Los días de verano siempre son especiales, tienen su encanto de
relax, tiempo de vacaciones, de desconectar de la rutina, de pasar más tiempo a
la fresca, de conocer a nuevos lugares, personas, vivir nuevas
experiencias...
Nada mejor que esta época para realizar un super encuentro
con nuestro mayor patrimonio, l@s voluntari@s que hacen que CEADS exista.
Manos que trabajan y ejecutan todas las tareas y proyectos que
llevamos a cabo; mentes que piensan cómo hacer lo mejor para los demás y para
la doctrina y corazones que aman sin juzgar y amparan sin pedir nada en cambio.
¡El pasado 10 de julio, en Can Roca, hemos celebrado una
convivencia con ese equipazo!
Compartimos la confianza, el arte de dejarse llevar, experiencias
de vida, la importancia del servicio, la acogida de todos los que buscan en la
doctrina amparo, consuelo y un lugar donde encontrar respuestas a las
inquietudes de la vida (¡en ambos lados!), respeto y, como no, arte, música,
diversión, risas, abrazos y mucho amor.
En esos momentos de convivencia es cuando podemos asentar nuestros
valores: amor, respeto, disciplina, servicio, fe razonada, humildad,
integridad, alegría y transparencia. Además, afianzamos uno de los objetivos
estratégicos de promover la convivencia fraterna.
En esta red cósmica, sin barreras físicas, nos unimos a tod@s los que
contribuyen a que CEADS sea ese espacio de aprendizaje del Amor y de las
enseñanzas del Espiritismo para podamos alcanzar la armonía y el equilibrio.
Que ese amor viaje por el fluido cósmico a tod@s que no han podido
asistir presencialmente pero que estaban presentes en nuestros corazones.
Aquellos que ya no están con nosotros en este lado de la vida, los que están al
otro lado del planeta, los que ya no están y a aquellas que todavía están por llegar.
Nuestra eterna gratitud a tod@s, en especial para este evento a
Jose Antonio, Antonio (in memorian) y Pietra (in memorian) por
abrir las puertas de Can Roca; a Carlos por las dinámicas; a Jana y Jane por
organizar todo con tanto amor; a Anna y Pati por el amparo de siempre y a Serge
Kernéguez por brindarnos su música para nuestra clausura.
... y por muchos días de verano.
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