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martes, 25 de febrero de 2014

El deber

Hola familia de mi alma,

el próximo sábado en CEADS nos dedicaremos al estudio Sistematizado del Evangelio. Os dejo el texto de lectura de la clase. ¡Nos vemos allí!

Cariños de la hermana menor

INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS

El deber

7. El deber es la obligación moral, primero con respecto a sí mismo, y en seguida con respecto a los
otros. El deber es la ley de la vida, se encuentra en los más ínfimos detalles, lo mismo que en los actos elevados. Yo hablo sólo de deber moral, y no del que imponen las profesiones.

En el orden de sentimientos, el deber es muy difícil de cumplir, porque es el antagonismo de las seducciones del interés y del corazón, sus victorias no tienen testigos y sus derrotas no tienen represión. El deber intimo del hombre está abandonado a su libre albedrío: el aguijón de la conciencia, esta guardiana de la probidad interior, le advierte y le sostiene, pero a menudo permanece impotente ante los sofismas de la pasión. El deber del corazón fielmente observado, eleva al hombre; pero este deber ¿cómo se precisa? ¿En dónde empieza? ¿En dónde se para? "Empieza, precisamente, en el punto en que amenazáis la felicidad o el reposo de vuestro prójimo y termina en el límite que no quisierais ver traspasar para vosotros".


Dios ha criado a todos los hombres iguales para el dolor; pequeños o grandes, ignorantes o ilustrados, sufren por las mismas causas, a fin de que cada uno juzgue sanamente el mal que puede hacer. No existe el mismo criterio para el bien, es infinitamente variado en sus expansiones. “La igualdad ante el dolor es una sublime previsión de Dios, que quiere que sus hijos instruídos, por la experiencia común, no cometan el mal arguyendo la ignorancia de sus efectos”. El deber es el resumen práctico de todas las experiencias morales; es una bravura del alma que desafía las agonías de la lucha; es austero y flexible y pronto a doblarse a las diversas complicaciones, permaneciendo inflexible ante las tentaciones. "El hombre que cumple su deber, ama a Dios más que a las criaturas y a las criaturas más que a sí mismo"; es, a la vez, juez y esclavo de su propia causa.



El deber es el más hermoso florón de la razón, y depende de ella como el hijo depende de su madre. El hombre debe amar el deber, no porque preserve de los males de la vida, a los cuales la humanidad no puede sustraerse, sino porque da al alma el vigor necesario para su desarrollo. El deber engrandece y radia bajo una forma más elevada en cada una de las etapas superiores a la humanidad; la obligación moral no cesa nunca en la criatura de Dios; debe reflejar las virtudes del Eterno, que no acepta un bosquejo imperfecto, porque quiere que la hermosura de su obra resplandezca ante él. (Lázaro. París, 1863).

domingo, 23 de febrero de 2014

La vida sexual de cada criatura

¡Hola familia de mi alma!

ayer en la clase de Estudio Sistematizado de la Doctrina Espírita tuvimos la oportunidad de profundizar en el estudio de dos formas u opciones de vida: el celibato y la poligamia. La semana pasada los monitores ya habían compartido el texto de preparación de la clase. En CEADS nos dividimos en dos grupos, cada uno con un tema, y luego nos volvimos a reunir, cada uno con una serie de conclusiones de la discusión.


En el grupo de la poligamia empezamos puntualizando que el tema no era el del adulterio, sino de una situación en la que legal o culturalmente está aceptado que una persona, en general un hombre, tenga a más de una pareja. Como occidentales viviendo en el siglo XXI no nos identificamos con esta “opción” o forma de vida, pero no se trataba de juzgarla, si no de entender cómo, des de la perspectiva de la Doctrina Espírita, la podemos comprender en el cuadro de la evolución espiritual de la humanidad. En sociedades primitivas o en situaciones de catástrofes o guerras, la poligamia puede significar un acto de amor y caridad en el que un hombre auxilia a más de una mujer ofreciéndoles protección y apoyo; sin embargo, el estatus social por el hecho de poder mantener a más de una familia y la sensualidad parecen ser las causas que llevan a la poligamia siempre que no sea una cuestión humanitaria. En el grupo hicimos hincapié en que la monogamia no asegura una relación basada en el afecto y que el amor puede y debe ser plural: nuestro objetivo como seres humanos es aprender a amar a cuantos más seres mejor. En nuestras relaciones más cercanas, con nuestros padres y hermanos, luego con nuestros amigos, y más tarde en las relaciones laborables, ensayamos para amar a más personas. Poco a poco aprendemos a extender nuestro amor a círculos más amplios de convivencia. Así es como el grupo llegó a la conclusión de que, cuando amemos como hay que amar, ya no importará qué etiqueta ponemos a la unión con nuestros seres queridos, que si monogámica, que si poligámica… De hecho, si llegamos a imaginar un grupo de espíritus afines de gran elevación y el tipo de amor fraterno y sin límites que se dedican unos a otros, nos hacemos una idea de lo poco que entendemos del amor. Comprendemos racionalmente que la abolición de la poligamia es un factor de progreso porque pone al hombre como jerárquicamente en en nivel superior al de la mujer. Aún y así contemplamos la forma como aman los espíritus ya evolucionamos y nos damos cuenta de que su dedicación no se limita a un único ser que eligen como pareja, sino que son ya capaces de dedicarse a la familia humana o cósmica. La frase a continuación, extraída del texto leído en clase, lo pone de forma magistral:
“Interesa reconocer que el intercambio de fuerzas sintonizadas entre almas que se aman supera cualquier exteriorización perceptible de afecto, sosteniendo obras imperecederas de vida y de luz, en las iluminadas esferas del universo”.
En el grupo del celibato, nuestros compañeros hablaron tanto de la imposibilidad de tener una pareja por un impedimento físico, como podría ser una deficiencia, por ejemplo, como de la opción voluntaria del celibato. En ambos casos, el hecho de no tener una pareja podría tener diferentes motivaciones des del puntos de vista del espíritu inmortal: el rescate de deudas en el campo de la sexualidad, que generan la necesidad de armonizarse en nivel energético; una prueba que permite al espíritu consolidar el patrimonio de sentimientos puros y su capacidad de entrega a un ideal sin constituir una familia o mantener relaciones sexuales con otras personas; o finalmente el celibato podría deberse a la elevación ya consolidada en el foro intimo del espíritu capacitado para la entrega totalmente desinteresada y fraterna de su amor y devoción a los demás. En todos y cada uno de los casos, si el celibato se produjera por imposición social, convenciones o sin la motivación interna necesaria para vivirlo des de la comunión con algo más puro y sagrado, no tiene sentido alguno para la evolución del espíritu. Si fuera así sería incluso un acto de desamor hacia uno mismo, lo que resultaría en la incapacidad de amar a los demás de forma altruista.


