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miércoles, 21 de septiembre de 2022

Justicia de Cristo: solución a través de la educación

Tiago Cintra Essado



Reflexionar sobre la Justicia en la visión de Jesús es una tarea que nos compete a todos, independientemente de nuestra orientación religiosa. Para los espiritas, sin embargo, esto parece especial, porque, para el espiritismo, Jesús asume la condición de guía y modelo para la humanidad. Humberto de Campos, a través de la psicografía de Chico Xavier, aporta valiosas lecciones sobre el tema en el capítulo “Pecado y castigo” de la obra Boa Nova, que comienza así: 

“Jesús acababa de terminar una de sus predicaciones en la plaza pública cuando notó que la multitud se movía alborotada. Algunos de los populares más exaltados prorrumpieron en gritos, mientras una mujer, jadeante, con el pelo revuelto y el rostro demacrado, se acercó a él, con una súplica de protección que salía de sus tristes ojos. Los numerosos judíos allí reunidos excitaron el ánimo general, pidiendo la lapidación del pecador, de acuerdo con las antiguas tradiciones”. 

La respuesta de Jesús, cuando el pueblo le pide que decida el futuro de la mujer, es clásica: “¡El que esté libre de pecado que tire la primera piedra!” El asombro, como sabemos, fue general. Al final, estando a solas con la mujer y algunos discípulos, porque los que exigían un juicio al Maestro abandonaron el lugar, se dirigió a ella y le dijo: “¿Nadie te ha condenado? Tampoco te condeno. Ve y no peques más. Cuando la mujer se retiró -acusada de pecadora por los que estaban allí- Juan, su discípulo, se acercó a él y le dijo: “Maestro, ¿por qué no condenaste a la ramera de la vida infame?” Y escuchó a Jesús: 

“¿Qué razones aducen a favor de esta condena? ¿Sabes la razón por la que esta pobre mujer se prostituyó? ¿Ha sufrido alguna vez la dureza de las vicisitudes que atravesó en su vida? ¿No conoces la magnitud de las necesidades y tentaciones que la hicieron sucumbir a mitad de su vida? No sabes cuántas veces ha sido objeto de desprecio por parte de los padres, los hijos y los hermanos de las mujeres más felices. No sería justo agravar sus sufrimientos infernales de una conciencia culpable y sin rumbo”. 


La paja y el trigo 


La Justicia de Cristo nos invita a separar el trigo de la paja. Propone la discusión de las causas del mal y la búsqueda de una solución a través de la educación antes de insistir desde el principio en un sesgo punitivo. 


Los fragmentos de la trastienda del Evangelio nos permiten comprobar algunos aspectos de la Justicia de Cristo envuelta en el amor divino. En la concepción de Jesús, como puede verse, no hay lugar para la justicia ni para la venganza. El respeto a la dignidad de los demás es la piedra angular de la filosofía cristiana. Esto incluye tanto a la víctima como al criminal, pues todos son iguales a los ojos del Padre de la bondad y la misericordia infinitas.


El afán popular por los juicios apresurados y la condena del prójimo es natural y refleja la presunción de superioridad en relación con el censurado. Pero la postura de Jesús ante una situación análoga fue de serenidad, actitud y compasión. Los discípulos del Maestro también se quedaron perplejos con el contexto y revelaron la dificultad para entender el alcance y el sentido real de sus lecciones, a pesar de estar tan cerca de Él. 


Misericordia abundante 


Y así se encuentra la humanidad en el transcurso de más de dos milenios de su venida a la Tierra. En el nombre de Jesús, muchos fueron torturados. La Justicia de Cristo no juzga según los impulsos. Considera los hechos en toda su amplitud, teniendo en cuenta la historia de cada uno, con el acierto y el error, la facilidad y la dificultad. Después de todo, en cierta medida, todos somos espiritualmente vulnerables y tenemos infinitas posibilidades de caer. Pero dada la naturaleza inexorable del progreso espiritual, los ajustes llegarán en el momento y la forma adecuados, y con la ayuda de amigos amorosos siempre será el momento de despertarnos ante las verdades eternas.


La Justicia de Cristo no se hace con violencia, porque se fundamenta en una abundante misericordia. Propone reflexionar, repensar, reparar, no ser connivente con los daños al prójimo y a la sociedad en general. En cualquier caso, cuando se trata de adoptar medidas enérgicas, nunca olvida que el llamado pecador no pierde la condición de hermano de viaje, merecedor de una amplia atención, de sanciones proporcionales y razonables que no rebajen su dignidad.


La Justicia de Cristo nos invita a separar el trigo de la paja. Propone la discusión de las causas del mal y la búsqueda de una solución a través de la educación antes de insistir desde el principio en un sesgo punitivo. Parece sencillo, pero no lo es. 




