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domingo, 24 de abril de 2016

Obsesión y locura

¡Muy buenas tardes!

¡Ayer tuvimos un día lleno de amor y estudio en Barcelona!

Mientras nuestro equipo de voluntari@s se turnaban para que estuviéramos presentes en la Diada de Sant Jordi, nuestros monitores desarrollaban el aula del ESDE en nuestro centro espírita.

Nuestra carpa en Paseo de Gracia 105 permitió que el espiritismo estuviese presente en una fecha señalada en el calendario Español y catalán para celebración del libro. Vendimos y regalamos libros, regalamos rosas de gominola, conversamos con las personas que se acercaban y entregamos revistas e información de nuestra jornada, a celebrarse el próximo sábado. Un día mágico que acabó bajo lluvia.  Nuestros voluntarios del último turno - y algunos de todo el día - recogieron nuestro material y cerraron el trabajo de un día de intensa divulgación en la calle. El año que viene más, con la ayuda de la espiritualidad amiga.



En CEADS, la clase se desarrolló con normalidad. A continuación, os dejamos el habitual resumen para estudio y revisión del tema tratado.

Los tipos de obsesión

Básicamente tenemos 6 tipos de obsesión:
  • De desencarnado hacia encarnado: la más conocida por nosotros, donde el espíritu desencarnado influye directamente en los pensamientos de los encarnados.
  • De encarnado hacia desencarnado: es bastante común aunque no parezca. Como ejemplo podemos citar la vinculación de un hijo con su madre desencarnada, que la añora mucho y mantiene sus pensamientos cristalizados en este sentimiento, encarcelando a su madre a su compañía.
  • De encarnado hacia encarnada: casi todos nosotros la practicamos diariamente, sea leve o gravemente, con la manipulación vinculadas a las pasiones o intereses propios del ego.
  • Desencarnado hacia desencarnado: a igual que practicamos la obsesión mientras encarnados, cuando desencarnados seguimos siendo las mismas personas, con las mismas pasiones e intereses propios.
  • Reciproca: existe una verdadera simbiosis por motivo de la simpatía de sentimientos y vicios. Un ejemplo bastante común es el alcoholismo, donde el espíritu busca constantemente los fluidos del alcohol entre los encarnados, a la vez que les impulsa a seguir con el vicio, a modo de mantener "viva" la sensación que sentía cuando encarnado.
  • Auto-obsesión: cuando cultivamos la culpa y nos auto-flagelamos con el pasado, con los errores cometidos, nos podemos auto-obsesionar, evitando el progreso, y muchas veces, generando otros tipos de obsesión por la sintonía con otros espíritus que vibran en la misma onda de dolor.
Grados de obsesión

Podemos clasificar en tres los grados de obsesión, según Luis Hu, en su libro "Doctrina Espírita para principiantes" nos expone de una manera bastante clara:


De la más simple a la más compleja, podemos detectar para que dejamos de sufrir la influencia de cualquier tipo de obsesión es necesario ganas de cambiar, de hacerse responsable por nuestra vida, aceptando nuestras limitaciones, auto-perdonándose y perdonando para avanzar. La libertad conlleva responsabilidad y conocimiento para el progreso de uno mismo.


La palabra poseído en su acepción vulgar, supone la existencia de demonios, es decir, de una categoría de seres malos por naturaleza y la cohabitación de uno de ellos con el alma en el cuerpo del individuo. Puesto que en aquel sentido, no hay tales demonios, siendo que dos Espíritus no pueden habitar simultáneamente en el mismo cuerpo, no existen poseídos en el sentido vulgar de la palabra.



El término «poseído» debe sólo entenderse en el sentido de la dependencia absoluta en que puede encontrarse una alma respecto de Espíritus imperfectos que la subyugan.



Obsesión y locura



Os exponemos exactamente el texto utilizando en la clase con la finalidad de no cambiar el sentido y que se pueda entender bien este tema.



"La locura tiene como causa primaria una predisposición orgánica del cerebro que lo torna más o menos sensible a ciertas impresiones.



Cuando esa predisposición existe, la locura toma el carácter de la preocupación principal que tenga el individuo, la cual se transforma en idea fija.



Esta idea fija puede ser tanto en los Espíritus, si es que el individuo se ocupó de ellos, como en Dios, en los ángeles, en el diablo, en la fortuna, en el poder, en el arte, en una ciencia, en la materialidad, en un sistema político o social.




Las enfermedades espirituales (por obsesión) producen disturbios o lesiones en el cuerpo físico como consecuencia de las desarmonías psíquicas que ocasionan las condiciones personales del enfermo, la influencia de una entidad espiritual o la acción conjunta de ambos. Se las puede considerar como de baja, media o de alta gravedad.



Las de baja gravedad (obsesiones simples), más fáciles de ser controladas, suelen aparecer en momentos específicos de la vida, cuando la persona tiene algún tipo de dificultad: pérdidas afectivas o materiales; enfermedades físicas; fracaso profesional, entre otras. Son situaciones en las que las emociones afloran impetuosamente generando diferentes tipos de somatizaciones (...)



Las enfermedades espirituales de gravedad media, (fascinaciones) pueden prolongarse durante muchos años manteniéndose dentro de un mismo patrón o evolucionar hacia algo más grave. (...) Si en esa fase de la evolución de la enfermedad no se produce la asistencia espiritual adecuada en beneficio del necesitado, los enfermos pueden desarrollar comportamientos que se caracterizan sobre todo por “manías” y por el aislamiento social. 



Las enfermedades espirituales clasificadas como graves (subyugaciones), se encuentran en las personas que revelan pérdida temporaria o permanente de la consciencia. La pérdida de la conciencia, lenta o repentina, puede estar asociada a una causa fisiológica (vejez) o a una patología (lesiones cerebrales de diversas etiologías). En esa situación, el enfermo vive períodos de ausencias o de alienaciones mentales alternados con otros períodos de lucidez.



Las obsesiones por fascinación y por subyugación manifiestan visibles señales de enfermedades mentales. Si en esta etapa de la evolución de la enfermedad no hay una asistencia – médica, psicológica y espiritual – la obsesión derivará hacia la locura.



Sobre todo en los casos de subyugación, la obsesión puede conducir a (...) una especie de locura cuya causa desconoce el mundo, pero que no tiene ninguna relación con la locura común (orgánica propiamente dicha).



En la actualidad, los procesos obsesivos presentan las características de una epidemia, y sólo se los puede controlar o neutralizar mediante la fuerza del bien.




Estamos cercados de innumerables Espíritus perturbados, encarnados y desencarnados, que buscan influenciarnos de todas formas. Es imposible ignorar las dificultades y problemas a los cuales estamos sujetos por la influencia de nuestros compañeros prisioneros en las telarañas de la rebeldía y del desequilibrio.



Entre tanto, si la Bondad del Señor los orienta hacia nosotros, es porque compartimos con ellos el mismo destino de deudas a rescatar o de servicios a desarrollar. Si nos producen sensaciones de tristeza o de angustia, es porque tenemos aún nuestros corazones, como los de ellos, arraigados a la sombra espiritual. Recibámoslo en la senda del respeto cuando no nos sea posible acogerlos en el portal de la alegría. Y comencemos la obra de la reforma encendiendo en nuestro interior la llama de la oración. Ella iluminará nuestras almas y los consideraremos tal como son: nuestros compañeros de jornada y obreros indispensables de la vida."




Os deseamos una semana de mucha paz.


Equipo divulgación CEADS

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