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miércoles, 21 de diciembre de 2022

Las experiencias cercanas a la muerte (ECM)

Jordi Santandreu


El pasado mes de noviembre, en el Grupo de Estudios Espíritas Allan Kardec (Geeak) de Barcelona ofrecimos un ciclo de conferencias muy especial. Quisimos acercar la ciencia a la espiritualidad a través de las experiencias cercanas a la muerte (ECM), que a día de hoy constituyen una de las evidencias más claras de la existencia de la vida más allá de la muerte.

Para ello invitamos a tres de los mayores investigadores de nuestro país. En primer lugar, tuvimos la fortuna de contar con la Dra. Luján Comas, licenciada en Medicina y Cirugía, especialista en Anestesiología y Reanimación, médico adjunto en el Hospital Vall d’Hebron durante 32 años. De ellos 18 como anestesista en cirugía cardiaca. Es coautora del libro ¿Existe la muerte? Ciencia, vida y trascendencia (Plataforma Ed. 2004).



La Dra. Comas estuvo acompañada por Xavier Melo, doctor en Ciencias Económicas, máster en Responsabilidad Social Corporativa y posgraduado en Finanzas y Marketing por la Universidad Politécnica de Catalunya. Él propio vivió una ECM. Ambos dirigen la Fundación ICLOBY, dedicada a la divulgación del conocimiento científico en torno a la espiritualidad.

En tercer lugar, el día 26 de noviembre recibimos en nuestra sede a Alejandro Agudo. Formado en Ciencias Físicas, se ha dedicado a la informática en el seno de una gran compañía multinacional. Es un gran investigador (el mayor tal vez) de las ECM en territorio español. Creó un canal de YouTube en el que encontramos numerosas entrevistas realizadas por él mismo a personas que comparten generosamente sus extraordinarias experiencias. Forma parte del equipo de la Fundación ICLOBY que está trabajando en la primera gran investigación de las ECM en idioma español. 


¿Cuál es el interés en estudiar las ECM? 

David Santamaría, del Centre Barcelonés de Cultura Espírita (CBCE), lo explicó muy bien en la conferencia que ofreció en su centro el pasado 26 de noviembre, titulada “la importancia de las ECM”: estas experiencias revelan de una manera rotunda y empíricamente fácil de demostrar, la existencia del más allá tal y como el Espiritismo viene divulgando desde la publicación de El Libro de los Espíritus, el 18 de abril de 1857. 

Ciencia y espiritualidad jamás habían estado tan cerca, y desarrollar vínculos a partir del estudio de este fenómeno puede beneficiarnos enormemente a todos. ¿Llegará el momento en el que se enseñará esta materia en las facultades? Sin ninguna duda. Y los espíritas estaremos al lado de la ciencia siempre. De hecho, compartimos método, tal y como comenta Kardec en La Génesis (capítulo 1, ítem 14): “Como medio de elaboración, el Espiritismo procede exactamente de la misma manera que las ciencias positivas, es decir, aplica el método experimental. Cuando se presentan hechos nuevos que no se pueden explicar a través de las leyes conocidas, él los observa, los compara y analiza, y remontándose de los efectos a las causas, llega a la ley que los rige; después deduce sus consecuencias y busca las aplicaciones útiles“.

El Espiritismo ha abierto el camino. Ahora le toca a la ciencia recorrer los pasos que Allan Kardec recorrió en su momento, a partir de nuevas investigaciones y con métodos modernos. Nosotros celebramos el empeño de estos grandes científicos, médicos en su mayoría, por penetrar en este nuevo paradigma. Las evidencias están multiplicándose y, tarde o temprano, la comunidad científica en su conjunto no tendrá más remedio que aceptarlo. Se alcanzará  entonces un hito que marcará un antes y un después en la historia de la humanidad con total seguridad.


¿En qué consiste una ECM? 

Nos dice la Dra. Luján Comas en su libro ¿Existe la muerte? (página 23): “una ECM es un estado de conciencia que experimentan algunas personas durante un paro cardiorrespiratorio. Suelen ocurrir en muertes clínicas por enfermedad, suicidio o accidente, con sensaciones no captadas por los sentidos físicos. Puede darse a cualquier edad, en cualquier cultura, religión y sexo. Los sucesos que experimentan las personas cuando están clínicamente muertas o cercanas a la muerte se llaman ECM y fueron presentados en 1975 en el libro La vida después de la vida, de Raymond Moody”.

Estas experiencias no son para nada nuevas. Ya Platón narra, en su obra La República, escrita en el año 380 a.C., una ECM vivida por un soldado llamado Er. Podemos citar también la de Carl Gustav Jung, que sufrió un infarto en 1944 gracias al cual pasó por una ECM. Y es bastante conocida la historia del neurocirujano Eben Alexander, descrita en su best seller La prueba del cielo. Podríamos citar varias decenas más de obras que recogen miles de casos perfectamente documentados, antiguos y modernos, como por ejemplo Evidencias del Más Allá, de Jeffrey Long (2011), El Yo no muere, fenómenos paranormales verificados durante experiencias cercanas a la muerte (2019), traducido del inglés por Alejandro Agudo, Vida después de la vida, de Raymond A. Moody Jr. (2017), Consciencia más allá de la vida, de Pim van Lommel (2020) o Después de la muerte, de Bruce Greyson (2021). 

Veámoslo con un ejemplo real que nos ofrece el Dr. Manel Sans, quien fue jefe del Servicio de Cirugía General y de Cirugía Digestiva del Hospital Universitario de Bellvitge, además de profesor de cirugía para la Universidad de Barcelona. Autor de 92 publicaciones médicas y un libro sobre el cáncer de páncreas, el Dr. Sans ha participado en más de un centenar de congresos y seminarios en todo el mundo, y en internet disponemos de numerosas conferencias y entrevistas grabadas, de las que extraemos el siguiente caso:

Cierta noche, tiene lugar un aparatoso accidente de tráfico en una avenida principal de la ciudad. Está oscuro, las farolas apenas iluminan las calle y la copiosa lluvia hace del asfalto una pista de patinaje. La visibilidad es muy deficiente e, infelizmente, se produce al fatal desenlace. Ella iba sola en el coche. Un vecino que escucha el enorme golpetazo llama desde casa al 112. Una ambulancia acude con apremio y en pocos minutos la trasladan al servicio de urgencias del hospital en el que ella misma trabaja. Es médico. La meten directamente en la sala de reanimación pero no ofrece señales de vida. Está en parada cardíaca, respiratoria, sin reflejos y en coma, sin actividad cerebral. 