* Publicado originalmente en: Folha Espírita. Agosto 2022, n. 582.
** Traducido por Ana Carolina C. Oliveira. 

jueves, 21 de junio de 2018

El lado oscuro de la fuerza

Por David Santamaría


La Fuerza (en el universo de Star Wars creado por George Lucas) es un campo de energía metafísico y omnipresente creado por las cosas que existen que impregna el universo y todo lo que hay en él manteniéndolo unido, y que da a los Jedi y a los Sith su poder, estos pueden controlar y utilizar la Fuerza con el cuerpo para lograr habilidades como la telequinesis, la clarividencia, el control mental, una amplificación de reflejos, la velocidad y otras capacidades físicas y psíquicas. 



Hace ya más de 40 años que escuchamos utilizar habitualmente este concepto de “la Fuerza”. Algunos piensan que podría tener relación con elementos de filosofías orientales tales como el chi o el prana.

Pero, ¿tendría alguna correspondencia este concepto en la doctrina espirita? Debería ser “algo” que lo penetrara todo, que lo conectara todo, “algo” a lo que todo el mundo tuviera acceso. Podríamos examinar algunos ítems que cumplirían con esas expectativas:

Dios: la Causa Primera de todas las cosas lo penetra todo, lo alcanza todo, está en todas partes.

La materia cósmica universal: la materia también está en todo lugar, ya sea como materia o como energía.

Los fluidos espirituales: son una variedad especializada de la materia cósmica universal. Están caracterizados, cualificados, por el pensamiento de los Espíritus, desencarnados o encarnados.

El pensamiento: los pensamientos fluyen por doquier. Decía Léon Denis que vivimos en un océano de pensamientos. El pensador norteamericano Prentice Mulford afirmaba que continuamente atraemos pensamientos ajenos acordes con nuestras tendencias, ya sean buenas o malas.

La mediumnidad: decía Kardec, que, en mayor o menor medida todos somos médiums (aunque se reserve específicamente este nombre para quienes poseen esta capacidad de forma ostensible y reiterada). No olvidemos que la “Fuerza”, en las películas de Lucas, comporta capacidades que podemos asociar perfectamente con la fenomenología anímica (telepatía, clariaudiencia,...) y mediúmnica (telequinesis, videncia,…).

La acción de los Espíritus desencarnados: también ellos están en todas partes; podemos afirmar, sin dudar, que nunca estamos solos.

Las anteriores propuestas por sí solas no se ajustan totalmente a las características de la “Fuerza”. Sin embargo, seguramente, comprenderíamos la acción de ella, en el contexto espirita, como siendo una combinación de la acción de los Espíritus (Kardec decía que son una de las fuerzas de la Naturaleza) y la utilización de todo tipo de energías (fluidos espirituales), ya sea por parte de los Espíritus desencarnados o encarnados (también la mediumnidad, en este caso).


https://pixabay.com/es/galaxia-luces-del-norte-auroras-1192012/

En la serie Star Wars se cualifica a la “Fuerza” tanto con características positivas como negativas. En todos esos filmes se advierte sobre el gran poder de la acción del “lado oscuro de la Fuerza”. En Espiritismo también sabemos, o deberíamos saber, sobre el poder de la acción negativa de determinados elementos del mundo espiritual. Sin embargo, hemos de ser prudentes en no tener la tentación de achacar todos nuestros males, todos nuestros problemas, a esa acción negativa del mundo de los Espíritus; de hecho, nos las apañamos bastante bien nosotros solos para buscarnos problemas y actuar negativamente a causa de nuestra inferioridad moral. El problema, especialmente para nosotros, es que con esas actitudes nuestras llamamos la atención de individuos del “lado oscuro” (permítaseme la licencia de llamarlos así), que secundan y se suman a nuestras actitudes equivocadas.

En el mundo material reconocemos fácilmente la existencia de un “lado oscuro”. Por esto no podemos dudar de que ese “lado oscuro” también actúe de forma similar desde el ámbito espiritual. Sin embargo, en demasiadas ocasiones se tiene una visión ingenua de la realidad de las actividades de los Espíritus desencarnados. Se tiende a pensar que, una vez desencarnados, la comprensión de las cosas aumenta cuasi milagrosamente, como si el mero hecho de haber dejado la materia nos proporcionara un conocimiento superior de las cosas. Realmente no es así en la mayoría de casos. Siempre habrá Espíritus sensatos y honorables a quienes el hecho de desencarnar les proporcionará, sin duda, una más amplia comprensión de su realidad; pero, a nivel general, el hecho de dejar la materia no comporta en absoluto un mayor entendimiento de ese nuevo estado. Generalmente somos y estamos, en el mundo espiritual, tal y como éramos y estábamos en el mundo material. Si éramos sobrios y estábamos relativamente centrados, así seguiremos. Si nuestro comportamiento era inapropiado y reprobable, así continuaremos, y con muchas posibilidades de engrosar el contingente del “lado oscuro”.

