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sábado, 25 de septiembre de 2021

Evangelio en el hogar

Flávia Roggério 


Los males de la Humanidad tienen su origen en la imperfección del hombre; por sus vicios se dañan unos a otros. En tanto que los hombres sean viciosos serán infelices porque la lucha de los intereses engendrará sin cesar las miserias. Las buenas leyes contribuyen sin duda al mejoramiento social pero son impotentes para asegurar la dicha de la Humanidad porque reprimen y no extirpan las malas pasiones, porque son más coercitivas que moralizadoras, porque no fiscalizan más que los actos más sobresalientes y dejan de lado las causas. Por lo mismo la bondad de las leyes está en razón de la bondad de los hombres, tanto que aquellos que estén dominados por el orgullo y el egoísmo harán leyes en provecho de las ambiciones personales. La ley civil sólo modifica la superficie; la ley moral es la que penetra en el fuero interno de la conciencia reformándola. 


Está comprobado que para evitar el disgusto causado por el contacto de los vicios de los hombres malhechores, el único remedio es elevar el nivel moral. Una vez que en las imperfecciones se encuentra la causa de los males, la dicha aumentará a medida que los vicios disminuyan. Así es la ley de Causa y Efecto. El principio del mejoramiento está en la naturaleza de las creencias porque ellas son el móvil de las acciones que modifican el sentimiento. El hombre que trabaja seriamente por su propio mejoramiento asegura su dicha en esta vida y obtiene la satisfacción de su conciencia, viéndose exento de las miserias materiales y morales que son las consecuencias inevitables de sus imperfecciones. Obtendrá la calma porque las vicisitudes sólo lo rozarán levemente; gozará la salud porque su cuerpo no se entrega jamás a los excesos; poseerá riquezas porque la riqueza mayor es saberse contentar con lo necesario; gozará de la paz del alma porque no se rodeará de necesidades ficticias ni será atormentado por la sed de los honores y de lo superfluo, porque no conocerá la fiebre de la ambición, de la envidia y de los celos. 


Siendo indulgente para con las imperfecciones ajenas, que le excitarán su piedad y no su cólera, evitando todo lo que pueda perjudicar a su prójimo en palabras y acciones y queriendo por el contrario todo aquello que pueda ser útil y agradable a los demás, nadie sufrirá con su contacto. Se asegura su felicidad en la vida futura porque cuanto más depurado esté más se elevará en la jerarquía de los seres inteligentes y más pronto abandonará este mundo de expiación y prueba por los mundos superiores; porque el mal que haya reparado en esta vida no tendrá que repararlo en otras existencias; porque en la erraticidad no encontrará más que seres amigos y simpáticos y no estará atormentado por la vista incesante de aquellos que tuvieran que compadecerlo. 


Con la fe en la vida futura el círculo de las ideas se ensancha, el porvenir está en el presente y el progreso personal tiene un objeto, una utilidad efectiva. De la continuidad de las relaciones entre los hombres nace la solidaridad; la fraternidad se funda en la ley de la naturaleza y en el interés de todos. La creencia en la vida futura es, pues, el elemento del progreso, porque es el estimulante del espíritu. Sólo ella nos puede dar valor en las pruebas porque sólo ella nos suministra la razón de sí mismas y nos exhorta a la perseverancia en la lucha contra el mal si queremos alcanzar nuestro destino. La Doctrina Espírita marca una etapa importantísima en el progreso humano, no impone una creencia sino que invita al estudio depurando la razón, el sentimiento y satisfaciendo  la conciencia.


En las últimas ediciones hemos discurrido sobre la fuerza de la buena conducta y de los buenos pensamientos y como estas decisiones pueden afectar nuestra existencia en la Tierra. En cómo el cuidar de nuestra energía puede hacer toda la diferencia en nuestras vidas. Muchas personas se preguntarán de qué manera pueden poner en práctica lo aprendido con las lecturas hasta aquí y cómo pueden seguir aprendiendo. Pues el “Evangelio en el Hogar” es un camino muy sencillo y al alcance de todos.


Se entiende por "Evangelio en el Hogar" la reunión de la familia para el estudio del Evangelio y la oración en conjunto. Es un momento, en día y hora previamente marcados, cuando los miembros del núcleo familiar se unen para estudiar «El Evangelio según el Espiritismo» de manera sistemática, para comprender las lecciones de Jesús «en espíritu y verdad» y aplicarlas en la vida diaria. El Evangelio bien comprendido puede ser mejor sentido y ejemplificado. De esta manera se mantiene el hábito del estudio y de la oración en familia, fortaleciendo la amistad y el sentimiento de fraternidad que debe existir en cada uno y unir a todos. Los corazones que vibran unidos fortalecen los lazos de amor. También mantiene en el ambiente doméstico momentos de paz y de comprensión, higienizando el hogar a través de pensamientos y de sentimientos elevados, lo que facilita el amparo de los Mensajeros del Bien que vienen en nombre de Jesús. Cuando Cristo entra en casa el hogar se transforma en templo de luz. Fortalece en los integrantes del hogar el coraje y la esperanza, la alegría y la buena voluntad para con todos. Condiciones necesarias para vencer las dificultades materiales y espirituales de la vida en el mundo. Vibraciones fortificadas en el bien robustecen el alma para las luchas redentoras. 



