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viernes, 30 de marzo de 2012

¿Mediumnidad y espiritismo son la misma cosa?

Hola familia,

Mañana en la clase de ESDE hablaremos de la comunicabilidad de los espíritus y de la mediumnidad.

¿Mediumnidad y espiritismo son la misma cosa? ¿Se puede ser médium sin ser espiritista? ¿Se puede ser espiritista sin ser médium? ¿El médium nace o se hace? Y si se hace, ¿cómo y para qué?

Espero veros mañana con mucha disposición para seguir aprendiendo de esta doctrina que tanto nos orienta a vivir y convivir mejor. Os pongo a continuación uno de los textos que trabajaremos mañana.

Cariños de la hermana menor

COMUNICABILIDAD DE LOS ESPÍRITUS

La comunicabilidad de los Espíritus con los encarnados no es un hecho reciente sino antiquísimo, con la única diferencia de que en el pasado era privilegio de los llamados iniciados y en la actualidad, con el advenimiento del Espiritismo, se transformó en un fenómeno generalizado a todos los estratos sociales. La posibilidad de que los Espíritus se comuniquen es una tesis muy bien demostrada, resultado de las observaciones y experiencias rigurosamente realizadas por eminentes investigadores - ver artículo Vida después de la vida sobre los hallazgos científicos en este campo. Los espíritas no tienen dudas al respecto; sin embargo, hay quienes abrazan corrientes religiosas diferentes a la Doctrina Espírita, que buscan criticarla llamando la atención, entre otras cosas, sobre la prohibición mosaica de evocar a los muertos.

En la ley mosaica está escrito: «(...) No recurráis a las predicciones ni a magos, no los busquéis ni os contaminéis con ellos: Yo soy el Señor vuestro Dios. (...)» «(...) Cuando pues algún hombre o mujer tuviere en sí un espíritu adivinador o que fuera mago, seguramente morirá: con piedras serán apedreados; su sangre está sobre ellos.» «(...) No encontrará entre vosotros quien haga pasar por el fuego a su hijo o a su hija, ni quien sea adivinador, ni profetizador, ni agorero, ni hechicero; Ni quien use sortilegios, ni quien consulte un espíritu adivinador ni mágico, ni quien consulte a los muertos; Pues todo aquel que hace tal cosa hace abominación al Señor; y por estas abominaciones el Señor vuestro Dios las arroja lejos de Él. (...)»

Si la ley de Moisés debe ser tan rigurosamente observada en este punto, forzoso es que lo sea igualmente en todos los otros. ¿Por qué habría de ser buena en lo relativo a las evocaciones y mala en otras de sus partes? (...) Si se reconoce que la ley mosaica ya no está de acuerdo con nuestra época y costumbres, en algunos casos, la misma razón puede ser aplicada a la prohibición de la que se trata. Además, es preciso considerar los motivos que justificaban esa prohibición y que hoy han desaparecido por completo. El legislador hebreo quería que su pueblo abandonase todas las costumbres adquiridas en Egipto, donde las evocaciones estaban en uso y daban lugar a abusos (...).»

«La prohibición de Moisés estaba dirigida a frenar un intercambio grosero y perjudicial con los Espíritus liberados del envoltorio carnal. Los israelitas necesitaban una acción que impusiera más disciplina porque, además de todo «(...) la evocación de los muertos no estaba originada en sentimientos de respeto, afecto o piedad para con ellos, sino que era un recurso para hacer predicciones, tanto como los augurios y presagios, explotados por el charlatanismo y la superstición. (...)» En aquella época, aliado a la práctica pura y simple de evocar a los muertos, había un verdadero comercio con los adivinadores «(...) asociado a las prácticas de magia y sortilegio, que eran acompañadas hasta de sacrificios humanos. (...)» La prohibición tenía, pues, razón de ser. En los días actuales el ser humano ha logrado nuevos conquistas, el progreso se ha hecho debido al predominio de la razón y la práctica del intercambio espiritual o mediúmnico, defendida por el Espiritismo, tiene otras finalidades: como son la moralizadora, la consoladora y la religiosa. «(...).

La verdad es que el Espiritismo condena todo lo que motivó la interdicción de Moisés; (...)» Los espíritas no hacen sacrificios humanos, no interrogan a los astros ni a adivinos o magos para informarse de cosa alguna, no usan insignias, talismanes ni fórmulas sacramentales o cabalísticas para atraer o alejar a los Espíritus. El espírita sincero sabe que «(...) el futuro está vedado al hombre por principio y sólo en casos rarísimos y excepcionales Dios permite que sea revelado. Si el hombre conociera el futuro sería negligente en el presente y no actuaría con la misma libertad. (...)» La evocación de los Espíritus ejercida en la práctica espírita tiene el propósito de recibir consejos de los Espíritus Superiores, de moralizar a quienes están encaminados hacia el mal y continuar con las relaciones de amistad y amor entre los seres que se quieren y que han compartido o no, la experiencia de la reencarnación.

Chico Xavierpsicografió 412 obras, vendió más de veinticinco millones de ejemplares y cedió todos los derechos autorales de su obra a las editoras espíritas e instituciones de caridad.
Por las orientaciones instructivas y altamente moralizadoras proporcionadas por los benefactores espirituales, por el valioso aprendizaje ofrecido por los espíritus sufridores, se llega a la conclusión de que la práctica mediúmnica es un factor de progreso humano, por los beneficios que acarrea. «(...) Sin dudas, tan poderoso instrumento puede convertirse en lamentable factor de perturbación, teniendo en vista el nivel espiritual y moral de quien se encuentra investido de tal recurso. No es una facultad portadora de requisitos morales. La moralización del médium es la que lo libera de la influencia de los Espíritus inferiores y perversos que se sienten, entonces, imposibilitados de mayor predominio por faltarles los vínculos para la necesaria sintonía. (...)»

