Buenas noches,
El pasado sábado nuestra bloguera Janaina estuvo en Sevilla para un bello trabajo de divulgación y estudio espírita con nuestros compañeros del Grupo Espírita Nuevo Amanecer Joanna de Angelis.
Por lo que no tenemos el resumen de mi conferencia pero os prometo que lo haré esta semana y colgaré en nuestro blog.
Por ahora os dejo el texto de estudio para la próxima clase del ESDE que será guiada por Marcello y Andrea Firenze este sábado 25 de enero de 2014, a las 17:30 horas, en CEADS.
¡Que tengamos una maravillosa semana!
Andrea
Desigualdad de las riquezas: las pruebas de la riqueza y de la miseria
La
igualdad de las riquezas no es posible: «(...) A eso se opone la diversidad de
las facultades y caracteres.» (1)
Los
hombres no son iguales. Unos son más previsores, otros menos. Unos más
egoístas, otros menos. Unos más inteligentes, activos y trabajadores, otros
menos. Entonces, si fuera «(...) la riqueza repartida en partes iguales, a cada
uno daría una porción mínima e insuficiente que, suponiendo efectuada esa
repartición, el equilibrio estaría roto en poco tiempo, por la diversidad de
los caracteres y las aptitudes; que,
suponiéndola posible y duradera, si cada uno no tiene más que con qué vivir, el
resultado sería el aniquilamiento de todos los grandes trabajos que concurren al
progreso y bienestar dela humanidad; que, admitiendo que se le diera a cada uno
lo necesario, ya no existiría el incentivo que impulsa a los hombres a los
descubrimientos y a las empresas útiles. Si Dios la concentra en ciertos puntos
es para que de ahí se expanda en cantidad suficiente, de acuerdo con las
necesidades. (...)» (4)
Dios
concedió las pruebas de la riqueza a unos y las de la pobreza a otros, «para
probarlos de modos diferentes. «(...) Además de eso, como sabéis, esas pruebas
fueron escogidas por los mismos Espíritus, que sin embargo, con frecuencia
sucumben en ellas». (2)
«(...)
Una de las pruebas más difíciles es la de la pobreza, tanto como lo es la de la
riqueza.
En la
primera, el Espíritu puede sufrir la tentación de la rebeldía. En la segunda,
la del abuso de los bienes de la vida, desvirtuando sus supremos objetivos...
Espíritus
realmente evolucionados o simplemente esclarecidos sobre la Ley de Causa y
Efecto, pueden solicitar la prueba de la pobreza, como oportunidad para el
acrisolamiento de cualidades o la realización de tareas.
Algunas
veces, el mal uso de la riqueza, en una existencia procedente, lleva al
Espíritu a pedir la condición contraria, con lo que espera resarcir abusos
cometidos y ponerse a salvo de nuevas tentaciones, para las cuales no se sienta
suficientemente fuerte. (...)
El
libre albedrío del hombre puede conducirlo a la pobreza, sin que lo justifiquen
antecedentes espirituales, causas ligadas al pasado. (...)» (8) Por ejemplo, la
falta de estímulo para enfrentar los problemas de la vida, la pereza, la falta
de previsión, que son factores que pueden conducir al hombre al estado de
dificultades económicas.
«(...)
La pobreza es, para los que la sufren, la prueba de la paciencia y de la resignación;
la riqueza es, para los otros, la prueba de la caridad y de la abnegación.
(...)» (4)
«Si la
riqueza hubiera de constituir un obstáculo absoluto a la salvación de los que
la poseen, conforme se podría inferir de ciertas palabras, de Jesús,
interpretadas según la letra y no según el espíritu, Dios, que la concede,
había puesto en las manos de algunos un instrumento de perdición, sin apelación
de ninguna clase, idea que repugna a la razón. Sin duda, por los excesos a que
da origen, por las tentaciones que genera y por la fascinación que ejerce, la
riqueza constituye una prueba muy arriesgada, más peligrosa que la de la miseria.
Es el supremo excitante del orgullo, del egoísmo y de la vida sensual. (...)»
(5)
Cuando
Jesús dijo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que entre
un rico en el reino de los cielos» (Mateo, 19:24; Marcos, 10:25; Lucas, 18:25)
se estaba refiriendo a los males, a las tentaciones a que la riqueza puede
conducir al hombre.
Es
erróneo interpretar que el rico no puede alcanzar la perfección; no fue lo que
Jesús anunció. «(...) Si la riqueza solamente hubiera de producir males, Dios
no la habría puesto en la Tierra. Compete al hombre hacerla producir bien. Si
no es un elemento directo de progreso moral es, incuestionablemente, un
poderoso elemento de progreso intelectual. (...) (6)
Por la
riqueza puede el hombre mejorar la situación material del planeta donde vive, mejorar
la producción a través de la relación entre los pueblos; crear mayores y
mejores recursos sociales a través del estudio, la investigación y el trabajo.
«(...) Con razón, pues, la riqueza es considerada elemento de progreso». (7)
La riqueza
favorece las mayores tentaciones, por eso es difícil al rico acceder al reino de
los cielos, pero no imposible, pues dispone de innumerables medios para hacer
el bien. Pero, eso es justamente lo que no siempre hace. «(...) Se vuelve
egoísta, orgulloso e insaciable.» (...) (3) Es por esos hechos que la prueba de
la riqueza, a pesar de ser tan difícil como la de la pobreza, es más peligrosa
para el progreso moral del hombre.
01. KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus. Trad. Alberto Giordano. 3.
ed. BuenosAires, Editora Argentina «18 de Abril», 1983. Preg. 811.
02. __. Preg. 814.
03. __. Preg. 816.
04. __. No se puede servir a Dios y a las Riquezas. In: __ El Evangelio
Según el Espiritismo. Rio de Janeiro, FEB, 1979. Item 8.
4a. __. No se puede servir a Dios y a las Riquezas. In: __ El Evangelio
Según el Espiritismo. Trad. de Alberto Giordano. 3. ed. Buenos Aires, Editora Argentina
«18 de Abril», 1982. Item
08.
05. __. Item 7.
06. __. Item 7.
07. __. Item 7.
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