Cómo realizar el evangelio en el hogar:



Explicamos las pautas para la realización del Evangelio en el Hogar para aquellos que quieran probar los beneficios de esta reunión:


1.- Escoger un día y una hora de la semana en que sea posible la presencia de todos los familiares o de la mayor parte de ellos, inclusive los niños. Observar rigurosamente el día y el horario establecido para el Evangelio en el Hogar. 


2.- Reunir a los familiares y posibles amigos que estén presentes en un lugar de la casa donde puedan estudiar y orar tranquilamente sin ser interrumpidos. Nada debe interferir en la realización de la reunión: ni visitas, ni llamadas telefónicas, ni conversaciones. 


3.- Colocar, por cada persona presente, un pequeño vaso con agua para ser magnetizada por las buenas vibraciones. El agua, ingerida, transmitirá fluidos que revitalizan. 


4.- La reunión podrá ser dirigida por el responsable de la familia o por quien él determine. Éste escogerá quien hará la oración inicial, quién hará la lectura, quién las vibraciones y quién hará la oración final de la reunión. Organización en las funciones y disciplina darán mayor seguridad y aprovechamiento a la reunión. 


5.- Iniciar la reunión con una oración corta, simple y espontánea en que el corazón más que las palabras solicite la presencia de Jesús y de los amigos espirituales que velan por el hogar. El pensamiento bien dirigido atraerá las bendiciones de lo Alto. 


6.- Hacer la lectura en secuencia de un trecho de «El Evangelio según el Espiritismo». En seguida cada participante tratará de comentarlo con simplicidad, buscando la esencia del pensamiento evangélico y su aplicación en la vida diaria. Cada uno debe comentar el párrafo que más le gustó, el que halló más bonito e importante. Todos pueden hablar con simplicidad y sin miedos para que el tema quede bien comprendido. 


7.- Hacer una vibración, oración direccionada, con palabras simples el participante encargado de hacerla encaminará los pensamientos pidiendo: 


a) protección para el hogar, apartando las vibraciones enfermas que pudieran estén envolviéndolo; 

b) protección para los familiares presentes o ausentes, los amigos y los vecinos; 

c) asistencia espiritual a todos los enfermos, para ancianos y niños, para jóvenes, para desencarnados, para toxicómanos, encarcelados, suicidas y otros; 

d) paz para su barrio, para su ciudad, para su país y el mundo; 

e) vibraciones para casos especiales; 

f) la fluidificación del agua. La vibración de amor es el vehículo natural de la paz. 


8.- Hacer la oración final o de cierre, con palabras sencillas de agradecimiento a Dios, a Jesús y a los amigos espirituales.



Recomendaciones:  


  • No permitir conversación poco digna antes, durante o después de la reunión. 
  • No permitir comentarios poco edificantes sobre tragedias, personas o religiones. 
  • No suspender la reunión por motivo de visitas inesperadas (éstas serán invitadas a participar), paseos o acontecimientos fútiles. 
  • Los niños presentes serán invitados a participar de las actividades de la reunión, con un canto o una poesía de fondo moral elevado, contando una historia o haciendo una oración, o inclusive participando de los comentarios de todos conforme su edad, capacidad o posibilidad.
  •  La reunión deberá tener una duración entre 30 minutos y 1 hora.



Cuando el Evangelio penetra en el hogar, el corazón abre más fácilmente la puerta al Maestro Divino. ¿Por qué no organizar un tiempo en la agenda familiar para reflexionar sobre las enseñanzas de Jesús? ¿Te apuntas?


domingo, 27 de septiembre de 2020

Periodo gestacional: relación psíquica madre-feto

Dr. Fernando Lora



El estudio sobre la gestación humana es un tema fascinante que refleja la bondad y la sabiduría divinas por la belleza y sublimidad de que se reviste.

El útero materno es el crisol que permite al Espíritu arrepentido y con deseos de reparar y progresar, realizar este desiderátum divino.

Por la ley de causa y efecto venimos a la Tierra para aprender, crecer y rectificar nuestras concepciones y actos, en que la vida infinita nos ofrece el tiempo y el espacio para que nuestro Espíritu realice el viaje de ascensión hacia lo Alto, buscando la paz y la armonía que fluye de la vida inmortal.

Joanna de Ângelis refiere que existe en nosotros una Diosidencia que nos impulsa a la ascensión, así como las plantas buscan la luz en el aire y el agua en la tierra.

Evolucionamos en ambas esferas de la vida, pero llegado a un cierto momento del aprendizaje se necesita que manifestemos y realicemos en el plano material, lo adquirido en el plano espiritual, de tal modo que templemos nuestras virtudes y adquiramos nuevos hábitos, venciendo las sombras de nuestro yo y del ayer.

Para este fin necesitaremos de una familia que nos acogerá y en especial de una madre que nos brindará la oportunidad de crecer en su interior para, unidos a su corazón, reiniciar nuestra marcha evolutiva.

El útero representa la acogedora cuna para recomenzar otra vez, pero es el amor de los cónyuges el que creará la atmosfera psíquica que atraerá a nuestro plano al Espíritu reencarnante. La unión de los padres y su relación psico-afectiva creará las bases del verdadero hogar; de ese cariño y respeto mutuo, fluyen las emociones de paz, armonía y coraje para acometer un hermoso y desafiante recorrido juntos, para rescatar y aprender en familia, creándose los cimientos para recibir a la prole, Espíritus comprometidos con nosotros desde el plano espiritual.

Todos encajamos dentro de un plan reencarnatorio y en el momento justo, se darán las condiciones para la concepción y el inicio de la reencarnación.

