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domingo, 7 de noviembre de 2010

Perdonar

Querida familia CEADS,

En la clase de ayer, nuestra monitora Vera nos hizo poner en palabras cómo nos sentimos cuando perdonamos y cuando no perdonamos. Hemos visto que cuando no perdonamos estamos encadenados a sentimientos de rabia, rencor, angustia e impotencia. Cuando perdonamos, por otra parte, es como si dejáramos una mochila muy pesada detrás. Sentimos alegría, paz interior, amor, liberación. Hablamos del auto-perdón como paso necesario para el perdón al prójimo y teatralizamos dos escenas: la primera, el día en que Jesús pronunció las luminosas palabras “El que no tenga pecado, que tire la primera piedra”; la segunda, un emotivo cuento de Jorge Bucay, que os dejo a continuación.

Una semana de luz, mis amigos. El abrazo cariñoso de siempre,

Janaina

(…)
Cuento Sin u

Caminaba distraídamente por el camino y, de pronto, lo vio.
Allí estaba el imponente espejo de mano, al lado del sendero, como esperándolo.
Se acercó, lo alzó y se miró en él.
Se vio bien.
No se vio tan joven, pero los años habían sido bastante bondadosos com él.Sin embargo habia algo desagrada
ble en su propia imagen.
Cierta rigidez en los gestos lo conectaba con los aspectos más agrios de su propia historia.
La rabia,
     el desprecio,
           la agresion,
                     el abondono,
                          la soledad.
Sintió la tentación de llevarselo, pero rápidamente desechó esa idea. Ya había bastantes cosas desagradables en el planeta para cargar com una más.
Decidió irse y olvidar para siempre ese camino y ese espejo insolente.
Caminó durante horas tratando de vencer la tentación de volver hacia el espejo. Aquel misterioso objeto lo atría como los imanes atreen a los metales.
Resistió y aceleró el paso.
Tarareaba canciones infantiles para no pensar en aquella imagen horrible de sí mismo.
Corriendo, llegó a la casa donde había vivido desde de siempre. Se metió en la cama y se tapó la cabeza con las sabanas.
Ya no veía el exterior, ni el sendero, ni el espejo, ni su propia imagen reflejada en el espejo. Pero no podía evitar la memoria de aquella imagen.
La del resentimiento,
            la del dolor,
                      la de la soledad,
                                la del desamor,
                                         la del miedo,
                                                   la del menosprecio.

Había ciertas cosas indecibles e impensables...

Pero él sabía dónde había empezado todo aquello...
Había empezado aquella tarde, hacía treinta y tantos años...
El niño estaba tendido, llorando frente al lago el dolor de los malos tratos de los demás.
Aquella tarde, el niño decidío borrar, para siempre, la letra del alfabeto.

Aquella letra.
Aquella.
La letra necesaria para nombra al otro si está presente.
La letra impresindible para hablar a los demás al dirigirles la palavra.

Si no había manera de nombrarlos dejarían de ser deseados...

Y entonces no habría motivo para sentirlos necesarios...

Y sin motivo ni forma de invocarlos, se sentiría, por fin, libre...

Epílogo

Escribiendo sin "u"
puedo hablar hasta de mi cansacio,
de lo mío, del yo,
de lo que tengo,
de lo que me pertenece...
Hasta puedo escribir de él,
de ellos
y de los demás.

Pero sin "u"
no puedo hablar de ustedes,
del tú
de lo vuestro.
No puedo hablar de lo suyo,
de lo tuyo,
ni siquiera de lo nuestro.

Así me pasa...
A veces pierdo la "u"...
y dejo de poder hablarte, pensarte, amarte, decirte.

Sin "U", yo me quedo pero tú desapareces...
Y sin poder nombrarte, ¿cómo podria disfrutarte?
Como en el cuento... si tú no existes, me condeno a ver lo peor de mí mismo
reflejándose eternamente
en el mismo,
mismísimo,
estúpido
espejo.

2 comentarios:

  1. Janaína, fue uns de las mejores clases...divertida y de gran aprendizaje...
    Lo mejor fue el perfomance del grupo que interpretó el pasaje de Jesus: José Luis, Tachi, Leo, Jonathan, Patricia y Alfredito (lo mejor...me recuerdo como él hablaba con Jesús..."Hei, Jesús, estoy hablando contigo..." jejejejejeje.
    Gracias a todo el grupo, aprender con vosotros es muy fácil...
    Un beso a todos. ¡Sois los mejores!

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  2. A mi siempre me conmueven las escenas de la vida de Jesús. Él estuvo entre nosotros, caminó entre los hombres... el evangelio nos muestra palabras que us labios pronunciaron... ¿No es conmovedor?

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