Por Ana Elisa Oliveira
Revista Ser: Año 4, edición 21 (37-39)
Peleas entre
marido y mujer. Discusiones entre padres e hijos. Un familiar enfermo.
Problemas económicos. Falta de amor, cariño... Las crisis familiares son muy
habituales en muchas las familias. Pero todas esas crisis tienen una razón de
ser: el progreso espiritual.
En
el capítulo IV del Evangelio Según el
Espiritismo, se puede comprender por qué muchas personas tienen que
afrontar tantos obstáculos en el seno familiar. "Dios permite en las
familias estas encarnaciones de espíritus antipáticos o extraños con el
doble objeto de servir de prueba para los unos y de medio de adelanto para los
otros".
El
psicólogo Rodrigo Flores afirma que en su experiencia en el trabajo clínico, ha
visto muchos conflictos de parejas. "La figura masculina, por un lado,
suele ser poco participativa y actuante en la familia y en la relación de
pareja. Por otro lado, he observado que las quejas de las mujeres, esposas y
madres, revelan dificultad para afrontar esa crisis". Rodrigo apunta hacia
un desafío en el que se debe dejar de lado el orgullo, el egoísmo y la
intolerancia. Emmanuel, en el libro "Vida
y Sexo", psicografiado por Chico Xavier, aconseja la reflexión y la
resignación para mantener la armonía en el hogar. "Sobreviniendo
semejantes crisis, si el compañero abandonó su comportamiento, verá hasta
que punto habrá provocado agresión moral y así se reconocerá culpable o no
y deberá rendirse antes que nada a la disculpa incondicional ante el ofendido..."
Es
lo que ha considerado una empresaria de la Tecnología de la Información de Belo
Horizonte (Minas Gerais, Brasil), Claudia Lima al vivir una crisis familiar.
"Aprender a entender al otro, sentir compasión ante su sufrimiento, aún
cuando nosotros mismos también nos encontramos sumergidos en él, ha sido muy
relevante", cuenta. Durante la difícil situación que ha tenido que vivir
durante casi cuatro años, Claudia cree que lo más importante ha sido darse
cuenta de la presencia de Jesús a su lado. Ella ha buscado leer El Evangelio según el Espiritismo y
otras obras de la codificación y participar en los estudios sobre
evangelización, pidiendo todos los días a Jesús y a otros buenos espíritus que
la orientaran.
Relaciones
Las
crisis que surgen en las relaciones son analizadas y estudiadas a menudo dentro
de la Doctrina Espirita. Para el expositor de la Fundación Espírita Cárita,
Antonio Neto, que ofrece atención fraterna desde hace muchos años, las crisis
familiares son las mismas de siempre, lo que cambia es la forma de
gestionarlas. "Suelo hacer una asociación entre nuestra conducta en
relación a las dificultades que aparecen en las relaciones , como si la
relación sufriera alguna avería y cómo el mundo moderno actúa con los aparatos
electrodomésticos. En nuestros días, si algún aparato o máquina se estropea, es
mejor comprar otro que invertir dinero en arreglarlo. Del mismo modo, en las
relaciones afectivas no hay una disposición para arreglarlas cuando presentan
algún "desperfecto", compara. Neto explica que las crisis apuntan a
la necesidad de una revisión de actitudes de ambas partes. Así, es inútil
"cambiar" relaciones cuando hay algún problema, pues las actitudes,
cuando no son modificadas, se repiten y de la misma manera, los problemas
también podrán volver a repetirse.
Muchos
padres atribuyen sus crisis familiares a los hijos. "Las drogas, los
comportamientos violentos en el colegio y la depresión en el adolescente son
ejemplos que he observado y tiene repercusiones en la familia", dice el
psicólogo Rodrigo Flores. Explica que esas dificultades encontradas
específicamente en los hijos, no pueden ser comprendidas como un hecho aislado
del contexto familiar. Benedita Fernandes, en el libro "SOS Familia", psicografiado por
Divaldo Franco, confirma ese hecho cuando dice que la indiferencia de los
padres y responsables, entre otras cosas, es un factor relevante para los
problemas que los niños y adolescentes vienen demostrando. Lo fundamental,
entretanto, es que la familia entienda que unidos se puede superar cualquier
desafío que aparezca.
Infelizmente, lo
que está pasando es justo al revés. Antonio Neto cuenta que lo que más se ve en
la atención fraterna son quejas relativas a la soledad. "Creo que de
alguna forma, estamos un poco más individualistas, lo que estimula el
aislamiento, la desconexión entre personas que conviven a diario, sin darse
cuenta de que están juntas con el propósito de ayudarse mutuamente a superar
las dificultades y los límites que encontramos en nuestras vidas", dice.
La abogada Carla
Resende, de Belo Horizonte, pudo comprender esa lección al pasar por una
dificultad en la familia. Según ella, junto a su marido y su hija, trató de
buscar, a través del Evangelio en el hogar, aprovisionamiento y sustentación
para poder reaccionar mejor a los estímulos que la misma vida les estaba
enviando para las transformaciones íntimas. "Cuando ya estaba implantada
la práctica, aunque el problema ya había sido resuelto, hemos continuado
ejercitando nuestra sintonía a cada semana", dice. La unión entre los
miembros de la familia, tras la crisis, les ha llevado a tener una mejor
percepción del otro, de sus necesidades y de cómo serle útil.
Superación
"Intento
ayudar a las personas a mirar sus conflictos con los ojos de quien busca
encontrar algo de familiar, algo suyo, en sus crisis", dice el psicólogo
Rodrigo Flores. Él explica que busca identificar en los conflictos lo más
esencial que hay de la propia persona que lo vive. "De esa forma, el
conflicto deja de ser un monstruo que amenaza o causa sufrimiento. Así, la
persona pasa a ver el conflicto como un camino que puede llevarle a encontrarse
con su parte más profunda".
La empresaria
Claudia Lima considera que lo ocurrido ha sido positivo para su familia.
"Sin duda, hoy estamos mucho más unidos, con un amor más profundo y
sólido. Nuestra vida diaria es una consecuencia de esa transformación en la
relación familiar. Nos gusta estar juntos, hablar y aprender los unos de los
otros y las dificultades que surgen son afrontadas con más tranquilidad y con
la seguridad de que lograremos encontrar una solución". Claudia sigue
pidiendo auxilio a los espíritus superiores para que siempre pueda caminar y
aprender como espíritu, aprovechando al máximo las oportunidades que le son
concedidas.
"Creo que las
crisis y dificultades que la vida nos presentan no son más que una invitación a
que revisemos nuestra actitud hacia el otro, hacia nosotros mismos y hacia los
objetivos existenciales que nos señalan un camino a seguir", afirma
Antonio Neto. El expositor afirma que una mejor definición de los propósitos de
la vida nos lleva a gestionar con más tranquilidad esas crisis, mirándolas
desde otro punto de vista, como oportunidades de conocernos mejor. "Eso
porque, a final de cuentas, nunca se trata de
un conflicto entre nosotros y el otro, sino entre nosotros y nosotros
mismos", explica.
Al reflexionar
sobre el tema, la abogada Carla Resende afirma que las crisis son, en esencia,
siempre más positivas que negativas. "Comprendamos el carácter pedagógico
del dolor y mantengámonos abiertos y dispuestos a fin de que las crisis puedan
proporcionarnos inmensas oportunidades de amar".
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