Según se desprende de los relatos mediúmnicos, el “lado oscuro” está perfectamente organizado. 

El hecho de que esté compuesto por Espíritus con poco nivel moral no significa, de ninguna manera, que su nivel intelectual sea bajo. Eso se ve, así mismo, en el mundo material; hay espíritus encarnados con conductas morales muy erróneas, pero que son perfectamente capaces intelectualmente. Esta realidad es ciertamente desconcertante porque tendemos a pensar que a mayor inteligencia debería corresponderse una superior moralidad. Sin embargo, Kardec ya nos enseña que esa correlación no siempre se da, ni mucho menos. ¿Por qué? Probablemente porque la cantidad de esfuerzo que implica el progreso moral es muy superior al que se necesita para aprender intelectualmente. 

La intelectualidad necesita esfuerzo, a veces mucho esfuerzo; sin embargo, la lucha moral es mucho más dura porque compromete mucho más. Es más duro luchar contra el egoísmo y el orgullo propios que no elevar el nivel intelectual. No obstante, nunca podremos suponer, ni por asomo, que el conocimiento intelectual pueda ser considerado como una rémora o como un obstáculo para el progreso moral. La inteligencia, a la larga o a la corta, es la que nos indicará la inevitabilidad de cambiar nuestra actitud y mejorar moralmente, aunque sea poco a poco.

¿Hasta dónde llega la capacidad de actuar del “lado oscuro”? 
La capacidad es amplia; pero, como en todo, todo tiene un límite. Así mismo lo vemos en las actividades del “lado oscuro” encarnado; las leyes materiales, más pronto o más tarde, suelen erradicar ese tipo de actividades. Pero, somos conscientes de que no siempre es así y que, en bastantes ocasiones, los perpetradores de esas acciones negativas se sustraen a la acción de la justicia. Sin embargo, hemos de estar convencidos de que esa sustracción se da en el mundo material; pero, no hay forma posible de evadirse a la acción de la justicia divina. No obstante esa certeza, ¿por qué la acción de la justicia divina no se efectúa siempre en el mundo material? Veamos algunos párrafos de la obra de Kardec  El Evangelio según el Espiritismo (cap. V, ítems 5, 6 y 7)

https://pixabay.com/es/superaci%C3%B3n-piedra-roll-diapositiva-2127669/

La ley humana contempla ciertas faltas y las penaliza. El condenado puede, pues, reconocer que sufre la consecuencia de lo que ha hecho. Con todo, la ley no abarca, ni puede abarcar, todas las faltas.

La prosperidad del malo sólo es momentánea, pues si no expía hoy, expiará mañana, mientras que el que sufre está expiando su pasado.

Así se explican, mediante la pluralidad de las existencias y el destino de la Tierra como mundo expiatorio, las anomalías que presenta la distribución de la felicidad y de la desgracia entre los buenos y los malos en este mundo. Esas anomalías sólo existen en apariencia, porque se las considera solamente desde el punto de vista de la vida presente. No obstante, aquel que se eleve con el pensamiento, de modo de abarcar una serie de existencias, verá que a cada uno se le ha dado la parte que merece, sin perjuicio de la que le corresponderá en el mundo de los Espíritus, y descubrirá que la justicia de Dios nunca cesa.

Por lo tanto hemos de ceñirnos a esta última frase “la justicia de Dios nunca cesa”. Si las consecuencias de las acciones negativas no repercuten durante la presente encarnación, pareciendo que se está sorteando la acción de la justicia, esas consecuencias las encontraremos en el mundo de los Espíritus y en próximas encarnaciones. Sin la perspectiva que nos da la pluralidad de existencias del alma, se hace imposible aceptar las injusticias que se observan en nuestro planeta.

Volvamos al “lado oscuro”.  Pareciera que estamos inermes ante su actuación, especialmente la del “lado oscuro desencarnado”. Esos Espíritus actúan con aparente impunidad ya que nosotros no los vemos y, por lo tanto, no podemos estar prevenidos ante sus acciones. Este anterior razonamiento no es correcto, a pesar de ser real el hecho de que la mayoría de encarnados no percibimos el entorno espiritual que nos rodea; no obstante ello, no podemos soslayar la realidad de que la calidad (buena o mala) de nuestro personal entorno espiritual es exclusivamente nuestra. Conforme aseveraba Léon Denis la ley de las atracciones es ineludible. O sea, dándole la vuelta al refrán se puede afirmar que: dime cómo eres y te diré con quién andas. Somos, la mayoría, Espíritus imperfectos y atrasados moralmente; sin embargo, sigue dependiendo de nuestro esfuerzo el conectar con un “lado cada vez menos oscuro”. Y, así, ser cada encarnación vivida  un poquito (aunque sea muy poquito) más conscientes, consecuentes y felices.

