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sábado, 18 de diciembre de 2021

Visión Espírita Año 12 | n. 50 | Invierno

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La práctica de la caridad como medio para superar patrones mentales malsanos

Maria Carolina Porto





Muchas almas se pierden en investigaciones para percibir las causas que nos hacen sentir a través de la piel, cuando a menudo nos olvidamos de sentir a través del sentimiento. Percepciones... sensaciones del Espíritu, que sin duda están asociadas a la capacidad del Espíritu que las siente. El dolor, la angustia, el sufrimiento, maceran a ciertos Espíritus, dejándolos frágiles, vulnerables, inseguros, cuando no perturbados, mientras que otros se sienten cada vez más agarrotados por el dolor; algunos se sienten perplejos, perturbados, locos. Estudiar todas estas cuestiones supone ampliar nuestra comprensión sobre la realidad espiritual (Balthazar, 2016).




Para iniciar nuestras reflexiones sobre el tema, busquemos comprender mejor cuáles y cómo son los patrones mentales malsanos a los que todavía estamos presos en esta encarnación, a pesar de sufrir por ellos y con ellos. La gula, los celos, la ira, la tristeza, la calumnia, el miedo, la ironía, el sarcasmo, entre muchos otros, son tan comunes a nuestra personalidad que muchas veces no los reconocemos en nosotros mismos y no nos reconoceríamos sin ellos porque forman parte de nuestras actitudes cotidianas.


Estos patrones están presentes en la sociedad moderna de forma oculta, instigados por mensajes subliminales de normalidad y modernidad, disfrazados de exceso de amor, de deseo de lo bueno y lo bello o incluso simulados por la necesidad de probar lo nuevo.


Nuevas relaciones, nuevas noticias, nuevos alimentos que "hay que vivir" a costa de un exceso de chismes, de la gula encubierta, de la condescendencia con uno mismo en la perpetuación de errores milenarios, sin que le importe vivir con la inconstancia de los sentimientos nobles que necesariamente deben poblar el corazón del Espíritu inmortal que busca la paz y el encuentro con Jesús a través de la convivencia armónica con uno mismo y con el prójimo.


Todavía estamos en el proceso inicial de nuestra evolución espiritual, por lo que nuestra mente es frágil e inestable. Nuestros pensamientos y sentimientos, que fluctúan constantemente, nos dejan agitados o ansiosos a veces y embotados y deprimidos otras.


Esta inestabilidad mental provoca importantes reacciones fisiológicas y bioquímicas, desencadenando una desarmonía en el equilibrio orgánico y favoreciendo la aparición o el empeoramiento de patrones mentales poco saludables. 


Joanna de Angelis (1990), en su libro La mente en acción, explica: "como agente de la vida organizada, la mente sana favorece el desarrollo de micropartículas que sostienen con equilibrio la organización somática, así como, mediante descargas vigorosas, bombardea sus centros de actividad, dando lugar a desarmonías innumerables”.


En este pequeño párrafo, la querida veneranda nos muestra la importancia de mantener nuestros pensamientos organizados y en equilibrio, como condición necesaria a la salud del cuerpo físico. 


La científica Dra. Candace Pert (1997), PhD en farmacología, en su libro Moléculas de la emoción, nos enseña que a cada cambio de humor le sigue una cascada de "moléculas de emoción" - hormonas y neurotransmisores- que fluyen por todo el cuerpo, afectando a todas las células. Cada célula humana contiene cerca de un millón de receptores para recibir estas sustancias bioquímicas. De este modo, cuando estamos tristes, nuestro hígado está triste, nuestra piel está triste. Como prácticamente todo en nuestro cuerpo está regulado por hormonas y neuropéptidos y estando entre los más poderosos agentes biológicos, influyendo, por ejemplo, en nuestra respuesta al estrés; los cambios en la regulación de estas moléculas pueden hacernos capaces, en mayor o menor medida, para vencer los desafíos del día a día. 