Previo a estos eventos se lleva a cabo una aproximación espiritual entre los padres y el futuro hijo, no siempre exenta de dificultades, como le ocurrió a Segismundo, el futuro hijo de Adelino su futuro padre, debido al asesinato que perpetró el primero sobre el segundo en tiempos.  Adelino se perturbó espiritualmente con la aproximación de éste, por lo que las emociones negativas dañaban la cromatina de los genes de sus espermatozoides, lo cual obstruía la adecuada genética del futuro bebé. Fue necesaria la intervención de los mentores amigos para restaurar su armonía, vencer la fobia hacia Segismundo y cumplir con su compromiso de recibir como hijo a su antiguo verdugo arrepentido (1).

El momento de la concepción ocurre varias horas después de la relación sexual. Sucede así para que los espermatozoides (las células más pequeñas de nuestro organismo) que han sido depositados en el fondo de la vagina, puedan alcanzar la región ampular de las trompas de Falopio, que es la región preparada para alimentar y conservar el óvulo (la mayor célula del cuerpo humano), éstos necesitan varias horas para llegar debido a que estas distancias representan un largo y difícil trecho.

La sabiduría divina actúa en todo momento, debido a que en ese instante, que suele suceder con la emancipación de los cónyuges durante el sueño, si tienen las debidas condiciones, la madre recibe el espíritu del reencarnante como niño, mediante ideoplastia previa y es ligado al periespíritu de ella, previo a la concepción en sí misma (2)

En el caso de Raquel, la esposa de Adelino, que estaba preparada espiritual y emocionalmente para asumir con sacrificio y renuncia su maternidad y la vida en familia, elevó una hermosa y sublime oración, para facilitar a los tres la reparación de su pasado, dando paso a la posibilidad de reeditar los lazos del amor futuro hacia la perfección.

Frecuentemente este instante queda registrado en un cierto número de personas que saben intuitivamente, en estado de vigilia, que algo maravilloso ocurrió esa noche y por esta razón cuentan a sus médicos con una precisión inusual el día exacto en que se quedaron embarazadas. Este acontecimiento también puede quedar registrado en el padre, aunque en un porcentaje menor según la casuística médica. Los médicos espíritas o espiritualistas son testigos de estos hechos felices, sorprendiéndose de que, para algunas madres, la acidez empieza ese mismo día, por lo que analizaremos más adelante por qué ocurren estos disturbios orgánicos.

De la misma forma que la mujer embarazada actúa directamente en el proceso reencarnatorio, donando energías orgánicas, fluídicas y psíquicas al hijo que está siendo gestado, también capta a su vez, ciertas influencias y sensaciones del reencarnante.

Este fenómeno de la gestante, lo esclarece el ministro Clarencio a André Luiz en el capítulo 30 del libro “Entre la Tierra y el Cielo”. […] Si Zulmira actúa de forma decisiva, en la formación del nuevo vehículo del niño, el niño actúa vigorosamente en ella, estableciendo fenómenos perturbadores en su constitución de mujer. El cambio de impresiones entre ambos es inevitable y los padecimientos que Julio acarreaba en la garganta fueron impresos en la mente materna, que los reproduce en el cuerpo en que se manifiesta. La corriente de cambio entre madre e hijo no se circunscribe a la alimentación de naturaleza material sino que se extiende al intercambio constante de las sensaciones diversas. Los pensamientos de Zulmira guardan inmensa fuerza sobre Julio, tanto como los de Julio revelan expresivo poder sobre la nueva madre. Las mentes de uno y de otro como que se yuxtaponen, manteniéndose en permanente comunión […](3). Otro aspecto de esta problemática la revela el mentor amigo a Hilario y André, médicos desencarnados que anhelan conocer los aspectos espirituales de la vida planetaria, él añade: […] La gestante es una criatura hipnotizada a largo plazo. Tiene el campo psíquico invadido por las sensaciones y vibraciones del Espíritu que le ocupa las posibilidades […] la mente materna es susceptible de registrar los más extraños desequilibrios, porque al igual que un médium, estará transmitiendo opiniones y sensaciones de la entidad que la ocupa” (4).

El “médium” del Espíritu reencarnante observa, mediante la yuxtaposición de ambas mentes, cómo la madre que ama a su esposo, pasa a detestarlo e incluso a odiarlo, siendo el enemigo del padre quien regresa. Conocí un caso extremo en el que el marido tuvo que abandonar el hogar durante la gestación para volver únicamente cuando nació el bebé. El padre regaló un dije de oro para el guillo a cada uno de los seis hijos que tuvieron. La madre no podía ni verlo y se la veía como exacerbadas exageraciones de gestante incomprendida. Evidentemente el padre tenía la intuición del significado espiritual de lo que estaba ocurriendo, porque nunca se lo tomó a mal, por lo que ello no lesionaba su relación de pareja.

Volvamos a las observaciones de Clarencio, quien confirma la gloriosa misión de la maternidad en la Tierra: 

“[...] La esposa, por devoción al compañero cede fácilmente a la necesidad del alma que vuelve al reducto materno con fines regeneradores [...]”.

En cuanto a los disturbios orgánicos que sufren numerosas embarazadas, Clarencio nos explica y revela: “[...] el desequilibrio es de esencia espiritual. El organismo materno, absorbiendo las emanaciones de la entidad reencarnante, funciona como un extractor de fluidos en desintegración, fluidos estos que no siempre son apacibles o fácilmente soportables por la sensibilidad femenina. Ahí está, la razón de las frecuentes náuseas de tratamiento hasta ahora muy difícil [...] (5).

