Hola familia!
¡El fin de semana fue intenso en CEADS! El sábado estrenamos
el estudio de una nueva ley natural: la Ley de Igualdad. Y esta mañana hemos
tenido el interesantísimo seminario presentado por Lindomar y Eliana, Salud enPlenitud, proyecto mejorarse.
¿Empezamos por el sábado?
Habíamos leído el texto de estudio de la clase, que afirma
que hombres y mujeres tienen los mismos derechos, pero no las mismas funciones.
Nuestros monitores Marcello y Andrea, sin embargo, empezaron la clase haciéndonos
reflexionar sobre el Homo sapiens, es decir, la raza humana que dio origen a la
humanidad tal y como la conocemos hoy y que pobló la Tierra hace aproximadamente
200 mil años. En esta reflexión inicial comprendimos que por su complexión
física, probablemente le correspondió al género masculino la caza y la
protección del hogar, mientras el género femenino se ocupó del cuidado de las
criaturas y del entorno doméstico. La principal preocupación de del hombre de
hace 200 mil años era la sobrevivencia y la división del trabajo no era una
cuestión filosófica: era una cuestión de vida o de muerte. Lo que impresiona
bastante es pensar que hace solamente cerca de 2.500 años que la filosofía y la
reflexión sobre el origen, la función y el destino del ser se empezó a estructurar
de forma trasmisible. 2.500 años no son nada comparados a los 200 mil años que
hemos necesitado para convertirnos en lo que somos. ¿Qué pretendían nuestros
monitores con esta explicación inicial? Hacernos ver de forma muy gráfica que
la discusión entorno del rol que hombres y mujeres ocupan en nuestra sociedad
es absolutamente reciente en lo que es la historia evolutiva de nuestra raza.
En esta misma línea, nos presentaron la pirámide de las necesidades de Maslow,
que nos viene a decir que existe un orden de prioridades que deben estar
cubiertas, tal como necesidades fisiológicas, de seguridad y afiliación, antes
que el ser empiece a ocuparse del auto-reconocimiento o la moralidad.
Cuando decimos que hombres y mujeres deben tener los mismos
derechos, debemos admitir que estamos muy lejos de que este ideal se traduzca
en una realidad en todo el mundo, aún en los países más desarrollados, en donde
los mandatarios siguen siendo del género masculino y las mujeres, en general,
por el mismo trabajo, cobran menos que los hombres – por no mencionar
situaciones de violencia machista, que son una plaga todavía por erradicar. Sin
embargo, también debemos considerar que hace solamente 2.500 que el ser se
dedica a la filosofía. En toras palabras, pasado ayer nuestra única
preocupación era la de subsistencia; ésta sigue siendo una preocupación, pero
finalmente hemos alcanzado el nivel evolutivo, como raza humana, que nos
permite repensar el rol de hombres y mujeres en la sociedad.
Hechos estos comentarios, llegamos a la conclusión de que:
- Dios no crea hombres o mujeres: crea espíritus, que no tienen sexo. Los espíritus deben encarnar en cuerpos femeninos y masculinos, viviendo diferentes experiencias en cada nueva existencia.
- Hombres y mujeres son iguales ante Dios y tienen los mismos derechos. En la sociedad esto todavía no es una realidad.
- Algunos agrupamientos sociales están más lejos de reconocer la igualdad entre hombres y mujeres, algunos han hecho mayores progresos. Es innegable, sin embargo, que todavía estamos muy lejos de que en la sociedad se le reconozca y trate al género femenino en igualdad de condiciones que al masculino. Este es sin embargo un objetivo que debemos perseguir.
- Puesto que hombres y mujeres son iguales ante Dios, deben también ser iguales en la sociedad.
Deseando que todos los seres gocen de los mismos derechos en
la sociedad, persigamos la erradicación del egoísmo, que es la raíz de todo lo
que distorsiona la búsqueda de la felicidad.
Cariños de la hermana menor
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