Los neuropéptidos son sustancias químicas producidas y liberadas por las células de dos regiones del cerebro, son los ladrillos esenciales de los que consta el ADN, que es el responsable del almacenamiento de la información genética directriz en la formación de nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Flotan en prácticamente todos los fluidos corporales y sólo son atraídos por receptores específicos. Forman una red de neurotransmisores dentro del cuerpo y regulan, por ejemplo, el hambre, el dolor, el placer, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Sin embargo, para que estas moléculas sean reconocidas por nuestro organismo, es necesaria la presencia de receptores específicos, que sirven como mecanismos para seleccionar el intercambio de información dentro del cuerpo. Son la clave de la química de las emociones.


Pert (1997) explica que, mediante el uso de neuropéptidos, nuestro cuerpo/mente retrocede o reprime las emociones y los comportamientos, mientras que su acción se verá influenciada por el estado de ánimo. Los estados emocionales o de ánimo son producidos por las distintas conexiones de neuropéptidos y lo que experimentamos como una emoción o un sentimiento, es también un mecanismo de activación de un determinado circuito neuronal simultáneamente en todo el cerebro y el cuerpo, generando un comportamiento. Podemos influir conscientemente en lo que ocurre en el cuerpo, como por ejemplo visualizar un mayor flujo sanguíneo hacia una parte del cuerpo para aumentar el oxígeno y los nutrientes que nutren las células. Podemos decir, por tanto, que las emociones "son la conexión entre la materia y el Espíritu, yendo y viniendo entre los dos e influyendo en ambos".


El Espíritu es el generador del pensamiento que, a través del impulso de la voluntad, pasa al periespíritu reaccionando sobre el fluido del encarnado y estimulando glándulas y neurotransmisores para que actúen en las células y promuevan estados de salud o armonía. Los pensamientos negativos activan la producción de algunas proteínas proinflamatorias, liberan neuropéptidos que estimulan el sistema inmunitario con la liberación irregular de citoquinas, provocando la enfermedad o el desequilibrio. Por el contrario, las actividades que aportan felicidad, como trabajar en el bien, promueven un aumento de las proteínas antiinflamatorias, liberan neuropéptidos que actúan para que nuestro sistema inmunitario funcione mejor, aportando salud y equilibrio.


El científico Dr. Kazuo Murakami (2008) afirma en su brillante obra El código divino de la vida, que los patrones mentales positivos pueden activar/desactivar los genes alterando la salud del individuo. A partir de ahí, ya no nos vemos como meros espectadores de nuestra felicidad, sino como promotores y cocreadores activos junto a Dios.



André Luiz (1945), en Misioneros de la Luz, nos orienta al escribir que la voluntad desequilibrada desregula el foco de nuestras posibilidades creativas. Por lo tanto, es necesario tener reglas morales para quienes, de hecho, están interesados en las adquisiciones eternas en los reinos del espíritu. La renuncia, la abnegación, la continencia sexual y la disciplina emocional no representan meros preceptos religiosos, sino que son medidas científicas para el enriquecimiento efectivo de la personalidad.


Cuando buscamos en la casa espírita el trabajo de la caridad, aprendemos a convivir con el dolor del otro, que cambia nuestras emociones, viviremos la vida por medio de otros paradigmas, aprenderemos a contener emociones menos felices y accederemos, al final, a una nueva forma de vivir. 



Referencias


ÂNGELIS, J. de (Espírito). Momentos de felicidade. Psicografado por Divaldo Franco. Salvador: LEAL, 1990. 

BALTHAZAR (Espírito). Pela graça infinita de Deus. Psicografado por Altivo C. Pamphiro. Rio de Janeiro: CELD, 2016. 

LUIZ, A. (Espírito). Os missionários da luz. Psicografado por Francisco Cândido Xavier. Rio de Janeiro: FEB, 1945. 

MURAKAMI, K. O código divino da vida: ative seus genes e descubra quem você quer ser. São Paulo: Barany Editora, 2008. 

PERT, C. B. Molecules of Emotion: The science behind mind-body medicine. [S.l.]: Scribner, 1997. 