«Rechazar las comunicaciones de ultratumba es repudiar el medio más poderoso de instruirse, ya sea por la iniciación en los conocimientos de la vida futura o por los ejemplos que tales comunicaciones nos proporcionan. Además de eso, la experiencia nos enseña el bien que podemos hacer al desviar del mal a los Espíritus imperfectos, ayudando a los que sufren a desprenderse de la materia y a perfeccionarse. Proscribir las comunicaciones es, por lo tanto, privar a las almas sufrientes de la asistencia que podemos y debemos dispensarles. (...)»

domingo, 25 de marzo de 2012

De pensamientos propios y ajenos

Buenas familia de mi alma,

Ayer en CEADS vivimos un sábado más de aprendizaje y crecimiento. Nos separamos en dos grupos, leímos el texto que os había adelantado en el blog e intercambiamos impresiones e ideas sobre el tema. Las principales conclusiones del estudio se podrían resumir así:

  • La influencia de los espíritus en la vida cotidiana, en nuestros pensamientos y actitudes, es un hecho. En realidad, su influencia en nuestros pensamientos y reacciones es mayor de los que a menudo pensamos.
  • No es posible ni útil detenerse a distinguir los pensamientos propios de los ajenos. Los que sí es una responsabilidad ineludible es distinguir entre los buenos pensamientos, que nos exhortan a la paciencia, la calma y el equilibrio, y los pensamientos que nos arrastran a actitudes de arrogancia, intolerancia, angustia o agresividad. Identificar la naturaleza de los pensamientos y sentimientos y trabajar con disciplina en la búsqueda de la sintonía con el amor es tarea de cada uno.
  • Nadie puede transferir la responsabilidad de sus actos a los desencarnados, culpabilizándoles por sus actitudes infelices. Todos estamos dotados del libre albedrío y somos responsables de nuestras elecciones.
Gracias a la psicografía, los espíritas conocemos relatos de espíritus desencarnados que nos cuentan sus experiencias para que aprendamos de ellas. Para ilustrar la clase, los monitores nos presentaron el caso de Saquarema, que permitió que la influencia pacífica pero negativa de los espíritus le robaran preciosas oportunidades de evolucionar.

"Cuando volví a encontrarme con mi amigo Custodio Saquarema en la Vida Espiritual, después de la efusión afectiva de compañeros separados desde mucho tiempo atrás, la charla se orientó naturalmente hacia comentarios relativos a la nueva situación. Sabía que Custodio pertenecía a una familia espírita y seguramente, en esa condición, habría sacado el máximo de ventajas de la existencia que acababa de abandonar. Pensando en eso aventuré una pregunta, en la expectativa de saberlo con excelente bagaje para ingresar en habitaciones superiores. Sin embargo, Saquarema sonrió vagamente y me informó con la aguda autocrítica que le conocía en el mundo de los encarnados:

-Bien, mi querido, no aprecias lo que es una obsesión enmascarada, sin ninguna señal exterior. La tierra me mandó de vuelta para acá según el viejo principio de «ganó pero no se lo lleva». Acumulé mucha consideración y mucho dinero; sin embargo, retorné mucho más pobre que cuando partí rumbo a la reencarnación...

Como percibía que yo no estaba dispuesto a interrumpirlo, continó:

-No ignoras que renací en un hogar espírita, pero como le sucede a la mayoría de los que reencarnan, llevaba conmigo, ligados a mi clima psíquico, a algunos socios de vicios y extravagancias del pasado, quienes al no tener el vehículo de carne, se valían de mí para vincularse a las sensaciones del plano terrestre, como si yo fuera una vaca en condiciones de cooperar en la alimentación y conducción de una pequeña familia... Debes creer que, por mi parte, había retomado el arado de la vida física, llevando un excelente programa de trabajo que, de haber sido atendido me aseguraría un valioso avance en dirección a las vanguardias de la luz. No obstante, mis parásitos espirituales, astutos e inteligentes, actuaban disimuladamente sin que ni en lo más mínimo presintiera su influencia... Y, ¿sabes cómo lo hacían?

-¿... ?