En la discusión en grupo también se puntualizó la diferencia que, en función de la forma tan primaria como tratamos tantos temas, existe entre el acto sexual y la sexualidad humana. Existen tantas formas de expresar el afecto que sentimos por nuestros seres queridos, pero incontables veces, cuando pensamos en un intercambio amoroso, pensamos en el coito o en caricias de orden intima. No deja de ser rompedor pensar en los abrazos y besos que damos a nuestros amigos y familiares, o en los aprietos de manos que damos en el trabajo, como parte de nuestra forma de expresar - o no - nuestra sexualidad.

Tal vez la frase que mejor resume el contenido de todo lo que dijimos en clase sea la que Marcello escogió para finalizar la explosión de su grupo:  
«(…) Tales consideraciones nos impulsan a concluir que la vida sexual de cada criatura humana es para ella misma un terreno sagrado y que, por eso, la abstención, la relación afectiva, la formación, de una familia, el celibato, el divorcio y otros acontecimientos del campo el amor, son problemas pertinentes a la responsabilidad de cada uno, erigiéndose, por esa razón, en un asunto no de cuerpo a cuerpo, sino de corazón a corazón.»

Pidamos a nuestro Maestro, divino amigo y dador de amor incondicional a toda la humanidad, que nos siga guiando. Que podamos aprender de su ejemplo manso y humilde, pero firme y decidido, a entregar todo el amor que espera expresarse en nuestras almas.


Cariños de la hermana menor

miércoles, 19 de febrero de 2014

CELIBATO Y POLIGAMIA

Hola familia,

nuestros monitores Marcello y Andrea nos envían el texto de la clase de sábado. ¡Nos vemos en CEADS!

Cariños de la hermana menor

CELIBATO Y POLIGAMIA

«(…) El matrimonio, es decir, la unión permanente de dos seres (…) es un progreso en la marcha de la Humanidad». (1) Luego, la poligamia es una ley humana cuya abolición marca un progreso social. El matrimonio, según las miras divinas, tiene que fundarse en el afecto de los seres que se unen. En la poligamia no hay afecto real: hay solamente sensualidad.

«(…) Si la poligamia estuviera conforme con la ley de la Naturaleza, debería tener la posibilidad de llegar a ser universal, lo que sería materialmente imposible, dada la igualdad numérica de los sexos. Debe ser considerada como un uso o legislación especial apropiada a ciertas costumbres que el perfeccionamiento social hizo que desapareciera poco a poco. (3)


«(…) La construcción de la felicidad real no depende del instinto satisfecho. La permuta de las células sexuales entre los seres encarnados, que garantiza la continuidad de las formas físicas en proceso evolutivo, es solamente un aspecto de las múltiples formas de intercambio amoroso. Interesa reconocer que el intercambio de fuerzas sintonizadas entre almas que se aman, supera cualquier exteriorización perceptible de afecto, sustentando obras imperecederas, de vida y de luz, en las ilimitadas esferas del
universo. (…)» (12)

A pesar de que, en los días que corren, existen pueblos que todavía adoptan lo poligamia, como las poblaciones musulmanas del norte de África y gran parte de los asiáticos, la tendencia se dirige por fuerza del progreso moral, hacia la total abolición de esa práctica. «El matrimonio o la unión permanente de dos seres, como es obvio, implica un régimen de vida por el cual dos criaturas se confían la una a la otra, en el campo de la asistencia mutua. Esa unión refleja la Leyes Divinas que permiten que sea dado un esposo para una esposa, un compañero para una compañera, un corazón para otro corazón o viceversa, creando y desenvolviendo valores para la vida. (…)». (9)

Entre la poligamia y la monogamia existe una distancia muy grande y la conquista de esta última revela innegablemente un poderoso paso evolutivo de la humanidad en el área de los sentimientos.

La vida de a dos, enlazados por el matrimonio, ofrece la oportunidad de progreso, pues la constitución de un hogar no sólo permite la reencarnación de los Espíritus y, por consiguiente, el rescate de faltas del pasado, sino que representa la célula de la familia universal, unidad primera de la educación espiritual.