Texto originalmente publicado en portugués en: Saúde & Espiritualidade #24, 2020, pp. 9-10. 

Traducción libre. 

Crónica del 9º Congreso Salud y Luz

Jordi Santandreu


El pasado sábado 13 de noviembre tuvo lugar en Coimbra, hermosa ciudad del centro de Portugal, el noveno Congreso sobre Medicina y Espiritualidad organizado por el Grupo de Estudos Espíritas Allan Kardec (Geeak). A continuación, os ofreceremos una breve crónica del encuentro.

Bajo el título Projecto Saúde e Luz, se reunieron para la intensa jornada de estudio un total de seis especialistas en diferentes áreas de la medicina y la psicología, entre ellos el médium bahiano Florêncio Antón, enfermero, pedagogo, especialista en psicoanálisis y en terapia de vidas pasadas, quien ofreció como cierre, además, una emotiva sesión de pintura mediúmnica.

En Coimbra hacía un día radiante, con una temperatura casi veraniega, algo poco habitual en noviembre. La taxista que nos condujo al local del evento, la sede de Geeak, parecía preocupada cuando nos comentaba con cierta ansiedad y un poco de enfado que el cambio climático es una realidad más que evidente en este país del extremo oeste europeo. No parecía catastrofizar gratuitamente, con el termómetro del vehículo acercándose a los veinte grados centígrados a las 8 de la mañana.

El Congreso abría sus puertas a las 8h30 para recibir a los participantes - más de un centenar -, que poco a poco íbamos haciendo acto de presencia. Los trabajadores de Geeak Coimbra habían preparado cada pequeño detalle con esmero, mucho amor y elegancia, y la simpatía de los encargados de recibir a los participantes presagiaba un día lleno de trabajo, pero sobre todo de mucho amor. Personalmente fue un reencuentro emocionante y repleto de abrazos y alegrías, tras cerca de dos años sin poderles visitar a consecuencia de las obligadas restricciones para protegernos del Covid.

Foto de la entrada del Grupo de Estudos Espíritas Allan Kardec


La abertura del congreso corrió a cargo de Fernando Santos, vicepresidente de Geeak, junto a Vítor Mora Féria, presidente de la Federación Espírita Portuguesa.  
A continuación, tras unas bellas palabras que subrayaban el propósito general de la velada, la integración de la sabiduría científica y espiritual, la vocalista lusa Cati Freitas nos deleitó con un momento musical de extraordinaria belleza, que dispuso una atmósfera ideal para el inicio de las actividades. 

El primer ponente fue David Brandão, especialista en medicina general y presidente de la Asociación Médico Espírita de Geeak. Con un conocimiento respaldado por más de cuarenta años de práctica médica, el Dr. Brandão destacó con optimismo el cambio de paradigma que poco a poco, con muchos obstáculos pero de manera inexorable, se está instalando en el mundo científico médico. 


La energía vital y la influencia de los pensamientos sobre el organismo son ya una realidad demostrada por la ciencia, y que interviene en todos los procesos patológicos, como el Dr. André Luiz y tantos otros mentores nos advierten en la literatura espírita. Estos dos elementos se nutren de factores exógenos y endógenos, fundamentalmente los relacionado con la vida moral, que la medicina del futuro tendrá que colocar en mayor destaque a la hora de conducir la terapéutica para que pueda ser exitosa en la medida de las posibilidades de cada caso: “consolar siempre, aliviar con frecuencia y curar a veces”, como decía Hipócrates 460 años antes de Jesús.


El pase, en este sentido, constituye un método absolutamente necesario, no solo recomendable, para acelerar la mejora mental y física del paciente. En una bella referencia al libro Opinión Espírita, de André Luiz/Emmanuel, coronada con referencias a la Revista Espirita de septiembre de 1865, el Dr. Brandão resaltó que el pase magnético es un mecanismo de transfusión de fluidos, pero, sobre todo, de amor, el ingrediente esencial que potenciará la acción de todas las medidas aplicadas.


Tuvo el acierto de recordar otras dos herramientas que, con el tiempo, se instalarán en las salas de consulta e incluso en los quirófanos: la fluidoterapia, el agua fluidificada y, por supuesto, la oración, concluyendo que la medicina del futuro será aquella que acerque las dimensiones mentales y espirituales, por un lado, de las físicas y materiales por otro.



Foto 2: Médicos del Hospital Amaltepec, de El Salvador, rezando antes de una intervención


A continuación, la psicóloga brasileña afincada en Portugal, Norma de Carvalho, se centró en el papel del amor y de sus innumerables expresiones en la práctica formal de la psicología clínica. Los profesionales de la salud, en general, estamos todavía lejos de una aproximación cálida y afectiva hacia el paciente, gobernados como estamos por la tecnología y los procedimientos centrados en los resultados. ¿Tan difícil o fuera de lugar nos resulta un abrazo de bienvenida? ¿Un “Dios le bendiga” de despedida? 

El amor es un remedio intangible, universal y sin efectos secundarios, que predispone al paciente a abrir sus canales psicológicos y físicos para la buena asimilación de la terapéutica, sea esta la que sea: farmacológica, dialéctica o energética. 

La siguiente ponente fue la educadora, profesora universitaria, escritora y periodista brasileña Dora Incontri, que nos habló sobre la Terapia Pedagógica en el contexto médico espírita. Dora es autora de más de 40 obras, entre ellas libros didácticos de filosofía; Doctora en Historia y Filosofía de la Educación por la Universidad de São Paulo y coordinadora de la Asociación Brasileña de Pedagogía Espírita.

Destacó la necesidad de ver y tratar al paciente desde una visión integral e integrada del ser humano que incluye, sin lugar a dudas, la dimensión espiritual, con un énfasis especial en el desarrollo de un sentido existencial profundo, tal y como lo entendía el psiquiatra y neurólogo vienés Viktor Frankl. Una aproximación sumamente completa que se nutre también del arte como herramienta terapéutica. 

El Congreso continuó con la conferencia del Dr. Paulo César Fructuoso, oncólogo y cirujano, autor de varios libros sobre medicina y espiritualidad, quien nos habló acerca de la medicina del futuro. El Dr. Fructuoso centró su tesis en una posibilidad revolucionaria: que los médicos del futuro utilicen percepciones extrasensoriales, es decir, la mediumnidad como complemento de sus habilidades ordinarias adquiridas en la facultad. ¿Será posible contar algún con médicos médiums? 


Foto 3: Dr. Paulo César Fructuoso



El penúltimo conferenciante de la tarde fue Florencio Antón, enfermero, pedagogo y especialista en Psicoanálisis, Educación Especial y terapia de vidas pasadas. Su disertación, marcadamente técnica y académica, versó acerca del ser humano, bajo la perspectiva de su inherente complejidad, trazando el rumbo hacia un paradigma post-materialista.


Finalmente, el Dr. Lutério Faria, dirigente de la Asociación Espírita Consolación y Vida, de Águeda, una bella ciudad del centro de Portugal, abordó el tema de la capacitación de los profesionales en aspectos éticos, psicológicos y comportamentales. 


Para cerrar el interesantísimo Congreso, Geeak Coimbra nos regaló otro momento maravilloso, y es que Florencio Antón es un médium muy especial. Florencio lleva décadas de dedicación a la doctrina de los Espíritus, tanto en la dimensión teórica como, sobre todo, en la práctica. Es el responsable de una organización espírita de considerables dimensiones, en el barrio de Mussurunga, en Salvador de Bahía, Brasil, que bautizó con el nombre de una de sus mentoras, el espíritu de Sheila. 

 

Realizó una sesión de pintura mediúmnica, en la que pintores como Renoir, Dalí y Van Gogh hicieron acto de presencia a través de las manos del médium, que sirvió de instrumento para la ejecución de sorprendentes y bellas obras de arte.