- Por medio de simples reflexiones íntimas – prosiguió Saquarema desilusionado. Tan pronto salí de la adolescencia, con una buena dosis de razonamientos lógicos en la cabeza, los instructores amigos me exhortaban, por boca de mis padres, a cultivar el reino del espíritu, refiriéndose al estudio, a la abnegación, al perfeccionamiento, pero, dentro de mí las voces de mis compañeros surgían de mi mente como cursos de agua que fluyen de una vertiente, facilitándome la falsa idea de que hablaba conmigo mismo: «¿Cosas del alma, Custodio? Nade de eso. Este momento es para que vivas la juventud, la alegría, el sol... Deja la filosofía para después...». Transcurrido algún tiempo me gradué como Bachiller. Las advertencias provenientes del hogar se hicieron sentir con más intensidad, convocándome al deber; sin embargo, mis seguidores, hasta entonces invisibles para mí, replicaban también con una burla que los demás no oían: «¿Ahora? No es el momento oportuno. ¿De qué manera vas a armonizar la carrera que acabas de empezar con asuntos de religión? ¡Custodio, Custodio!... Respeta la opinión de la mayoría, ¡no te hagas el loco!...». Me casé y poco después llamamientos a la espiritualización recrudecieron a mí alrededor. Mis hábiles explotadores, sin embargo, comentaron con vivacidad:» ¡No cedas, Custodio! ¿Y las responsabilidades de familia? Es preciso trabajar, ganar dinero, obtener una posición, cuidar de la mujer y los hijos...». La muerte me quitó a mis padres y yo, abogado y dedicado a las finanzas, ya en la madurez oía todavía a los Buenos Espíritus, por intermedio de compañeros aplicados, que me exigían dedicarme a la elevación moral poniendo en ejecución los compromisos asumidos; no obstante, dentro de mi casa interior se acrecentaban los argumentos de mis obsesores inflexibles: «Custodio, tienes muchas ocupaciones... ¿Cómo vas a dedicar menos tiempo a los negocios? ¿Y la vida social? Piensa en la vida social.. No estás preparado para la siembre de la fe.» Enseguida, amigo mío, llegaron la vejez y la enfermedad, esas dos enfermeras del alma que vivían dándose la mano en la Tierra. Empecé a sufrir y a desengañarme. Algunos escasos amigos que me visitaban en mi ancianidad, me trasmitían las postreras invitaciones de la Espiritualidad Mayor, insistían conmigo, esperando que me consagrara a los sagrados asuntos del alma; sin embargo, desde entonces, los gritos de mis antiguos parásitos fueron más intensos, más irónicos, me inspiraban sarcasmo como si fuera yo mismo el que me ridiculizaba: ¡¿Tú, viejo Custodio?! ¿Qué vas a hacer con el Espiritismo? Es demasiado tarde... Profesión de fe, mensajes del otro mundo... ¿Qué se dirá de ti, mi viejo? Tus mejores amigos hablarán de locura, de senilidad... No tengas dudas... Tus propios hijos te privarán de derechos, como si fueras un enfermo mental, inepto para administrar ningún interés económico... Ya se te pasó el tiempo para eso...»

Saquarema me dirigió una significativa mirada y concluyó:

-Mis perseguidores no maltrataron mi cuerpo ni me turbaron la mente. Alimentaron tan sólo mi comodidad y con eso me impidieron todo avance renovador. Vuelvo de la Tierra, querido, imitando al labrador endeudado que regresa, con las manos vacías, de un campo fértil donde podría haber acumulado inimaginables tesoros... Sé que tú todavía escribes para los hombres, nuestros hermanos. Cuéntales mi pobre experiencia; cuando estés junto a ellos refiérete a la obsesión pacífica, peligrosa, enmascarada... ¡Diles algo acerca del valor del tiempo, de la grandeza potencial de cada momento, dentro de la peregrinación humana!

Abracé a Saquarema que quedaba con la esperanza puesta en nuevas oportunidades, prometiendo atender su solicitud. Y aquí transcribo su enseñanza personal, que podrá servir a muchos, a pesar de que tengo la certeza de que si ahora yo estuviera reencarnado en la Tierra y recibiera de alguien semejante lección, tal vez estuviera muy poco dispuesto a aprovecharla."
El El caso de nuestro amigo Saquarema es tocante. Sus “enemigos” espirituales consiguieron neutralizar en el toda la fuerza de renovación intima, pese a las invitaciones de crecimiento que la espiritualidad le enviaba constantemente a través de familiares y amigos. ¿Cuántas escusas somos capaces de poner para posponer el trabajo de iluminación interior?

Antes que nos apiademos demasiado de Saquarema por la obsesión sufrida durante toda su vida, desearía llamar la atención a su deuda para con sus supuestos enemigos. Saquarema no solo es responsable de posponer su auto- iluminación, sino que es corresponsable del atraso espiritual de toda la colonia de obsesores que le acompañaba. Me explico: De haber abrazado los valores del espiritismo, Saquarema habría llevado consigo a su compañía espiritual. No solo él mismo se habría beneficiado, sino todos los que convivían con él en su atmosfera psíquica. Al sucumbir a las orientaciones de sus obsesores, Saquarema renunció a las oportunidades de evolución que les ofrecían los amigos espirituales, pero también colaboró a que sus obsesores persistieran en la ignorancia. Al ser enviado a encarnar en un hogar espiritista, se supone que tenía la tarea de poner orden a lo que en el pasado había colaborado a desorganizar. Siendo él, el del grupo de espíritus en deuda recíproca, el escogido para encarnar, se supone que también era el que disponía de más elementos intelectuales y morales para aprovechar la oportunidad de reeducación propia y colectiva.

Bien. ¿Qué le pasará a nuestro amigo Saquarema? Rafa nos pidió que intentáramos “predecirle” el futuro. Siendo todo lo optimistas que la doctrina nos enseña a ser, hemos llegado a la conclusión de que Saquarema volverá a encarnar, vivirá situaciones difíciles, tendrá quizá que enfrentarse a la prueba de la mediumnidad, pero con el auxilio de la doctrina espiritista, que esta vez no desaprovechará, superará la prueba. Además, conmovido por las deudas del pasado, acogerá como hijos a sus antiguos obsesores, a quiénes educará en los valores espirituales del amor y de la caridad.

Familia, no hagamos como Saquarema, no dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy mismo. Aprendamos de los errores de nuestros hermanos, corrigiendo los nuestros propios y aprovechando las oportunidades de servicio y crecimiento que Dios y nuestro amado Maestro nos envían al diario.

Una semana de luz y auto-iluminación a todos.

Cariños de la hermana menor

jueves, 22 de marzo de 2012

Influencia de los Espíritus en nuestros pensamientos y actos

Buenas familia del alma,

los monitores de la clase de sábado nos envían el texto de preparación del tema que nos tocará estudiar. ¿Qué influencia tienen los espíritus en nuestra vida cotidiana? ¿Mis pensamientos son míos o me los sugiere un espíritu? ¿Puede alguién hacer algo en contra de su voluntad? Son pregutnas que uno se puede plantear cuando empieza a estudiar la dinámica de la interacción entre los los espíritus encarandos y desencarnados. Podéis ir preparando el espíritu para una tarde más de crecimiento.