Sin embargo, debemos considerar que existen personas que deliberadamente optan por el celibato. «Abstinencia, en materia de sexo y celibato, en la vida de relación. «Abstinencia, en materia de sexo y celibato, en la vida de relación presupone experiencias de la criatura de dos fajas esenciales, la de aquellos Espíritus que eligen semejante posiciones voluntariamente para perfeccionamiento o servicio, en el transcurso de determinada reencarnación, y la de aquellos otros que se ven forzados a adoptarlas, por obra de inhibiciones diversas…

Los que consiguen abstenerse de la comunión afectiva, … con el fin de ser más útiles al prójimo, por cierto trazan para el los mismos ascensos más rápidos alas cimas del perfeccionamiento. (…) « (7)

Existen almas que, para alcanzar las sagradas realizaciones de Dios, se entregan a tareas de renuncia, durante una existencia de santificada abnegación. En ese menester, es común que abdiquen transitoriamente de los lazos humanos, Para depurar sus afectos y sentimientos en una vida de ascetismo y prolongadas disciplinas materiales. (…)» (10)

«(…) Actuando de ese modo, por amor, al entregar su cuerpo al servicio de los semejantes y, de tal manera, amparando a sus hermanos de la Humanidad, a través de variadas maneras, convierten sus existencia, sin lazos sexuales, en camino de acceso a la sublimación, ambientándose en diferentes climas de creatividad, debido a que la energía sexual en ellos no estancó su flujo; simplemente, esa energía se canaliza hacia otros objetivos – los de naturaleza espiritual. (…)» (7)

Paralelamente a esos seres, «(…) que eligen conscientemente ese tipo de experiencia y se imponen duros regímenes de vida personal, encontramos a aquellos otros, los que han renacido en el cuerpo físico inducidos u obligados a la abstinencia sexual, para atender a inhibiciones irreversibles o a procesos de inversión mediante los cuales sanan errores del pasado o se entregan a pesadas disciplinas que les facilitan el cumplimiento de determinados compromisos, en relación con el espíritu. (…)» (7)

«(…) Iniciativas filantrópicas, actividades religiosas o culturales ennoblecedoras constituyen un valioso programa de superación de pensamientos torturantes, relacionados con el sexo, para favorecer también, la transformación de las energías creadoras en elementos de exaltación del bien y del embellecimiento de la vida. (…)» (6) 


«(…) Numerosos Espíritus reciben de Jesús el permiso para ese genero de esfuerzos santificantes, debido a que en esa tarea, quienes se transforman en eunucos, por el reino de los Cielos, aceleran los procesos de redención del ser o de los seres amados, sumergidos en las pruebas y, simultáneamente por su condición de más evolucionados, pueden ser más fácilmente transformados, en la Tierra, en instrumentos de verdad y del bien, resultando de su trabajo beneficios inestimables para los seres queridos, para la comunidad y para sí mismos». (10)» (…) Afianzan para muchos de ellos, temporariamente, los legados de la prueba benéfica, los deberes del estatuto expiatorio, las exigencias del servicio especializado, en los que estudiantes, deudores y misioneros se imponen la obligación de prolongadas fases de hambre y sed del corazón. No obstante, eso no es obstáculo para el amor. (…)» (11)

«(…) Toda actitud extrema opera desarmonía y perturbación, con lamentables consecuencias que se prolongan más allá del deceso carnal, en procesos de sombras y aflicciones indescriptibles. (…)» (4) De manera que, si el ejercicio de renuncia a que ciertas personas se entregan con fervor los transforma en hipocondríacos o tristes, no deben vacilar en obedecer la prescripción del Apóstol Pablo, en la 1ra. Epístola a los Corintios, capítulo siete, versículo nueve: «(…) Pero, si no pueden contenerse, cásense. Porque es mejor casarse que abrasarse. (…)» (5) 

«(…) Tales consideraciones nos impulsan a concluir que la vida sexual de cada criatura humana es para ella misma un terreno sagrado y que, por eso, la abstención, la relación afectiva, la formación, de una familia, el celibato, el divorcio y otros acontecimientos del campo el amor, son problemas pertinentes a la responsabilidad de cada uno, erigiéndose, por esa razón, en un asunto no de cuerpo a cuerpo, sino de corazón a corazón.» (8)




Bibliografía (de la 4 a la 11 en portugués):

01. KARDEC , Allan. El Libro de los Espíritus. Trad. de Alberto Giordano. 3. ed. Buenos Aires «18 de Abril», 1983. Preg. 695.
02. ____. Preg. 699.
03. ____. Preg.701.
04. FRANCO, Divaldo Pereira. Sexo e compromisso. In:_ Dimensões da Verdade. Ditado pelo Espírito Joanna de Angelis. 2. ed. Salvado (BA), Livraria Espírita Alvorada, 1977. p. 170.
05. ____. p. 173.
06. MARINS PERALVA, Sexo e mocidade. In:_.O Pensamento de Emmanuel. 3. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1987. p. 96.
07. XAVIER, Francisco Candido. Abstinencia e celibato. In._. Vida e Sexo. Ditado pelo Espírito Emmanuel. 9a. ed. Rio deJaneiro, FEB, 1986. p. 97-98.
08. ____. p. 100.
09. ____. Casamento. In:_. Vida e Sexo. Ditado pelo Espírito Emmanuel, 9. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1986. p.33.
10. ____.O Consolador. Ditado pelo Espírito Emmanuel. 14. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1988. Questão331.

11. ____. Sexo. In:_. No Mundo Maior. Ditado pelo Espírito Emmanuel. 8. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1979 página 161.

domingo, 16 de febrero de 2014

Morrir… Y después?

Hola familia de mi alma,

ayer fue día de conferencia en CEADS. Nuestro amigo y compañero Alfredo Tabueña nos presentó la charla titulada “Morrir… Y después?”. La verdad es que es todo un lujo poder escuchar a este trabajador espírita, que con dedicación, humor y claridad nos explicó conceptos muy importantes para comprender qué hacemos aquí y adonde vamos a ir en el más allá de la tumba.



La MUERTE es la extinción de la vida física y por tanto, un fenómeno biológico.

La DESENCARNACIÓN es el proceso de separación entre el alma y su cuerpo físico. Nunca sucede de la misma manera para dos espíritus diferentes. Su duración depende de cómo haya vivido la persona en la Tierra, siendo un transito suave y asistido por amigos espirituales si se ha intentado vivir con menor apego a la materia, cultivando sentimientos más elevados, o doloroso y lento en el caso de que se haya vivido de forma muy materialista, sin el menor cultivo de los valores espirituales, dominado por el orgullo y el egoísmo. Cuanto más se prende el ser humano a la materia durante la vida, más le cuesta separarse de ella después de la muerte física.