Esta extracción de fluidos pesados y perniciosos de la entidad renaciente nos explica varias situaciones que la ciencia médica no puede explicar. Por ejemplo, hemos sido testigos de una gestante que cursó con un escozor y erupciones en la piel, inexplicables y rebeldes ante cualquier tratamiento, teniendo que visitar al dermatólogo, luego al alergólogo y viceversa, pasando por todas las salas de espera posibles. Al final del periplo, su obstetra le afirmo que “eso” desaparecería con el nacimiento de su hijo, porque él ya había observado “eso” antes… y así fue. Todos los síntomas desaparecieron a la media hora del parto.

Sin embargo, no todo es adverso en esta yuxtaposición de mentes e hipnosis a largo plazo, pues la gestante se ve rodeada del cariño de su esposo, de su familia y de amigos en ambas esferas de la vida. El instinto del nido le ayuda a realizar los preparativos para recibir a su hijo y le rodea de música, caricias y mimos que el reencarnante recibe y con los que va aprendiendo a identificar a sus padres, se familiariza con el idioma que va a recibir y para sorpresa de muchos, los niños aprenden.

Los psicólogos y educadores van adentrándose en esta relación madre e hijo a raíz de múltiples casos que les llamaron su atención, hechos que empezaron a levantar hipótesis con investigaciones posteriores que arrojan luz de tan bella conexión entre ambos.

Un ejemplo notable fue el caso de una violonchelista canadiense, que por no poder postergarlos, tuvo que preparar durante su embarazo, parte de los solos de los Conciertos de Brandeburgo en la Ópera de Toronto. Su participación fue todo un éxito. Veinte años después, su hijo, también violonchelista, estaba concursando por una beca en Salzburgo, cuando para su examen práctico debía interpretar uno de los Conciertos de Brandeburgo, que no conocía a la perfección debido a su dificultad técnica. El hijo comenzó su ejecución atento a la partitura, pero llegado cierto momento cerró sus ojos finalizando una perfecta interpretación de la obra de Bach, porque su cerebro ya conocía interiormente esta obra desde su vida intrauterina.

La relación madre-feto, además de producir el vínculo de apego afectivo, hará que los padres sean más sensibles al llanto del niño para suplir sus necesidades y que les aporten los cuidados precisos; este mecanismo se desencadena mediante la oxitocina, como expresión del instinto de conservación de la especie. Todo ello  induce a una dulce relación con el bebe, que se comunica mediante la sonrisa, los balbuceos, los gestos, fortaleciendo de este modo el efecto psíquico alimentador observado por Carl Jung, cuya obra analiza la profesora Dalva Silva Sousa “[…] Con las informaciones que la Doctrina Espírita propicia, es fácil entender que, después del periodo pasado en el útero, en el cual la madre alimenta al hijo con su propia sangre, se sigue un periodo en que la criatura permanece ligada psíquicamente a ella, alimentándose de su psicoesfera. Antes de la fecundación del óvulo, el periespíritu del reencarnante es ligado al periespíritu de la madre. Cuando se da el nacimiento, se rompe el cordón umbilical físico, mas no el psíquico. De ahí la certera observación de Jung, señalando los efectos dañinos de la carencia del afecto materno. Esa carencia de afecto perjudica al flujo de energía que parte de la madre y envuelve al hijo en los primeros tiempos de la vida en la Tierra, periodo en que este flujo es absolutamente esencial para el desenvolvimiento del ser” (6).

El psicoanalista suizo Jung aborda, en su obra “Sobre el desarrollo de la personalidad” estos aspectos señalando que, al igual que en la fase embrionaria, el ser depende absolutamente de la madre “[…] así también de modo semejante la psiquis de la primera infancia, hasta cierto punto, es apenas parte de la psiquis materna y después, también de la psiquis paterna, en consecuencia, de la actuación en común de los padres” (7).

Todo este mecanismo de donación produce en los padres una retroalimentación positiva que genera más amor y cariño hacia la prole y entre la pareja, que les empapan de optimismo y coraje para luchar en la vida y ven colmados sus sueños de la felicidad relativa que los espíritus pueden gozar en la Tierra, uniéndose a un Amor mayor, según las sabias palabras del apóstol Juan: “Dios es amor” (1 Juan 4:8).

Para finalizar mostramos un segmento del poema “Amor filial” de Amado Nervo:

“Yo adoro a mi madre querida,

yo adoro a mi padre también;

ninguno me quiere en la vida

como ellos me saben querer.

Si duermo; ellos velan mi sueño;

si lloro, están tristes los dos;

si río su rostro es risueño:

mi risa es para ellos el Sol…”.


Bibliografía:

1 Francisco Cándido Xavier. Misioneros de la luz. IDE Cap. 12, 13 y 14.

2 Francisco Cándido Xavier. Misioneros de la luz. IDE Pág. 181.

3 Francisco Cándido Xavier. Entre la Tierra y el Cielo. IDE Pág. 174.

4 Francisco Cándido Xavier. Entre la Tierra y el Cielo. IDE Pág. 175.

5 Francisco Cándido Xavier. Entre la Tierra y el Cielo. IDE Pág. 176.

6 Dalva Silva Souza. Los Caminos del Amor. Rio de Janeiro, feb 2007 Pág. 48.

7 Carl Gustav Jung. El desenvolvimiento de la personalidad. Pág. 76 y 77.


jueves, 27 de septiembre de 2018

lunes, 21 de mayo de 2018

Una declaración de amor, fe y esperanza

Hola familia CEADS,

La conferencia del pasado sábado, "Duelo, emociones y Espiritismo" de nuestra compañera María Augusta, fue una declaración de amor: amor a Dios, a sus hijos, a la vida, a CEADS, a Chico Xavier...

