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jueves, 12 de abril de 2012

Mediumnidad: ¿Qué es?

Hola familia,

Este sábado estamos de estreno otra vez. Damos las gracias a Rafa y Alfredito por la ilusión con que han trabajado en la educación de nuestros espíritus y la bienvenida a una nueva pareja de monitores. Empezamos Marcelo e yo, uno novato veterano, la otra veterana novata… o igual es al revés, no lo sé =) Lo que sí es seguro es que estamos muy ilusionados y esperamos estar a la altura de la tarea.

Este sábado, dando secuencia al estudio del ESDE, nos ocuparemos del tema de la mediumnidad. Os pongo el texto para que lo memoricéis palabra por palabra. En clase os haremos un examen oral ;)

Cariños,

Janaina

Mediumnidad

«Todo aquel que siente, en algún grado, la influencia de los Espíritus es, por ese hecho, médium. Esa facultad es inherente al hombre; no constituye, por lo tanto, un privilegio exclusivo. (...) No obstante, habitualmente sólo se califica así aquellos en quienes la facultad mediúmnica se muestra claramente caracterizada y se traduce en efectos ostensibles de cierta intensidad, lo que depende de una organización más o menos sensitiva. (...)» Es importante considerar que las percepciones de influencias espirituales son detectadas por el fenómeno mental de la sintonía. Nuestra mente, por ser un núcleo inteligente de fuerzas, genera pensamientos que tienen forma precisa y que al exteriorizarse entran en comunión con las fajas de ideas del mismo tenor vibratorio, estableciéndose así la sintonía mediúmnica.


En general estamos muy preocupados por cuidar al cuerpo, comer sano, estar guapos para el verano… pero deberíamos tener el mismo cuidado con nuestro cerebro. Como nos dice André Luiz, el cerebro es un tesoro que recibimos. A través suyo exteriorizamos ondas que marcan nuestra individualidad y absorbemos aquellas con las cuales podemos entrar en sintonía. El espíritu encarnado exterioriza, a través del cerebro, ondas mentales de altísima frecuencia – lo que no debería espantar a nadie, ya que la principal característica de las neuronas es su excitabilidad eléctrica. Las ondas mentales son las ondas que nos permiten establecer sintonía con otros espíritus encarnados y desencarnados. A través de las ondas mentales que emite y absorbe, el espíritu atrae o repele a otros espíritus.
Los espíritus de mayor elevación moral emiten ondas de mayor frecuencia. Para entrar en sintonía con ellos tenemos que mejorar la calidad de las ondas mentales que emitimos. Toda partícula de corriente mental, nacida de las emociones y deseos del espíritu, a través de los fenómenos de la conciencia, produce irradiaciones electromagnéticas de una frecuencia específica. La frecuencia de la corriente mental varía de acuerdo a los estados mentales del emisor. Cuando emitimos una idea, pasamos a reflejarla con las que se le asemejan. Luego esa idea se hace corpórea con la intensidad correspondiente a la sustentación que le damos, es decir, cuanto mayor es la intensidad, duración y frecuencia con la que alimentamos esta idea, más “real” ésta se torna. Así es como nos mantenemos en comunicación espontánea con todos los que nos corresponden a nuestro modo de sentir.

En esa proyección de fuerzas, se determina el intercambio con entre las mentes encarnadas y desencarnadas. La mente elabora constantemente las formas-pensamiento que caracterizan nuestra atmósfera psíquica. Cada pensamiento, cada emoción emite ondas. Las ondas que emitimos crean agitación a nuestro alrededor. Cuando pensamos, expresamos el campo íntimo, produciendo palabras y actitudes. Mientras pensamos creamos formas-pensamiento o imágenes-moldes que arrojamos para nuestro exterior, por la atmósfera psíquica que nos caracteriza la presencia. Toda criatura dispone de oscilaciones mentales propias, por las cuales entra en combinación espontánea con la onda de otras criaturas desencarnadas. La combinación se da por afinidad de las inclinaciones, deseos y actitudes. Es la química inevitable del pensamiento. Por la proyección de nuestras ideas, nos vinculamos a las inteligencias inferiores o superiores en nuestro camino.

Las leyes de sintonía no valen solo en nivel individual: la sintonía es siempre sintonía con el otro. Vivimos en comunidad y así como nuestra atmósfera psíquica influye en la de los demás, la de los demás también influye en la nuestra. Nuestro hogar tiene una atmósfera psíquica típica de los espíritus encarnados y desencarnados que transitan por allí. Así también nuestro trabajo, el centro espírita, nuestra ciudad y nuestro planeta. Mejorar la calidad de mis pensamientos y emociones es un acto de auto-amor y de amor por la humanidad. No vigilar los pensamientos y las emociones es una irresponsabilidad con consecuencias para la criatura y para su entorno. “Como la mente es la base de todas las manifestaciones mediúmnicas, (...) es imprescindible enriquecer el pensamiento, incorporando a él tesoros morales y culturales. (...)»

"Porque, en resumidas cuentas, las manifestaciones espíritas no son otra cosa
que los efectos de las propiedades del alma." (El Libro de los Espíritus)

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