Cariños de la hermana menor!


INFLUENCIA DE LOS ESPÍRITUS EN NUESTROS PENSAMIENTOS Y ACTOS

La influencia de los Espíritus sobre nuestros pensamientos y actos es tan grande que, habitualmente, son ellos los que nos dirigen. Esta influencia puede ser buena o mala, oculta o evidente, fugaz o duradera. En cualquier situación queda claro que la influencia se concreta a través de la sintonía que se establece.

Es conveniente recordar que «... pensar es vibrar, es entrar en relación con el universo espiritual que nos envuelve y conforme con la especie de las emisiones mentales de cada ser, elementos similares se le imantarán, acentuando sus disposiciones y cooperando con él en sus esfuerzos ascendentes o en sus caídas y deslices. (...)».

No podemos descuidar nuestra casa mental ni seguir viviendo arrastrados por la acción maléfica de los espíritus atrasados. «Los Espíritus infelices, con la mente alterada, viven con los compañeros encarnados más de lo que se supone. Interfieren en las actividades habituales, deambulan por el nido doméstico, participan de las conversaciones, acompañan a los comensales, de quienes dependen como si fueran auténticos parásitos.


Se perturban y perturban.

Sufren y hacen sufrir.

Odian y generan odios.

Obstinados en su ruindad provocan la ruina de los otros.

Dominados por la desdicha, hacen desdichados a los demás.

Finalmente, la acción de los Espíritus Superiores es otra. «Los buenos Espíritus sólo aconsejan para el bien. (...)» «... suscitan buenos pensamientos, desvían a los hombres de la senda del mal, protegen la vida de quienes se muestran dignos de protección y neutralizan la influencia de los Espíritus imperfectos en aquellos a quienes no es grato sufrirla. (...)»


Si se toma conciencia de que «(...) el pensamiento se exterioriza y se proyecta formando imágenes y sugestiones que lanza sobre los objetivos que se propone alcanzar...», nada más natural que se consiga armonía y felicidad cuando la emisión mental fuera equilibrada y edificante; o aflicción y caídas morales si el pensamiento fuera desequilibrado y enfermizo.

«... La química mental vive en la base de todas las transformaciones, porque realmente evolucionamos en profunda comunión telepática con todos aquellos Espíritus encarnados o liberados del envoltorio carnal que guardan afinidad con nosotros. (...)».

Podemos neutralizar la influencia de los malos Espíritus, «(...) practicando el bien y poniendo en dios toda la (...) confianza. (...)» (6) y tratando de rechazar las sugestiones inferiores y de no atender a los malos pensamientos que generan la discordia, las luchas antifraternas, los celos, la envidia y la exaltación del orgullo.

A medida que se persevera en el propósito firme de mejoría, desligándose del mal, la influencia provocada por las entidades inferiores dará lugar a los consejos y sugestiones edificantes de los benefactores espirituales.

Por lo expresado queda claramente reflejada la acción que los Espíritus ejercen, los unos sobre los otros, sobre todo entre los desligados del envoltorio físico y los encarnados, estableciéndose así una reciprocidad constante de intercambio. De ahí que sea difícil, sino imposible, en determinadas ocasiones, distinguir un pensamiento propio de uno que nos es sugerido. «(...) Generalmente, los pensamientos propios son los que acuden en primer lugar. (...), según lo que consta en la pregunta 461 de «El Libro de los Espíritus»; sin embargo, en esta misma pregunta los Espíritus dicen que no es de mayor importancia establecer la distinción entre un pensamiento propio y uno sugerido, agregando aún que en muchas ocasiones es útil que no sepamos distinguirlo.

Evidentemente, fue al comprender el valor de esta cuestión que Kardec concluyó:

«(...) Si fuera útil que pudiésemos distinguir claramente nuestros propios pensamientos de los que nos sugieren, Dios nos habría proporcionado los medios para conseguirlo, como nos permitió que diferenciemos el día de la noche. Cuando una cosa se mantiene imprecisa, es que conviene que así acontezca.»


martes, 20 de marzo de 2012

Mundos y Moradas Esprituales: bibliografía, webs y videos

Hola família,

La conferencia de sábado no ha dejado a nadie indiferente. Por esto Dea nos envía la bibliografía que ella ha utilizado en su estudio, para que podamos seguir profundizando en este tema.

  • Libros

El libro de los Espíritus - Primeiro livro: Cap II y III. Segundo livro: Cap I, IV, VI. Terceiro livro: Cap. VIII

La Genesis - Cap. XI - Genesis espiritual





Além da morte

Moradas espirituais

  • Webs (en Portugués)



  • Videos

Os dejo la película intera y sutitulada, basada en el libro de mismo nombre: Nuestro Hogar,



Y por último, la presentación que Andrea Navarrete generosamente comparte con nosotros.


¡Qué disfrutéis!
¡Cariños de la hermana menor!

domingo, 18 de marzo de 2012

Los diferentes mundos y moradas espirituales

Hola familia CEADS en España y en el mundo,

Ayer, tal y cómo os había anunciado, fue día de conferencia en nuestro centro. Andrea Navarrete se dispuso a presentar la charla “Los diferentes mundos y moradas espirituales”, CEADS abrió sus puertas y la gente compareció. Fue una tarde de intercambio de informaciones muy interesantes, pero sobretodo de energía, esperanza y armonía.

Os hago un breve resumen de la charla, que fue a las vez rica en informaciones y amena. Andrea, que es espiritista desde la infancia, empezó explicándonos que desde niña tenía la inquietud por este tema. Se preguntaba cosas como, ¿Qué mundo es este dónde vivo? ¿Por qué vivo aquí? Os confieso que de niña no tenía yo preocupaciones tan elevadas, pero me imagino a la pequeña Andrea mirando las estrellas y preguntándose qué había ahí arriba.