La TURBACIÓN es el estado en el que se encuentra el espíritu desde el momento de su muerte física hasta que se reconoce y es consiente de su nueva condición y realidad en el plano espiritual. Tal como la desencarnación, puede durar desde unas pocas horas hasta meses o años según la elevación del espíritu. Alfredo nos explicó que la turbación es comparable a lo que siente uno cuando le suena el depredador por la mañana: durante lo que puede variar entre algunos segundos para unos hasta algunos minutos para otros, nos esforzamos por comprender donde estamos, qué día es, adonde hay que ir… Pues algo parecido nos sucede después de la muerte física. Durante un tiempo sólo determinado por cómo hemos vivido nuestras vidas, el espíritu ya separado de su cuerpo físico intenta comprender donde está, qué le ha pasado, tomar conciencia de sí mismo y atinar sobre qué puede hacer ahora que ha vuelto al plano espiritual.

El PLANO ESPIRITUAL es como solemos hablar del campo de actuación de los espíritus desencarnados, mientras que el PLANO FÍSICO sería el de los espíritus encarnados. Estas definiciones sin embargo, no son más que simplificaciones de una realidad mucho más compleja. Nos enseñan los espíritus que la materia existe en el espacio en estados que no conocemos, imperceptibles a nuestros sentidos. Lo que llamamos plano espiritual, por tanto, no se debe entender como un espacio vacío, si no como un conjunto de zonas concéntricas a la Tierra de variados estados vibratorios. Tenemos noticias de colonias, ciudades, escuelas y hospitales en el plano espiritual, siendo la colonia “Nuestro Hogar” la que más conocemos. Sabemos así que todo cuanto existe en el plano físico no es más que un pando reflejo de lo que existe en el plano espiritual, “lugar”, por decirlo de alguna manera, de origen y natural para todos los espíritus. El plano físico y el espiritual se mezclan e interpenetran, influenciándose mútuamente de forma continuada.


Las zonas del plano espiritual más cercanas a la Tierra están caracterizadas por la concentración de espíritus en sufrimiento, mientras las más alejadas y menos densas son habitadas por espíritus que ya han despertado para una conciencia espiritual más elevada. La pregunta entonces es, cuando morimos, ¿cómo se decide adonde vamos a ir? ¿Lo podemos decidir nosotros? Nos contó nuestro compañero Alfredo que sí, lo decidimos nosotros. Cada uno es el único responsable de la decisión sobre qué zona del plano espiritual habitará una vez haya desencarnado: las zonas abismales, las zonas umbralinas o las zonas menos densas de las colonias espirituales, o aún aquellas más felices y alejadas de la Tierra. Lo que pasa, y ahí está lo más importante de toda la información que nos trasmiten los espíritus, es que esta decisión no la tomamos en el momento de la muerte. Cada acto, cada pensamiento, cada gesto, cada vez que hacemos uso del libre albearía durante una existencia física contribuye para determinar el “peso específico”, es decir, la densidad misma, de nuestro cuero espiritual o periespíritu. Al desencarnar, sólo podemos, por una cuestión de sintonía, habitar los espacios afines a nuestra propia frecuencia vibratoria. Así es como el cultivo de pensamientos y sentimientos altruistas, la práctica de la caridad y el esfuerzo de superación de las imperfecciones facilita el proceso de desencarnación y favorece el trasmito del espíritu a zonas más felices tras su muerte física. Por otra parte, el egoísmo y el materialismo imantan el espíritu a zonas densas, caracterizadas por el sufrimiento.

Nos contó Alfredo, con su modo tan peculiar de divulgar la doctrina, que la muerte física la podríamos comparar a una empresa de mudanza. Lo que pasa es que es una empresa muy poco corriente… porque no espera hasta que la llamemos nosotros, se presenta muchas veces sin que la hayamos contratado. Tampoco espera a que arreglemos las cosas y tengamos todo el equipaje en orden, deberíamos estar siempre a la espera de que a cualquier momento sea el definitivo. Esta empresa de mudanza no nos envía un chofer que nos conduzca adonde nos corresponde habitar en el mas allá, somos nosotros quiénes debemos conducir todo el proceso. Y por último, si no estamos contentos, dicha empresa dispone de una hoja de reclamaciones donde podemos y debemos expresar todo nuestro descontento hacia los servicios prestados, pero esta hoja va dirimida hacia uno mismo y solo a cada uno de nosotros corresponde la responsabilidad de vivir de tal manera que, cuando esta empresa de mudanza se presente, sea para llevarnos a una zona de mayor felicidad.
¿Nos encontraremos en el más allá con nuestros seres queridos? Pues depende de cómo hayan vivido ellos también su vida, de los sentimientos que hayan cultivado, del uso que hayan hecho del libre albedrío. Aún y así, nos dicen los espíritu que los lazos de amor no se rompen jamás. Antes o después nos volveremos a ver con aquellos a quiénes amamos. Si somos capaces de vivir tal y como nos enseña la doctrina espírita, trabajando cada día por superar nuestras imperfecciones y por seguir un camino de educación de las emociones, más posibilidades hay de que estos reencuentros sean momentos de luz y consuelo para las almas que se aman.
Gracias Alfredito, por tu dedicación y por compartir tanto con nosotros. Que podamos todos vivir de tal manera que cuando esta empresa de mudanza tan peculiar llamada muerte se presente, tengamos el equipaje preparado, cargado del amor y de la fraternidad que el espiritismo nos ha enseñado a cultivar en nuestra existencia.


