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sábado, 30 de noviembre de 2013

La psicología del perdón

Hola familia,

Hoy hemos tenido la primera de las tres charlas que nos ofrece Divaldo estos días. Os presento la crónica de la charla titulada “La psicología del perdón”, realizada esta tarde en el Hotel Sylken.

El acto organizado por el Centre Barcelonés de Cultura Espírita empezó con un sentido homenaje dirigido a Nilson de Sousa Pereira, recientemente desencarnado a sus 68 años. “Por millares se cuentan las criaturas que se han beneficiado de su labor humanitario”, dijo Pura, visiblemente emocionada. Más tarde el propio Divaldo nos diría que a los 8 días de su desencarnación, el espíritu de la mentora Joanna de Angelis le habría comunicado que Nilson había despertado en el plano espiritual y que se preparara que pronto volverían a trabajar juntos, ahora a lados diferentes de la vida. Con la voz embargada por la emoción, Divaldo le dedicó la conferencia a Nilson. Nos dijo que muchas veces Nilson se apagó, dedicándose a las labores de gestión de la Mansión del Camino, para que él pudiera psicografiar. Desde aquí también le rendimos nuestro humilde homenaje, deseando que siga iluminando la causa espírita con su vibración de amor y humildad.

Divaldo empezó la conferencia recordando la pregunta 742 de El Libro de los Espíritus.
742 – ¿Qué causa arrastra al hombre a la guerra?– Predominio de la naturaleza animal sobre la naturaleza espiritual y satisfacción de las pasiones.
Para superar nuestra naturaleza animal y llegar a desarrollar todo el potencial de nuestra naturaleza espiritual debemos progresar moral e intelectualmente. En el siglo XVII, marcado por la ruptura entre la ciencia y la religión, Blaise Pascal ya nos enviaba este mensaje. En un periodo en el que la cultura contestaba la biblia y el heliocentrismo sustituía al geocentrismo, mientras Galileo y Isaac Newton abrían las mentes para el conocimiento de la realidad tangible, Blaise Pascal abogaba por la unión entre la cultura y la divinidad. Desde el siglo XVII la humanidad ha alcanzado un notable desarrollo tecnológico; ha comprendido que la energía es materia desagregada y que la materia es energía condensada; ha viajado al macrocosmos en naves espaciales y al microcosmos con microscopios súper potentes… pero del desarrollo moral no ha acompañado este mismo ritmo. La superación de nuestra naturaleza animal sigue siendo una tarea pendiente en pleno siglo XIX.


Entre anécdotas divertidas y emocionantes, Divaldo nos ha querido trasmitir el mensaje de que el perdón, como forma auténtica de amor al prójimo, es un paso importante para la superación de la animalidad que todavía existe en nosotros. Nos explicó que perdonar no tiene nada que ver con el olvido. El olvido está relacionado con la memoria y nadie puede borrar un recuerdo simplemente porque desea hacerlo. El verdadero perdón, nos explicó, está en no cultivar sentimientos de venganza o desear el mal al que nos hizo daño. Pero Divaldo no nos estaba hablando del perdón teológico, formal, superficial. Su propuesta es la de tomar el perdón como un desafío psicológico. El mayor beneficiado es siempre el que perdona, ya que está científicamente comprobado que albergar sentimientos de odio, rencor y venganza hace enfermar a las personas, mientras que amar y perdonar producen una serie reacciones bioquímicas que llevan al bien-estar.

Perdonar tampoco supone seguir junto a la persona que nos hace daño. La psicología del perdón es una invitación al auto-amor, ya que el que se ama no será connivente con quién le hace infeliz. Si nos preguntamos cual es el significado de la vida, cualquier respuesta que se aleje de la inmortalidad será transitoria. Es necesario poner a la trascendencia de nuestras almas y el desarrollo de nuestra naturaleza espiritual como metas prioritarias en nuestras vidas. Algunas veces nos aferramos al deseo de cambiar a las personas, haciendo con que incorporen nuestros ideales, pero antes de iluminar a los demás hay un trabajo urgente y prioritario de auto-iluminación que no pasa por la connivencia con el verdugo, ni tampoco con la salvación del prójimo. Abrir el corazón al perdón es muchas veces permitir que las personas sigan su propio camino y que vivan las consecuencias de su manera de ser. Cuando nos abrimos a este nuevo estado mental, sin resistencia, rencor o rebeldía, pueden suceder cosas nuevas en nuestras vidas. Algunas de ellas inimaginables en un estado mental encerrado en la rabia y en el sentimiento de venganza.


Explicado por Divaldo el perdón hasta parecía algo casi sencillo: no desear el mal, no devolver el mal. Nos rogó a todos que perdonemos y nos enseñó que si buscamos en Jesús el modelo máximo de nuestra conducta, nunca nos decepcionaremos. No debemos hacer grandes a los que todavía son pequeños. Hay que tener compasión por las personas que todavía se encuentran en la inmadurez psicológica y espiritual, sin que esto implique seguir conviviendo con ellas o intentar cambiarles la forma de ser. El perdón es un auténtico camino hacia la felicidad, que libera y sana al alma. No por otra razón Divaldo habla del perdón como un estado psicoterapéutico.

Mañana a las 11:00 de la mañana tendremos la oportunidad de volver a escucharle en la Asociación de Estudios Espiritas de Igualada - Calle Girona, 33 – 08700 – Igualada. El tema del seminario será “Mediumnidad y Obsesión”. Una mañana de domingo plena e crecimiento y aprendizaje nos espera.


Buenas noches familia. Dormid para el bien.

Cariños de la hermana menor

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