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viernes, 10 de septiembre de 2021

¡Empujemos! Día Mundial de Prevención del Suicidio 2021

 


¡Empujemos! Día Mundial de Prevención del Suicidio

Janaina Minelli de Oliveira Ramos



El 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de Prevención del Suicidio. La fecha, impulsada por la Organización Mundial de la Salud, sirve para que en todo el mundo se recuerde que el suicidio es una realidad ineludible, hablando abiertamente sobre el tema. Mucho se ha hecho en la descontrucción de los mitos alrededor del suicidio. ¿El último tabú tambalea? Es posible. Empieza a tener conciencia de la gravedad de la situación. Los datos son impactantes. Cada año, alrededor de 700.000 personas se suicidan en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. En España, 3.671 personas se suicidaron el 2019, según los datos más recientes del INE. Entre ellos, 75 menores de 19 años. Estos datos no incluyen a los intentos de suicido o las personas que viven con ideación suicida. Si bien es verdad que todavía hay mucho desconcierto cuando se habla sobre el suicidio, también es cierto que hoy día, hay un número importante de iniciativas que se organizan para trasladar a la ciudadanía información sobre la prevención del suicidio. De momento, la mayoría de estas iniciativas está promovida por fundaciones y asociaciones. En España, donde todavía no hay un plan nacional de prevención del suicidio, la cuestión sigue sin abordarse como el grave problema de salud pública que representa. 

Las personas y familias acechadas por la ideación suicida a menudo se sienten solas, con la responsabilidad de resolver en su foro íntimo y privado algo que hayan hecho mal. No debe ser así y hemos de poner cuanto esté en nuestras manos para revertir esta situación. ¿Debemos esperar que una víctima de violencia machista resuelva sola el problema que se ha buscado uniéndose a su agresor? ¿Acaso se le ocurre a alguien que una persona que tenga cáncer debe tener vergüenza a lo que le ocurre? La verdad, si la deseamos mirar a los ojos, es que en el pasado ambas cosas pasaban. En el pasado, cuando todavía la sociedad no había avanzado en la conciencia de los derechos humanos lo suficiente como para acoger y proteger a las personas más vulnerables, o cuando los prejuicios, miedo y ignorancia estaban tan fuertemente arraigados en las mentes que no permitían una mirada más solidaria hacia el prójimo, las víctimas de la violencia machista y los enfermos de cáncer padecían, además del dolor de la situación que vivían, el maltrato social. Este maltrato se traducía en la negación de su realidad y en la ausencia de medios para remediar su problema. En muchas partes del mundo y en particular en España, actualmente existen mecanismos legales, sanitarios y sociales para apoyar a las víctimas de la violencia machista y a las personas que pasan por un cáncer. Es importante subrayar, sin embargo, y todo lo que se diga será poco en este sentido, que dichas conquistas no han llegado sin esfuerzo de muchas personas que levantaron la bandera de las causas que pocos en su momento estaban dispuestos a apoyar. Este es el trabajo que nos queda hacer como sociedad para combatir el suicidio.

Actualmente, no existen en España mecanismos legales o sanitarios suficientes para hacer frente a la realidad del suicidio. En nivel social, existe una incipiente sensibilidad. La gente ya no reacciona con la risa nerviosa ante el tema. De alguna manera, todos tenemos entre nuestra relaciones a alguien que está en el círculo de afectados por esta realidad. El que se piensa libre, no ha tenido conversaciones lo suficientemente profundas como para conocer el estado mental de las personas con quien convive. Sólo hay que sacar el tema, tener un mínimo de empatía y capacidad de escucha. Las historias de hijos que se suicidaron, amigos que contemplan el suicidio, compañeros de trabajo que se rompieron nos deben hacer unir fuerzas para reivindicar que como sociedad pongamos los medios para hacer lo que sea posible por las personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad ante el suicidio. Nuestra sociedad ha avanzado en la conciencia de los derechos humanos. Los prejuicios, miedo e ignorancia ya no son cadenas en muchas de las mentes. Es el momento de echar abajo al último tabú y reivindicar al gobierno la actuación necesaria ante la urgencia sanitaria que el suicidio representa. 

La vida, muchos lo sabemos, trasciende la existencia física. La vida se prolonga más allá de la muerte como fenómeno biológico. Al otro lado de la orilla nos encontramos con la herencia de nosotros mismos. Allí recogemos toda la calma y la armonía con la que hayamos vivido mientras en el cuerpo físico. El suicidio provoca un enorme dolor a los seres queridos de la persona que se suicida, pero tampoco termina su propio dolor. El suicidio no es el camino, no es una opción. Para quien no es capaz de contemplar otra opción, posiblemente suene utópico reivindicar que individual y socialmente nos unamos en la lucha por la prevención del suicidio. Sin embargo, los pioneros y pioneras de la investigación en el cáncer y las mujeres que primero levantaron sus voces para denunciar la violencia machista demostraron que la ignorancia humana tiene límites que debemos empujar. 

¡Empujemos! Donde estés, como puedas, únete a eventos que promuevan la conciencia de que el suicidio es una realidad que debe ser combatida socialmente como la urgencia sanitaria que es. ¡Empuja!

1 comentario:

  1. Este año he visto en las noticias de los principales peeiodicos y en la television mencionaren el dia internacional ide lucha contra el suicidio. Poco a poco, creo yo, se va creando conciencia de la existencia de este peoblema en la sociedad.

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