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martes, 25 de diciembre de 2018

Sócrates y Platón: precursores de la Doctrina Espírita

Por Álvaro Vélez


Sócrates y Platón: precursores de la Doctrina Espírita


Todas las ideas importantes y fundamentales tienen su prehistoria; los grandes movimientos de la humanidad han tenido sus precursores y sus antecedentes históricos. La Doctrina Espírita no podía ser la excepción y, como lo expresó Allan Kardec en su obra introductoria “El Espiritismo
En Su Más Simple Expresión”, «El Espiritismo no es un descubrimiento moderno, los hechos y principios sobre los cuales reposa se pierden en la noche de los tiempos, pues se encuentran vestigios de ellos en las creencias de todos los pueblos, en todas las religiones, en la mayoría de todos los escritos sagrados y profanos».

En El Evangelio Según El EspiritismoIntroducción, Punto IV- Kardec aborda el tema «Sócrates y Platón, Precursores de la Idea Cristiana y del Espiritismo» y resume en catorce puntos la doctrina de estos dos filósofos griegos sobre el tema del espíritu, su naturaleza, sus estados, sus condiciones y sus relaciones con el cuerpo físico y con el mundo material. Haciendo un intento por resumir estas enseñanzas mencionadas por el Codificador, encontramos que Sócrates y Platón ya promulgaban los siguientes principios espirituales:

Preexistencia, sobrevivencia e  inmortalidad del espíritu.
Distinción e independencia entre el  principio espiritual y el principio material.
El hombre es un espíritu encarnado.
Existencia del mundo espiritual.
La reencarnación y las vidas sucesivas.
Condicionamiento y limitación de las  facultades del espíritu a causa del cuerpo  físico.
Intuición y reminiscencia de la vida espiritual y de los conocimientos adquiridos.
La desencarnación, la turbación y  la erraticidad del espíritu.
Expansión de las facultades en el  espíritu desencarnado.
Diversidad de estados y condiciones  de los espíritus en el mundo espiritual.
Diversidad de grados de desmaterialización de los espíritus desencarnados.
Conservación de las condiciones, ideas, tendencias, afectos y pasiones de los espíritus  en la dimensión espiritual.
Diversidad de planos y regiones espirituales.
Los espíritus guías y protectores.
El cuerpo fluídico en los desencarnados.
La comunicabilidad de los espíritus a través  de la mediumnidad y los sueños.
La justicia Divina y la ley de causa y efecto.
Transitoriedad de la vida material  y necesidad de cuidar el espíritu.
La vida como preparación para la muerte.
Necesidad del cultivo de las virtudes: caridad, indulgencia, tolerancia, justicia y perdón.
Necesidad del desapego de los bienes  materiales.
El reencuentro y las relaciones de  los espíritus en la dimensión espiritual.
Por los frutos se conoce el árbol.
Vale más recibir una injusticia que cometerla.

En El Espiritismo En Su Más Simple Expresión, Kardec agrega : «La doctrina misma que los espíritus enseñan hoy, nada tiene de nueva; se la encuentra de manera fragmentaria en la mayoría de los filósofos de la India, de Egipto y de Grecia y toda entera en la enseñanza de Cristo». Estas afirmaciones nos indican que el Codificador era poseedor de una gran cultura histórica y que realizó una extensa y exhaustiva investigación bibliográfica en la búsqueda de los antecedentes históricos de los principios que conforman hoy la Doctrina Espírita.

Se sabe que Sócrates (470-399 a.C.), al igual que Cristo, no escribió nada y que lo que sabemos de ellos se debe a los escritos que dejaron sus respectivos discípulos, -Platón en el caso de Sócrates y los evangelistas en el caso de Jesús. Platón (427-347 a.C.) fue discípulo y apologista de Sócrates, así como propagador de sus ideas. Llegó a escribir unos 30 «Diálogos», que en el campo de la cultura filosófica se clasifican así:

1. Diálogos Socráticos o de juventud
2. Diálogos de transición
3. Diálogos de madurez
4. Diálogos de vejez

Muchas de las enseñanzas de Sócrates y Platón que Kardec menciona en El Evangelio Según el Espiritismo están contenidas en el Fedón. Sin embargo, podemos encontrar una gran cantidad de principios, ideas y enseñanzas filosóficas, morales y sociales esparcidas en otros diálogos de Platón como en Fedro, Teeteto (Teetetes) y Banquete, que en sentido amplio, son precursores de los principios y enseñanzas fundamentales que hoy constituyen la Doctrina Espírita. Es conveniente anotar también que no todas las enseñanzas filosóficas y morales de Sócrates y Platón corresponden o equivalen a las enseñanzas espíritas y que al respecto hay que asumir una posición prudente. Tal es el caso de la noción de la Metempsicosis: «Las almas que solo han amado la injusticia, la tiranía y las rapiñas, van a animar los cuerpos de lobos, de gavilanes, de halcones»; Sobre las almas de los hombres virtuosos Platón afirmó: «Porque es probable que sus almas entren en cuerpos de animales pacíficos y dulces, como las abejas, las avispas, las hormigas; o que vuelvan a ocupar cuerpos humanos para formar hombres de bien» (Fedón). En Fedro afirma: «El alma de un hombre puede animar una bestia salvaje y el alma de una bestia animar un hombre, con tal que éste haya sido hombre en una existencia anterior». Igualmente en Fedro dice que «el alma no tiene principio ni fin» y conjeturaba que «un ser inmortal es el formado por la reunión de un alma y de un cuerpo unidos de toda eternidad».

A pesar de algunas diferencias, se puede afirmar que en términos generales - y en muchos puntos específicos, tal como lo estableció Allan Kardec- encontramos una gran correspondencia entre los fundamentos espirituales de ambas doctrinas. Bien valdría la pena realizar, si acaso ya no se ha hecho, una exhaustiva investigación bibliográfica en todos los 30 Diálogos de Platón, con el fin de seguir hallando relaciones entre las ideas de Sócrates y Platón, y la Doctrina Espírita, para establecer con claridad las concordancias y diferencias entre estos dos cuerpos doctrinarios que en su momento han marcado derroteros fundamentales para la marcha espiritual, moral y social de la humanidad.


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