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domingo, 21 de octubre de 2012

Aborto, ¡NO!: por una cuestión de derechos humanos

Hola familia,

Ayer fue día de conferencia y nuestro amigo y presidente del Centre Espírita Amalia Domingo Soler, Alfredo Tabueña, Alfredito, nos presentó un emocionante estudio titulado Aborto: frustración de una encarnación.

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Las palabras iniciales de Alfredo fueron de profundo respeto por las personas que hayan realizado el aborto en el pasado o por alguna razón lo hayan planteado. Nadie tiene el derecho de juzgar a sus semejantes y el objetivo de su charla de ninguna manera es la crítica a quienes hayan dado este paso, sino defender la vida de los seres que están en formación, compartiendo lo que ha aprendido de las enseñanzas de los espíritus sobre la realidad espiritual. La formación de un nuevo cuerpo humano, nos dijo Alfredo, aun que no despierte amor, debe hacer surgir por lo menos un profundo respeto por su belleza y perfección. Más allá del desarrollo de la forma física, que ya es un proceso fascinante, debemos comprender que un embrión en formación es mucho más que una simple aglomeración de carne. Cada vez que una mujer abriga en su vientre un ser en formación, empieza una nueva fase de la existencia de un espíritu inmortal. La vida es única, entera, mucho más que lo concebido por los materialistas: el lapso de tiempo entre la cuna y el túmulo. Cuando un nuevo cuerpo empieza a formarse en el vientre materno, existe un lazo magnético que une el espíritu reencarnante al de su madre. A medida que el cuerpo sigue su proceso de formación, este lazo se va estrechando hasta el momento del nacimiento.

En el Libro de los Espíritus, Kardec pregunta:
358 – ¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que sea la época de la concepción?
A lo que los espíritus le contestan:
Existe siempre crimen cuando violáis la ley de Dios. La madre, o cualquier persona, cometerá siempre un crimen, quitando la vida al niño antes de nacer, porque le está impidiendo al alma soportar las pruebas, cuyo instrumento había de ser el cuerpo.
Muchas personas intentan justificar el aborto buscando determinar en qué momento este conjunto de células en formación se convierte en un ser humano. Algunas personas, al no reconocer la forma humana la primeras fases del desarrollo del feto, afirman ser el aborto legítimo en estas fases iniciales del embarazo. Sabemos, sin embargo, que el espíritu reencarnante es un ser inmortal, y que además su acercamiento a la nueva familia empieza, en muchos casos, mucho tiempo antes del momento de la concepción. Los que debaten si hay crimen contra la vida, si el aborto realizado en las primeras horas, si en los primeros días o meses, ignoran algo que los espíritus explican a través del relato de inúmeros casos de reencarnación descritos en obras mediumnicas: meses o incluso hasta años antes de la concepción de un nuevo ser en el seno de una familia, los progenitores son presentados a los que serán sus hijos en la Tierra. Nadie encarna por casualidad en el seno de una familia. Los lazos que reúnen a un grupo de espíritus en una familia pueden ser de afecto o desafecto, siempre ofreciendo a todos las oportunidades de rescate y crecimiento necesarias para el ennoblecimiento de las almas. Cada espíritu reencarna en el lugar y en el momento más adecuado para su evolución moral e intelectual.

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Actualmente los estudiosos de la embriología humana, como Churcill Livingtone, ya reconocen que el cigoto, pese a su sencillez ante la complejidad de un ser humano totalmente formado, presenta ya un potencial genético único e irrepetible. Por encima de la realidad material, existe una realidad espiritual: el espíritu no nace en el momento de la fecundación, sino que es un ser que posee un patrimonio de experiencias y busca en la nueva encarnación la continuidad de su trayectoria evolutiva. El hecho de no estar aun encarnado no reduce en nada su humanidad. El espíritu cuyo cuerpo se encuentra en formación en el vientre materno es un ser humano con tanto derecho a la vida como cualquier otro ser humano ya encarnado. Muchas veces el argumento que se utiliza para defender el aborto es el de que la mujer es la única que debe opinar sobre qué hacer con su cuerpo. Este principio, sin embargo, en el caso del aborto, choca contra la libertad del espíritu reencarnante, puesto que el aborto no destruye el cuerpo de la madre, sino que destruye el cuerpo de un espíritu que espera volver a la carne para seguir su proceso evolutivo. El egoísmo, el materialismo y sobretodo la ignorancia buscan de esta manera formas de justificar lo injustificable: el que debe nacer no es menos humano que los que están encarnados, por tanto, en cualquier situación es un crimen contra la humanidad permitir que se le interrumpa la gestación.
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La legislación en España y en algunos países permite en aborto en el caso de abuso sexual y malformaciones graves del feto. Tampoco en estos casos, por duro y difícil que nos sea comprender o aceptar una situación dramática como esta, es legítimo el aborto en una perspectiva espiritual. El aborto no es aceptable bajo ningún concepto porque cada nueva existencia en la carne, con todas sus  características de pruebas y expiaciones, representa para el espíritu una oportunidad de armonizarse con el pasado y progresar para un futuro de más equilibrio psíquico y físico. Informaciones del plano espiritual nos dicen que la población de espíritus desencarnados es por lo menos cuatro veces superior a la de los encarnados. A saber cuánto tiempo estaría el reencarnante esperando por la oportunidad de volver a la Tierra… Una cosa sí es segura: el ser que viene a una familia tiene ahí lazos de afecto o necesidad de reajuste. Un aborto estaría impidiendo que, a través de la fuerza del amor de los lazos consanguíneos, una víctima del pasado nos ayude a elevarnos, o que un verdugo pueda reconciliarse con nosotros. El amor es lo único que puede reconciliarnos con la vida.

La charla tan emocionante de nuestro compañero Alfredo nos enseña que respetar la vida es algo más que respetar la vida encarnada. Los que somos consientes de la realidad espiritual sabemos que la vida no está circunscrita a una única dimensión. Respetar la vida y los derechos humanos implica respetar la vida en todas las franjas vibratorias en la que ésta se mueve. Cuando ya no esté caracterizado este planeta por la ignorancia de las leyes cósmicas universales, ya no será necesario hacer bandera de la criminalidad del aborto. Hasta entonces, los espíritas seguiremos informando sobre la grave equivocación que consiste interrumpir la trayectoria evolutiva de un ser inmortal.

Con el más vivo deseo de que cada vez seamos más los que comprendemos esta realidad, me despido de los hermanos de mi alma.

Cariños, siempre

2 comentarios:

  1. Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa¡¡¡

    Fue una tarde linda pata todos y, estoy seguro, que a nivel espiritual se pudo aprovechar todo nuestro trabajo para orientar y ayudar a entidades relacionadas con el tema del aborto.

    ¡Muchas gracias a todos¡.

    Alfredo

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  2. Gracias a ti, Alfredito, un amigo cercano, siempre pronto a apoyarnos cuando lo necesitamos. Tu trabajo nos va abriendo puertas mentales a nuevas reflexiones. Así seguimos creciendo todos juntos!!!

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