Rápidamente, un nutrido y experto equipo médico se esmera en aplicar las medidas de reanimación de acuerdo con el protocolo: el anestesista la intuba y comienzan la respiración artificial suministrando oxígeno al 100%, se le practica masaje cardíaco, le sigue una punción intracardiaca de adrenalina para estimular la contractibilidad, se le suministra bicarbonato sódico hidrogenado para compensar la acidosis metabólica cuando, finalmente, descargan en su pecho toda la potencia eléctrica del desfibrilador. 

El terrible accidente le ha causado una gran hemorragia interna. La pérdida sin control de sangre, demostrada por una paracentesis en la cavidad abdominal, es la que ha desembocado en la parada cardíaca. Se le administran sangre y líquidos. 

Tras ocho minutos frenéticos el equipo consigue recuperar el latido del corazón. Los cirujanos de inmediato intervienen el devastador hemoperitoneo, el daño letal causado en el bazo y el hígado gravemente lesionado. Controlados los focos hemorrágicos la enferma se estabiliza y pasa a cuidados intensivos. 

Pasó varios días más en estado crítico hasta que finalmente la paciente despertó. Se extuba y comprueban que no sufre secuelas neurológicas a consecuencia del paro. Todavía ha de pasar por dos intervenciones más debido a otras tantas fracturas óseas. Dos semanas más tarde, la trasladan a la sala de cirugía del Dr. Sans para reparar el aparato digestivo. 

Atento a este tipo de casos, el Dr. Sans no duda en preguntar a la paciente, ya plenamente consciente, si ha vivido alguna experiencia extraña durante la parada.

- No quiero hablar de este tema -le responde ella.

- ¿Por qué no quiere hablar? -insiste con delicadeza el Dr. Sans.

- No me creerá si se lo cuento -responde mirando hacia otro lado-. Y si se lo cuento, pensará que soy una psicópata y me llevarán a psiquiatría.


Tras unos instantes compartiendo un silencio incómodo, el Dr. Sans tranquiliza a la señora. Le explica que son preguntas rutinarias y que es bastante común pasar por experiencias fuera de lo normal. 

- No ha de temer -le asegura-, lo que usted me explique será tratado con total respeto. Me gustaría saber si ha tenido alguna vivencia especial durante los momentos más críticos, pues investigo estos fenómenos con interés científico y mucha seriedad. Usted conoce a todos los profesionales que la han atendido, ya que hemos coincidido en numerosas guardias. Puede confiar en mí y en el equipo.


La paciente acabó por convencerse y empezó a relatar al Dr. Sans muchos detalles que recordaba perfectamente, sucedidos durante los breves minutos de muerte cerebral. Eran escenas y sensaciones absolutamente comunes a los millares de casos documentados a los largo de las últimas décadas por investigadores de todo el mundo.

- Doctor, me vi fuera del cuerpo. Lo vi ahí, tendido en la camilla. Yo permanecía flotando cerca del techo del box. Me atendieron los doctores tal y cual (dando los nombres y la tarea que ejercieron cada uno de ellos). Estaba la doctora tal de hematología, que me puso sangre; y los traumatólogos tal y pascual me inmovilizaron las fracturas. Intenté comunicarme con vosotros pero no me escuchabais, incluso me acerqué a usted y le toqué, traspasando su cuerpo con mis manos. De hecho, pude no-sé-cómo traspasar las paredes que separan la sala de reanimación de la sala de operaciones. Incluso entré en un quirófano todavía más alejado, en el que estaban operando una fractura de cuello de fémur a una anciana. 


El Dr. Sans pudo comprobar posteriormente que esa información era absolutamente exacta.

- Contacté con unos seres de luz que me dieron algunas orientaciones -continuó la paciente, con entusiasmo creciente- y pude ver también a mi madre, que hacía un año había fallecido. Me sentí envuelta de una gran luz que transmitía una paz y sobre todo un amor que no puedo explicar, indescriptiblemente hermoso y que supera todo lo que he experimentado alguna vez. 

Vi, como en una especie de pantalla, la historia de mi vida: el pasado, el presente y también el futuro. En un momento determinado, los seres de luz me dicen que es mi hora de regresar al cuerpo para terminar mi ciclo vital. ¡Yo no quería doctor! Prefería quedarme en ese mundo maravilloso. Pero no tuve opción y me abalancé automáticamente en el cuerpo, de manera casi violenta, brusca.


Características comunes de las ECM

Alejandro Agudo ha estudiado, hasta día de hoy, una decena casos de personas de nuestro país que han pasado por una ECM, testimonios de primera mano que podéis ver en su canal de Youtube. Los videos, además, están editados de un modo cuidadoso y bellísimo. Todos ellos reportan un grado de lucidez tal, que solo con eso ya se podría descartar que fueran simples alucinaciones. La sensación de hiperrealidad es abrumadora: lo que viven les parece más real que nuestra realidad material. El recuerdo de la experiencia es realmente completo y vívido aunque pasen décadas. Y la recuperación médica que sigue al suceso es generalmente muy buena, mejor de lo normal.

En todos los casos parece existir un mandato expreso o tácito para revelar lo ocurrido y transmitirlo al mayor número de personas. El impacto es tal en la vida de quien lo sufre, que para la mayoría es un momento de inflexión, ya nada es lo mismo, y dan mucho más énfasis al amor y a la espiritualidad. 

En la obra antes citada, la  Dra. Luján Comas resume otras características de las ECM de la siguiente manera:

  • Los pacientes tienen conciencia de estar muertos y percibir el propio cuerpo fuera de él.
  • Perciben el cuerpo completo, entero, sin limitaciones
  • El cuerpo se vuelve sutil y puede atravesar paredes y puertas
  • Ven seres encarnados pero no pueden comunicarse con ellos
  • Los sordos oyen y repiten lo que se ha dicho
  • Sensaciones de paz. Ausencia de dolor
  • Percepción de un túnel, puente, riachuelo, lugar de transición
  • Se encuentran con personas fallecidas, conocidas previamente o no
  • Visión de un intensa luz que los envuelve y comunicación telepática con esta
  • Sensación de amor y de aceptación incondicional
  • Revisión de la propia vida como actor y como espectador, a veces bajo la tutela de un ser de luz
  • En muchos casos se observa un aumento de las capacidades paranormales al regresar

Todas las experiencias son muy lúcidas y se recuerdan perfectamente y exactamente igual que cuando ocurrieron, aunque hayan pasado años.

Las ECM son tan potentes que dan lugar a cambios de vida y de actitudes que se mantienen en el tiempo.

En conclusión, el estudio científico de las ECM viene a corroborar lo que Allan Kardec codificó hace más de siglo y medio. Lo aplaudimos y estamos al lado de todos los valientes profesionales de la salud que se aventuran, cada vez con la voz más alta, al afirmar que la vida no se detiene cuando el corazón deja de latir. Esto es tan solo en principio. Se harán públicos muchos más testimonios y se conocerán de primera mano detalles sobre el mundo espiritual que no más se podrán ocultar. 

