Por Flávia Roggerio
Aspectos Generales de la
Reencarnación
Como comentamos anteriormente la reencarnación puede ocurrir en
diferentes mundos y en distintos tiempos. La terrestre no es la primera y
seguramente no será la última; podemos decir, eso sí, que es una de las más
materiales y lejanas de la perfección. Se puede vivir muchas veces en el mismo
mundo, dependiendo de la afinidad y progreso del Espíritu con el mundo que ha
de habitar.
La resurrección, como hoy se entiende, muy poco se asemeja a la
reencarnación. El buen sentido se opone a la aberración que el alma pueda
reconstruir su cuerpo, descompuesto y reasimilado por otros organismos de la naturaleza.
Es insensato materializar al que se encuentra «muerto» y sacrificar a los que
se encuentran vivos. La reencarnación es hoy un hecho comprobado, que demuestra
el regreso al plano físico sin agredir, de forma alguna, las leyes de la
naturaleza.
Los Espíritus pueden reencarnar como hombre o mujer, ya que el espíritu
no tiene sexo. Como deben progresar en todo, cada sexo, igual que cada posición
social, riqueza o pobreza, le facilita pruebas y deberes específicos,
incrementando así el bagaje de experiencias. El que sólo reencarnase como
mujer, por ejemplo, no sabría más que lo que saben las mujeres.
Los Espíritus que están esperando una nueva existencia para mejorarse, son
llamados errantes. Los hay de diversos grados y su tiempo varía desde horas hasta
siglos, generalmente dándose la nueva existencia después de períodos más o
menos largos. Esta estancia se da en diferentes planos espirituales, donde se
puede estudiar y/o trabajar para su propio progreso.
En las nuevas existencias el Espíritu se encontrará en situaciones que a
menudo llamamos karma, sin saber exactamente qué significa. Pues karma proviene
del sánscrito hindú y quiere decir acción. Es decir todo lo que se hace
equivale a decir karma. Las tradiciones espiritualistas afirman que las buenas
acciones serían karmas positivos o dharmas, no obstante karma es empleado para
asignar a los hechos que el Espíritu obró contra otros, contra la naturaleza o
contra sí mismo.
Allan Kardec, el decodificador del espiritismo, prefirió llamarlo, “Ley
de Causa y Efecto”, y pautó que los actos positivos, caritativos y benevolentes
reparan acciones delictivas del pasado. El karma negativo es rescatado en la
existencia presente o en una futura a manera de correctivo y no de castigo. Existen
rescates individuales y colectivos, con la familia, ciudad, país y planeta. Con
la Ley de Causa y Efecto son explicados cientos de casos como los de
mongolismo, enanismo, deformaciones físicas, accidentes, abandono, esterilidad,
homosexualismo, enfermedades incurables, miseria, locura, etc., así como los de
genialidad, salud, tranquilidad emocional, etc., todos tienen sus orígenes en
el pretérito y de esa manera vemos la justicia de Dios actuante. Nuestro
destino es la fatalidad del bien, pues nadie está destinado al mal o al
sufrimiento.
En el “Libro de los Espíritus”, Kardec indaga sobre diferentes aspectos
de la reencarnación. En la pregunta: ¿Los
Espíritus conocen la época en que se reencarnarán? los Espíritus responden:
«La presienten, como el ciego siente el fuego a que se aproxima. Saben que han
de volver a tomar cuerpo como sabéis vosotros que habéis de morir un día sin
saber cuándo sucederá». (330) «Dependiendo de su progreso, hay Espíritus
despreocupados de su reencarnación. No obstante igual reencarnarán». (54) En
algunos casos les es impuesto por la misma ley a reencarnarse, en otros eligen
las pruebas (es decir cuerpo, condiciones, época, familia, etc.), cuanto
mayores los obstáculos mayor el progreso. También pregunta, ¿Según ciertas personas, parece que la doctrina
de la reencarnación destruye los lazos de familia, haciéndolos remontar a otras
existencias además de la actual? Y la respuesta fue… «Los extiende; pero no
los destruye. Estando fundado el parentesco en afectos anteriores, los lazos
que unen a los miembros de una misma familia son menos precarios. La
reencarnación aumenta los deberes de fraternidad; porque en vuestro vecino o
criado puede vivir un Espíritu que ha estado ligado a vosotros por los lazos de
la sangre». (205)
Una cuestión muy interesante abordada en los estudios de Kardec fue
sobre el momento en que se une el alma al cuerpo. A lo que obtuvo como
contestación: «La unión empieza en la concepción, completándose en el momento del
nacimiento. Desde la concepción, el Espíritu se une al cuerpo por un lazo
fluídico, que se va estrechando poco a poco hasta que el niño sale a la luz.».(344)
Entonces, sobre las vidas pasadas, ¿Existen medios de probar la
reencarnación? El recuerdo de vidas pasadas, investigado por grandes
psiquiatras, psicólogos e investigadores de la materia, es uno de los métodos
más completos para probar la reencarnación.
