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domingo, 22 de abril de 2018

El corazón es la fuente

El sábado en CEADS, en la clase de los adultos, hicimos clase del estudio Sistematizado de la Doctrina Espírita y volvimos a hablar del perdón.

¿Cuál es el verdadero sentido de la palabra caridad, tal como la entendía Jesús?

Benevolencia para con todos, indulgencia para las imperfecciones de los otros, perdón de las ofensas. Allan Kardec. El Libro de los Espíritus. Pregunta 886.

Sabemos que el perdón no es sólo algo que das a los demás. Principalmente, es algo que nos libera. En nivel superficial podemos pensar que nos libera del que nos hizo daño, de la situación, de la onda negativa que nos podría ligar a quién nos maltrató. El error está en pensar que quién emite esta onda negativa es la persona a quién tenemos que perdonar... No. La fuente de emisión de esta onda negativa es nuestro propio corazón. De ahí sale todo lo que nos encadena o nos libera. Mientras no hemos perdonado, recordamos los hechos con dolor. El olvido es para desmemoriados, no hace falta soterrar en el subconsciente los hechos desagradables de la vida. Es más, ¡necesitamos recordarlos para aprender de ellos! La clave está en qué es lo que aprendemos. Hay quién dirá... "Aprendí a no confiar", "Aprendí a no entregarme tanto", etc. No hay perdón ahí. Recordar sin dolor es liberador porque puedes pensar en lo sucedido, no recordando el teatro entre la víctima y su verdugo, sino observando cómo dos seres en evolución se encuentran, se relacionan y tal vez se alejan el uno del otro. ¿Lo ves sin victimismo? ¿Sin ira? ¿Aceptas la debilidad del agresor? ¿Observas como tu ego adolorido encaja el golpe al orgullo? Bien, déjalo ir... Así hay perdón y deseo de que ambos seres puedan seguir creciendo, incluso si ya no caminan juntos.  


Mientras, en la clase de educación infantil nuestros niñas y niños hablaban sobre dos temas de El Evangelio según el Espiritismo: los tormentos voluntarios y la verdadera infelicidad. El grupo empezó reflexionando sobre el cuerpo físico. ¿Qué es? "Es como un coche", dijo un niño. ¡Sí! Buena idea, es como un coche. Nos lleva a los sitios. ¿Qué pasa si no cuidamos bien del coche? ¿Si nunca le cambiamos los neumáticos, el aceite, o si le ponemos gasolina adulterada? ¡Pues se estropeará y durará menos! Hasta los niños los saben. Pues a cuidarse mucho, para evitar quebraderos de cabeza que no hemos buscado en encarnaciones pasadas, sino que cultivamos con malos hábitos como beber, fumar, no descansar, etc.

Luego el grupo miró la fotografía de Nick. ¿Lo conocéis?


Este hombre sin piernas ni brazos es un padre de familia, escritor y conferenciante motivacional que viaja todo el mundo inspirando a miles de personas. Lo que a los ojos del mundo es una desgracia, nacer sin piernas ni brazos, Nick ha convertido en un auténtico regalo de la vida: aprovecha esta oportunidad para vivir intensamente, superar sus límites y seguir adelante. Nuestros niños lo vieron surfeando y también vimos el corto "El circo de las mariposas". 


Al final de la clase, les pedimos a cada niño que se levantara y se comprometiera con lo que había visto de más importante en la case de este sábado. "Me comprometo a no rendirme"; "Me comprometo a cuidarme bien siempre". Estos fueron los compromisos de nuestros niños. Tomemos nota todos, para que con la ayuda de la espiritualidad amiga, podamos apoyarles en este camino, mientras caminamos nosotros con ellos también. 

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