Os animamos a investigar, lectores de Visión Espírita, las obras de los investigadores que en este breve artículo han salido, y que podamos tener una visión fraterna y abierta, que podamos dialogar con la ciencia amablemente, sin prejuicios de ningún tipo, siguiendo los consejos del Codificador. El mundo de regeneración está cerca, y la ciencia jugará un papel decisivo en la transformación de la humanidad.

Os dejo con un pequeño trecho del libro de la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross, La rueda de la vida (Ed. Penguin Random House, 1997, página 239):

“La conclusión básica que saqué de todo esto, y que no ha cambiado, es que todos los seres humanos, al margen de nuestra nacionalidad, riqueza o pobreza, tenemos necesidades, deseos y preocupaciones similares. En realidad, nunca he conocido a nadie cuya mayor necesidad no sea el amor. El verdadero amor incondicional. Éste se puede encontrar en el matrimonio o en un simple acto de amabilidad hacia alguien que necesita ayuda. No hay forma de confundir el amor, se siente en el corazón; es la fibra común de la vida, la llama que nos caliente el alma, que da energía a nuestro espíritu y da pasión a nuestra vida. Es nuestra conexión con Dios y con los demás”.

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Pérdida de seres queridos

Dr. José Luis Sáez


Cada vez que sufrimos la pérdida de un ser querido se dispara en nuestra mente un proceso de duelo, que incluye etapas de shock, negación, ira, negociación, aceptación y aprendizaje.


Este proceso está caracterizado por distintas emocionalidades que nos permiten procesar esa pérdida de acuerdo a la estructura psicológica de cada persona y dura en el tiempo lo que cada uno necesita para elaborar y superar esa situación.


Cada persona es un observador distinto y tiene un modelo mental condicionado por sus creencias o juicios mayores. Ese modelo mental es lo que nos habilita las variantes con que atravesar la pérdida, pudiendo recorrer victimismo, depresión, entrega, paz interior u otras.


La pérdida puede confluir en un gran aprendizaje, que permita ampliar nuestra conciencia hacia valores espirituales. El paradigma materialista ofrece una perspectiva tantas veces abrumadora: pensar que todo terminó y que los lazos afectivos que nos unían al ser querido se pierden irremediablemente generan vacío y hasta falta de sentido en nuestra vida.


El conocimiento y práctica de una vida espiritual con cultivo de la oración y la meditación nos facilitan el desarrollo de antídotos para combatir el vacío que se genera con la muerte física. La muerte está presente todos los días en nuestra vida y cada vez que ocurre proyectamos nuestra propia desencarnación, para focalizar nuestra atención en la vida espiritual. 


El abordaje científico que realizó la Dra. Elizabeth Kübler-Ross (médica psiquiatra de origen suizo) acerca de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) evidencia la importancia del espíritu en la instancia de la desencarnación. Ella creó la tanatología (estudio de la muerte) y dedicó gran parte de sus 40 años de profesión a la investigación sobre la vida después de la muerte. Su propuesta recibió muchas críticas y fue ampliamente resistida por el mundo científico, para terminar siendo aceptada y avalada con casi 30 títulos doctor honoris causa


Elizabeth Kübler-Ross acompañó a más de 25.000 moribundos de distintas culturas en procesos de final de vida terrenal, rescatando elementos muy valiosos para reconsiderar estos espacios y constatando que se repetían muchos fenómenos en aquellos que testimoniaban sus ECM. 


Algunos reportes que mencionan las personas que tuvieron ECM eran: 


  • Flotar sobre su cuerpo físico, observando todo el acontecimiento y percibiendo que poseen otro cuerpo. 

  • Presenciar su cuerpo inerte en la cama o quirófano, y escuchar y ver cómo se los declara fallecidos. 

  • Experimentar sensación de paz interior, sin dolores ni molestias, sintiéndose distantes de su cuerpo físico. 

  • Encontrarse con padres, familiares o amigos anteriormente fallecidos, experimentando inmensa alegría por quienes vienen a su encuentro. 

  • Escuchar músicas celestiales, que les trasmiten paz. Oír conversaciones realizadas durante esa experiencia, aun estando en coma neurológico.

  • Sentirse libres de limitaciones físicas, aunque las tuvieran en sus cuerpos físicos.

  • Estar acompañados por sus Guías o Maestros espirituales, que según las creencias religiosas de cada uno pueden ser Jesús, Buda, un ángel, una virgen, etc. 

  • Ser espectador de una revisión global, pero integral, de lo vivido… asistiendo a la película de su existencia como espectador. 

  • Verse delante de un obstáculo, como un muro o una puerta, que los retorna bruscamente a la conciencia de que su hora no ha llegado todavía y que deben volver, a pesar de encontrarse con una paz y tranquilidad indescriptibles. Sus acompañantes les recuerdan que tienen asuntos pendientes por resolver en la vida terrenal y que deben regresar, para cumplir con su tarea. La vuelta es habitualmente desagradable. 


La gran mayoría de las personas con ECM cambian sus estilos de vida, al regresar… transformándose en más altruistas y benévolas, perdiendo el miedo a morir físicamente.


La Dra. Kübler-Ross, de acuerdo a sus estudios e investigaciones, dividió la experiencia de muerte en tres etapas:


1°. Nivel físico: Está ligada a la consciencia normal de la persona y a su cuerpo.

2°. Nivel psíquico: La persona está completamente alerta, y atenta a todo lo que está sucediendo a su alrededor, como un observador. 

3° Nivel espiritual: La persona atraviesa “algo” que le representa una transición hacia este tercer nivel (una montaña, un lago, un túnel o cualquier otro) y ve una luz, perdiendo el miedo a la muerte, sintiendo amor y liberación. 


Ya en 1857 Allan Kardec presentó en Francia una propuesta para estudiar la naturaleza, origen y destino de los espíritus y su relación con el mundo corporal: El Libro de los Espíritus. Esta obra filosófica y las posteriores ofrecen las bases para estudiar los fenómenos que nos acercan al conocimiento de la vida espiritual, incorporando herramientas racionales para alimentar la fe y volverla dinámica, ágil y evolutiva. 

Según nos explicaba Kardec, en su obra “El espiritismo en su más simple expresión”:


«En el hombre hay tres partes esenciales:

1º. El alma o Espíritu, principio inteligente en el que residen el pensamiento, la voluntad y el sentido moral (1).

2º. El cuerpo, envoltura material, pesada y densa, que pone al Espíritu en relación con el mundo exterior.

