Una hipótesis alternativa para el estudio de la mente
Resumen
El autor presenta el “cuerpo mental” como una
hipótesis alternativa para el acceso a la mente. En la actualidad, la mente se
percibe como un conjunto específico de funciones desarrolladas por el cerebro.
Este modelo no parece dar a la mente una idea compatible con el organismo como
un todo.
Utilizando como método la semiología neurológica, trataremos
de demostrar la existencia de un cuerpo mental que se revela en varias
situaciones clínicas, tales como, la histeria, la hipnosis, la narcolepsia, los
miembros fantasmas y las llamadas experiencias fuera del cuerpo.
Esta manera de estudiar la mente, bajo la perspectiva
de un cuerpo que se identifica semiológicamente, puede abrir un amplio campo de
experimentación y de interpretación de fenómenos tantos psicológicos como
neurológicos.
Introducción
La matemática nos enseña que los elementos de un
conjunto no pueden explicar la naturaleza entera de ese conjunto. El concepto
del todo se nos escapa al que cada una de las partes pueda representar aisladamente
(Bertrand Russell). Considerando las neuronas cerebrales como elementos de un conjunto
que contiene la mente, podríamos preguntarnos si sería posible una comprensión
completa del concepto de mente basado en las funciones de las neuronas. Esta
cuestión nos permite, por lo menos teóricamente, a que situemos la mente dentro
y fuera del conjunto de las neuronas cerebrales.
Por otro lado, las nuevas teorías (Ilya Prigogine in
Del Nero) sugieren que los “sistemas de alta complejidad” tienen la capacidad
de auto-organizarse. El sistema nervioso, además de su estructura física, puede
ser visto como un bio-sistema altamente complejo, dotado de particularidades y
propiedades específicas de los seres vivos. Una “teoría de la mente”, conocida
como monista, materialista e inmediatista, identifica los “estados mentales”
como un subconjunto distinto de “estados cerebrales” que son claramente de
naturaleza física; que las actividades de las neuronas en sus cambios
electroquímicos producirían un nuevo tipo de fenómenos que “emergen” como
función mental, semejante a la orden que resulta en los sistemas de alta complejidad.
Las diferentes teorías de la mente aceptadas en la
actualidad, todavía no consiguen pasar de meras hipótesis con una buena
estructuración teórica, sin pasar por toda una serie de fenómenos conocidos de
la actividad mental expresada. Ninguna teoría ha conseguido, hasta el momento,
elaborar predicciones específicas sobre los fenómenos mentales y mucho menos
nos garantizar la posibilidad de probarla clínicamente o en laboratorio.
Objetivo y
método
Teniendo la posibilidad de testear la hipótesis desde el
punto de vista clínico, sugiero el concepto de “cuerpo mental” en sustitución
al concepto de “mente”. Presento diversas situaciones donde la semiología
neurológica puede confirmar esta hipótesis como compatible con las expresiones
clínicas. En este estudio, considero el cuerpo mental como un modelo que tiene una
identidad clínica, que puede ser revelada por los instrumentos de evaluación
que la semiología neurológica nos ofrece.
Modelos
semiológicos
Histeria
Pacientes histéricos que presentan trastornos sensitivos
o motores, revelando un comportamiento semiológico típico, observándose a
priori, que no obedecen las distribuciones anatómicas adecuadas a las diversas
vías de inervación del sistema nervioso.
Por otro lado, en las lesiones orgánicas del cerebro,
el mapa de las anestesias revela distribuciones muy conocidas por los
neurólogos, que saben constatar los niveles de anestesia y los síndromes,
llamados de alternas, caracterizados por el comprometimiento anestésico de un
lado del tronco y de los miembros del hemicuerpo contralateral.
Los estudios semiológicos demuestran que el paciente
histérico tiene un patrón diferente al de la anestesia, comprimiendo muchas veces
todo su cuerpo: él no sabe que es la inervación sensitiva de la cara que recorre
el nervio trigémino, mientras que las regiones posteriores del cuero cabelludo,
en la nuca, siguen inervaciones muy distantes, situadas al nivel de la médula cervical.
La anestesia en los miembros del histérico no posee ningún tipo de
sensibilidad, comprometiendo globalmente las sensibilidades superficiales y
profundas. La organización de esta “anatomía”, elaborada por el histérico es
producto de la concepción mental que él elabora de su cuerpo. El histérico se
expresa semiológicamente como poseedor de un “cuerpo” organizado por su mente y
no por su cerebro. Esta actitud es conocida en la historia de la histeria y sin
duda es universal, como se puede leer en los tratados clásicos de la neurología
(“Sémiologie des affections du système nerveux” de J. Dejerine,
1914). En la evaluación semiológica del histérico podemos identificar como
expresa él su cuerpo mental.
La parálisis histérica también revela contrastes con
la semiología de los síndromes de lesiones orgánicas. La flacidez es extraña,
la hipertonía puede ser difusa en toda la musculatura, sin respetar la
distribución entre agonistas y antagonistas que el sistema gama exige. La pierna
de este paciente ofrecerá resistencia tanto para ser flexionada como para ser extendida.
El hemipléjico o parapléjico histérico construye una deficiencia dentro de un
modelo imaginario obedeciendo a una construcción mental y no a una pérdida de las
vías nerviosas.
Hipnosis
Individuos que asimilan las sugerencias que inducen a
la hipnosis, se pueden producir tanto parálisis como anestesias. La experiencia
médica ha demostrado que, las parálisis y las anestesias, siguen el mismo patrón
de los cuadros histéricos. En uno u otro cuadro, podemos percibir que el
“cuerpo” construido por el histérico y por el hipnotizado tienen origen en sus
modelos “mentales” y no sigue una sistematización de las vías neuronales.