María Augusta compartió con nosotros su historia, nos contó como tomó contacto con el Espiritismo por primera vez, al emocionarse viendo la película "Las madres de Chico".

A partir de ahí, el Espiritismo se convirtió en un compañero de viaje de nuestra compañera.

No sabía entonces que ella misma sería una de las madres consoladas por la Doctrina Espírita más tarde. Es en estos momentos de dolor que el conocimiento espírita llena nuestra corazón y nuestra alma.




Dejamos aquí nuestra inmensa gratitud a María Augusta, Nando, Pedro Henrique por el coraje en este existencia y, en especial, a Julia, por habernos enseñado que el amor siempre vence, en los dos lados de la vida.


miércoles, 21 de marzo de 2018

Invitación a la transformación


Por Ana Elisa Oliveira
Revista Ser: Año 4, edición 21 (37-39)


Peleas entre marido y mujer. Discusiones entre padres e hijos. Un familiar enfermo. Problemas económicos. Falta de amor, cariño... Las crisis familiares son muy habituales en muchas las familias. Pero todas esas crisis tienen una razón de ser: el progreso espiritual.


En el capítulo IV del Evangelio Según el Espiritismo, se puede comprender por qué muchas personas tienen que afrontar tantos obstáculos en el seno familiar. "Dios permite en las familias estas encarnaciones de espíritus antipáticos o extraños con el doble objeto de servir de prueba para los unos y de medio de adelanto para los otros".

El psicólogo Rodrigo Flores afirma que en su experiencia en el trabajo clínico, ha visto muchos conflictos de parejas. "La figura masculina, por un lado, suele ser poco participativa y actuante en la familia y en la relación de pareja. Por otro lado, he observado que las quejas de las mujeres, esposas y madres, revelan dificultad para afrontar esa crisis". Rodrigo apunta hacia un desafío en el que se debe dejar de lado el orgullo, el egoísmo y la intolerancia. Emmanuel, en el libro "Vida y Sexo", psicografiado por Chico Xavier, aconseja la reflexión y la resignación para mantener la armonía en el hogar. "Sobreviniendo semejantes crisis, si el compañero abandonó su comportamiento, verá hasta que punto habrá provocado agresión moral y así se reconocerá culpable o no y deberá rendirse antes que nada a la disculpa incondicional ante el ofendido..."

Es lo que ha considerado una empresaria de la Tecnología de la Información de Belo Horizonte (Minas Gerais, Brasil), Claudia Lima al vivir una crisis familiar. "Aprender a entender al otro, sentir compasión ante su sufrimiento, aún cuando nosotros mismos también nos encontramos sumergidos en él, ha sido muy relevante", cuenta. Durante la difícil situación que ha tenido que vivir durante casi cuatro años, Claudia cree que lo más importante ha sido darse cuenta de la presencia de Jesús a su lado. Ella ha buscado leer El Evangelio según el Espiritismo y otras obras de la codificación y participar en los estudios sobre evangelización, pidiendo todos los días a Jesús y a otros buenos espíritus que la orientaran.


Relaciones

Las crisis que surgen en las relaciones son analizadas y estudiadas a menudo dentro de la Doctrina Espirita. Para el expositor de la Fundación Espírita Cárita, Antonio Neto, que ofrece atención fraterna desde hace muchos años, las crisis familiares son las mismas de siempre, lo que cambia es la forma de gestionarlas. "Suelo hacer una asociación entre nuestra conducta en relación a las dificultades que aparecen en las relaciones , como si la relación sufriera alguna avería y cómo el mundo moderno actúa con los aparatos electrodomésticos. En nuestros días, si algún aparato o máquina se estropea, es mejor comprar otro que invertir dinero en arreglarlo. Del mismo modo, en las relaciones afectivas no hay una disposición para arreglarlas cuando presentan algún "desperfecto", compara. Neto explica que las crisis apuntan a la necesidad de una revisión de actitudes de ambas partes. Así, es inútil "cambiar" relaciones cuando hay algún problema, pues las actitudes, cuando no son modificadas, se repiten y de la misma manera, los problemas también podrán volver a repetirse.

Muchos padres atribuyen sus crisis familiares a los hijos. "Las drogas, los comportamientos violentos en el colegio y la depresión en el adolescente son ejemplos que he observado y tiene repercusiones en la familia", dice el psicólogo Rodrigo Flores. Explica que esas dificultades encontradas específicamente en los hijos, no pueden ser comprendidas como un hecho aislado del contexto familiar. Benedita Fernandes, en el libro "SOS Familia", psicografiado por Divaldo Franco, confirma ese hecho cuando dice que la indiferencia de los padres y responsables, entre otras cosas, es un factor relevante para los problemas que los niños y adolescentes vienen demostrando. Lo fundamental, entretanto, es que la familia entienda que unidos se puede superar cualquier desafío que aparezca.