3º. El periespíritu, envoltura fluídica, ligera, que sirve de lazo y de intermediario entre el Espíritu y el cuerpo.


Cuando la envoltura exterior está gastada y ya no puede funcionar, deja de vivir. Entonces el Espíritu se despoja de ella, como el fruto de su cáscara y el árbol de su corteza; en una palabra, de la misma manera que descartamos un traje viejo que no nos sirve más. Esto es lo que se denomina muerte.

Así pues, la muerte no es otra cosa que la destrucción de la envoltura densa del Espíritu: sólo el cuerpo muere, el Espíritu es inmortal. 

Durante la vida, el Espíritu se encuentra, por decirlo así, oprimido por los lazos de la materia a la cual está unido, que a menudo paraliza sus facultades. La muerte del cuerpo libera al Espíritu de esos lazos. Este se desprende de aquel y recobra su libertad, así como la mariposa sale de su crisálida.»


(1) Sens moral: conciencia de la existencia de Dios y de una realidad espiritual, así como de la idea del bien y de la necesidad de llevarlo a la práctica.


domingo, 3 de julio de 2022

Pensamiento y Salud. Parte II

Daniel Eduardo Gómez Montanelli


La célula es la unidad anatómica, funcional y genética de los seres vivos. Es el elemento de menor tamaño que puede considerarse vivo.

Así como una casa está construida por ladrillos, los seres vivos estamos constituidos por células. El organismo humano está formado por 200.000 millones de células.


La célula está constituida por:


Membrana plasmática, donde hay receptores, externos e internos. Si la membrana fuera el límite, la frontera de la célula, los receptores externos serían como puestos aduaneros que deciden qué es lo que puede entrar al interior de la célula.


Citoplasma, donde hay una serie de organoides que cumplen distintas funciones.

Núcleo, que contiene el ADN (ácido desoxirribonucleico) y el ARN (ácido ribonucleico).


A modo de representación, el ADN es como una especie de biblioteca, donde cada libro es un gen que contiene información sobre cómo fabricar las proteínas que la célula necesita. Y el ARNm (porque en realidad hay distintos tipos de ARN) es como si fuera el empleado de una fábrica que va la biblioteca, copia la información que necesita para fabricar proteínas y, luego, lleva esa información a la fábrica (que son los ribosomas, los encargados de producirlas).


Durante mucho tiempo se pensó que el núcleo de la célula era el cerebro de la misma. El núcleo era el que decidía y, el citoplasma, tenía que ejecutar. Pero al finalizar la primera parte del Proyecto Genoma, en el año 2001, se descubrió que los receptores externos de la membrana influían sobre el ADN activando o inhibiendo la información que hay allí.


¿Cómo es esto?


La alimentación, el estrés, los estados mentales y emocionales, etc. envían señales químicas que actúan sobre los receptores de la membrana plasmática. Estos receptores transmiten esa información a proteínas que hay en el citoplasma. Estas proteínas, a su vez, pueden activar o inhibir la expresión de los genes sin necesidad de modificar su estructura.


Claro que el ADN va a seguir produciendo proteínas en el citoplasma, pero dependiendo de las informaciones que reciba. Y esto se considera tan importante que motivó el surgimiento de una nueva ciencia, llamada Epigenética.

La Epigenética es el estudio de los mecanismos moleculares por medio de los cuales el medio ambiente controla la actividad de las células sin modificar el código genético.


¿De qué manera los estados mentales influyen sobre el ADN?


Cada vez que tenemos una emoción o un pensamiento, el hipotálamo (que es un órgano que está en el cerebro) produce unas moléculas parecidas a las proteínas, que son llamadas “neuropéptidos”, y los descarga en la sangre, a través de la glándula pituitaria. 

Los neuropéptidos son mensajeros químicos que transmiten esa información emocional a otras células del cuerpo. Se calcula que hay entre 60 y 70 péptidos diferentes y que hay un péptido asociado a cada emoción.


Algunas células somáticas (como las de los sistemas nervioso, inmunológico, endocrino y otras) tienen receptores capaces de reconocer esos neuropéptidos, pueden “comunicarse” con ellos.

Las investigaciones de la Dra. Pert demostraron que estos sistemas están interconectados, formando una única red psicosomática, haciendo de puente entre la psique y el soma… y provocando que, cuando surge una emoción, la experimentemos en todo el cuerpo.


Entonces es como si el neuropéptido fuera una llave y los receptores de las células fueran cerraduras. Si la célula tiene la cerradura apropiada el péptido se acopla y le transmite esa información. Una vez recibida esa información produce una serie de reacciones en cadena que pueden influir sobre el ADN de la célula. 


ADN y Embriogénesis


Desde el punto de vista de la ciencia oficial, el ADN representa la información hereditaria que recibimos de nuestros padres. Como iremos viendo, la acción que el Espíritu reencarnante ejerce sobre el ADN durante la embriogénesis, representa la herencia de su pasado espiritual, aquello que es necesario que trabaje en esta encarnación.


El Dr. Ian Stevenson, que fuera Director del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Virginia, EUA, y que se dedicara a la investigación de 2500 casos de reencarnación, estudió el caso del niño Maung Zaw Win Aung.

Maung ha nacido en Birmania, como hijo de padres asiáticos legítimos, morenos, de ojos almendrados y oscuros; él es rubio, de ojos verdes, redondos, y piel muy clara. Desde niño, Maung decía que él había sido un piloto norteamericano de la 2ª Guerra Mundial, fallecido porque su avión había sido derribado por los japoneses; y difería profundamente de sus hermanos, revelando hábitos típicamente occidentales.


Un ejemplo más común es el de los gemelos univitelinos que, si bien tienen físicamente la misma información genética, puede que uno desarrolle una enfermedad hereditaria, mientras que el otro no. 


¿Por qué sucede esto, si la información genética es la misma?


Está claro que se trata de espíritus distintos y, como ya dijimos, el espíritu puede operar encendiendo o apagando su propio material genético (dentro de ciertos límites).



El pensamiento y el proceso de salud/enfermedad



Si bien el ADN puede contener una predisposición genética para tal o cual enfermedad, será de acuerdo con una serie de factores como la alimentación, el estrés, los estados emocionales y otros, que el Espíritu producirá la activación o la inhibición de la misma.


La inhibición de esta disposición es una manifestación de la misericordia divina, porque hace que el ser no viva en un régimen de fatalidad sino de acción y reacción en todos los instantes de la vida. 


Al llegar a la edad prevista, la persona podrá haber confirmado su predisposición, reforzando la necesidad pedagógica y re-armonizadora de tal o cual enfermedad, o haber amenizado su experiencia, por haber aprendido y haberse renovado por otros caminos, actuando benéficamente en su mundo celular, haciendo así que su necesidad de reequilibrio sea más leve, o inexistente. 


