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miércoles, 21 de junio de 2017

Tratamiento homeopático y espiritual de pacientes psiquiátricos


Por Nelly Berchtold 
Médica homeópata, miembro de la Sociedad Suiza de Médicos Homeópatas, y pedopsiquiatra.
Artículo publicado en la Revista Salud&Espiritualidad, edición 1. AME-Brasil. Reservados todos los derechos de autor.


Samuel Hahnemann (1755 - Meissen/ 1843 - París), fundador de la homeopatía, introduce su libro Organon con un postulado: la vocación más elevada del médico, incluso su única misión, es la de curar. 

Vemos en ese principio el desafío que el maestro alemán impone como un deber del médico. 

El ideal terapéutico que pregona consiste en restablecer la salud del enfermo de manera rápida, suave y permanente. Incita a sus colegas médicos a observar a los enfermos sin prejuicios, para detectar los síntomas objetivos y subjetivos. 

La prescripción del medicamento debe tener en cuenta esos síntomas en forma integral. Hahnemann destaca la importancia de la esencia inmaterial que anima el cuerpo, afirmando que en estado de salud la energía vital reina de manera absoluta. 

El hombre se enferma cuando el equilibrio de esa energía se resquebraja. La energía vital, presente en todas las partes del cuerpo, se traduce por síntomas específicos. 

Concluye el científico que un medicamento sólo es capaz de curar si tiene la facultad de afectar el equilibrio sicosomático del ser humano en sus sensaciones y funciones.

Las propiedades terapéuticas de los medicamentos radican exclusivamente en su facultad de provocar síntomas patológicos en el hombre sano y de hacerlos desaparecer en las personas enfermas. 

Hahnemann explicita la finalidad de la intervención del médico cuando afirma: “el espíritu, dotado de razón, cuando habita un organismo libre de enfermedad, puede utilizar libremente el cuerpo saludable para alcanzar las finalidades elevadas de su existencia”. 

Analizando las citaciones bíblicas que hacen referencia a la cura, podemos extraer algunos principios que conciernen al enfermo y otros que se refieren al curador. 

Existen también indicaciones claras en cuanto a la prevención primaria y secundaria. 

Otras fuentes de investigación, notadamente los libros dictados por Emmanuel, complementan esas nociones. 

Aplicando esos conceptos a las situaciones clínicas de pacientes atendidos en un servicio de pedopsiquiatría (la mayoría niños y adolescentes, pero también algunos adultos en un contexto de guidance parentale), que se beneficiaron al mismo tiempo de un tratamiento homeopático y de la terapia de la plegaria, presentamos algunos casos de enfermos psiquiátricos de un universo con más de 200 pacientes. 

En un período en el que el estigma social de las afecciones psíquicas ha disminuido, y la sociedad médica se ha vuelto más tolerante con respecto a las terapias alternativas, vale la pena plantear nuevos modelos de terapia, integrados en una visión holística del ser humano.


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