Por la experiencia común del trance hipnótico sabemos
que, al despertar, el hipnotizado no retiene los recuerdos de lo que oyó o hizo
durante el trance. Una segunda inducción a continuación de la primera, le hará
rescatar recuerdos, retornando a la escena del primer trance, sin recordar lo
que oyó o hizo entre un trance y otro. Esta experiencia parece revelarnos dos
archivos distintos de memorización. Diría que uno de ellos se localiza en el
cerebro físico, mientras el paciente está despierto y otro en el cuerpo mental
cuando el paciente está en trance. Esta situación puede ser comparada con el funcionamiento
del ordenador: el archivo que creamos para determinado texto, no abre el texto
de otro. Para que esto ocurra, es necesario copiar y pegar uno en el otro para
que podamos leerlos juntos. En la hipnosis, podemos utilizar las sugestiones
hipnóticas para transferirnos los recuerdos de un ambiente a otro, lo que se
consigue con cierta facilidad.
Narcolepsia
La narcolepsia es un disturbio en el que el paciente
entra súbitamente en un estado de somnolencia incontrolable. Los episodios se
repiten con una frecuencia exasperante, alterando sus actividades diarias. La
duración de los episodios puede variar entre minutos u horas. Al despertar, los
pacientes comentan experiencias curiosas. Pueden permanecer lúcidos durante la
somnolencia, realizando durante ese periodo, actividades complejas. Sienten su
salida del cuerpo físico y conviven con escenarios y personajes diversos.
Algunos relatan una experiencia atemporal, pueden ser
testigos de episodios pasados que se confirmen en el futuro. Parecen se poseedores
de un cuerpo que vive sus experiencias, Los clásicos de las neurologías titulan
estos cuadros como alucinaciones
hipnagógicas. Parece ser que, en la narcolepsia, la experiencia es más
consciente y menos simbólica que las experiencias oníricas comunes. No es
difícil para estos pacientes relatar las características físicas y funcionales
de este cuerpo mental que les permite transitar por sus “sueños”.
Miembro
fantasma
Las amputaciones, que ocurren casi siempre por accidentes
violentos, pueden producir en el paciente la percepción de la continuidad de la
existencia de su miembro amputado (amputaciones en otras partes del cuerpo como
mama, nariz, lengua, escroto y pene, pueden producir síntomas parecidos al miembro
fantasma).
Melzack cree que la existencia, en el cerebro, de una
imagen del cuerpo entero está en una matriz neuronal. Ésta estaría compuesta
por una red de interconexiones neuronales, organizadas genéticamente y a partir
de estímulos sensoriales, crea un patrón de identificación del yo, al que
Melzack llama “neuro-firma”. Hasta los niños que nacen sin miembros pueden
revelar una existencia de esa matriz corporal. Aunque las hipótesis
neurofisiológicas intentan justificar los síntomas del miembro fantasma, su
manifestación clínica puede complementar los ejemplos del cuerpo mental que
queremos estudiar. El miembro fantasma produce en el paciente todas las sensaciones
de un miembro real (Sentiment du realité
concrète, según Lhermitte), quien siente dolor, cosquillas, movimientos
espontáneos y reacciones de desplazamiento de muebles. Considerando este
miembro como parte del cuerpo mental, veremos que la conciencia del paciente no
ejerce control sobre sus funciones, sean motoras o sensitivas. Podemos decir
que, esa falta de control, es pertinente a los cuadros de histeria e hipnosis
ya descritos anteriormente.
Una serie de otros fenómenos clínicos parecen sugerir
la existencia de esta representación corpórea de la mente que estamos
analizando. La construcción de la imagen corporal y los síndromes de
negligencia, son buenos ejemplos. La literatura neuropsiquiátrica ha producido
en los últimos tiempos, un espantoso número de textos sobre las experiencias
fuera del cuerpo y experiencias de casi muerte. Nosotros los neurólogos,
encontramos con frecuencia entre las manifestaciones psíquicas de epilépticos,
una “idea de una presencia”, como si “alguien” acompañara como testigo el
cuadro de la crisis epiléptica.
Comentarios
No tenemos duda que el dilema cerebro-mente es
inagotable, contradictorio y a la vez irreconciliable. Al proponer comentar el
tema en términos de cuerpo mental, sabemos de la dificultad de introducir una
nueva idea en un contexto de tamaña complejidad. Recordemos la frase del
evolucionista, Stephen Jay Gould, que propuso la evolución puntual de las
especies: “Nuevos hechos, estudiados al estilo antiguo, bajo la tutela de
viejas teorías, raramente nos conducen a alguna revisión sustancial del
pensamiento. Los hechos no hablan por sí solos: son estudiados a la luz de la teoría.
El pensamiento creativo, tanto en la ciencia como en las artes, es el motor
para el cambio de opinión”.
La discusión sobre la mente parece agotarse entre la
Filosofía y la Ciencia sin llegar a un fin. El “cuerpo mental” parece que tiene
el mérito de especificar un objeto de estudio más adecuado debido a su
comportamiento clínico y experimental.
Esperamos que estudios subsecuentes puedan comprobar
la validez de nuestra propuesta. Aún no hemos profundizado las características semiológicas
sobre el cuerpo mental e identificado sus características anatómicas y
funciones fundamentales puesto que él puede ser evaluado clínicamente en la
histeria, testeado experimentalmente en la hipnosis, reconocido en los miembros
fantasmas, confirmado en la narcolepsia y en las experiencias fuera del cuerpo
conforme hemos ejemplificado en este artículo.
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