Dice la Dra. Marlene Nobre: 


Si la causa de la enfermedad está vinculada al alma es ahí donde reside la fuente primaria de todos los recursos medicamentosos definitivos. 


Los fármacos no pueden remover las causas trascendentes del carácter mórbido de los individuos. El remedio eficaz está en la acción del propio espíritu enfermo. La encarnación, en sí misma, ya representa una estación de tratamiento y de cura, considerando que, ciertas enfermedades del alma exigen varias estaciones sucesivas, es decir, varias existencias con la misma intensidad en sus procesos regeneradores. 


El hombre, durante mucho tiempo todavía, seguirá tratando la salud del cuerpo hasta que aprenda a preservarla y a defenderla, a través de la salud del alma. Los fármacos serán reemplazados por la excelencia de los recursos psíquicos. 


El amparo a los otros crea amparo a nosotros mismos. Por ello, los principios de Jesús, al desterrar de nosotros la animalidad y el orgullo, la vanidad y la codicia, la crueldad y la avaricia; y al exhortarnos a la simplicidad y a la humildad, a la fraternidad sin límites y al perdón incondicional, establecen (cuando son observados) la inmunología perfecta en nuestra vida interior, fortaleciendo el poder de nuestra mente en la autodefensa contra todos los elementos destructores y degradantes que nos rodean y articulando en nosotros las posibilidades imprescindibles en la evolución hacia Dios.


Luiz, A., Xavier, F. C. y Vieira, W. (1958). Evolução en Dois Mundos (Cap. XX - Invasão microbiana).

Nobre, M. (Julho de 1986). Enfermidades e suas relações com o comportamento moral. Boletim Médico Espírita, Ano III Nº4.


sábado, 18 de diciembre de 2021

Crónica del 9º Congreso Salud y Luz

Jordi Santandreu


El pasado sábado 13 de noviembre tuvo lugar en Coimbra, hermosa ciudad del centro de Portugal, el noveno Congreso sobre Medicina y Espiritualidad organizado por el Grupo de Estudos Espíritas Allan Kardec (Geeak). A continuación, os ofreceremos una breve crónica del encuentro.

Bajo el título Projecto Saúde e Luz, se reunieron para la intensa jornada de estudio un total de seis especialistas en diferentes áreas de la medicina y la psicología, entre ellos el médium bahiano Florêncio Antón, enfermero, pedagogo, especialista en psicoanálisis y en terapia de vidas pasadas, quien ofreció como cierre, además, una emotiva sesión de pintura mediúmnica.

En Coimbra hacía un día radiante, con una temperatura casi veraniega, algo poco habitual en noviembre. La taxista que nos condujo al local del evento, la sede de Geeak, parecía preocupada cuando nos comentaba con cierta ansiedad y un poco de enfado que el cambio climático es una realidad más que evidente en este país del extremo oeste europeo. No parecía catastrofizar gratuitamente, con el termómetro del vehículo acercándose a los veinte grados centígrados a las 8 de la mañana.

El Congreso abría sus puertas a las 8h30 para recibir a los participantes - más de un centenar -, que poco a poco íbamos haciendo acto de presencia. Los trabajadores de Geeak Coimbra habían preparado cada pequeño detalle con esmero, mucho amor y elegancia, y la simpatía de los encargados de recibir a los participantes presagiaba un día lleno de trabajo, pero sobre todo de mucho amor. Personalmente fue un reencuentro emocionante y repleto de abrazos y alegrías, tras cerca de dos años sin poderles visitar a consecuencia de las obligadas restricciones para protegernos del Covid.

Foto de la entrada del Grupo de Estudos Espíritas Allan Kardec


La abertura del congreso corrió a cargo de Fernando Santos, vicepresidente de Geeak, junto a Vítor Mora Féria, presidente de la Federación Espírita Portuguesa.  
A continuación, tras unas bellas palabras que subrayaban el propósito general de la velada, la integración de la sabiduría científica y espiritual, la vocalista lusa Cati Freitas nos deleitó con un momento musical de extraordinaria belleza, que dispuso una atmósfera ideal para el inicio de las actividades. 

El primer ponente fue David Brandão, especialista en medicina general y presidente de la Asociación Médico Espírita de Geeak. Con un conocimiento respaldado por más de cuarenta años de práctica médica, el Dr. Brandão destacó con optimismo el cambio de paradigma que poco a poco, con muchos obstáculos pero de manera inexorable, se está instalando en el mundo científico médico. 


La energía vital y la influencia de los pensamientos sobre el organismo son ya una realidad demostrada por la ciencia, y que interviene en todos los procesos patológicos, como el Dr. André Luiz y tantos otros mentores nos advierten en la literatura espírita. Estos dos elementos se nutren de factores exógenos y endógenos, fundamentalmente los relacionado con la vida moral, que la medicina del futuro tendrá que colocar en mayor destaque a la hora de conducir la terapéutica para que pueda ser exitosa en la medida de las posibilidades de cada caso: “consolar siempre, aliviar con frecuencia y curar a veces”, como decía Hipócrates 460 años antes de Jesús.


El pase, en este sentido, constituye un método absolutamente necesario, no solo recomendable, para acelerar la mejora mental y física del paciente. En una bella referencia al libro Opinión Espírita, de André Luiz/Emmanuel, coronada con referencias a la Revista Espirita de septiembre de 1865, el Dr. Brandão resaltó que el pase magnético es un mecanismo de transfusión de fluidos, pero, sobre todo, de amor, el ingrediente esencial que potenciará la acción de todas las medidas aplicadas.


Tuvo el acierto de recordar otras dos herramientas que, con el tiempo, se instalarán en las salas de consulta e incluso en los quirófanos: la fluidoterapia, el agua fluidificada y, por supuesto, la oración, concluyendo que la medicina del futuro será aquella que acerque las dimensiones mentales y espirituales, por un lado, de las físicas y materiales por otro.



Foto 2: Médicos del Hospital Amaltepec, de El Salvador, rezando antes de una intervención


A continuación, la psicóloga brasileña afincada en Portugal, Norma de Carvalho, se centró en el papel del amor y de sus innumerables expresiones en la práctica formal de la psicología clínica. Los profesionales de la salud, en general, estamos todavía lejos de una aproximación cálida y afectiva hacia el paciente, gobernados como estamos por la tecnología y los procedimientos centrados en los resultados. ¿Tan difícil o fuera de lugar nos resulta un abrazo de bienvenida? ¿Un “Dios le bendiga” de despedida? 