Para empezar, Andrea aclaró la diferencia entre “mundos” y “moradas”. Los “mundos” son estancias donde los espíritus encarnan, mientras que las moradas gravitan alrededor de los diferentes mundos, sirviendo de estancias de los espíritus desencarnados. En ambas estancias, los espíritus se unen por la ley de afinidad. El pensamiento es la base de todas las realizaciones del espíritu. Los diferentes mundos están caracterizados por el nivel vibratorio de los seres que ahí encarnan, cuyas emanaciones determinan el tipo de moradas necesarias en la psicosfera de este mundo para el adelantamiento moral e intelectual de sus habitantes.

La doctrina espiritista nos ha permitido conocer algunas características de los diferentes tipos de mundos que existen en el universo. Son ellos:

  • Mundos primitivos o inferiores – Mundos destinados a las primeras encarnaciones del alma. En los mundos inferiores, la existencia es enteramente material, las pasiones imperan soberanamente, la vida moral es casi nula.
  • Mundos de expiaciones y pruebas – Mundos que sirven de escuelas del alma, donde encaran seres que necesitan experimentar el dolor y el sufrimiento como expiación de sus faltas pasadas. En estos mundos, suelen encarnar también espíritus de mayor luz, emisarios del bien y del amor para orientar la humanidad en su desarrollo moral e intelectual.
  • Mundos de regeneración – Son mundos de transición, donde el bien empieza a prevalece sobre el mal y la mayoría de los espíritus ya disponen de una conciencia despierta para la realidad espiritual.
  • Mundos felices - Mundos donde todos los espíritus conocen el bien y desean evolucionar para liberarse de sus imperfecciones. En dichas estancias, los seres ya no necesitan al dolor o al sufrimiento para aprender, puesto que procuran evolucionar voluntaria y constantemente.
  • Mundos celestes o divinos – Mundos donde el bien reina sin interferencia de las imperfecciones humanas.
Los espíritus nos dicen que la Tierra es un planeta de pruebas y expiaciones, cosa bastante fácil de comprobar con un rápido examen que realicemos de las condiciones de vida de gran parte de los habitantes de nuestro planeta. Sin embargo, igual que las personas evolucionamos, los mundos también evolucionan. De hecho hay informaciones del plan espiritual sobre el importante momento de transición planetaria que experimenta la Tierra actualmente, de planeta de pruebas y expiaciones a un planeta de regeneración. Sobre este tema, podéis leer la crónica de la conferencia de Divaldo Franco, publicada en Visión Espírita 11.

Andrea también nos contó que los diferentes mundos se interpenetran. Hay mundos más sutiles dentro de los más groseros. Si no los podemos ver, es que nuestros cuerpos físicos no disponen de las facultades necesarias para ello. Como dicen los espíritus, “es la ley que no debamos ver más de lo que podemos observar con provecho”.

Pasando ahora al tema de las moradas, cada mundo tendrá, en su psicosfera, las moradas donde residen los espíritus desencarnados en los intermedios que pasan en la espiritualidad. Tal y como ocurre con los mundos, cada espíritu desencarnado se ve atraído a la morada espiritual más acorde a su nivel vibratorio. Dicho nivel es el resultado de la calidad, frecuencia e intensidad de los pensamientos y emociones experimentados por el espíritu. Una vez más, la literatura mediúmnica nos ha permitido conocer algunas de las moradas que existen alrededor del planeta Tierra. La mayoría de las moradas conocidas se encuentran sobre la psicosfera de Brasil, donde el espiritismo está bastante más difundido que en Europa. Esta no parece ser la única razón. En la época de fundación de estas moradas espirituales, la psicosfera sudamericana se mostraba menos cargada que la del resto del planeta. Una razón podría ser la menor densidad poblacional; otra podría ser que las diferentes guerras y odios medievales sembraron en otras partes del mundo demasiado rencor. Fuera como fuere, el hecho es que aun hace falta ver florecer la luz del espiritismo en Europa para que el trabajo conjunto entre equipos de encarnados y desencarnados comprometidos de forma desinteresada con el progreso de la humanidad nos pueda ofrecer información sobre las moradas espirituales existentes en la psicosfera europea. Hasta la fecha, la literatura mediúmnica nos ha permitido conocer algunos tipos de moradas espirituales, entre ellas:

  • El abismo – Moradas habitadas por espíritus que han cometido los crímenes más bárbaros contra la ley divina. No son lugares totalmente desprovistos de luz, puesto que la misericordia de Dios llega a todos los rincones del universo. En estos parajes de dolor y sufrimiento, purgan sus faltas almas que necesitan encontrar el arrepentimiento por sus crímenes antes de empezar la jornada de expiación del daño que causaron.
  • Las tinieblas – Moradas habitadas por espíritus que se complacen en hacer el mal unos a otros. Como el abismo, en estas estancias prevalece el dolor y el sufrimiento.
  • La esfera terrestre – Habitada por espíritus que no tienen conciencia de su muerte o que se niegan a abandonar los vicios que conocieron en la carne, como el tabaco, las drogas y la bebida. Se unen a los encarnados con los que comparten adicciones, motivándoles a profundizar en ellas y causándole innumerables enfermedades de orden física y espiritual.
  • El umbral – Regiones cercanas a la corteza terrestre, habitadas por espíritus llenos de culpa y dolor.
  • Zonas de transición – Son como oasis en el desierto; suelen ser estancias de socorro a desencarnados donde se prestan los primeros auxilios a los espíritus rescatados de los valles de dolor y sufrimiento de todas las estancias anteriores.
  • Colonias Espirituales – Verdaderas ciudades erguidas en la espiritualidad, destinadas a tareas que varían desde la educación de los espíritus hasta la planificación encarnatoria de las almas.