Infelizmente, lo que está pasando es justo al revés. Antonio Neto cuenta que lo que más se ve en la atención fraterna son quejas relativas a la soledad. "Creo que de alguna forma, estamos un poco más individualistas, lo que estimula el aislamiento, la desconexión entre personas que conviven a diario, sin darse cuenta de que están juntas con el propósito de ayudarse mutuamente a superar las dificultades y los límites que encontramos en nuestras vidas", dice.

La abogada Carla Resende, de Belo Horizonte, pudo comprender esa lección al pasar por una dificultad en la familia. Según ella, junto a su marido y su hija, trató de buscar, a través del Evangelio en el hogar, aprovisionamiento y sustentación para poder reaccionar mejor a los estímulos que la misma vida les estaba enviando para las transformaciones íntimas. "Cuando ya estaba implantada la práctica, aunque el problema ya había sido resuelto, hemos continuado ejercitando nuestra sintonía a cada semana", dice. La unión entre los miembros de la familia, tras la crisis, les ha llevado a tener una mejor percepción del otro, de sus necesidades y de cómo serle útil.


Superación

"Intento ayudar a las personas a mirar sus conflictos con los ojos de quien busca encontrar algo de familiar, algo suyo, en sus crisis", dice el psicólogo Rodrigo Flores. Él explica que busca identificar en los conflictos lo más esencial que hay de la propia persona que lo vive. "De esa forma, el conflicto deja de ser un monstruo que amenaza o causa sufrimiento. Así, la persona pasa a ver el conflicto como un camino que puede llevarle a encontrarse con su parte más profunda".

La empresaria Claudia Lima considera que lo ocurrido ha sido positivo para su familia. "Sin duda, hoy estamos mucho más unidos, con un amor más profundo y sólido. Nuestra vida diaria es una consecuencia de esa transformación en la relación familiar. Nos gusta estar juntos, hablar y aprender los unos de los otros y las dificultades que surgen son afrontadas con más tranquilidad y con la seguridad de que lograremos encontrar una solución". Claudia sigue pidiendo auxilio a los espíritus superiores para que siempre pueda caminar y aprender como espíritu, aprovechando al máximo las oportunidades que le son concedidas.

"Creo que las crisis y dificultades que la vida nos presentan no son más que una invitación a que revisemos nuestra actitud hacia el otro, hacia nosotros mismos y hacia los objetivos existenciales que nos señalan un camino a seguir", afirma Antonio Neto. El expositor afirma que una mejor definición de los propósitos de la vida nos lleva a gestionar con más tranquilidad esas crisis, mirándolas desde otro punto de vista, como oportunidades de conocernos mejor. "Eso porque, a final de cuentas, nunca se trata de  un conflicto entre nosotros y el otro, sino entre nosotros y nosotros mismos", explica.

Al reflexionar sobre el tema, la abogada Carla Resende afirma que las crisis son, en esencia, siempre más positivas que negativas. "Comprendamos el carácter pedagógico del dolor y mantengámonos abiertos y dispuestos a fin de que las crisis puedan proporcionarnos inmensas oportunidades de amar".

domingo, 11 de febrero de 2018

Justicia Divina

¡Buenos días!

Ayer nos hemos reunido algunos de los trabajadores de la cada espírita con el objetivo de compartir experiencias, inquietudes y mejorar los proyectos que CEADS mantiene para todos los asistentes.

Trabajadr@s CEADS
Hicimos una pequeña dinámica, que cada trabajador indicará una palabra que definiera "El trabajo en la casa espírita es...". Una vez la lista preparada, cada trabajador tenía que indicar las 5 más importante para el mismo; y montamos un cuadro de palabras, de la más importante, según los votos individuales.

Nuestras expectativas

Hemos hablado de la importancia que hay del compromiso en la casa espírita, para con uno mismo y para con los demás. Concluimos que el AMOR está en todas las palabras y que nos falta mucho que hacer para que las palabras con menos votos sean tan importantes para nosotros.
Finalizamos la reunión con palabras de motivación de los responsables de áreas de CEADS y las opiniones de los trabajadores sobre el funcionamiento de nuestra querida casa espírita.

A continuación, abrimos las puertas al público para el estudio de la tarde, con el tema Justicia Divina, del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espírita. Además de la clase siempre especial de la Educación Espírita Infantil.

Os dejamos el texto estudiado para seguir con nuestra aprendizaje:

JUSTICIA DIVINA

Con el advenimiento de la Doctrina Espírita el concepto de cielo e infierno sufrió gran transformación. Ya no se representan como regiones circunscriptas de beatífica felicidad o de sufrimientos atroces y eternos, respectivamente. «(…) Sin embargo, de existencia en existencia, hoy aprendemos que la vida se expande triunfal, en todos los dominios universales sin fin; que la materia asume diferentes estados de fluidez y condensación; que los mundos se multiplican infinitamente en el cosmos; que cada espíritu permanece en determinado momento evolutivo y que, por eso, el cielo es, en esencia, un estado del alma que varía conforme la visión interior de cada uno. (…)» «(…) El Infierno puede simbolizarse en una vida de pruebas extremadamente dolorosas, sin la certeza de que haya otra mejor. (…)» Por lo tanto, la felicidad o la desdicha después de abandonar el envoltorio corporal es inherente al grado de perfeccionamiento moral de cada Espíritu y, también, a la categoría del mundo que habita. Las penas o sufrimientos que cada uno experimenta son dolores morales y están en relación con los actos practicados. No existe, pues, una recompensa ni un sufrimiento que sean gratuitos, obtenidos sin mérito, sino manifestaciones de la Ley de Causa y Efecto.