El amor es un remedio intangible, universal y sin efectos secundarios, que predispone al paciente a abrir sus canales psicológicos y físicos para la buena asimilación de la terapéutica, sea esta la que sea: farmacológica, dialéctica o energética. 

La siguiente ponente fue la educadora, profesora universitaria, escritora y periodista brasileña Dora Incontri, que nos habló sobre la Terapia Pedagógica en el contexto médico espírita. Dora es autora de más de 40 obras, entre ellas libros didácticos de filosofía; Doctora en Historia y Filosofía de la Educación por la Universidad de São Paulo y coordinadora de la Asociación Brasileña de Pedagogía Espírita.

Destacó la necesidad de ver y tratar al paciente desde una visión integral e integrada del ser humano que incluye, sin lugar a dudas, la dimensión espiritual, con un énfasis especial en el desarrollo de un sentido existencial profundo, tal y como lo entendía el psiquiatra y neurólogo vienés Viktor Frankl. Una aproximación sumamente completa que se nutre también del arte como herramienta terapéutica. 

El Congreso continuó con la conferencia del Dr. Paulo César Fructuoso, oncólogo y cirujano, autor de varios libros sobre medicina y espiritualidad, quien nos habló acerca de la medicina del futuro. El Dr. Fructuoso centró su tesis en una posibilidad revolucionaria: que los médicos del futuro utilicen percepciones extrasensoriales, es decir, la mediumnidad como complemento de sus habilidades ordinarias adquiridas en la facultad. ¿Será posible contar algún con médicos médiums? 


Foto 3: Dr. Paulo César Fructuoso



El penúltimo conferenciante de la tarde fue Florencio Antón, enfermero, pedagogo y especialista en Psicoanálisis, Educación Especial y terapia de vidas pasadas. Su disertación, marcadamente técnica y académica, versó acerca del ser humano, bajo la perspectiva de su inherente complejidad, trazando el rumbo hacia un paradigma post-materialista.


Finalmente, el Dr. Lutério Faria, dirigente de la Asociación Espírita Consolación y Vida, de Águeda, una bella ciudad del centro de Portugal, abordó el tema de la capacitación de los profesionales en aspectos éticos, psicológicos y comportamentales. 


Para cerrar el interesantísimo Congreso, Geeak Coimbra nos regaló otro momento maravilloso, y es que Florencio Antón es un médium muy especial. Florencio lleva décadas de dedicación a la doctrina de los Espíritus, tanto en la dimensión teórica como, sobre todo, en la práctica. Es el responsable de una organización espírita de considerables dimensiones, en el barrio de Mussurunga, en Salvador de Bahía, Brasil, que bautizó con el nombre de una de sus mentoras, el espíritu de Sheila. 

 

Realizó una sesión de pintura mediúmnica, en la que pintores como Renoir, Dalí y Van Gogh hicieron acto de presencia a través de las manos del médium, que sirvió de instrumento para la ejecución de sorprendentes y bellas obras de arte.


Como no podía ser de otra manera, la presidenta de Geeak, nuestra querida madre espiritual Leonor Santos, dirigió unas palabras sabias y tiernas para despedir el entrañable encuentro, rodeada de todos los voluntarios colaboradores.



Foto 4: Leonor Santos dirigiendo unas palabras a los asistentes.



domingo, 3 de octubre de 2021

Experiencia cercana a la muerte (ECM), nuevos hallazgos.

Dr. Fernando Lora

Una de las preguntas que más ha inquietado a la humanidad desde hace milenios es la siguiente: ¿Existe vida después de la muerte? La respuesta, por supuesto, a falta de evidencias concretas, no ha sido concluyente, lo que ha encendido aún más el eterno debate por este sempiterno y polémico tema. 

En la mitología griega, Thànatos: muerte, era la personificación de la muerte no violenta. Su toque era suave, como el de su gemelo, Hipnos, el sueño. 

La muerte violenta era el dominio de sus hermanas amantes de la sangre, las Keres, asiduas en el campo de batalla. 

El concepto de la muerte como una entidad antropomórfica ha existido en muchas culturas desde los albores de la humanidad. 

El término Experiencia cercana a la muerte (ECM) es el más aceptado, este término ECM fue usado por primera vez por Raymond Moody, en 1975 cuando publicó su libro “Vida después de la Vida”. 

Se define como percepciones del entorno narradas por personas que han estado a punto de morir ( anestesia) o que han pasado por una muerte clínica y han sobrevivido. 

Hay numerosos testimonios, sobre todo desde el desarrollo de las técnicas de resucitación cardiaca y medicina critica o intensiva. 

Ocurre estadísticamente en  un 20% de los pacientes que superan una muerte clínica. (ausencia de signos vitales y actividad cerebral) 

La ciencia ha avanzado para dar respuesta a estas experiencias (neurociencia: tomografía, resonancia funcional del cerebro, etc.), algunos estudios arrojan como resultado las siguientes hipótesis: 

- La conciencia no se elimina al instante en que el corazón deja de latir, si no que continua por unos minutos. 

- La conciencia del ser humano podría continuar funcionando después de que se detiene el corazón y el cerebro deja de funcionar (Sam Parnia). 

-  La conciencia es independiente del cerebro, la muerte es una ilusión, y una eternidad de esplendor perfecto nos aguarda más allá de la tumba (Eden Alexander).

En estas experiencias excepcionales la forma en la que cada individuo procesa o interpreta estas vivencias depende totalmente de sus creencias personales y religiosas. 

La actitud hacia la muerte puede diferir según las culturas, pero actualmente predomina una apreciación materialista. La notable psiquiatra suiza, naturalizada norteamericana, Dra. Elisabeth Kûbler – Ross, que creó la tanatología, estudiando profundamente pacientes terminales, quebró los tabúes, demostrando que la muerte es el fin de la organización biológica, pero no el fin de la vida. Sus estudios fueron concomitantes e independientes a los de la ECM de Moody. 


Antecedentes históricos

Biblia 

Daniel 12, 2: «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, algunos para la vida eterna, algunos para la vergüenza y el desprecio eternos.» 

Corintios 15, 35-52: «Alguno dirá: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo? Loco..., lo que tú siembras no es el cuerpo que brotará...; pero Dios le da el cuerpo que le place... Hay cuerpos celestiales y cuerpos terrestres: una es la gloria del celestial y otra la del terrestre... 


Platón 

La historia comienza cuando Er muere en batalla. Cuando los cuerpos de aquellos que han muerto en la batalla son recogidos, diez días después de su muerte, el cuerpo de Er permanece sin descomponerse. Dos días más tarde, revive cuando está en la pira funeraria. Habla entonces de su viaje al más allá, da cuenta de la reencarnación y de las esferas celestes del plano astral. 


