Hola familia,
Esta tarde ha sido muy especial para CEADS. Nos hemos
reunido en nuestro local alrededor de 130 encarnados – nada mal para un miércoles.
Después de sus conferencias “La Psicología del perdón” y “Mediumnidad y obsesión”, la conferencia de hoy, “La vida en el plano espiritual” cierra la
trilogía pre-congreso de Divaldo. Ha sido una enorme alegría
abrir las puertas de nuestro centro a tantas personas en búsqueda de conocimiento
espiritual. El que se acuerde de lo pequeño que era nuestro antiguo local
comprenderá que hemos crecido físicamente para que fuera posible una tarde como
la de hoy. Mucho más importante, sin embargo, ha sido nuestro crecimiento como
agrupamiento espírita. Esto es lo que ha permitido que pudiéramos recibir a
Divaldo Franco y a todos los encarnados y desencarnados que se han acercado a nuestro
centro esta tarde. En mi línea, os cuento lo que he visto.
Ya sabéis que no es lo que fue… Sólo Dios sabe todo lo que fue… Yo os puedo
contar lo que mi corazón vivió.
La preocupación era enorme: Divaldo es un hombre que
arrastra multitudes, ¿cuántas personas vendrían? ¿Limitamos el aforo?
¿Reservamos sillas? Al final lo pusimos todo en las manos de la espiritualidad.
No cerramos las puertas sobrepasado el aforo anunciado ni tampoco reservamos
sillas. Miento. Reservamos una silla, la de Isabel Tendero, nuestra
presidenta honorifico y fundadora de CEADS. A los que sentían jóvenes, les
invitamos a que se sentaran en la alfombra o en los cojines cerquita de
Divaldo. Sacamos todas las sillas que teníamos: las de las reuniones, viejas y
nuevas; las de los pases; las de la atención fraterna; los sofás de la
recepción. 95 asientos en total. CEADS estaba pleno esta tarde =)
Cuando abrimos las puertas a las 18:00 ya había un buen
grupo reunido en la puerta esperando para entrar. Poco a poco el centro se fue
llenando. A las 18:30 llegó Divaldo. Le dije que a los jóvenes les estábamos
invitando a sentarse delante en el suelo y me dijo que entonces él se sentaría en un cojín. La
verdad es que la jovialidad de este señor de 86 años impresiona: da sus
conferencias de pie, entremezclando humor, emoción e información de lo más
valiosa para cuantos tienen oídos de oír.
Nos habló Divaldo de que la muerte es un fenómeno biológico,
parte natural de la vida. Para entender la vida, hay que meditar sobre la
muerte. Somos seres espirituales viviendo existencias físicas. El alma es una
viajera de la inmortalidad que toma un cuerpo a cada nuevo viaje. Esta
realidad, la reencarnación, ya es conocida desde la antigüedad. En Egipto y en
Grecia ya se conocía la reencarnación, que está también entre las enseñanzas de
Jesús – “El que no naciere de nuevo no entrará en el Reino de Dios”. Muchas
veces, sin embargo, este conocimiento se ha reservado a grupos selectos o se ha
presentado bajo alegorías y parábolas. Nos dijo Divaldo que la verdad puede
llegar a ser abrumadora si no tenemos madurez psicológica, espiritual y
emocional para acogerla. En el siglo XIX Allan Kardec, filósofo y estudioso de
la realidad de la vida, presentó la Doctrina Espírita, un esfuerzo de
colaboración entre encarnados y desencarnados impar en la historia de la
humanidad. El resultado son los libros básicos del espiritismo, que abrieron
las puertas a un conocimiento de la vida en los planos espirituales sin dogmas,
explicada sin el artificio de parábolas.
- El Libro de los Espíritus
- El Libro de los Médiuns
- El Evangelio según el Espiritismo
- El Cielo y el Infierno
- La Génesis
Cuando hablamos de la vida en los planos espirituales,
muchas personas afirman que son fantasías, que necesitan ver para creer. Nos ha
dicho Divaldo que la física cuántica es una verdadera invitación a que las
personas repiensen sus convicciones más profundas. Nos demuestra la física
cuántica que es necesario creer para ver. Vivimos en un universo de ondas,
sumergidos en el plano espiritual, en un verdadero océano de energía. El mundo
espiritual no está más allá, ni más acá tampoco. El mundo espiritual está en
todas partes, lo es todo. Hablar de “los planos espirituales” no deja de ser
una manera de decir que nos ayuda a describir con palabras conocidas cosas desconocidas
u olvidadas temporalmente mientras estamos encarnados.
