El sábado 19/06 hemos tenido la oportunidad de escuchar la instructiva charla de Liliana Durasevic en nuestro querido Centro. Liliana nos habló sobre la mediumnidad y la afectividad de una manera tan bonita y completa que hasta me siento un poco cortada para presentar esta pobre reseña.
Liliana nos habló de que los seres humanos tenemos cuatro dimensiones muy importantes: una que es la SOCIAL, otra que es la BIOLÓGICA, otra la COGNITIVA y finalmente la AFECTIVA. En la dimensión social se incluyen las relaciones que establecemos en familia, en el trabajo y con los amigos. La biológica se refiere a nuestro cuerpo físico, el vehículo que tenemos para la búsqueda del progreso en esta encarnación. La dimensión cognitiva se refiere a todo cuanto aprendemos. Nuestros pensamientos pasan por verdaderos procesos de metabolismo en nuestro ser. La última dimensión, la afectiva, se refiere a los sentimientos. Liliana se concentró especialmente en esta dimensión. Para ella, esta puede considerarse la más importante de todas porque en su equilibrio está la clave para el equilibrio de las demás. En la espiritualidad, nos explicó, los sentimientos se viven de forma aun más intensa que en la esfera material, lo que requiere de los recién desencarnados gran esfuerzo para equilibrar sus emociones. Para que nos demos cuenta de la importancia de la esfera afectiva de los seres humanos, solo tenemos que recordar que los psicólogos buscan en la afectividad las causas de gran parte de las patologías o posibles desviaciones del comportamiento.
En la vida de todas las personas, pero de forma especial en el caso de los mediumns - y particularmente en el caso del médium principiante-, la búsqueda por mantener la esfera afectiva en situación equilibrada es de vital importancia. En el cotidiano, emitimos vibraciones todo el tiempo con la cantidad y calidad de nuestras emociones. Así sintonizamos con espíritus que nos son afines y atraemos influencias en nuestra ola vibratoria.
Según lo equilibrados que estemos en nuestra esfera afectiva, podemos vibrar en una frecuencia más cercana al AMOR o a la del TEMOR. Liliana nos ha recordado que somos espíritus eternos. En cada encarnación, desarrollamos una personalidad que es adecuada a las experiencias que deben ser vividas para el progreso del espíritu. Desde la perspectiva de la eternidad de nuestro espíritu, somos la suma de todo lo que hemos aprendido en cada encarnación, es decir, de lo que cada una de las personalidades que desarrollamos ha sido capaz de aprender. Mientras estamos encarnados, naturalmente tenemos miedos: miedo a no llegar a fin de mes, a no hacerlo bien como padres y madres, a perder el trabajo, al fracaso, al rechazo, etc. Esta es la conciencia. En el inconsciente, está toda la información que hemos acumulado a lo largo de nuestra trayectoria evolutiva. Cuando la conciencia y el inconsciente están en sintonía, el ser humano puede vivir las dificultades del cotidiano sin desesperarse, en vibrando en amor porque sabe que las probaciones del cotidiano no son más que escalones para la ascensión del espíritu.
El problema está cuando dejamos que el TEMOR nos controle las emociones. Cuando pasa esto solemos dejarnos llevar por sentimientos de bajo patrón vibratorio, como el egoísmo, la envidia, la ira, el cólera…
Un ejercicio que todo médium debe hacer es análisis de sus emociones. Liliana lo llama SINCERIDAD. El médium debe en primer lugar identificar sus emociones y a continuación estudiarlas, entenderlas, buscarles el origen. Cuando practica este ejercicio, el médium crece puesto que se aleja de sus emociones negativas. Es importante recordar que no somos el rencor que sentimos, no somos nuestra rabia. Hay que alejarse de estos sentimientos, entenderlos desde fuera para evitar volver a sentirlos tanto como nos sea posible.
Liliana nos ha invitado a todos a que seamos mediumns con Jesús. Hizo hincapié en que con esto no se refería a ninguna religión en particular, si no que nos invitaba a buscar en los principios morales de Jesús la base más segura para la vivencia de la mediumnidad. La mejor fórmula, decía Liliana, es la oración: por la mañana, invocar al divino amigo, ponerse en sus manos y vivir según su doctrina. En la fe cultivada cotidianamente encontraremos la fortaleza, la serenidad y la alegría para enfrentar las dificultades.
Cuando se nos depare una situación en la que la desolación, la rabia o el egoísmo esté a punto de desequilibrarnos, hemos de buscar la sintonía con la parte de nosotros que sí recuerda quiénes realmente somos: creación de Dios, expresión del amor y espíritus en evolución.
Una semana en esta sintonía a todos =)
Pronto habrá fotos...
Uma palestra muito interessante e rica.... Analisarmos nossas emoçoes, identifica-las e entendelas nao è tarefa facil... Sò mesmo com a ajuda do Amigo Jesus....
ResponderEliminarGracias por el resumen Janaina, lamento haberme perdido esta ponencia, pero, encarnados, no se puede estar en 2 sitios al mismo tiempo, al menos yo no...
ResponderEliminarFelíz semana y nos vemos en mi casa el 27.
Un abrazo,
Emily
Hola Emily, te echamos en falta. Pero, por lo que me consta, los desencarnados tampoco pueden estar en 2 sitios a la vez, salvo raríiiiiiisima excepciones... =)
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