Como no podía ser de otra manera, la presidenta de Geeak, nuestra querida madre espiritual Leonor Santos, dirigió unas palabras sabias y tiernas para despedir el entrañable encuentro, rodeada de todos los voluntarios colaboradores.



Foto 4: Leonor Santos dirigiendo unas palabras a los asistentes.



La Génesis, los milagros y las predicciones según el Espiritismo

Vera Lucia Dalessio



La obra espírita "La Génesis, los milagros y las predicciones según el Espiritismo"publicada por Allan Kardec en 1868 es uno de los cuatro pilares de la Doctrina Espírita.


Ella nos lleva a conocer, entender y practicar aún mejor, todas las preciosas enseñanzas de Dios, traídas a través de los tiempos, por filósofos, matemáticos, astrólogos, físicos, químicos, formando las bases de luz y esclarecimiento para la llegada de Jesús Cristo y la perpetuación y seguimiento de sus enseñanzas.


En el preludio del “Evangelio Según el Espiritismo” tenemos:


“Los Espíritus del Señor, que son las virtudes de los cielos, como un ejército inmenso que se moviliza tan pronto haya recibido la orden de su comandante, se esparcen por toda la superficie de la Tierra; semejantes a las estrellas que caen del cielo, vienen a iluminar el camino y a abrir los ojos a los ciegos. En verdad os digo, que han llegado los tiempos en que todas las cosas deben ser restablecidas en su verdadero sentido, para disipar las tinieblas, confundir a los orgullosos y glorificar a los justos. Las grandes voces del cielo retumban como el sonido de la trompeta, y se reúnen los coros de ángeles. Hombres, nosotros os convidamos a este divino concierto; que vuestras manos pulsen la lira; que vuestras voces se unan y que en un himno sagrado se extiendan y vibren de uno a otro extremo del Universo. Hombres, hermanos a quienes amamos, nosotros estamos a vuestro lado; amaos también unos a otros, y decid desde el fondo de vuestro corazón, haciendo la voluntad del Padre que está en el cielo: ¡Señor! ¡Señor! Y podréis entrar en el reino de los cielos”.



El Espíritu de Verdad

                                                                                             

Que mejores palabras podrían nos guiar a el entendimiento de la Génesis, publicada después de cuatro años de ese libro, y que lo completa, como se fuera la base de un edificio, con todas las informaciones y enseñanzas ya citadas en las anteriores obras de Kardec.


En el capítulo 1, Caracteres de la Revelación Espírita, vemos que Dios preparó la humanidad para que, poco a poco, y en conformidad con su evolución física y moral, fuese aprendiendo los conocimientos para pensar, entender, y evolucionar dentro de sus principios divinos, que comandan los mundos físico y espiritual. Sería muy difícil si no existieran estos siglos de preparación y la presencia viva de Jesús Cristo, en nuestro mundo.


Empezamos a comprender las enseñanzas a través de Moisés, del Decálogo, Faro de la Humanidad, y después de más de 1.200 años, tuvimos la confirmación, a través del Maestro Jesús, que construyó el edificio de sus enseñanzas, basándose en este mismo Decálogo.


Moisés, como profeta, reveló a los hombres la existencia de un Dios único, Señor soberano y creador de todas las cosas. Promulgó la ley del Sinaí y creó las bases de la fe verdadera. Jesús Cristo tomó de la antigua ley lo que es eterno y divino y desechó lo que sólo era transitorio, meramente disciplinario y de hechura humana, y agregó la revelación de la vida futura, aquella de la que Moisés no había hablado, la relacionada con las penas y recompensas que esperan al hombre después de la muerte. Por lo tanto, Moisés y Jesús son los grandes reveladores que cambiaran la faz del mundo, y en ellos está la prueba de la misión divina que tenían. 


Con Jesús empezamos a entender las bases espirituales de nuestra vida terrenal. Por medio de sus palabras y sus hechos, comprendemos que tenemos un Dios misericordioso, clemente, justo y bueno, que perdona a los arrepentidos y juzga a cada uno por sus obras. Además, nos dijo “Vuestra verdadera patria no es de este mundo; está en el reino de los cielos”.