«(…) El alma o Espíritu sufre en la vida espiritual las consecuencias de todas las imperfecciones que no consiguió corregir en la vida corporal. Y su estado, feliz o desgraciado, es inherente a su grado de pureza o impureza. (…) La completa felicidad está vinculada con la perfección, es decir, con la purificación completa del Espíritu. Toda imperfección es, a su vez, causa de sufrimiento y de privación de gozo, del mismo modo que toda perfección adquirida es fuente de gozo y atenuante de sufrimientos. (…) No hay imperfección del alma que no acarree funestas e inevitables consecuencias, como no hay ni una sola buena calidad que no sea fuente de gozo. La suma de las penas es, de tal manera, proporcional a la suma de las imperfecciones, como la de los gozos a la suma de las calidades. (…) (…) En virtud de la ley del progreso que da a toda alma la posibilidad de adquirir el bien que le falta, como la de despojarse de lo que tiene de malo, conforme con el esfuerzo y la voluntad propios, resulta que el futuro está abierto a todas las criaturas. Dios no rechaza a ninguno de sus hijos, sino que los recibe en su seno a medida que alcanzan la perfección, dejando a cada cual el mérito de sus obras. (…) (…) El Infierno está en todas partes donde haya almas sufrientes y el cielo, igualmente, donde hubiere almas felices. (…)» 

A cada Espíritu, Dios facilita los medios para mejorar y le ofrece en cada reencarnación un planeamiento coherente, con amor y justicia, donde cada uno tendrá posibilidades de progresar y de expiar las faltas cometidas en existencias anteriores. «(…) La expiación varía según la naturaleza y gravedad de la falta, por lo tanto, la misma falta puede determinar diferentes expiaciones, conforme con las circunstancias, atenuantes o agravantes, en que fue cometida. (…) El arrepentimiento, si bien es el primer paso para la regeneración, no basta por sí solo; son necesarias la expiación y la reparación.

Arrepentimiento, expiación y reparación constituyen, en consecuencia, las tres condiciones necesarias para eliminar las señales de una falta y sus consecuencias. El arrepentimiento suaviza las impresiones amargas de la expiación y abre, con la esperanza, el camino de la rehabilitación; sin embargo, solamente la reparación puede anular su efecto, al destruir la causa. De lo contrario, el perdón sería una gracia, no una anulación. El arrepentimiento puede producirse en cualquier lugar o momento, no obstante, si fuera tardío, el culpable sufre por más tiempo. (…) (…) La reparación consiste en hacer el bien a aquellos a quienes se había hecho mal. Quien no repara sus errores en una existencia, por debilidad o mala voluntad, en una existencia posterior se encontrará en contacto con las mismas personas con las que se hubiera disgustado y en condiciones elegidas voluntariamente, de modo de demostrarles reconocimiento y de hacerles tanto bien como mal les haya causado.» 

Al comprender, de esta manera, el significado de penas y recompensas, debemos esforzarnos para reparar las faltas cometidas en vidas anteriores y aprovechar al máximo la experiencia en la carne, buscando incesantemente el progreso moral. «(…) Toda conquista en la evolución es fruto natural del trabajo, porque todo progreso tiene su precio precio; sin embargo, el problema crucial que el tiempo te impone es una deuda del pasado, que la Ley te presenta para su cobro. Rectifiquemos nuestra ruta, corrigiéndonos. Rescatemos nuestras deudas, ayudando y sirviendo sin distinción. La tarea que posponemos equivale a mayor lucha futura y toda actitud negativa de hoy, en relación con el mal, será como un interés prorrogado en el mal de mañana.»

En conclusión, «pese a la diversidad de clases y grados de sufrimientos de los Espíritus imperfectos, el código penal de la vida futura (elaborado por Allan Kardec tomando como base las enseñanzas de los Espíritus Superiores) puede resumirse en estos tres principios:

1º. - El sufrimiento es inherente a la imperfección

2º. - Toda imperfección, así como toda falta derivada de ella, trae consigo el propio castigo en las consecuencias naturales e inevitables: así, una dolencia castiga los excesos y de la ociosidad nace el tedio, sin que sea necesaria una condena especial para cada falta o individuo.

3º. - Como todo hombre puede liberarse de las imperfecciones por efecto de la voluntad, igualmente puede anular los males consecuentes y asegurar la futura felicidad.

A cada uno según sus obras, tanto en el cielo como en la Tierra: - tal es la Ley de la Justicia Divina.» En materia de premio y castigo, definidos como cielo e infierno, supongámonos frente a un padre amoroso pero justo, que divide su propiedad entre sus hijos, a los que se asocia abnegadamente para que todos ganen prestigio y crezcan, de manera que lleguen a disfrutar la totalidad de sus bienes. El progenitor, compasivo y recto, concede a los hijos, gratuitamente, todos los recursos de la hacienda Divina:

la vestimenta del cuerpo;
la energía vital;
la tierra fecunda;
el aire que nutre;
el monte, como defensa;
el valle, como refugio;
las aguas que circulan;
los embalses naturales;
la sumisión de los diferentes reinos de la naturaleza;
la organización familiar;
los fundamentos del hogar;
la protección de las leyes;
los tesoros de la escuela;
la luz del razonamiento;
las riquezas del sentimiento;
los prodigios del afecto;
los valores de la experiencia;
la posibilidad de servir…