En realidad existe una total continuidad entre lo que
llamamos plano espiritual y plano físico. Cada ciudad tiene su correspondiente
ciudad en la esfera imponderable. Hay miles y miles de colonias, regiones,
ciudades y países donde los desencarnados VIVEN. Allí trabajan, estudian, creen
en la reencarnación o no… Divaldo nos recordó que el mundo físico es
una copia imperfecta del mundo espiritual. La lectura de Nuestro Hogar, de Chico
Xavier, ofrecerá mucha luz al que busca más información en este sentido. También se puede ver la excelente película del libro online:
Para acabar, os cuento dos anécdotas de las muchas que Divaldo
ha explicado esta tarde, ya corriendo el riesgo de alargarme demasiado:
- La primera es sobre la desencarnación de un amigo que tenía alzhéimer. Joanna de Angelis le invitó a que asistiera el momento de su despertar en la espiritualidad durante un desdoblamiento. Al lado de su amigo estaba su madre. Se encontraba en un hospital, una edificación hexagonal de paredes trasparentes. Al lado de la cama del amigo de Divaldo, Joanna llamó su nombre dulcemente dos veces. Éste abrió los ojos y se dio cuenta de que allí estaba su madre, poco a poco comprendió que había desencarnado. Luego vio a Divaldo también. Los amigos se estrecharon las manos. Divaldo cuenta que notó el calor y el tacto de la mano de su amigo. Éste le pidió que volviendo a la Tierra y dijera a las personas que la vida continua. Esto hace Divaldo: nos explica que cómo morimos, viviremos en el plano espiritual. Si sabemos vivir buscando cada día ser un ser humano más compasivo, tolerante, paciente y humilde, conquistaremos la paz de espíritu y la tranquilidad en vida futura. Si nos dedicamos a vivir la sensualidad de los placeres terrenos, si nos entregamos al materialismo o a las adicciones, nos esperan momentos de dolorosa expiación en el plano espiritual y reencarnaciones llenas de pruebas en el futuro.
- La segunda anécdota, no la podría dejar de mencionar porque tengo un enorme amor por el segundo de sus protagonistas. Nos cuenta Divaldo que se encontró con Eurípedes Barsanulfo (puedes leer su biografía en VE n. 16) durante unos de sus desdoblamientos, en visita a la colonia Esperanza – puedes leer la reseña del bellísimo libro Lirios de Esperanza VE n. 18) El profesor Eurípedes estaba preocupado por los espíritas que desencarnaban en muy malas condiciones. Eran buenos teóricos de la vida en los planos espirituales, conocían la realidad de la reencanación, predicaban la necesidad de la caridad… sin embargo, no habían modificado su manera de vivir y sentir. El hospital Esperanza tiene toda una sección reservada a espíritas: todos los que, habiendo conocido la doctrina, necesitan todavía pasar por las cameras de socorro y regeneración. Con esta pequeña anécdota, además de darnos noticia de una espíritu iluminado como el profesor Eurípedes, Divaldo nos alerta sobre la necesidad de transformación profunda de nuestras vidas. Conocer la doctrina no es lo bastante, hay que vivirla en nivel transpersonal. Sólo así podremos conquistar la paz de espíritu y la felicidad que trasciende el tiempo y el espacio.
Nos despedimos momentáneamente de Divaldo. Mañana mismo sale
la caravana CEADS rumbo al XX Congreso Espírita Nacional. Representantes de agrupamientos
espíritas de toda España se reunirán este fin de semana. Que la espiritualidad
amiga pueda iluminar este encuentro, que los corazones y las mentes sean
permeables a todo lo que se compartirá en este evento, que la fraternidad y la
solidaridad sean las máximas de todas las interacciones. Por último, lo más
importante: que el Maestro Mayor, divino amigo, hermano querido, pueda
acompañarnos en nuestros esfuerzos de auto-iluminación.
Brille la luz del movimiento espírita en España.
Brille la
luz de todos los que, aún imperfectos e ignorantes,
hemos despertado para nuestra
realidad espiritual.
Cariños de la hermana menor
http://www.youtube.com/user/Rey61ful
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