Cariños de la hermana menor

martes, 11 de febrero de 2014

Conferencia en CEADS

Sábado, 15 de febrero


Morir, ¿y después?

A cargo de Alfredo Tabueña

Horario: 17:30 a 19 horas


¡OS ESPERAMOS A TODOS!

domingo, 9 de febrero de 2014

Las uniones entre dos seres

Hola familia,

ayer en CEADS nos dedicamos a intentar comprender un tema tan bello como complejo: las uniones entre dos seres. Los monitores ya habían compartido un texto de gran profundidad como preparación para la clase, pero antes de pasar al debate de alguna lectura, Marcello y Andrea nos preguntaron:

¿Qué razones hay para que, des de un punto de vista terrenal, dos seres se unan? Y, por otra parte, ¿Qué razones hay para que, des del punto de vista del espíritu inmortal, dos seres, una vez encarnados, se unan? El amor fue una respuesta común a ambas preguntas. Sin embargo, las demás respuestas fueron muy distintas. Des de un punto de vista terrenal, las uniones se pueden producir por la atracción física, por afinidades, por intereses, por conveniencia, por obligación o por tradición. Si observamos las razones que unen las parejas des de la perspectiva del espíritu inmortal, nos encontramos un panorama mucho más amplio: las parejas se pueden unir como forma de regate de deudas contraidas en encarnaciones pasadas y, en este caso, el objetivo de la unión es el de limar asperezas y aprender a amarse mútuamente; otra situación sería la de que un espíritu más evolucionado, habiendo hecho ya cierto progreso, se propone a unirse como pareja a un ser a quién dedica su afecto para ayudarle a progresar; finalmente las parejas también pueden unirse en función de un proyecto en común: con el objetivo compartido de apoyar al progreso de un grupo de almas, como pueden ser los seres que aceptan recibir como hijos, o el de dedicarse a una tarea de relevancia que transciende la esfera personal. Dos seres pueden, antes de encarnar, comprometerse a unirse en el plano material.



La pregunta que surge a continuación sería, ¿Está todo escrito? ¿Hay un destino que tenemos que cumplir, una historia elaborada antes de nuestra encarnación que nos corresponde actuar? No, la respuesta es no. En primer lugar hay que comprender que los espíritus que pueden participar en la planificación de su propia encarnación son aquellos que ya han despertado en cierta medida para una conciencia espiritual. Muchos todavía son los espíritus que encarnan en nuestro planeta sin ningún tipo de planificación encarnatoria. Dicho esto, sin embargo, los espíritus nos dan noticias de que en el plano espiritual, antes de encarnar, hay variados tipos de acuerdos, planes y compromisos que podemos asumir, entre ellos, el de establecer una pareja estable con otro ser. Así es como el recate de deudas pasadas, el auxilio a seres queridos o el trabajo compartido en un proyecto común pueden llegar a ser un objetivo para nuestra encarnación. A partir de ahí, entra en juego el libre albedrío. Si dos seres se comprometen a unirse en el plano material, la espiritualidad amiga pondrá todos los medios para que se encuentren, llegando incluso a influir en producir las condiciones necesarias para su enamoramiento. Pero estar abierto a comprometerse con esta persona y permanecer fiel a esta opción es algo que corresponde a la pareja.


En nuestra sociedad todavía nos hace falta promocionar una educación basada en valores verdaderamente altruistas. Como más condicionada por el egoísmo estén las personas en una sociedad, menos posibilidad hay de que la ley de amor sea la base de las uniones de pareja y más separaciones livianas pueden ocurrir. La responsabilidad que comporta un compromiso de pareja no se debe entender des de una perspectiva únicamente social, como si con “cumplir” unas normas fuera lo bastante para mantener la vida conyugal. La responsabilidad, si buscamos la perspectiva mas amplia del espíritu inmortal, supone compromiso con la evolución de uno mismo y de sus seres queridos, transcendiendo barreras de tiempo y espacio.



El amor, el respeto y el afecto mutuo deben ser la base de todos las relaciones, y de forma todavía más acentuada, con la persona con quién decidimos unirnos en una encarnación como pareja. Pero, ¿qué pasa si no somos capaces de mantener los compromisos asumidos en la espiritualidad? ¿Qué puede suponer interrumpir una relación que, por las razones que sean, ya no funciona para las dos partes? Des del punto de vista de la inmortalidad, que es el que nos dedicamos a comprender con mayor profundidad en el centro, podemos decir que si una relación se interrumpe en un determinado momento, y es necesaria para ambos seres que siga, puede perfectamente volver a restablecerse en otra encarnación, cuando ambos ya estén más preparados para que la convivencia beneficie su plan evolutivo. Des de un punto de vista más material, sin embargo, es importante que quede claro que NADIE debe compactar con el daño que le hagan, nadie debe ser cómplice del daño que le puedan hacer. El auto-amor es esencial para que el amor al prójimo pueda fluir y así lo estableció Jesús: Amar al prójimo como a uno mismo es la esencia de la ley de amor, semejante a amar a Dios, fuente cósmica de toda la vida.


Nos estaríamos toda la vida hablando de este tema… pero el objetivo de cada clase no es agotar los asuntos tratados. Lo único que buscamos como agrupamiento espiritista es educar nuestros corazones para el amor. Cada nuevo encuentro nos dedicamos a lo mismo, buscando en la doctrina inspiración para conducirnos mejor en nuestras vidas y así tener más felicidad y paz.

Esperemos que las palabras que compartimos cada semana en este espacio puedan inspirar a la búsqueda de la felicidad plena, en la que el amor incondicional armoniza a todas las relaciones. Me despido pidiendo al Maestro que su amor ágape siga derramándose sobre todo el planeta, mientras luchamos por vencer las sombras de la ignorancia que nos impiden contemplar en todo su esplendor el brillo de su luz.