En nuestra época tuvimos una revelación de grande importancia, a que nos revela la posibilidad de comunicación con los seres del mundo espiritual: La Revelación Espirita o la Tercera Revelación. 


Hasta nuestros días, la comunicación estaba oculta y en nada ayudaba a la humanidad. Su característica es que su origen pertenece a Dios, la iniciativa a los espíritus, y su elaboración es obra del hombre. Es una ciencia de observación y no producto de la imaginación.


 “Vuestra verdadera patria no es de este mundo;
está en el reino de los cielos”.


El Espiritismo es una consecuencia directa de la doctrina cristiana porque ten como base las mismas palabras de Jesús (como Jesús, que partió de las palabras de Moisés). Gracias a esta doctrina, que posee un poder moralizador incalculable, el hombre sabe de dónde viene, hacia dónde va, porque está sobre la Tierra, por qué sufre en esta vida temporalmente, y comprende que la justicia de Dios todo lo penetra.


Una de las leyes más importantes reveladas por el Espiritismo es la pluralidad de existencias, que explica las diferencias de posición social, las muertes prematuras, las desigualdades de aptitudes intelectuales y morales, además de muchas otras cosas. Da más consuelo, más tranquilidad al corazón, esperanzas más legítimas, certezas mayores.


A cada nueva existencia, el hombre tiene los medios de redimirse y reparar sus actitudes y progresar hasta una purificación futura. Esta Tercera Revelación se produjo en millares de sitios diferentes y todos ellos se convirtieran en centros de difusión. Aun que en ninguno de ellos la enseñanza fue completa, por la variedad y cantidad de temas a tratar y otras exigencias, aptitudes y conocimientos necesarios. Se hizo en diferentes lugares, de manera parcial, con una gran cantidad de intermediarios y así sigue, una vez que todo no ha sido revelado.


Dios no confió a un solo espíritu la difusión de la Doctrina. Quiso que pequeños y grandes cooperasen con su granito de arena para que se estableciese entre todos, un lazo solidario, que había faltado a las otras doctrinas de fuente única. 


Los espíritus, como los hombres, poseen una cuota limitada de conocimientos. Era preciso un trabajo colectivo y controlado. Su carácter es esencialmente progresivo.  El Espiritismo marcha al ritmo del progreso y siempre habrá de rectificarse.


Desde el punto de vista moral, Dios otorgó al hombre una guía: su conciencia, que le dice: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”. 


En el corazón del hombre hay inscrita una moral natural. Él sabe lo que es correcto o no. El hombre lo sabe desde siempre, pero no lo pone en marcha, y la doctrina le recuerda eso y le enseña los principios que unen a los vivos a los muertos, completa los rasgos acerca del alma, de su pasado y su porvenir, y se basa en las leyes de la Naturaleza. Hablan de solidaridad, caridad, fraternidad.


Los espíritus son las almas de los hombres y todos, de todas categorías, que asisten en ese trabajo, actúan como colaboradores. Pero, somos nosotros los encargados de discernir lo que es bueno de lo que no es, y de aprovechar sus enseñanzas. Ellos se abstienen de enseñarnos lo que podemos descubrir con nuestro esfuerzo.


Debemos aprender de ellos, pues hasta el más pequeño puede enseñarnos alguna cosa. El hecho de las manifestaciones no tiene nada de extraordinario: es la Humanidad espiritual que viene a conversar con la Humanidad corporal. El espiritismo vino a llenar el vacío creado por la incredulidad, animar a los abatidos por la duda, o la perspectiva de la nada, y para darle a todas las cosas su razón de ser.

Debemos prepararnos para el reino de Dios, del bien, anunciado por Jesús Cristo, terminando con el orgullo, el egoísmo, y la incredulidad. 