El Libro tibetano de los muertos 

Contiene una detallada explicación de los diferentes estadios que atraviesa el alma tras la muerte física. La mente o alma de la persona muerta abandona el cuerpo…se encuentra en un vacío. Se sorprende de verse a sí mismo fuera del cuerpo físico. Ve y oye a sus parientes y amigos lamentándose. Ni lo escuchan ni lo ven, su mente es muy lúcida y sus sentidos parecen más perfectos… Describen los sentimientos de inmensa 


Emanuel Swedenborg 

Sus obras tienen muchas descripciones de cómo es la vida que hay más allá de la muerte. De nuevo es sorprendente la correlación entre lo que él escribe y lo que cuentan los que han tenido ECM. 


1 - Fases del ECM, patrón general: 
2 - Flotar sobre su cuerpo, oye la declaración de su propio fallecimiento. 
3 - Se eleva , túnel oscuro. 
4 - Figura al final /espectador/ paz interior. 
5 - Familiares o amigos difuntos. 
6 - Aparece una voz / un diálogo sin palabras. 
7 - Visión global pero íntegra de lo vivido/evaluación ética. 
8 - Obstáculo o "frontera" / aún no ha muerto/debe volver/pesar al volver Miedo a no ser creído/comparte con los que ama. 
9 - Ausencia de miedo a la muerte/eleva sus valores/objetivos: amor y conocimientos. 

A similares conclusiones llegó la psiquiatra Elisabeth Kûbler Ross luego de su investigación. 


Hipótesis explicativas

Dado el gran número de testimonios documentados que hay en todo el mundo es difícil descartar la realidad de la experiencia. Pero ¿es una función de un cerebro a punto de fallecer o una experiencia espiritual que demuestra que hay vida después de la muerte?


Hipótesis Fisiológicas 


Anoxia

Esta analogía se dedujo por las similitudes entre las ECM y las pérdidas de conciencia inducida por fuerza G: cuando un piloto de avión de caza levanta el vuelo para ascender, la fuerza centrífuga les empuja contra el asiento con una magnitud que es varias veces la de la gravedad, por lo que la sangre se les baja a los pies. Así, el cerebro se queda sin oxígeno y se produce lo que se llama un black-out: va desapareciendo la visión periférica, cerrándose el campo visual en un túnel hasta que, por fin, se pierde el conocimiento.  (el bebé antes del parto se prepara para periodos de hipoxia y anoxia y no se lesiona). 


Hipoxia 

La corteza visual se desinhibe, de modo que las neuronas empiezan a dispararse anárquicamente. Dado que el 90% de las células de la retina (y, por tanto, del córtex visual) se afectan, la percepción que se tiene de ese disparo o flash por apagado brusco es la visión de un centro más iluminado que se va ampliando según más células empiezan a descargar.

Se ha intentado refutar esta teoría de la anoxia basándose en que las personas que han sufrido una ECM han sido capaces de razonar con claridad, mientras que en la hipoxia sabemos que ocurre lo contrario, pues se caracteriza por una capacidad de juicio reducida y un pensamiento errático. Sin embargo, quien dijo esto no tuvo en cuenta que esa clarividencia no se ha determinado objetivamente, sino que se basa en la impresión subjetiva de quien ha sufrido la ECM, en cuyo caso sí concordaría. De hecho, ese es el principal problema de los pilotos que vuelan en condiciones de bajo oxígeno: su capacidad mental está disminuida, pero ellos se sienten eufóricos, “iluminados” (parecido a un estado alterado de conciencia). 

En cualquier caso, de momento podemos explicar la visión de túnel, pero no otros fenómenos como las visiones divinas y los flashbacks de memoria. En este sentido, ciertos trastornos epileptiformes del lóbulo temporal se han asociado con la aparición de sentimientos místicos, los mismos que en la ECM. Sin embargo, no todas las ECM involucran a la hipoxia, y los episodios que ella genera tienen poco parecido con lo que ocurre durante las experiencias cercanas a la muerte. 


Teorías neuroquímicas


a) Secreción endógena de endorfinas 

Según las hipótesis neuroquímicas, las liberaciones de endorfinas pueden explicar algunas manifestaciones de las experiencias cercanas a la muerte, en concreto, la sensación de paz y bienestar, la percepción de estar fuera del cuerpo y de estar muerto. No obstante, estos planteamientos no contemplan otros rasgos de estos fenómenos, como la aparición de seres fallecidos, o la revisión de la vida del sujeto. 

Esto concordaría con el hecho de que aquellas personas en las que se ha empleado naloxona(un antagonista de opioides) durante la reanimación reportan ECM’s mas bien desagradables. (esto sería más plausible en drogadictos, no en los demás) 


b) DMT N, N-dimetriltriptamina (similar a la serotonina) 

DMT puede estar relacionado con el fenómeno del sueño visual. el cerebro aumenta periódicamente para inducir alucinaciones oníricas visuales y posiblemente otros estados naturales de conciencia. Rick Strassman sugiere que puede estar relacionado con las experiencias cercanas a la muerte, alucinaciones y la visión de fantasmas. Su síntesis podría darse en la glándula pineal. 


Teorías neuroanatómicas 

Las hipótesis neuroanatómicas indican que las experiencias ECM pueden deberse a la actividad anormal del sistema límbico y los lóbulos temporales. Para comprobar esto, se ha realizado la estimulación eléctrica de los lóbulos temporales, pero los médicos han reconocido que la estimulación eléctrica no es lo mismo que la actividad eléctrica fisiológica, y que dicha estimulación no genera una actividad completamente ubicada en la zona afectada.


Trauma muy fuerte o en etapas muy avanzadas de algunas enfermedades 

La conciencia de hallarse muerto puede encontrarse en otra enfermedad neurológica, el síndrome de Cotard o del «cadáver ambulante», por el que el paciente percibe la ilusión de que ha fallecido después de un trauma muy fuerte o en etapas muy avanzadas de algunas enfermedades a consecuencia de cambios en la corteza parietal y prefrontal. (El Síndrome de Cotard es una condición neuropsiquiátrica poco frecuente, se ve en esquizofrénicos y psicóticos). 


Hipótesis Psicoanalítica

En 1976 se sugirió que la ECM era una forma de despersonalización, de disociación, que actúa como defensa ante la amenaza de muerte en situaciones de extremo peligro. Psiquiátricamente, la disociación se define como una respuesta adaptativa a un trauma físico o emocional intolerable y, según el DSM-IV, no debe ser considerada patológica por sí sola.

La disociación es la capacidad de abstraerse de la realidad; este tipo de respuesta aparece en algunas víctimas de trauma (secuestros, violaciones…) que, inconscientemente, intentan evitar esta realidad desagradable con fantasías más apacibles. 