Cariños de la hermana menor  

viernes, 7 de febrero de 2014

Solución crucigrama Visión Espírita 19

Hola familia,

la última edición de Visión Espírita nos proponía un crucigrama en la página 22. ¿Lo habéis intendado hacer ?Pues tal y como promentido, aquí tenéis la solución =)

Cariños de la hermana menor

miércoles, 5 de febrero de 2014

El Espiritismo para niños

¡Hola!!

Este semestre en CEADS empezamos el estudio del Espiritismo con los niños de la Educación Espírita Infantil para los niñ@s de 7 a 11 años de edad.

El objetivo general de este primero módulo de 7 clases es comprender que es el Espiritismo codificado por Allan Kardec, identificando la existencia y la sobrevivencia del Espíritu como uno de los principios básicos reconocer la importancia del cuerpo como instrumento de evolución del Espíritu.

La primera clase empezamos con el estudio de la historia de Allan Kardec y la 3ª Revelación a través de las mesas girantes y de los Espíritus Superiores por todo el mundo.



En este módulo desarrollaremos con los niños los siguientes temas:

Clase 1 - Allan Kardec y la codificación
Clase 2 - Existencia y sobrevivencia del Espíritu
Clase 3 - El cuerpo, instrumento del Espíritu
Clase 4 - El cuerpo, Alimentación e higiene
Clase 5 - Seguridad física
Clase 6 - Evolución material y espiritual, orden y disciplina
Clase 7 - Evolución material y espiritual, el trabajo

En las clases realizamos actividades creativas con disciplina, amor y mucha alegría, educando nuestros espíritus para enfrentar las vicisitudes de la vida con tranquilidad y confianza en el bien.

Este Sábado tenemos un encuentro con la educación de nuestros corazones, grandes y pequeños a las 17:30 horas (acordaros llegar 10 minutos antes del inicio del aula)

Los papas y mamas que quieran más información podéis entrar en contacto con nosotros por e-mail o facebook.


Equipo Ed. Espírira Infanto-Juvenil
educaceads@gmail.com

lunes, 3 de febrero de 2014

MATRIMONIO

Hola familia,

los monitores del ESDE de sábado nos envían el texto para que vayamos a clase preparados y dispuestos a profundizar en el conocimiento de nuestra amada doctrina.

Cariños de la hermana menor

MATRIMONIO

«El estado natural es el de la unión libre y fortuita de los sexos. El matrimonio constituye uno de los primeros actos de progreso de las sociedades humanas, porque establece la solidaridad fraterna y se observa en todos los pueblos, aunque en diversas condiciones. La abolición del matrimonio sería, pues,  regresar a la infancia de la humanidad y colocaría al hombre en posición inferior a ciertos animales que le dan ejemplo de uniones constantes.» (1)

«Pero en la unión conyugal, además de la ley divina material, que es común a todos los seres vivos, hay otra ley divina: la ley del amor. Dios quiso que los seres se unieran no sólo por los lazos de la carne, sino también por los del alma, a fin de que el afecto mutuo de los esposos se transmitiera a los hijos y que fuesen dos, y no solamente uno, para amarlos, cuidarlos y hacerlos progresar. 


En las condiciones habituales del matrimonio, ¿se tiene en cuenta la ley del amor? De ningún modo. No se tiene en cuenta el afecto de dos seres que, por sentimientos recíprocos, se atraen el uno al otro, visto que las más de las veces ese afecto se desvanece. Lo que se considera no es la satisfacción del corazón sino la del orgullo, la vanidad, la codicia, en una palabra: la de todos los intereses materiales. (…)

No obstante, ni la ley civil ni los compromisos que ella hace que contraigan los cónyuges pueden suplir a la ley del amor si ésta no preside la unión, de lo que resulta, frecuentemente, que se separan por sí mismos quienes se unieron por la fuerza.(…) De ahí las uniones infelices que acaban por transformarse en criminales, doble desgracia que se evitaría si al establecer las condiciones del matrimonio no se omitiera la única que le da validez ante los ojos de Dios: la ley del amor.(…)»(2) 


«¿Será entonces superflua la ley civil y debería volverse a los matrimonios según la Naturaleza? Por cierto que no. La ley civil tiene por finalidad ordenar las relaciones sociales e los intereses de las familias de acuerdo con las exigencias de la civilización: por eso es útil, necesaria, aunque sea variable. Debe ser previsora, porque el hombre civilizado no puede vivir como el salvaje; sin embargo, nada, absolutamente nada se opone a que sea el corolario de la ley de Dios.(…)»(3)

«El estado moral de un pueblo se caracteriza por las uniones conyugales, que son de corta duración cuando está en decadencia y permanente durante un proceso de expansión, sirviendo como ejemplo de la emotividad que rige la convivencia ética de las criaturas humanas.

En tal sentido, el matrimonio tiene un papel preponderante en la formación de la comunidad.(…) (5)
Si la unión de las personas por los lazos del matrimonio está determinada por intereses materiales, el furor de las pasiones o el juego de las conveniencias , es una realidad destinada al fracaso debido a que la ley del amor no fue considerada. «Con el paso del tiempo, una vez que se han desvanecido las ilusiones de los primeros momentos, tales relaciones darán lugar a que se establezcan entre los consortes, antipatías mutuas que, con el desgaste natural, llegarán a consolidar enemistades. En el matrimonio, la satisfacción pura y exclusiva de los instintos conduce a los cónyuges a una saturación recíproca y a un aislamiento, que a corto plazo deterioran la relación, haciendo que el matrimonio decline y se degrade.