Terminaremos estas reflexiones en el mismo estilo como se han iniciado: ¡Que la (buena) fuerza os acompañe!

domingo, 27 de mayo de 2018

¡Me pido encarnar!

¡Buenos días!

Ayer hemos seguido el estudio sobre la unión del alma al cuerpo y el objetivo de la reencarnación.

Hicimos un breve resumen sobre este momento tan especial, cuando el espíritu empieza su ruta para volver a reencarnar en un nuevo cuerpo material. Esa unión empieza mucho antes de la concepción, puede durar años de ambientación del espíritu en la familia que vivirá su nueva experiencia, en líneas generales, casi siempre reencarnamos entre seres que ya tenemos algún vinculo emocional, sea de amor o de rescate. Pero eso son líneas muy generales. Sabemos que cada ser posee su propia historia, sus experiencias, que por ley de afinidad le llevaran a vivir una serie de nuevas experiencias para que pueda inevitablemente llegar a la perfección.

Los que han adquirido alguna consciencia de sus experiencias, presentes de sus actos, posiblemente podrán participar de la planificación de su nueva existencia en la carne, ya los "dormidos", que aún no han podido comprender la responsabilidad de su propia vida, tendrán ayuda de los Tutores Espirituales, que planificarán las mejores experiencias para que este espíritu pueda seguir su rumbo evolutivo.



En el momento de la concepción, el espíritu empieza una jornada de acoplamiento fluidico- energético a la madre, donde su periespíritu será reducido, para que célula a célula se molde al nuevo cuerpo físico que se formará en la gestación, según las características genéticas de la mama y del papa, sirviendo de sus genes para recoger la nueva existencia.

Durante la gestación existe la posibilidad que el espíritu puede ser consciente de su estado, viviendo la experiencia de la reencarnación, pudiendo ser libre en sus momentos de emancipación del alma, pero de eso dependerá su grado de evolución y consciencia de la vida espiritual, del porque de la vuelta a la carne y su actitud en todo el proceso de la pluralidad de vidas.

Comentamos que la Espiritualidad responsable por las tareas de reencarnación no pierden ninguna oportunidad de auxiliar a los espíritus en la vuelta de la materia, herramienta inevitable para nuestro progreso. Todas las formas de concepción, sea naturales o artificiales, pueden generar un acoplamiento de un espíritu pues la carne solamente es un vehículo, un medio que tenemos de volver a la materia. Vale recordar que ni siempre la concepción física de un ovulo y de un espermatozoide existirá un espíritu vinculado, principalmente en las primeras semanas de gestación.



En ese proceso de miniaturización, el espíritu, poco a poco, perderá la memoria consciente de su última existencia o de otras existencias, pero todo se quedará archivado en su cuerpo mental, en el inconsciente, pudiendo ser útil si fuera necesario en la existencia actual. El olvido del pasado es una de las mayores bendiciones de la ley de progreso y reencarnación, pues nos da oportunidades de aprender a amar a los enemigos, reconciliarnos con nuestros errores y volver al camino de la perfección.

Recordar el pasado casi siempre no nos será útil, salvo excepciones que deben ser estudiados con mucho respeto y por profesionales rigurosos, para que su utilidad siga siendo la evolución del ser. Caso contrario, por pura curiosidad, podría causar problemas psico-emocionales al espíritu encarnado, retrasando su vida espiritual, perdiendo una gran oportunidad de la existencia.

Los recuerdos del pasado vendrán a manifestarse como tendencias instintivas, simpatías inexplicables, ideas innatas, antipatías, etc. Conocer los hechos exactos no es el objetivo de nuestra reforma intima pero si el análisis de esas tendencias y la búsqueda de soluciones.

¡Por lo que pido encarnar! Cuantas veces sea necesario, luchando para mantenerme en este lindo y maravilloso planeta, donde sigo aprendiendo a amar, entre personas que amo y que aprenderé a amar inevitablemente.

domingo, 20 de mayo de 2018

16ª Jornada Espírita de Barcelona 2018 - Conferencias

¡Muy buenas noches!


Ya tenemos los vídeos de las conferencias de nuestra 16ª Jornada Espiritista de Barcelona 2018.

¡Esperamos que disfrutéis de las charlas!