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domingo, 9 de marzo de 2014

Fecundamos el mundo donde nos corresponde vivir

Hola familia,

ayer en CEADS nos dedicamos a estudiar un tema tan bastante complejo: los obstáculos a la reproducción. Los monitores empezaron preguntándonos qué razones de orden espiritual podrían llevar una persona o una pareja a tener dificultades para tener hijos. Las hipótesis son principalmente de tos tipos:

  • Puede ser una prueba que se tiene que experimentar - Todas las experiencias nos enseñan a ser más maduros, todas las situaciones son oportunidades de aprendizaje. La gran pregunta es, ¿qué es lo que me enseña esta situación? Tal vez a tener más resignación, tal vez a amar hijos que no son biológicos, tal vez abrazar una misión que conlleve la renuncia a la maternidad/paternidad… Si uno abandona la resistencia y permite que la lección cumpla su papel, aprendiendo lo que es debido, estará aprovechando al máximo esta prueba.

  • Puede ser la consecuencia del mal uso del libre albedrío en encarnaciones pasadas - La sexualidad humana es campo sagrado de desarrollo de la potencia creadora. Cuando el ser se desarmoniza en este campo, comprometiéndose   con la ley de causa y efecto a través de actitudes tales como el aborto o el abandono de sus hijos, daña su centro de fuerza (chakra) genésico. Es importante aclarar que esto sirve tanto para hombres como para mujeres, ya que podemos escapar a responder por nuestra responsabilidad ante los encarnados, pero el periespíritu guarda un registro vivo, como si de un libro se tratara, de todas y cada una de nuestras acciones. Cada vez que actuamos en desarmonía con la ley cósmica de amor, nos alejamos del camino que lleva a la perfección, la paz y la felicidad.


Hechas estas consideraciones, nos dividimos en dos grupos: uno que tenía que estudiar los obstáculos a la reproducción causados por el uso de métodos anticonceptivos; el segundo grupo debería estudiar los obstáculos a la reproducción auto-impuestos, cuando las personas o las parejas voluntariamente deciden no tener hijos. Las conclusiones de ambos grupos se complementan mútuamente:

  • En el nivel evolutivo en el que nos encontramos, todavía no sabemos amar de forma sublime. Seguimos amando y haciendo el amor con sensualidad y con egoísmo. En este contexto, los métodos anticonceptivos cumplen una función, ya que es mejor utilizarlos que realizar abortos. Aun que ahora mismo suene como un objetivo demasiado lejano, a medida que progresemos aprenderemos a amar de tal manera que toda la potencia creativa del ser estará armonizada con la Inteligencia Cósmica Universal. Llegados a este punto, uno no puede si siquiera imaginar la necesidad de condones o nada por el estilo… De momento, sin embargo, por duro que sea reconocer lo poquita cosa que somos y sabemos, utizamos la planificación familiar como un primer nivel de educación del espíritu para la orientación de su capacidad (pro)creadora.
  • En el campo de la planificación familiar podemos hablar de dos niveles: uno que es el nivel que tiene en cuenta las cuestiones sencillamente relacionadas a la materia y un segundo nivel que cobra profundidad y perspectiva, considerando los seres que se reúnen en un núcleo familiar como seres inmortales que tienen en cada encarnación una valiosa oportunidad evolutiva. Hay que reconocer que si observamos el panorama de nuestro planeta, vemos que estamos muy lejos de alcanzar una situación en la que la mayoría de las parejas consideren importante planificar su vida sexual y reproductiva de forma consciente y pro-activa. En otras palabras, todavía no hemos alcanzado un nivel de educación adecuado del primer nivel en el campo de la planificación familiar. El segundo nivel, que es el en que las parejas, indo más allá de la materia, toman sus decisiones sin perder de vista que son espíritus inmortales en misión de auto-perfeccionamiento, es casi una utopía en un planeta de pruebas y expiaciones. Hacia ahí vamos. Lenta y progresivamente, la humanidad camina en esta dirección.

  • El egoísmo, la sensualidad y el materialismo son algunas de las razones que llevan las personas a tomar la decisión de no tener hijos. Cuando uno pone la satisfacción de sus necesidades por encima de la satisfacción de las necesidades de los demás, refuerza las estructuras del ego. También es posible que, antes mismo de encarnar, el espíritu haya tomado la decisión de no tener hijos, para dedicarse a desarrollar otros campos de su patrimonio intelecto-moral. Cada uno debe dedicarse al examen de sus propias razones con humildad y sinceridad.


Una clase más nos damos cuenta de que nuestro objetivo es alcanzar el amor toda su plenitud. En este punto en el que nos encontramos, empezamos a experimentar con los sentimientos. Todavía ensayamos en el campo del amor, caminando sobre campo sagrado: Dios nos hace coautores de su obra. Pro-creamos engendrando a nuestros hijos, pero también engendramos pensamientos y actitudes a todo momento. Caminemos, pues, suavemente; bajo nuestros pies, en nuestras manos, en nuestro corazón y en nuestra mente fecundamos el mundo donde nos corresponde vivir.

Cariños de la hermana menor

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