Es indispensable crear en las personas una conciencia responsable por medio de la educación moral, a nivel doméstico y social, para que antes de contraer tal compromiso, el matrimonio les merezca un poco más de respeto por que en caso contrario, por liviandad, se disolverá al poco tiempo.» (6)

«(…) El matrimonio es un compromiso y el compromiso, evidentemente, genera responsabilidad (…), como nos dice Emmanuel (7). Antes de optar por dar un paso tan serio, el hombre y la mujer deben reflexionar con madurez, para no transformarse en desdichados que hagan también la desdicha de las personas que están ligadas a ellos.

«(…) La gran víctima de las uniones precipitadas… es la sociedad. Y como la sociedad está constituida por miembros que forman hogares, familias, los hijos resultan ser las víctimas indefensas de la liviandad y precipitación de los adultos mal avenidos.(…)» (6)

Loshijosnecesitanquesuspadreslesdenejemplodemoralidad,devociónyequilibrio. Es fundamental que los cónyuges se compenetren de sus deberes para con ellos mismos, para con la prole y para con Dios.

La ley del amor, que siempre debe regir las relaciones matrimoniales, permite que las personas se busquen y se elijan, pero exige también que se respeten y se presten apoyo ante las pruebas y dificultades de la vida.

Por lo tanto, «(…) el matrimonio o unión permanente de dos seres, como es obvio, implica un sistema de vida real por el cual dos personas se confían la una a la otra, con el compromiso de asistirse mutuamente.(…) Sin embargo, resulta imperioso que la unión esté basada en la responsabilidad recíproca, debido a que en la comunión sexual un ser humano se entrega a otro y por eso mismo, entre ellos, no debe haber falta de consideración de ninguna clase.» (…) Las deudas contraídas por legiones de compañeros de humanidad, portadores de entendimiento inmaduro para los temas del amor, determinan la existencia de millones de uniones que – contando o no con el beneplácito de las leyes humanas – son aparentemente desgraciadas y a las cuales la necesidad de reparación de las faltas del pasado, les confiere el carácter de uniones decididamente expiatorias, que están basadas en el sufrimiento purificador.(…)» (11)

«(…) De donde proviene la importancia que tiene los conocimientos acerca de la reencarnación, en lo relativo a los lazos familiares y al pleno ejercicio de la ley del amor en la intimidad del hogar, para que éste que es una bendita escuela no se convierta en un albergue de neuróticos, que dé cabida a dolencias mentales difícilmente reversibles.» (10)


Es comprensible, repetimos, que «(…)sin entendimiento y respeto, conciliación y afinidad espiritual, se torna difícil el éxito en el matrimonio (…)» pues «(…) por mucho que controlemos los sentimientos, somos enfrentados, en familia, por las ocasiones de pruebas o crisis, con las que nos inquietamos y consumimos tiempo y energía para «(9) ver a nuestros hijos o parientes«en la senda que consideramos que es la más acertada.(…)» (9)

«El divorcio es una ley humana que tiene por objeto separar legalmente lo que ya está separado de hecho. No es contrario a la ley de Dios, puesto que refuerza tan sólo lo que los hombres han hecho y solamente es aplicable en los casos en los que no se tuvo en cuenta la ley divina. Si fuera contrario a esa ley la Iglesia misma estaría obligada a considerar como prevaricadores a aquellos de sus jefes que, con su autoridad y en nombre de la religión, han impuesto el divorcio en más de una ocasión. Y doble sería la prevaricación porque, en esos casos, el divorcio ha tenido como únicos objetivos los materiales y no la satisfacción de la ley del amor. 

Pero, ni siquiera Jesús consagró la indisolubilidad absoluta del matrimonio. ¿No dijo Él: «Fue debido a la dureza de vuestros corazones que Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres?» Eso significa que ya en el tiempo de Moisés, como el afecto mutuo no era el único determinante del matrimonio, podía llegar a ser necesaria la separación. No obstante, agrega: «(…) en el principio no fue así (…)», es decir, que en el origen de la Humanidad, cuando los hombres todavía no estaban pervertidos por el egoísmo y el orgullo y vivían según la ley de Dios, las uniones, derivadas de la simpatía y no de la vanidad o la ambición, no daban ninguna ocasión al repudio.(…)» (4)



BIBLIOGRAFÍA PARA ESTUDO

KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus. Trad. deAlberto Giordano. 3. ed. Buenos Aires, Editora Argentina «18 de Abril», 1983. Preg. 696.

___ . No separéis lo que Dios háunido. In:____. El Evangelio según el Espiritismo. Río de Janeiro, FEB, 1979. Ítem 03.

2a. ____. No separéis lo que Dios juntó. In: ____. El Evangelio según el Espiritismo. Trad. de Alberto Giordano. 3. ed. Buenos Aires, Editora Argentina «18 de Abril», 1982. Ítem 03.

____. Ítem 04.

____. Ítem 05.

FRANCO, Divaldo Pereira. Considerando o casamento. In: ____. Florilégios Espirituais. Ditado pelo Espírito Francisco do Monte Alverne. Araras (SP), IDE, 1981. p.117.

____. p.118.

PERALVA, Martins. Casamento e sexo. In: ____. O pensamento de Emmanuel. 3 ed. Rio de Janeiro, FEB, 1987. p.171. 

XAVIER, Francisco Cândido e VIERA, Waldo. Estude e Viva. Pelos Espíritos Emmanuel e André Luiz. 4. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1978. p.68.

____. p. 92.

___. Vida e sexo. Ditado pelo Espírito Emmanuel. 9. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1986. p.23.


11. ____. p. 33-35.

domingo, 2 de febrero de 2014

De camino...

Hola familia,

ayer en CEADS, como cada primer sábado de mes, dedicamos la clase al Estudio Sistematizado del Evangelio según el Espiritismo.