Allan Kardec

Flávia Roggerio


Hasta la última edición hemos hecho, en cada nueva publicación, una introducción sencilla sobre los pormenores del Espiritismo, donde en incontables ocasiones, hemos citado a Allan Kardec. Antes de seguir disertando sobre sus obras, profundizaremos en quién fue.


Allan Kardec, codificador del Espiritismo, fue el organizador escrupuloso de un material que fundamentó la corriente espiritista del siglo XIX. Pero, en modo alguno se trató de un escritor imaginativo y  tampoco de estilo místico.


Primeramente, debemos saber que Francia, el 3 de Octubre de 1.804, día del nacimiento de Hippolyte León Denizard Rivail (más tarde veremos cómo pasaría a llamarse Allan Kardec), ya había pasado por la época de la Enciclopedia y, esta línea de pensamiento, dejó en las bases de su sociedad, a grandes pedagogos muy rigurosos, formadores de la conciencia intelectual de Kardec.


Allan Kardec nació en un hogar donde la elevada cultura estaba ya profundamente asentada. Hizo sus primeros estudios en Lyon y los completó en Yverdon (Suiza), en el Instituto del célebre profesor Pestalozzi, conocido por ser uno de los más respetados centros de enseñanza de toda Europa, y por donde pasaron famosos intelectuales de aquella época. Nuestro hombre se reveló aquí como un discípulo brillante en Ciencias y Letras.




Se entregó a fondo a la lingüística; hablaba correctamente el alemán, el inglés, el español y el holandés. De vuelta a París funda allí un Instituto de Enseñanza semejante al de Yverdon. Y como educador publica numerosos libros, gracias a los cuales, a pesar de verse arruinado por problemas familiares, consigue sobrevivir económicamente. Daba también clases de química, física, astronomía y anatomía comparada.


Prosiguiendo su carrera pedagógica hubiera podido desarrollar su vida, pero en 1854, con 50 años, oye hablar por primera vez del fenómeno de las mesas giratorias, que estaba de moda. Fue su viejo amigo Fortier, un magnetizador, el que le dijo:  “He aquí una cosa  extraordinaria. No solamente se hace girar la mesa, magnetizándola, sino que se le hace hablar: se le interroga y ella contesta.” Nuestro codificador contestó: “Yo creeré en ello cuando lo vea y se me haya probado que una mesa tiene cerebro para pensar, nervios para sentir, y que puede convertirse en sonámbula. Hasta entonces permitidme que no vea en ello más que un cuento de niños”. 


Al principio de 1855, encontró a Carlotti (otro viejo amigo). Éste vuelve a relatarle los fenómenos, y a sugerir el hecho de que pudieran estar provocados por espíritus. Esto despierta su irresistible curiosidad de estudioso e investigador y, en Mayo de 1855, visita la casa de una conocida sensitiva, Madame Roger, acompañado de su amigo Fortier.


Allí mantiene una conversación con diversas personas que le redundaron en la idea antes sugerida por Carlotti. Esta reunión le causa honda huella, allí mismo  es ya convidado a asistir a una sesión de experiencias. Cuando sale dice: “fue allí, donde por primera vez puedo dar testimonio del fenómeno de las mesas giratorias, que saltaban y corrían, en tales condiciones que la duda no era posible. Allí vi también algunos ensayos imperfectos de escritura mediúmnica”.


Todavía escéptico, pero impresionado, traba amistad con la familia Baudin, a cuyas reuniones es invitado. Nos cuenta: “Fue allí donde hice mis primeros estudios sobre Espiritismo, más fundamentados sobre las observaciones que sobre las revelaciones. Apliqué a esta nueva ciencia, como lo había hecho siempre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida. Observaba con atención, comparaba, deducía y sacaba conclusiones; de los efectos me remontaba a las causas mediante la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos y admitiendo la viabilidad de una explicación solamente cuando podía resolver ella todas las dificultades inherentes al tema… Este es el procedimiento que utilicé toda mi vida, a partir de los veinticinco o veintiséis años. De entrada, comprendí la gravedad de la investigación que emprendía y entreví en estos fenómenos la clave del oscuro y controvertido problema del pasado y del porvenir de la humanidad, la solución y la respuesta a todas mis búsquedas. Se trataba de una revolución completa en las ideas y en las creencias; por tanto debía actuar con circunspección y no a la ligera; ser positivista y dejar los ideales de lado para evitar afirmaciones ilusorias”. 


