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domingo, 4 de enero de 2015

Nuestros tres regalos de reyes

¡Hola a tod@s!

Lo más difícil que hay en la vida es substituir alguien que hace tan bien un trabajo pues el talento es algo que debemos prestigiar, motivar y agradecer. 

Estos días tengo la difícil (pero posible) tarea de hacer el resumen de las clases de sábado ya que la hermana menor se ha tomado unos días para reponer las energías y dar atención a su familia.

No soy poeta ni sé filosofar sobre los temas pero escribo con el corazón y con la razón. Pienso mucho en cada palabra que sale en estas líneas. No os puede garantizar una correcta gramática o sintaxis española ya que no domino totalmente la lengua pero intentaré transmitir todo lo que hemos estudiado ayer en CEADS, de una manera resumida y según las enseñanzas del Maestro.

Lo más difícil aun es mantener fidedigna las palabras de todos que estaban presentes, sus pensamientos, sus apuntes, su energía.

Tengo fe, haré todo lo que me sea posible con la esperanza de cumplir la tarea.



Empezamos el año ya con record de asistentes. Para un primer sábado de año, víspera del primer festivo del año, teníamos la casa llena, tan llena que faltaban manos para la fluidoterapia. ¡Qué emocionante! La familia crece, había caras nuevas, necesitadas de las palabras del Maestro, con una ilusión y brillo en la mirada que nos hace revivir el primero día de estudio o trabajo espírita.

La clase de ayer hablada de la fe: madre de la esperanza y de la caridad. ¿Cómo no alegrarse por aumentar la familia? ¿Cómo no creer en esta enorme madre y sus hijos divinos que nos hace seguir adelante cada día? Pues no hay otra, al fin y al cabo, todos debemos tener fe en algo, sea en lo que sea, que nos motive a dar esos pasos de primera infancia, levantando para mirar la realidad espiritual, algunas veces, pero aun gateamos, aun somos niñ@s para la creación. Pero mama está allí, para los que quieran aprender a andar, aunque caigamos infinitamente, ella nos ayudará siempre a levantar y intentar una vez más.

 ¿Y por qué la esperanza y la caridad están asociadas a la fe? Simplemente porque son sus hijas, son los pies que nos conducen a la evolución. Una es la motivación y la otra la acción, y son guiadas por la fe sincera.

¿Por qué la fe necesita de obras? Las obras son resultados de nuestros esfuerzos, de la motivación que tenemos en hacer las cosas. No basta solamente hablar de ella, hay que tocarla, sentirla, practicarla todos los días de nuestras vidas.

¿La fe proporciona recursos para nuestra regeneración?
No hay lugar a dudas. ¿qué madre no nos daría herramientas para que pudiéramos andar, amar, vivir en harmonía? El recurso principal de la fe es la propia ilusión de que mañana será un día mejor, que pasado ya no está y que mañana aun no sabemos lo que habrá. Nos da resignación, aceptación, tranquilidad, paciencia y amor. Son óptimas herramientas para nuestra evolución, puede que no utilicemos mucho o que todavía no sepamos cómo utilizarlas pero hay un manual de instrucciones detallado: El Evangelio.



¿Y podemos transmitir fe a otras personas? Por supuesto que sí. Podemos emprestar nuestras herramientas a otros pero antes habrá de saber, como mínimo, como utilizarlas básicamente. El propio evangelio dice “la fe sincera es atractiva y contagiosa”. No hay palabras que puedan convencer a otros, solamente el ejemplo y la psicoesfera de los que aman y practican la caridad hacen con que otros la sepan usar.
Sabemos que la práctica de la caridad hace con que nuestros órganos físicos trabajen más y mejor, son más eficientes puesto que liberan hormonas de felicidad y alegría por todo el cuerpo. Si vamos más allá del cuerpo físico encontramos la psicoesfera, la energía que emana las personas de bien, que nos atraye de manera de imantada, con un poder increíblemente placentero. Hay personas que llegan en los lugares que irradian paz y armonía. ¿Qué es lo que tienen de especial? ¡Pues tienen fe! Fe en sí mismas, en la humanidad, en los animales, en el trabajo, en sus hijos, en su pareja, sea la fe que sea, hacen el bien simplemente porque creen que es correcto. Creer en el bien es tener fe.

¿Y qué cambios nos acarrea la fe? Cambios extraordinarios. Nos fortifica como seres en evolución, nos tranquiliza el corazón que sufre, apacigua el espíritu, es brújula para mentes perdidas, sin rumo. Extiende la mano a todos que necesitan, empezando por nosotros mismos, da pies para aquellos que aun gatean, impulsan aquellos que ya saben dar algunos pequeños pasos, y un día, nos dará alas para volar más alto en la felicísima eternidad.

Está fe es razonada, no es ilusoria o dominadora, no impone ni fuerza a que nadie empieza a andar antes del tiempo, es madre, es paciente, sabrá motivar e ilusionar cada uno de nosotros porque quiere que aprendamos antes de volar, quiere que sepamos porqué lo hacemos, para que necesitamos y donde debemos llegar. Para eso no puede darnos una mapa exacto, simplemente nos da una brújula: las palabras del Maestro, un camino: la caridad, una motivación: la esperanza y un destino: la felicidad plena, que la entenderemos a través del razonamiento y la práctica del amor sin recompensas.

Y para finalizar el estudio y este resumen escuhamos las palabras de Emmanuel sobre la Fe, in Viña de luz:

“Pero los cuidados de este mundo, los engaños de las riquezas y las ambiciones de otras cosas, entrando, sofocan la palabra, que se queda infructífera.” – Jesús (Marcos, 4:19) 
El árbol de la fe viva no crece en el corazón, milagrosamente. 
Como acontece en la vida común, el Creador da todo, pero no prescinde del esfuerzo de la criatura. 
Cualquier planta útil reclama atención especial para su desarrollo. 
Es indispensable meditar en el trabajo de protección, auxilio y defensa. Estacas, abonos, vigilancia, todos los factores de preservación deben ser puestos en movimiento, a fin de que el vegetal precioso alcance los fines a los que se destina. 
La conquista de la creencia edificante no es servicio de menor esfuerzo. 
La mayoría de las personas admiten que la fe constituye una milagrosa aureola donada a algunos espíritus privilegiados por el favor divino. 
Pero, eso, es una equivocación de lamentables consecuencias. 
La sublime virtud es una construcción del mundo interior, en cuyo desdoblamiento cada aprendiz funciona como orientador, ingeniero y operario de sí mismo. 
No se hace posible la realización, cuando excesivas ansiedades terrestres, sumadas a engaños y ambiciones inferiores, torturan el campo íntimo, a la manera de gusanos y malhechores, atacando la obra. 
La lección del Evangelio es simiente vivía. 
El corazón humano es receptivo, tanto como la tierra. 
Es imprescindible tratar la planta divina con desvelada ternura e instinto enérgico de defensa. 
Hay muchos peligros sutiles contra ella, como los tóxicos de los malos libros, las opiniones ociosas, las discusiones excitantes, el hábito de analizar a los demás antes del auto‐examen. 
Nadie puede, pues, en sana conciencia, transferir de modo general, la vibración de la fe al espíritu ajeno, porque, realmente, eso es tarea que compete a cada uno."


¡Os deseo que los reyes magos entren en vuestras casas con esos tres regalos: fe, caridad y esperanza!


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