El Dr. Ian Stevenson, director del Departamento de Psiquiatría de la
Universidad de Virginia en los EE.UU. reunió más de 3 mil casos por todas partes
del mundo, de niños que recuerdan vidas pasadas. El cumplió rigurosamente con
los padrones científicos exigidos y publico el libro «20 Casos que Sugieren
Reencarnación».
El Dr. Brian Weiss, director del Departamento de Psiquiatría del Hospital
Mount Sinai Medical Center en Miami y médico diplomado por la Universidad de
Yale, con especialización en Psiquiatría en la Universidad de Columbia, es
autor del libro «Muchas Vidas, Muchos Sabios», donde relata sus experiencias
con Catherine, quien después de un año de tratamiento convencional no llegó a
curarse. Weiss, mediante la hipnosis, hizo que retrocediera al origen de sus
problemas y ella le dijo que se llamaba Aronda y que vivía en Egipto, muerta 18
siglos a.C. Su escepticismo se fue diluyendo cuando Catherine fue sanando y
descubriendo 85 vidas. Experimentó con cientos de pacientes, llegando a la
conclusión de que todos reencarnamos. En la actualidad, el Dr. Weiss dicta
conferencias sobre el tema en Estados Unidos y diversos países.
Las terapias regresivas o TVP (terapia de vidas pasadas), deben ser
realizadas por profesionales en la materia y deben ser justificadas por traumas
o conflictos concretos, puesto que podría ser perjudicial si se tomara como un
simple juego o si se encarase con liviandad o por satisfacer nuestra natural
curiosidad. Los efectos terapéuticos tienen efectos positivos en neurosis,
fobias, manías, complejos, traumas y tics nerviosos que son revelados en estado
hipnótico, al ejemplo de la terrible fobia de una mujer al agua, debido al
hecho de haber estado encadenada en una galera y cuando fue echada al rio y
comida por cocodrilos.
Adicionalmente, las comunicaciones mediúmnicas, los recuerdos
espontáneos en los niños y los llamados Déjà vu, recuerdos innatos, son otras
de las tantas pruebas que confirman la reencarnación.
Entonces ¿Por qué pierde el Espíritu encarnado el recuerdo de su pasado?
«El hombre no puede ni debe saberlo todo. Así lo quiere Dios en su sabiduría. A
no ser por el velo que le oculta ciertas cosas, el hombre sería deslumbrado
como el que pasa sin transición de la oscuridad hacia la luz. Gracias al olvido
del pasado es más él mismo».(392)
Si no tenemos un recuerdo exacto, tenemos sí una intuición y nuestras
tendencias instintivas son una
reminiscencia de nuestro pasado, a las cuales nuestra conciencia, que es el
deseo de no cometer las mismas faltas, nos previene que resistamos. Por otro
lado, si recordásemos nuestras vidas, nos dificultaría nuestra evolución, pues
reconoceríamos a antiguos adversarios, verdugos y víctimas, se reavivarían
rencores y continuaríamos tropezando. Por ello, este olvido, nos sirve como
ayuda de progreso espiritual.
¡Pensemos!
Si admitimos la creencia vulgar de que el alma nace con el cuerpo o lo
que da lo mismo, que anteriormente a su encarnación no tiene más que facultades
negativas, preguntamos:
1. ¿Por qué el alma manifiesta aptitudes tan diversas independientes de
las ideas proporcionadas por la educación?
2. ¿De dónde proviene la aptitud extra normal de ciertos niños de tierna
edad para tal arte o ciencia, mientras otros no pasan de ser incapaces o
mediocres durante toda la vida?
3. ¿De dónde proceden las ideas innatas o intuitivas de unos, de las
cuales carecen otros?
4. ¿De dónde se originan en ciertos niños esos instintos precoces de
vicios o virtudes, esos innatos sentimientos de dignidad o de bajeza que
contrastan con la sociedad en que han nacido?
5. ¿Por qué, contemplando la educación, están más adelantados unos
hombres que otros?
¿Qué filosofía, preguntamos, puede resolver tales problemas? No cabe ninguna
duda: o las almas al nacer son iguales, o desiguales. Si lo primero, ¿por qué esas
aptitudes tan diversas? Se dirá que depende del organismo; pues entonces ésa es
la doctrina más monstruosa e inmoral. El hombre, por consiguiente, no es más
que una máquina, juguete de la materia; no es responsable de sus actos y todo
puede atribuirlo a sus imperfecciones físicas. Si las almas son desiguales, es
porque desiguales las creó Dios. Entonces, ¿por qué conceder a unas esa
superioridad innata?, ¿está conforme semejante parcialidad con su justicia y
con el amor que igualmente profesa a sus criaturas? Admítase, por el contrario,
una sucesión de anteriores existencias progresivas y todo queda explicado.
Dudar y buscar respuestas a las muchas preguntas que encontramos en
nuestra existencia debería ser parte del ejercicio diario de los hombres. Como
espíritus encarnados que somos, tenemos una maleta llena de recuerdos de vidas
pasadas y de anteriores visitas a los mundos invisibles. Seguramente
encontraríamos muchas respuestas en nuestras propias experiencias. Os invitamos
a indagar, a reflexionar sobre la vida misma.
¡Buen viaje!
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