Entre las colonias y casas conocidas, Andrea ha citado:

  • Nuestro Hogar – a la que conocemos con mayor nivel de detalles gracias al libro de mismo nombre, escrito por Chico Xavier.
  • Capo de Paz – mencionada en el bellísimo libro Los Mensajeros, destinada al socorro de espíritus desencarnados.
  • Casa Transitoria Fabiano – menicionada en el libro Obreros de la Vida Eterna.
  • Casa Redención – mencionada en el libro Más allá de la Muerte, de Divaldo Franco.
  • Siervos de Maria – mencionada en el libro Memorias de un Suicida, destinada al socorro a suicidas.

El estudio de Andrea choca por una realidad innegable: la mayoría abrumadora de instituciones espirituales que orbitan en la psicosfera de la Tierra se destinan al socorro y reeducación de los desencarnados. No es para menos… Con el nivel de conciencia espiritual de la población de nuestro planeta, lo que sorprendería sería que tuviéramos a escuelas del arte o de las ciencias. ¡Qué poquita cosa somos!, la verdad… pero bueno, la misericordia de Dios es infinita, contamos con la tolerancia y paciencia de la espiritualidad superior, la buena voluntad de cada vez más trabajadores del bien y el amor incondicional de Jesús. No hay tiempo para el desánimo, no nos lo podemos permitir. ¿Quién se puede dar al lujo de desanimar?

Andrea, te damos las gracias por el bellísimo trabajo y pedimos a Nuestro Maestro Mayor que te siga orientando. Que puedas seguir compartiendo más luz con tu esfuerzo y dedicación al bien. Para todos los demás, os dejo la pregunta final de la presentación de nuestra querida compañera: ¿Qué debemos hacer para ir a la morada que queremos? Da mucho qué pensar e ya me he extendido mucho por hoy. Con mi más verdadero deseo de que podamos contestar a esta pregunta y vivir en coherencia con la respuesta, me despido llena de esperanza en mi imperfecto corazón.

¡Cariños de la hermana menor!

jueves, 15 de marzo de 2012

Los diferentes mundos y moradas

Hooooooola familia,

el sábado es día de conferencia. Tema interesante, poco conocido. Andrea - la chica de la sonrisa en la foto de al lado-, nos hablará de moradas espirituales. ¿Quién no ha escuchado a alguién decir, "ir hacia la luz" en el momento de la muerte? Pues resulta que las múltiples franjas de frecuencia vibratoria de los desencarandos nos deparan con realidades que para algunos son incluso difíciles de creer. La morada espiritual más conocida entre los espiritistas quizá sea Nuestro Hogar, descrita en la obra psicografiada por el inolvidable Chico Xavier, pero no es en absoluto la única. De esto no hablará Andrea. ¿Te lo vas a perder?

17/03/2012 - 17:30 en CEADS
Los diferentes mundos y moradas
a cargo de Andrea Nabarrete


 ¡Os esperamos!

Cariños de la hermana menor

miércoles, 14 de marzo de 2012

El origen del universo

Hola familia,

en esta ocasión os presetnamos un clippling realizado a partir de diferentes fuentes de Internet por nuestro compañero Jonathan Levy.

                                               ¡Que lo disfrutéis!

domingo, 11 de marzo de 2012

¿Qué es el alma?

Hola familia, 

ayer nos reunimos en CEADS para nuestra habitual clase de estudio de la doctrina espiritista. El tema de la clase fue el alma. ¿Qué es el alma? 

Los materialistas consideran que los fenómenos psicológicos dependen únicamente de la biología humana, es decir, consideran que lo que se podría llamar la conciencia humana es el resultado, y no la causa de funciones como el pensamiento y las emociones. Los animistas a su vez, consideran que el alma es la chispa de la vida. La doctrina de los espíritus, sin embargo, nos aclara que el alma tiene que ser algo distinto, ya que las plantas y los animales inferiores no tienen un alma, pero sí tienen vida. En estos niveles iniciales de la existencia, tal y como estudiando en clases anteriores, los seres son aun principios inteligentes, sin conciencia de sí mismos. No son aun conciencias individualizadas y por esta razón, no están sometidas a las consecuencias del libre albedrío.

En la doctrina espiritista encontramos una definición del alma que brilla por su sencillez.

Esa definición, a pesar de ser extremadamente simples puede considerarse magistral. Vamos a apreciarla en las propias palabras del Codificador, citando el texto correspondiente de «El Libro de los Espíritus»:

134. ¿Qué es el alma?
- Un Espíritu encarnado.
134 a. ¿Qué era el alma antes de unirse al cuerpo?
- Espíritu.
134 b. En consecuencia, ¿las almas y los Espíritus son la misma cosa?
- En efecto, las almas no son sino los Espíritus. Antes de unirse al cuerpo, el alma es uno de los Seres inteligentes que pueblan el Mundo Invisible y que se revisten temporariamente de una envoltura carnal, para purificarse y esclarecerse.

136 b) ¿Qué sería nuestro cuerpo si no tuviese alma?
«Simplemente masa de carne sin inteligencia, todo lo que quisierais, excepto un hombre».

Después de la lectura de esta parte del texto, hicimos algunas consideraciones:

1. La definición de alma que nos ofrece la doctrina espírita nos la han dado los propios espíritus desencarnados. No es pues una conjetura, una hipótesis de los hombres. Los espíritus mismos, en comunicaciones que buscaban instruir a los hombres en la naturaleza y destino de la humanidad, explicaron qué es el alma.

