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domingo, 19 de junio de 2011

Siempre la mente en la base de todos los fenómenos

Hola familia CEADS,

Nos reunimos en nuestro humilde centro ayer para nuestra habitual reunión de los sábados. El tema de estudio sigue siendo la obsesión. Esta vez, tocaba comprender los diferentes sentidos que pueden caracterizar el fenómeno obsesivo. Sabemos que éste se basa en la mente, es decir, la obsesión es resultado la influencia persistente que una mente ejerce sobre otra, estén encarnadas o desencarnadas.

Sentidos de la obsesión

1. Encarnado hacia encarnado – Sucede cuando una persona envuelve a otra con sus emociones de posesividad, influenciándole negativamente. Son indicadores de este tipo de obsesión en las relaciones el sentimiento de posesividad, los malos tratos, los celos injustificados y el chantaje sentimental. En casos de obsesión de encarnado hacia encarnado, la relación suele alimentarse a través del sentimiento de culpabilidad. Pueden ocurrir entre las parejas pero también entre las amistades.

2. Desencarnado hacia desencarnado – Este tipo de obsesión ocurren entre espíritus endeudados y con compromisos recíprocos y de patrón vibratorio semejante. Los obsesores, en este caso, buscan a los espíritus desencarnados para vengarse y hacer justicia ellos mismos por las injurias que hayan sufrido en vidas anteriores. Para ilustrar este caso, el grupo que lo expuso presentó un escenificación en la que una señora, que había matado a su hermana para quedarse con su herencia, se ve perseguida por esta una vez desencarnada. Nada más salir del cuerpo, escuchó las voces de sus perseguidores que le decían asesina y le venían a cobrar sus deudas.

3. Obsesión reciproca – Son casos de obsesión en los que existe una retroalimentación de sensaciones entre dos espíritus que se complacen en los placeres inferiores. En estos casos, el periespíritu del desencarnado se une al del encarnado en una especie de simbiosis y ambos se vampirizan mutuamente las energías. Es común que en casos así el encarnado busque al centro espírita por las molestias físicas, pero frecuentemente rehúsa la corrección de los hábitos inferiores que propician la unión con el espíritu obsesor. Hay relatos de casos de en que equipos espirituales responsables del auxilio de espíritus en relación de obsesión reciproca no pueden separar al encarnado del desencarnado de forma tajante o rápida porque esto provocaría la muerte del encarnado.

4. Auto-obsesión – Este tipo de obsesión es la que uno ejerce sobre sí mismo una influencia negativa, permitiendo que su mente se convierta en un circuito cerrado, repitiendo mensajes de menosprecio y culpabilidad hacia sí mismo. Puede suceder por la dificultad que una persona (encarnada o desencarnada) enfrenta en perdonarse por sus equivocaciones o cuando el espíritu recuerda experiencias denigrantes de vidas pasadas y se deja achacar por los fantasmas de pasado.

5. Encarnado hacia no encarnado – Este tipo de obsesión sucede cuando los sentimientos de añoranza, desesperación, rencor o enfado que un encarnado siente por alguien que desencarna no le permite al desencarnado progresar, imantándole junto a sí. Es frecuente, en estos casos, que el desencarnado no haya tenido vivencias muy espiritualizadas durante su vida en la Tierra y algunas veces ni siquiera se da cuenta de que ha muerto. A título de ejemplo de este cuadro, el grupo responsable por su escenificación propuso un cuadro en el que una mujer, durante el duelo, se dejaba llevar al desespero por añoranza y urgencias finacieras, lo que aturdía aun más su difunto marido. Éste, a su vez, seguía en la casa, sin entender del todo porque estaba tan desesperada la mujer y sin saber qué hacer para ayudarle. Afortunadamente en este caso, la mujer oró juntamente con su hija, pidiendo ayuda al plan espiritual y la ayuda les vino en seguida, a través del ángel protector del recién desencarnado.

6. Desencarnado hacia encarando – Este es el cuadro más conocido y comentado de la obsesión. Es el caso en que un espíritu ejerce una influencia negativa sobre un encarnado, siendo o no consiente de ello.

Ante tantas variedades de la obsesión, es natural que nos sintamos vulnerables y preguntemos, ¿habrá manera de protegerse contra todos estos peligros? ¿qué puedo hacer para salvaguardarme de enemigos potenciales que pueden estar en la carne o en el plan espiritual, y algunas veces en mi propia mente?

Lo que hay que entender es que no existe una pastilla o infusión para el tratamiento o prevención de la obsesión.
La protección contra los tristes cuadros de dolor provocados por el fenómeno de la obsesión o su cura viene de la actitud PERSISTENTE que demostremos en:

1. LA ORACIÓN
2. LA CARIDAD
3. EL ESTUDIO
4. LA ESPERANZA

En esta reunión descubrimos nuevos talentos, aprendimos un poco más sobre nuestra amada doctrina y estrechamos lazos de amistad en nuestro grupo. Para finalizar, los cumpleañeros PATRICIA, VERA, GILDA y RAFA nos invitaron a deliciosos pasteles y Coca Cola. ¡Gracias compañeros!

Que Nuestro Señor siga inspirándonos y que seamos dignos del tiempo y cariño que la espiritualidad amiga invierte en nuestro amado grupo.

Cariños de la hermana menor,

Janaina

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