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domingo, 12 de enero de 2014

Igualdad en la Tierra, como en el cielo

Hola familia!

¡El fin de semana fue intenso en CEADS! El sábado estrenamos el estudio de una nueva ley natural: la Ley de Igualdad. Y esta mañana hemos tenido el interesantísimo seminario presentado por Lindomar y Eliana, Salud enPlenitud, proyecto mejorarse.

¿Empezamos por el sábado?

Habíamos leído el texto de estudio de la clase, que afirma que hombres y mujeres tienen los mismos derechos, pero no las mismas funciones. Nuestros monitores Marcello y Andrea, sin embargo, empezaron la clase haciéndonos reflexionar sobre el Homo sapiens, es decir, la raza humana que dio origen a la humanidad tal y como la conocemos hoy y que pobló la Tierra hace aproximadamente 200 mil años. En esta reflexión inicial comprendimos que por su complexión física, probablemente le correspondió al género masculino la caza y la protección del hogar, mientras el género femenino se ocupó del cuidado de las criaturas y del entorno doméstico. La principal preocupación de del hombre de hace 200 mil años era la sobrevivencia y la división del trabajo no era una cuestión filosófica: era una cuestión de vida o de muerte. Lo que impresiona bastante es pensar que hace solamente cerca de 2.500 años que la filosofía y la reflexión sobre el origen, la función y el destino del ser se empezó a estructurar de forma trasmisible. 2.500 años no son nada comparados a los 200 mil años que hemos necesitado para convertirnos en lo que somos. ¿Qué pretendían nuestros monitores con esta explicación inicial? Hacernos ver de forma muy gráfica que la discusión entorno del rol que hombres y mujeres ocupan en nuestra sociedad es absolutamente reciente en lo que es la historia evolutiva de nuestra raza. En esta misma línea, nos presentaron la pirámide de las necesidades de Maslow, que nos viene a decir que existe un orden de prioridades que deben estar cubiertas, tal como necesidades fisiológicas, de seguridad y afiliación, antes que el ser empiece a ocuparse del auto-reconocimiento o la moralidad.

Cuando decimos que hombres y mujeres deben tener los mismos derechos, debemos admitir que estamos muy lejos de que este ideal se traduzca en una realidad en todo el mundo, aún en los países más desarrollados, en donde los mandatarios siguen siendo del género masculino y las mujeres, en general, por el mismo trabajo, cobran menos que los hombres – por no mencionar situaciones de violencia machista, que son una plaga todavía por erradicar. Sin embargo, también debemos considerar que hace solamente 2.500 que el ser se dedica a la filosofía. En toras palabras, pasado ayer nuestra única preocupación era la de subsistencia; ésta sigue siendo una preocupación, pero finalmente hemos alcanzado el nivel evolutivo, como raza humana, que nos permite repensar el rol de hombres y mujeres en la sociedad.


Hechos estos comentarios, llegamos a la conclusión de que:
  • Dios no crea hombres o mujeres: crea espíritus, que no tienen sexo. Los espíritus deben encarnar en cuerpos femeninos y masculinos, viviendo diferentes experiencias en cada nueva existencia.
  • Hombres y mujeres son iguales ante Dios y tienen los mismos derechos. En la sociedad esto todavía no es una realidad.
  • Algunos agrupamientos sociales están más lejos de reconocer la igualdad entre hombres y mujeres, algunos han hecho mayores progresos. Es innegable, sin embargo, que todavía estamos muy lejos de que en la sociedad se le reconozca y trate al género femenino en igualdad de condiciones que al masculino. Este es sin embargo un objetivo que debemos perseguir.
  • Puesto que hombres y mujeres son iguales ante Dios, deben también ser iguales en la sociedad.

Deseando que todos los seres gocen de los mismos derechos en la sociedad, persigamos la erradicación del egoísmo, que es la raíz de todo lo que distorsiona la búsqueda de la felicidad.


Cariños de la hermana menor

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