2. El alma es un espíritu encarnado. Un espíritu es un ser inteligente desprovisto de su cuerpo físico – pese a que posee un cuerpo semi-material, llamado periespítitu en la doctrina de los espíritus. Así que es una equivocación decir “mi alma” o “mi espíritu” ha hecho o ha dejado de hacer esto o lo otro. Quién hace o deja de hacer lo que sea soy yo misma. Cuando decimos, “cuando desencarne, mi espíritu irá…”, nos equivocamos, aun que sea un vicio de lenguaje. Cuando desencarne YO iré. No tengo un alma, SOY un alma.


3. A través de la doctrina espiritista, sabemos que el espíritu es un ser individualizado, que progresa moral e intelectualmente a través de sucesivas reencarnaciones, siempre en una espiral ascendiente de progreso. Una vez el ser alcanza la humanidad, no da marcha atrás y, por tanto, no puede ya encarnar en cuerpos de animales. En cada encarnación, el alma evoluciona, liberándose del egoísmo y del orgullo, creciendo intelectualmente, liberándose poco a poco de sus imperfecciones. Así es como el espíritu puede llegar, después de incontables ciclos encarnatorios, a liberarse de la necesidad de volver a encarnar en mundos tan materializados como la Tierra.

4. Es importante entender que un espíritu no es más que un hombre desprovisto de su cuerpo físico. Con esto queremos aclarar que las personas que tienen una fe ciega en lo que diga un espíritu o que busque a un médium y piense que lo que este médium le diga “va a misa”, no acaba de comprender algo muy importante. Los espíritus no lo saben todo. Nadie alcanza la omnisciencia solo porque esté desencarnado. Cuando morimos preservamos todo nuestro patrimonio intelectual y moral. A los dos lados de la vida, hay que esforzarse mucho para evolucionar, superar nuestra ignorancia y liberarnos de nuestra inferioridad. Todo cuanto diga un desencarnado debe ser analizado a la luz de la lógica. La fe espiritista es, por tanto, una fe razonada, puesto que no aceptamos lo que los espíritus nos cuentan sin más, sino que analizamos con sentido común toda la información que llega del plan espiritual.

Con el concepto del alma la Doctrina Espírita se transformó en la doctrina de la esperanza, pues descubrió ante los ojos de los hombres un futuro verdaderamente feliz y promisorio.

La búsqueda de la evolución está en nuestras manos. La capacidad de progresar está en el corazón de cada hombre y de cada mujer. No hay intermediarios que valgan, es inútil entregarse al culto exterior, es irrelevante pronunciar palabras sin acompañarlas de los pensamientos y las actitudes que les den coherencia. Somos seres inmortales, destinados a la perfección, pero responsables de todo cuanto sucederá entre el momento presente y este momento glorioso en el que nos habremos librado de todas nuestra inferioridad. Agradezcamos la luminosa orientación de los espíritus que nos amparan la caminada, trayéndonos consuelo, esclarecimiento y reforzándonos la fe en Dios a través de la doctrina de los espíritus. Agradezcamos a nuestro Maestro Mayor todo el amor que dispensa a la humanidad, su paciencia y tolerancia con nuestros tropiezos. Agradezcamos el existir y humildemente rindamos culto en el altar de la mente y del corazón a la Inteligencia Cósmica Universal.

Una semana de fe, trabajo y amor a toda la familia CEADS.

¡Cariños de la hermana menor!

viernes, 9 de marzo de 2012

Ciencia & Reencarnación

Hola familia,

hace algunas semans cuando hablamos de las pruebas científicas de la reencarnación en la clase de sábado, os prometí que compartiríamos el artigo de Elaine Vieira y Mado Martínez.

¡Qué lo disfrutéis!


Cariños de la hermana menor

domingo, 4 de marzo de 2012

Las pequeñas grandes obras

Hola familia,

Ayer en nuestro querido centro, nos reunimos una vez más, como cada primer sábado de mes, para el estudio del Evangelio según el Espiritismo. El tema era “el óbolo de la viuda”, pero nuestra monitora, Vera, antes de que entráramos en la lectura del Evangelio, nos separó en dos grupos y pidió que contestáramos a dos preguntas del Libro de los Espíritus.

El primer grupo quedó encargado de contestar a la pregunta, ¿Es posible que los espíritus conduzcan los investigadores en hallazgos científicos importantes?; el segundo grupo se encargó de contestar a esta otra pregunta, ¿Pueden los espíritus conducir los hombres a descubrir tesoros materiales? Al final, en conjunto, tendríamos que relacionar ambos temas con el pasaje del evangelio en que Jesús observa una pobre viuda haciendo una donación en el tempo. Ella daba de lo que le hacía falta, mientras los ricos daban de lo que les sobraba y el Maestro esclarece que la donación de ella es mucho mayor que la de los otros, pese a que fuera materialmente de menor montante. Inicialmente parecían tres temas totalmente desconectados: hallazgos científicos, tesoros ocultos, el valor de la caridad… No digo que haya sido fácil, pero creo que al final sí fuimos capaces de seguir el camino que Vera nos proponía.

