Por Marcello Pagnotta
Serenidad en el caos.
Orden en el desorden. Arreglo en el desarreglo. Texturas, colores, micro-movimientos,
micro-acciones y micro-reacciones.
El mundo observado a
través de las lentes de las cámaras que registran los acontecimientos a una
frecuencia de más de dos mil fotogramas por segundo, es otro mundo. Ver estas
imágenes es como descubrir un nuevo universo. El mismo universo, pero sin
embargo diferente.
Se pueden apreciar
con tranquilidad objetos en complejos movimientos, entendiendo mucho mejor cómo
evolucionan y se modifican. Podemos identificar con naturalidad pasmosa sus
causas y sus efectos.
Cuando se pincha un
globo lleno de agua, genera una secuencia de imágenes caóticas contempladas a
velocidad normal. Sin embargo, es impresionante poder ver a través de estos equipos
de alta tecnología, cómo la fina capa de goma se rasga y cómo el agua se
entrega a las leyes de la física, perdiendo la forma que tenía cuando estaba
dentro del globo.
Un atleta puede
estudiar con exactitud sus propios movimientos, sin imaginar cómo los sucedía.
Un malabarista puede apreciar cómo las bolas que lanza al aire, giran cada una
con su propia trayectoria, unas ligeramente diferente a las otras, mientras que
a velocidad normal apenas se aprecia el rastro dejado por ellas.
Podemos inspirarnos
en estas cámaras súper-lentas y usar estas lentes para realizar un análisis de
nosotros mismos. Con la misma serenidad con que estos equipos muestran las
imágenes, podemos tratar de tener conciencia de todos nuestros micro-movimientos
y posturas físicas. Tener plena conciencia de cada tono de voz que usamos en
cada frase. Mejor aún, en cada sílaba.
Reconocer cada
expresión facial y qué emociones transmiten y preguntarnos ¿Estamos ofendiendo
a alguien sin darnos cuenta? Entender qué nivel vibratorio estamos emanando en
cada milisegundo y cómo estamos influenciando a nuestro prójimo. ¿Están
nuestras micro-actitudes alineadas con lo que pensamos que es correcto, con lo
que nosotros mismos esperamos de los otros?
Nuestro mundo
interior, puede ser otro si lo observamos con la paciencia, profundidad y
precisión de las cámaras súper-lentas. Y el Espiritismo nos presenta esta
tecnología puntera. Nos invita a usarla. Incluso, más que esto, nos advierte
que para nuestro propio bien y propia evolución, debemos usarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario