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jueves, 7 de abril de 2011

Fenómeno de emancipación del alma: Letargia, Catalepsia y muertes aparentes

Este sábado en CEADS estudiaremos dos curiosas formas de mediunmidad muy conocidas en la época del Cristo y poco estudiado por la Medicina convencional. Compararemos estos dos fenómenos de la emancipación del alma, sus características, ventajas y problemas. Además relacionaremos el tema a citas evangélicas encontradas en el Nuevo Testamento.

¡La clase promete! Nos vemos el sábado...en CEADS... y domingo en el Blog!

Un abrazo,

Andrea

(...)

La letargia y la catalepsia derivan del mismo principio, que es la perdida temporaria de la sensibilidad y del movimiento, por una causa fisiológica todavía no explicada. Difieren entre si en que, en la letargia la suspensión de las fuerzas vitales es general y da al cuerpo toda la apariencia de la muerte; en la catalepsia, queda localizada, pudiendo alcanzar una parte más o menos extensa del cuerpo, de manera que permite que la inteligencia se manifieste libremente, lo que la torna inconfundible con la muerte. La letárgica es siempre natural; la catalepsia algunas veces es magnética.

El hijo de la viuda de Naim (Lucas, 7:11-17)
Cuando Jesús llegó a una ciudad llamada Naim, presenció el entierro del único hijo de la viuda. Lleno de compasión, el Señor ordenó al muerto que retornara a la vida, diciendo: «(…) Mancebo, levántate, te lo ordeno (…).» Y el que estaba muerto se despertó, se sentó y comenzó a hablar. Ese hecho, considerado como un milagro, en el que un muerto había sido resucitado, hoy es explicado por el Espiritismo, basándose en los fenómenos de emancipación del alma y en la poderosa acción del magnetismo. En los estados de sueño y de debilitamiento orgánico, como así también en los de la letargia y catalepsia, el Espíritu se desprende del cuerpo y adquiere una momentánea y restringida libertad, pero permanece ligado al cuerpo, del que solamente se apartó, por el sutil cordón fluidico del periespíritu, a través del cual puede ser advertido de la necesidad de su presencia y conducido al nuevo al cuerpo material. Esa advertencia y esa vuelta son muy beneficiadas por la acción magnética ejercida por una poderosa voluntad. El estado real en el que se encontraba el mancebo, en el caso del hijo de la viuda de Naim, era de catalepsia completa o letargia, el único estado de sincope que puede presentar por largo tiempo la apariencia de la muerte, de modo que puede confundirse con esta, cuando es real. Si hubiera estado verdaderamente muerto, como todos pensaban, no hubiera sido posible devolverlo a la vida, porque con la muerte real, se corta el vínculo fluidito y el Espíritu solo podrá ligarse a un nuevo cuerpo en formación, por medio de la reencarnación. Ni siquiera Jesús lo podría, a pesar de su inmenso poder magnético y de su enérgica orden: Mancebo, levántate, te lo ordeno. Pero sólo aparentemente Jesús lo «resucitó» porque si bien todos lo consideraban muerto, para Él, que veía más allá del cuerpo, el mancebo solamente dormía.

Hija de Jairo (Mateo, 9:18-26, Marcos 5:12-43 y Lucas 8:14-56)
Cuenta el Evangelio que Jairo, uno de los principales de la sinagoga, suplicó a Jesús que impusiera las manos sobre su hija moribunda para curarla. En ese ínterin, sin embargo, la hija de Jairo murió, con lo que resultaba vana la súplica. Al oír esta información, Jesús no se perturbó, pidió al afligido padre que tuviera fe y, dirigiéndose hacia la casa donde estaba la muerta, le ordenó: «(…) Pequeña, levántate. Y de inmediato la niña se levantó y caminaba, pues ya tenía doce años, y se quedaron llenos de asombro. (…)» En este caso, Jesús no sólo produjo un hecho que entonces era considerado milagroso, pues todos estaban convencidos de que la niña había muerto, sino que declaró en forma concluyente, que no estaba muerta, que solo dormía. Por lo tanto, dejó su propio testimonio de que no producía milagros, contrariando las leyes de Dios, sino que usaba el poder de su voluntad para hacer retornar el Espíritu al cuerpo - debilitado por la enfermedad -, Espíritu que de otros modo, por la gravedad propia del mal, podría ser conducido a la liberación definitiva, mientras que al actuar magnéticamente sobre el cuerpo, lo curó de la enfermedad.

Resurrección de Lázaro (Juan 11: 1-46)
Lázaro, que vivía en Betania con dos hermanas, Marta y Maria, había muerto y ya estaba sepultado desde hacía cuatro días en una gruta tapada por una piedra, cuando Jesús ordenó que fuera retirada la piedra de la gruta, «(…) clamando en alta voz: Lázaro, ven hacia fuera. Salió el que estuvo muerto con los pies y las manos ligadas con ataduras y el rostro envuelto con un lienzo. Entonces Jesús les ordenó: desatadlo y dejadlo ir (…).» De los tres casos citados el de Lázaro es el que mejor se encuadra como catalepsia completa o letargia. En todos ellos la muerte no era más que aparente, aunque era considerada real por los hombres. Por la autoridad moral y el prodigioso poder magnético de Jesús aquellos Espíritus regresaron al cuerpo físico del que se habían apartado temporalmente.

4 comentarios:

  1. Tengo un libro simplemente maravilloso, de ficción pero escrito por J. Herculano Pires, sobre Lázaro. Si alguien lo quiere, se lo puedo prestar. Lo llevaré al centro el sábado.

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  2. Jana, yo quiero! Y hablando del tema, fantástico el libro que me dejaste...

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  3. "Ni siquiera Jesús lo podría, a pesar de su inmenso poder magnético y de su enérgica orden: Mancebo, levántate, te lo ordeno. Pero sólo aparentemente Jesús lo «resucitó» porque si bien todos lo consideraban muerto, para Él, que veía más allá del cuerpo, el mancebo solamente dormía".

    Creo fielmente en que estáis totalmente equivocados en esto. Es posible que haya sido catalepsia o letargia pero Jesús es Dios hecho hombre, y Él puede hacer cualquier cosa porque es todopoderoso. Si te creo a ti y a mi, por qué no va a poder resucitar a un muerto?
    Un saludo

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  4. yo creo completamente! lo mismo!! dios jesus son todo poderosos!! crearon el mundoo!! yo creoo q resucitar a alguien es una pequeñes para quien murioo por nuestros pecados

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