Antes de nada, hay que reconocer una cosita. La mayoría de la gente, quiero decir, gente normalilla como yo, preguntaríamos cosas muy poco elevadas a un espíritu si tuviéramos la oportunidad. ¿Qué preguntaríamos? Pues el que tiene miedo a perder su trabajo preguntaría si le echarán o si conseguirá un trabajo mejor; el que duda de la fidelidad de su pareja preguntaría si se le engaña; el que juega habitualmente, preguntaría que número tocará en la lotería… y podríamos hacer una lista interminable de preguntas “poco elevadas” como estas. Igual diréis, qué puritana esta hermanita menor, que estas preguntas son muy relevantes para el que las necesita saber. Sí, evidentemente. Pero su respuesta beneficiaría, en el caso de que se les pudiera contestar a ciencia cierta, a una única persona. En la codificación espírita, Kardec comprobó que era posible comunicar con los espíritus. Pero entendió la trascendencia moral de aquel fenómeno y, en lugar de preguntar cosas que le beneficiarían únicamente a él mismo, interrogó los espíritus sobre el funcionamiento del mundo espiritual y su interrelación con el mundo material. Así, cuando la mayoría de nosotros les hubiera preguntado a los espíritus “Cuál es la fórmula de la vacuna contra el SIDA? o ¿Me podéis decir donde cavar para encontrar un tesoro escondido?, Kardec les preguntó, ¿Es posible que los espíritus influencien a los investigadores en su trabajo? Y ¿Pueden los espíritus indicar la localización de tesoros escondidos a los encarnados?, entre otras cosas.

Procediendo como procedió Kardec, atrajo para cerca suyo espíritus de la más elevada orden moral e intelectual, puesto que no tenía intereses egoístas, sino que le motivaba el más desinteresado deseo de conocer la verdad. De haber procedido como lo hubiéramos hecho muchos de nosotros – y aún lo hacen los que acuden a videntes de toda clase-, habrían acudido espíritus burlones, siempre dispuestos a contestar a las preguntas que se les hace, pero condicionados por su escasa elevación intelectual y moral.

Lo que los espíritus le dijeron a Kardec en relación a la primera pregunta, ¿Es posible que los espíritus influencien a los científicos en su trabajo? Fue que sí, les pueden influenciar. Pero todo hallazgo científico depende invariablemente del esfuerzo, persistencia, dedicación y preparo del investigador encarnado. Ningún espíritu comprometido con el progreso planetario se acerca a ofrecer a hombres perezosos la solución de los problemas de la humanidad. También hay que considerar que elevación moral e intelectual son dos cosas distintas y no pocas veces no caminan juntas. Cuando hablamos de espíritus ignorantes del bien – los “malos” o “demonios”, para legos-, no hablamos necesariamente de espíritus intelectualmente inferiores. Hay muchos espíritus de elevado progreso intelectual trabajando en el campo científico en objetivos moralmente inferiores. Los espíritus elevados moral e intelectualmente trabajan incesantemente en la orientación e inspiración de los científicos encarnados comprometidos con el progreso de la humanidad, pero de su esfuerzo depende que se produzcan los hallazgos de vacunas, tratamientos y descubrimientos de todo tipo.

A la segunda pregunta, ¿pueden los espíritus indicar la localización de tesoros escondidos a los encarnados?, los espíritus le dijeron a Kardec que los elevados jamás se ocupan de esto, mientras que los burlones siempre acuden reírse de los que les hacen esta clase de preguntas. Hay que considerar que no por desencarnado un espíritu alcanza la omnisciencia. Si era ignorante en vida, sigue ignorante en la existencia que le espera después de la muerte física. A los dos lados de la vida, lo único que puede ofrecer al espíritu encarando o desencarnado la superación de su ignorancia es el esfuerzo, la dedicación y la persistencia tanto en el campo moral como en el campo intelectual.

Ahora os estaréis preguntando, ¿qué tiene que ver todo esto con el óbolo de la viuda? A esto iba yo ahorita mismo. Hay mucha gente que dice que hará la caridad cuando les toque el gordo, que desean ganar en la lotería para ayudar a los pobres. Otros que les gustaría ayudar a la humanidad con un gran hallazgo científico, algo que mitigara el dolor físico de millares, pero no son capaces de ser amables en su propia casa, ni con el prójimo más prójimo. Nos enseña Jesús, y nos vuelve a recordar la doctrina espírita, que en lo poco que se dé, con humildad y amor, está la verdadera caridad. ¿Cómo qué?

• Paciencia en el cotidiano con la pareja, evitando discusiones inútiles;
• Tolerancia en el ambiente de trabajo, con el compañero que piensa diferente;
• Cortesía y amabilidad con un desconocido;
• Un gesto de cariño con alguien que no lo espera;
• Una palabra de consuelo a una persona angustiada;
• Una respuesta calmada a una pregunta agresiva;
• Buscar comprender los motivos de los demás antes de criticarles;
• Etc, etc, etc…

Este es el óbolo del pobre. No hay que esperar que nos toque la lotería para empezar a hacer la caridad. Es hora de vivir nuestra inmortalidad plenamente, aquí y ahora. Trabajar cotidianamente para la educación de los sentimientos, pensamientos y actitudes es compromiso de todo espíritu – y el que se dice espírita y no lo hace, se equivoca rotundamente. Tengamos claro que sin esfuerzo, ningún progreso es posible. Solo la práctica continuada de la caridad puede llevarnos a vivir en armonía con las enseñanzas de nuestro Maestro Mayor y las leyes divinas.

Vamos, que después de esta clase que nadie diga que no tiene tiempo o dinero para hacer la caridad… Se nos acabaron las escusas, amigos, es hora de remangar y ponernos manos a la obra. Nos espera un mundo lleno de enemigos que perdonar, amigos que amparar, desconocidos que amar. Nos invita Jesús, nos invita la doctrina, para nuestro propio bien, a hacer lo que es debido. Este trabajo, lo podemos posponer cuanto queramos, pero cada uno responderá en el tribunal de su propia conciencia del mal que hizo a causa del bien que dejó de hacer.

Pido a nuestro Amado Maestro que nos inspire a todos, para que durante la semana, podamos reflexionar y poner lo aprendido en la práctica. Con fe en Dios y el corazón lleno de esperanza, lo haremos.

Cariños de la hermana menor

PS. ¿Qué os parece si en los comentarios proponemos pequeñas obras de caridad asequibles a todos?