El tema que deberíamos tratar era “El hombre de bien” y empezamos la clase nombrando a hombres y mujeres de bien que eran conocidos de todos. Sonaron nombres como el de Gandi, Teresa de Caucuta, Martin Luther King… entre otros. Pero también se nos preguntó, ¿Conocéis algún hombre o mujer de bien? Muchos dijimos que sí, todos alguna vez tuvimos o tenemos la oportunidad de convivir con alguien que considerábamos una personas especial. Los nombramos, aún que fueran personas desconocidas para los demás: Maria, Dolores, Raúl, Jose… Se nos invitó a que, durante la clase, pensáramos en esta persona para entender porqué y en qué medida esta persona puede considerarse alguien de bien.

Después de leer el texto que habíamos publicado en el blog durante la semana, nos dividimos en dos grupos y utilizamos algunas preguntas para guiar el estudio de la tarde. Os pongo a continuación un poco de lo que se dijo:

1 ¿Cómo puede verificar el hombre si está cumpliendo, verdaderamente, la ley de justicia, de amor y de caridad?

Cada uno deber interrogar su propia conciencia. Allí es donde encontrará la respuesta que busca. Pero en seguida salta la duda, ¿cómo hacerlo? Uno que es un malhechor muchas veces tiene el beneplácito de su propia conciencia. Alguien que sabe que está en un error quizá no sea capaz de hacer un análisis honesto de sus actos. Los espíritus nos enseñan a interrogar nuestra conciencia, afirmando: “Si [el hombre de bien] pregunta a su conciencia sobre sus propios actos, mira si (…) no ha hecho daño, si ha hecho todo el bien que ha podido, si ha despreciado voluntariamente alguna ocasión de ser útil, si alguien tiene quejas contra él; en fin, si ha hecho a otro lo que hubiera querido que hicieran por él.” Tal vez esta no sea la receta perfecta o definitiva, pero lo que está claro es que si somos capaces de ponerla en la práctica, ya estaremos de camino de saber en qué medida cumplimos la ley de justicia, de amor y de caridad.


2 ¿Cómo saber si el hombre realmente tiene fe?

La fe es algo personal y hay infinitas formas de demostrarla. De todos modos, no se trataba de afirmar si uno mismo tiene fe o si el otro la tiene o no. Se trataba de que dijéramos, “Cuando miro a una persona y digo, ¡creo que fulano tiene fe¡, ¿por qué lo hago?”. ¿Qué es lo que veo, qué es lo que hace que me da la sensación de que tiene fe? Dijimos que reconocemos que una pensamos que una persona tiene fe principalmente cuando no se desespera ante la adversidad, cuando es capaz de mantener la esperanza aún viviendo problemas y situaciones dolorosas. El hombre de bien tiene fe, confía en Dios y en su justicia, asumiendo como transitorios y necesarios los momentos más duros.

3 ¿Por qué el sentimiento de caridad y amor al prójimo están incluidos entre las cualidades del hombre de bien?

Porque la caridad es la esencia del altruismo, del olvido de uno mismo, que es lo mismo que amar al prójimo. El que ha progresado en el camino de la caridad piensa en los demás antes que en sí mismo, porque ha dominado su ego por lo menos lo suficiente para reconocer que las necesidades de los demás son tan importantes como las suyas propias. Si alguien piensa sólo en sí mismo o piensa poco en las necesidades de los demás está más lejos de convertirse en un hombre de bien que alguien que ya ha empezado en el camino de la caridad.

4 “El hombre de bien, en todas las circunstancias, toma por guía la caridad.” Comentar esta frase.

Los que estamos más lejos de ser hombres o mujeres de bien utilizamos la caridad como guía algunas veces… cuando nos sobra tiempo o recursos, cuando la persona a quién servimos no nos ha ofendido, cuando no contrariamos nuestros propios intereses personales. El hombre y la mujer de bien, sin embargo, utilizan la caridad en TODAS las circunstancias.  


5 Los hombres que cumplen sus obligaciones sociales, ¿son hombres de bien?

No necesariamente. Para ser un hombre de bien no basta con cumplir con la sociedad y hacer ver a los demás que se hace la caridad. Programas asistenciales de grandes fortunas, donativos en épocas de catástrofes, la el asistencialismo que se hace tras las cameras de televisión o los focos del cine no es suficiente para hacernos progresar en el camino del hombre de bien. Caminamos en la dirección correcta cuando dedicar amor y compasión hacia el prójimo, sea quién sea, de forma anónima y altruista.

6 ¿Cuál es el camino para ser hombres de bien?

Seguir los pasos de Jesús, conocer sus enseñanzas, esforzarse por ponerlas en la práctica.


La principal conclusión de la clase es que el hombre de bien, tal como nos lo describen los espíritus, es un ser que roza la perfección, si es que no la ha alcanzado. Precisamente por esto empezamos la clase nombrando al Maestro Mayor, luz y guía de la humanidad terrestre; seguimos nombrando a maestros que transcendieron tiempo y espacio con mensajes de amor, humildad y resistencia pacífica; pero también nombramos a maestros menores, personas que han hecho ya algún progreso en alguna de las características que los espíritus describen como rasgos del hombre de bien. Haber convivido con estas personas nos debe motivar a creer que también nosotros podemos progresar en este camino de perfeccionamiento. Todos los que nos esforzamos por poner en la práctica las enseñanzas de Jesús y las instrucciones de los espíritus, estamos de camino de ser hombres y mujeres de bien. Lo seremos, presentando todas y cada una de las características nombradas por los espíritus… pero antes, habrá que domar el ego, aprender a amar y a pensar en los demás antes que en uno mismo. Pongamos manos a la obra, porque depende sólo de uno mismo pasar del nivel del deseo al de la práctica. Todo viaje de millares de kilómetros empieza con el primer paso.

Que hoy podamos dar un paso importante y decidido en el camino de nuestro propio perfeccionamiento, con el amparo y orientación de la espiritualidad amiga.


Cariños de la hermana menor