Los hijos reciben todo eso automáticamente, sin que les reclame ningún esfuerzo y el padre sólo les pide que se perfeccionen, cumpliendo con nobleza sus deberes y que se consagren al bien de todos, mediante el trabajo que habrá de valorizar su tiempo y sus vidas. En esa imagen, a pesar de que sea simple, encontramos alguna información de la magnanimidad del Creador para con nosotros, sus criaturas. Así resulta fácil percibir que con tantos favores, concesiones y dádivas, facilidades y ventajas, entremezclados con bendiciones, beneficios suplementarios, auxilios, préstamos y moratorias, el cielo comenzará siempre en nosotros mismos y el infierno tiene el tamaño de la rebeldía de cada uno.

domingo, 19 de marzo de 2017

El sagrado comprimiso de la maternidad y la paternidad

Hola familia,

ayer en CEADS celebramos el primer encuentro de madres y padres espíritas, abierto a tod@s los que sienten a amor por la maternidad y la paternidad. Nos hemos dado cuenta de que, para encuentros futoros, lo ideal será que llamarlo "encuentro de la familia espírita", para no excluir a nadie. Lo que deseamos es que tod@s los que desean compartir sus dudas y experiencia, además de recibir el apoyo de los encarnados y desencarnados que componemos la gran familia CEADS, encontremos en este espacio la oportunidad de nutrir nuestras familias de lo mejor que nuestra Doctrina nos puede ofrecer: ESCLARECIMIENTO, CONSUELO y ESPERANZA.

En la reunión de ayer empezamos leyendo el prefacio y la oración por un niño recién nacido que nospresenta Kardec en el Libro de los Espíritus. Sabemos que en el Espiritismo las oraciones no obedecen a fórmulas, pero encontramos en esta propuesta del codificador, condensados, todos los deseos y esperanzas de los padres y madres, tengan la edad que tengan sus hijos. 
51. Prefacio. Los espíritus no llegan a la perfección sino después de haber pasado por las pruebas de la vida corporal: los que están errantes esperan que Dios les permita volver a tomar otra existencia que debe proporcionarles un medio de adelantamento, ya sea por la expiación de sus faltas pasadas por medio de vicisitudes, a las que se han sometido, ya. sea también cumpliendo una misión útil a la humanidad. Su adelantamiento y su felicidad futura serán proporcionados a la manera como habrán empleado el tiempo que deben pasar en la Tierra. El encargo de guiar sus primeros pasos y dirigirles hacia el bien está confiado a sus padres, que responderán ante Dios del modo como hayan cumplido su mandato. Para facilitar esta ejecución, Dios ha hecho del amor paternal y del amor filial una ley de la naturaleza, ley que no se viola jamás impunemente. 

54. Oración. (Dichas por los padres). - Espíritu que te has encarnado en el cuerpo de nuestro hijo, bien venido seas entre nosotros; Dios Todopoderoso que lo habéis enviado, bendito seáis. Este es un depósito que nos ha sido confiado, del que debemos dar cuenta en su día. Si pertenece a la nueva generación de los espíritus que debe poblar la Tierra, ¡gracias, Dios mío, por este favor! Si es un alma imperfecta, nuestro deber es ayudarla a progresar en el camino del bien, por nuestros consejos y buenos ejemplos; si cae en el mal por culpa nuestra, de ello responderemos ante vos, porque no habremos cumplido nuestra misión respecto a él. Señor, sostenednos en nuestro trabajo y dadnos fuerza y voluntad para cumplirlo. Si este niño debe ser objeto de nuestras pruebas, ¡que se cumpla vuestra voluntad! Espíritus buenos que habéis venido a presidir su nacimiento y debéis acompañarle durante su vida, no lo abandonéis. Separad de él a los espíritus imperfectos que pudieran inducirle al mal; dadle fuerza para resistir a sus sugestiones y el valor para sufrir con paciencia y resignación las pruebas que le esperan en la Tierra.
Después de leer este texto, cada uno fuimos compartiendo con los demás lo que más nos parecía importante o lo que veíamos que tenía un relación más directa con nuestra realidad. El ambiente era de mucha confianza y solidaridad, lo que permitió un rico intercambio de puntos de vista.

Seguramente lo más destacado en todo el encuentro fue el profundo respeto, gratitud y amor nuevo que la paternidad y la maternidad sembró en nuestros corazones por nuestros padres y madres. Antes de tener a nuestros hijos, vemos a nuestros progenitores de una manera. Cuando ya tenemos a nuestros propios hijos, tenemos la oportunidad de curar la imagen que teníamos de nuestros padres y madres, o de ampliar todavía más el amor que teníamos por ellos si ya era una relación luminosa. Sí, es cierto que debemos educar a nuestros hijos y que responderemos por ello ante el creador. Pero de momento, ya nos han enseñado nuestros hijos y hijas a amar todavía más a nuestros propios padres y madres. Sin lugar a dudas, la reencarnación es una ley que refleja la perfección divina y ejemplifica la solidad en que todos los seres debemos aprender a vivir como una gran familia universal algún día.

Acabamos nuestro encuentro con la foto que veis a continuación y una modesta pero alegre merienda, para alimentar el cuerpo después de tan rico alimento espiritual.



Ni bien habíamos acabado de merendar, ya empezaban a llegar los asistentes de la reunión de la tarde. Recibimos a David Estany, que nos presentó la charla "espiritismo y Mediumnidad". Ésta pronto estará disponible en nuestro canal de You Tube.

Cariños

Equipo de Divulgación
CEADS