En 1855 recibe de Carlotti y de un grupo de estudiosos 50 cuadernos conteniendo relatos de experiencias y comunicaciones diversas, pidiéndole que analizara y ordenara el contenido. Una noche, en una de las sesiones en casa de Baudin, nuestro hombre (todavía Rivail) recibe una comunicación de su espíritu protector. Éste, nombrado Espíritu de la Verdad, le revela una anterior encarnación con los druidas en la Galia y cuyo nombre, en aquellos tiempos, fue Allan Kardec.


También le comunica su ayuda en la importante tarea para la que ha sido destinado. A partir de este momento Allan Kardec se lanza al trabajo, recibiendo instrucciones a través de diferentes médiums (Japhet, Croset, Dufaux, Aline, hermanas Baudin, etc.) diversificando de este modo los intermediarios de su comunicación con los espíritus, para mejor contrastar la verdad.


El 18 de Abril de 1857 publica un libro que marcará el inicio del espiritismo, El Libro de los Espíritus. Este libro ya aparece firmado con el nombre Allan Kardec, apartando así la época de escritor y pedagogo prestigioso que firmaba con el de su nacimiento. En los pocos años que le quedaban ya por vivir en esta reencarnación escribió todos los libros que completan la codificación espírita y completó el primero.


En 1858 editó la Revue Spirite (Revista Espírita). 



En 1861 publica El Libro de los Médiums. Su texto comprueba el carácter científico de la Doctrina Espírita, y provoca un gran revuelo y el catolicismo se levanta contra Allan Kardec. Ese mismo año, 300 libros espíritas son quemados en Barcelona por la inquisición española. Tiempo después, al respecto de este hecho, Kardec recibió, a través de un médium, el siguiente mensaje del obispo de Barcelona, autor del acto de fe que decretó la incineración de los libros, y que ya había desencarnado: “Está escrito. Tú quemaste las ideas y las ideas te quemaron. Rogad por mí; rogad, porque es agradable a Dios la oración del perseguido para con su perseguidor. Habla el que fue obispo y ahora no es más que penitente”. 


En 1864 publica El Evangelio según el Espiritismo. En 1865 publica El Cielo y el Infierno. En 1868 publica La Génesis según el Espìritismo. Allan Kardec desencarnó en 1869, cuando contaba casi 65 años. La obra de Allan Kardec es de obligatorio conocimiento para descifrar el Espiritismo. Muchos libros espíritas se han publicado después, pero en los del codificador se resume el carácter original de esta transmisión espiritual, y la orientación para acercarnos nosotros a los mensajes. Además, estos libros, por su extenso tratamiento del tema, contienen innumerables descubrimientos, muchos de ellos verificados después por la ciencia.



Debemos recordar que en el mismo año de la desencarnación de Kardec, la Sociedad Dialéctica de Londres nombró un comité para estudiar los fenómenos del Espiritismo, cuyo conocimiento se propagaba por toda Europa. Tras meses de investigaciones, sus 22 miembros concluyeron que los fenómenos eran auténticos. A ésta han seguido muchas otras investigaciones sobre los fenómenos y las tesis espíritas, que igualmente han concluido aceptando la propuesta del Espiritismo.

Contada la historia de Kardec, y creyendo que con sus credenciales solo tornará más factible la creencia en sus estudios y en las enseñanzas traídas por los Espíritus comunicadores, empezaremos a discurrir sobre El Libro de los Espíritus a partir de la próxima edición.


Os invitamos a seguir descubriendo la doctrina, que en muchos sentidos calma nuestros corazones, y nos trae la verdad olvidada después de cada reencarnación.