En estudio de Greyson, publicado en 2003, afirma que existen personalidades “proclives” a la ECM y, lo que es más curioso, que esta tendencia es independiente de la religiosidad. 

De todas formas, y a pesar de esta aparente correlación entre ECM y disociación no se trata del mismo tipo de fenómeno, ya que las ECM son percibidas como completamente reales, al contrario de la despersonalización típica. La despersonalización es una alteración de la percepción o la experiencia de uno mismo de tal manera que uno se siente "separado" de los procesos mentales o cuerpo, como si fuese un observador externo a los mismos. 


Hipótesis Espiritual 

Para algunos, las ECM son una prueba de que la mente, conciencia, psiquis, alma o espíritu como entidad inmaterial, separado del cuerpo físico y que actúa como mero soporte material, para dirigirse a otro reino o dimensión. 

Se han realizado experimentos en hospitales por Sam Parnia y Bruce Greyson, mostrando imágenes que sólo pueden ser vistas desde el techo con resultados no concluyentes. 

Sam Parnia lidera la investigación científica AWARE, las siglas en inglés de "conciencia durante la reanimación", englobado dentro del Proyecto de la conciencia humana que documenta a gran escala experiencias cercanas a la muerte en 25 hospitales de América del Norte y Europa. Los resultados finales de la investigación están pendientes de una revisión por pares, habiéndose completado la primera fase del estudio y presentado los resultados para su publicación en una revista médica. 

A pesar de esto, existen miles de relatos vividos por personas que experimentaron el fenómeno, incluso ciegos (por ejemplo aquellos que recogen Elisabeth Kubler-Ross y Kenneth Ring7​ en sus investigaciones) y describen con detalle el entorno físico (personas, situaciones, objetos, etc.) en que se encontraban durante la experiencia, a la postre coincidentes con la realidad. Es más, incluso personas con formación científica y académica aseguran haber experimentado tal fenómeno, como Eben Alexander, neurocirujano de Harvard, que ha dado testimonio de una realidad extracorpórea tras sufrir nueve días en coma documentándolo en el libro La prueba del cielo (2012).​ Por otra parte, destacados médicos y científicos, como Robert Lanza, defensor de la teoría del biocentrismo, afirman que la vida después de la muerte ya es científicamente compatible con las últimas versiones de la mecánica cuántica. 


Hipótesis Telepática 

Las Experiencias Cercanas a la Muerte donde los reanimados relatan con detalle las maniobras de reanimación, podrían ser un ejemplo de telepatía: la hipótesis sería que la mente al despertar y aun antes de que el sujeto retome la conciencia, interroga telepáticamente a los participantes en la maniobra y construye una imagen onírica de lo sucedido. Al respecto, los monjes zen, afirman que en lo más profundo de la mente hay una conexión con algo que está más allá de nuestra comprensión y que justamente hay que anular la razón como primer paso para alcanzar dicha conexión, que es lo que buscan los monjes al meditar. 


Como conclusión de estas hipótesis y de todas las explicaciones proporcionadas sobre una base fisiológica, no todas parecen factibles, y, de las verosímiles, ninguna cubre todos los hechos o eventos que ocurren en una ECM. Además, hay descripciones de ECM en ausencia de daño físico (Ejemplo: por desdoblamiento, éxtasis), donde la relevancia de estos mecanismos fisiológicos quedaría muy en entredicho. 

La ciencia cada vez más está borrando la frontera entre la vida y la muerte. 

Se afirma en base a estudios científicos y multidisciplinarios las siguientes conclusiones o argumentaciones: 

- Los avances en estudios retrospectivos y prospectivos con amplia población, multidisciplinarios y multihospitalarios se van acercándo a la afirmación de que la mente o conciencia es independiente del cuerpo físico, y sobrevive a este, ambos conceptos lo niegan los materialistas (fisicalismo en la actualidad). 

- Se empieza a valorar los fenómenos psíquicos y las experiencias religiosas (avalados por estudios). Ambos conceptos lo niegan los materialistas (fisicalismo). 


Consecuencias de estas anteriores afirmaciones desde el punto de vista emocional de las personas que las experimentan son: 

1 -  Cambios en la percepción del yo, en las creencias y actitudes respecto a la vida, y en las relaciones interpersonales: 

    - Disminución en el temor hacia la muerte. 
    - Un sentido renovado de su propósito en la vida. 
    - Deseos de aprender. 
    - Mejorías en su autoestima. 


2 - Consideran tener una relación íntima y sincera con Dios (hacia lo trascendente) 

3 - Hay una menor preocupación por las posesiones materiales y por el estatus. 

4 - Una mayor comprensión y amor hacia los otros, así como un mayor deseo por brindar ayuda a los demás. 

5 - Disminución de la depresión o la ansiedad. 


Dificultades después de una Experiencia Cercana a la Muerte 

- Miedo a contarle a alguien sobre la experiencia. Temen que la gente piense que están "locos" y que no los crean. Y para ellos es más que real. 

- Fuerte nostalgia La experiencia se acompaña de un sentimiento de aceptación incondicional. Y este sentimiento choca con la dureza y frialdad de las relaciones humanas. De aquí surge un sentimiento de pérdida y de nostalgia de la situación vivida. 

- Conciliación con las creencias religiosas o filosóficas anteriores. 

- Dificultad de mantener obligaciones sociales bajo los nuevos valores que asumen alejados de convencionalismo y el apego a lo inmediato. Pueden parecer anti-sociales los que les conocían anteriormente. 

- Rechazo de la experiencia: Ante la dificultad de integrar su experiencia en su desarrollo vital estas personas pueden llegar incluso a dejarla en el olvido o considerar que no ha existido o no tiene importancia. La ECM se ha convertido en una fuente de dificultades y de problemas que no sabe cómo asumir. 


En definitiva, los que vuelven a la vida no lo hacen en las mismas condiciones físicas y psicológicas en que se fueron. La Experiencia produce cambios y exige que el sujeto asuma de alguna manera los cambios que se han producido o se deberían producir, pero estos son más positivos que negativos produciendo un crecimiento emocional y espiritual en la gran mayoría de la ECM. 


Bibliografía

Moody, Raymond. “Vida después de la Vida”. 
Kûbler-Ross, Elisabeth. On Life After Death. Por qué estamos aquí. 
Greyson, Bruce. Coautor de Irreducible Mind  y  The Handbook of Near-Death Experiences - Parnia, Sam. ¿Qué sucede cuando morimos? El efecto Lázaro. 
Alexander III, Eben. La prueba del cielo: el viaje de un neurocirujano a la vida después de la muerte.