (...)» Los seres orgánicos asimilan el principio vital para realizar todas las funciones vitales. Los seres inertes, como por ejemplo los minerales, no asimilan este principio y las estructuras químicas, tales como el hidrógeno, oxigeno, carbono, nitrógeno, etc. se combinan entre sí, formando los diversos tipos de cuerpo inorgánicos, ampliamente distribuidos en la naturaleza. El principio vital modifica la constitución molecular de un cuerpo, dándole propiedades especiales.

«La actividad del principio vital es alimentada durante la vida por la acción del funcionamiento de los órganos. Cuando cesa tal acción, por causa de muerte, el principio vital se extingue. (...)» A partir de la extinción del principio vital, la materia se descompone en sus elementos constitutivos (oxigeno, carbono, nitrógeno, etc.) los cuales podrán componerse para formar cuerpos inertes o inorgánicos, o se mantendrán dispersos hasta la formación de nuevas combinaciones.

El principio espiritual «tiene existencia propia» . . . Individualizado, el elemento espiritual constituye los seres llamados espíritus. (...) Y espíritus son, por lo tanto, «individualidades inteligentes, incorpóreas, que pueblan el Universo, creados por Dios, independientes de la materia. Prescindiendo del mundo corporal, actúan sobre él y tornándose corpóreos a través de la carne reciben estímulos, transmiten impresiones, en intercambio significativo y continuo (...)»

La naturaleza de los espíritus es algo que poco o nada sabemos. La pregunta 82 de «El libro de los Espíritus» sobre la inmaterialidad de los espíritus nos dice así: « (...) Inmaterial no es el termino correcto; incorpóreo sería más exacto, pues debes comprender que, siendo creación, el espíritu ha de ser alguna cosa. Es materia quintaesenciada, pero sin analogía para vosotros, y tan etérea que escapa enteramente al alcance de nuestros sentidos. (...)»

En la misma pregunta, inmediatamente después Kardec completa: «Decimos que los Espíritus son inmateriales porque por su esencia difieren de todo lo que conocemos bajo el nombre de materia. Un pueblo de ciegos carecería de términos para expresar la luz y sus efectos . . . nosotros somos verdaderos ciegos en relación con la esencia de los seres sobrehumanos (...)»

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Para seguir investigando

La Génesis - Obra básica del Espiritismo. 

A Camino de la Luz. Chico Xavier (André Luis, espíritu)

Evolución en dos mundos. Chico Xavier (André Luis, espíritu)

Lo que Darwin descubrió al admirar la naturaleza. Artículo en portada de Uciencia. Número 1. Julio 2009.

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