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lunes, 3 de febrero de 2014

MATRIMONIO

Hola familia,

los monitores del ESDE de sábado nos envían el texto para que vayamos a clase preparados y dispuestos a profundizar en el conocimiento de nuestra amada doctrina.

Cariños de la hermana menor

MATRIMONIO

«El estado natural es el de la unión libre y fortuita de los sexos. El matrimonio constituye uno de los primeros actos de progreso de las sociedades humanas, porque establece la solidaridad fraterna y se observa en todos los pueblos, aunque en diversas condiciones. La abolición del matrimonio sería, pues,  regresar a la infancia de la humanidad y colocaría al hombre en posición inferior a ciertos animales que le dan ejemplo de uniones constantes.» (1)

«Pero en la unión conyugal, además de la ley divina material, que es común a todos los seres vivos, hay otra ley divina: la ley del amor. Dios quiso que los seres se unieran no sólo por los lazos de la carne, sino también por los del alma, a fin de que el afecto mutuo de los esposos se transmitiera a los hijos y que fuesen dos, y no solamente uno, para amarlos, cuidarlos y hacerlos progresar. 


En las condiciones habituales del matrimonio, ¿se tiene en cuenta la ley del amor? De ningún modo. No se tiene en cuenta el afecto de dos seres que, por sentimientos recíprocos, se atraen el uno al otro, visto que las más de las veces ese afecto se desvanece. Lo que se considera no es la satisfacción del corazón sino la del orgullo, la vanidad, la codicia, en una palabra: la de todos los intereses materiales. (…)

No obstante, ni la ley civil ni los compromisos que ella hace que contraigan los cónyuges pueden suplir a la ley del amor si ésta no preside la unión, de lo que resulta, frecuentemente, que se separan por sí mismos quienes se unieron por la fuerza.(…) De ahí las uniones infelices que acaban por transformarse en criminales, doble desgracia que se evitaría si al establecer las condiciones del matrimonio no se omitiera la única que le da validez ante los ojos de Dios: la ley del amor.(…)»(2) 


«¿Será entonces superflua la ley civil y debería volverse a los matrimonios según la Naturaleza? Por cierto que no. La ley civil tiene por finalidad ordenar las relaciones sociales e los intereses de las familias de acuerdo con las exigencias de la civilización: por eso es útil, necesaria, aunque sea variable. Debe ser previsora, porque el hombre civilizado no puede vivir como el salvaje; sin embargo, nada, absolutamente nada se opone a que sea el corolario de la ley de Dios.(…)»(3)

«El estado moral de un pueblo se caracteriza por las uniones conyugales, que son de corta duración cuando está en decadencia y permanente durante un proceso de expansión, sirviendo como ejemplo de la emotividad que rige la convivencia ética de las criaturas humanas.

En tal sentido, el matrimonio tiene un papel preponderante en la formación de la comunidad.(…) (5)
Si la unión de las personas por los lazos del matrimonio está determinada por intereses materiales, el furor de las pasiones o el juego de las conveniencias , es una realidad destinada al fracaso debido a que la ley del amor no fue considerada. «Con el paso del tiempo, una vez que se han desvanecido las ilusiones de los primeros momentos, tales relaciones darán lugar a que se establezcan entre los consortes, antipatías mutuas que, con el desgaste natural, llegarán a consolidar enemistades. En el matrimonio, la satisfacción pura y exclusiva de los instintos conduce a los cónyuges a una saturación recíproca y a un aislamiento, que a corto plazo deterioran la relación, haciendo que el matrimonio decline y se degrade.

Es indispensable crear en las personas una conciencia responsable por medio de la educación moral, a nivel doméstico y social, para que antes de contraer tal compromiso, el matrimonio les merezca un poco más de respeto por que en caso contrario, por liviandad, se disolverá al poco tiempo.» (6)

«(…) El matrimonio es un compromiso y el compromiso, evidentemente, genera responsabilidad (…), como nos dice Emmanuel (7). Antes de optar por dar un paso tan serio, el hombre y la mujer deben reflexionar con madurez, para no transformarse en desdichados que hagan también la desdicha de las personas que están ligadas a ellos.

«(…) La gran víctima de las uniones precipitadas… es la sociedad. Y como la sociedad está constituida por miembros que forman hogares, familias, los hijos resultan ser las víctimas indefensas de la liviandad y precipitación de los adultos mal avenidos.(…)» (6)

Loshijosnecesitanquesuspadreslesdenejemplodemoralidad,devociónyequilibrio. Es fundamental que los cónyuges se compenetren de sus deberes para con ellos mismos, para con la prole y para con Dios.

La ley del amor, que siempre debe regir las relaciones matrimoniales, permite que las personas se busquen y se elijan, pero exige también que se respeten y se presten apoyo ante las pruebas y dificultades de la vida.

Por lo tanto, «(…) el matrimonio o unión permanente de dos seres, como es obvio, implica un sistema de vida real por el cual dos personas se confían la una a la otra, con el compromiso de asistirse mutuamente.(…) Sin embargo, resulta imperioso que la unión esté basada en la responsabilidad recíproca, debido a que en la comunión sexual un ser humano se entrega a otro y por eso mismo, entre ellos, no debe haber falta de consideración de ninguna clase.» (…) Las deudas contraídas por legiones de compañeros de humanidad, portadores de entendimiento inmaduro para los temas del amor, determinan la existencia de millones de uniones que – contando o no con el beneplácito de las leyes humanas – son aparentemente desgraciadas y a las cuales la necesidad de reparación de las faltas del pasado, les confiere el carácter de uniones decididamente expiatorias, que están basadas en el sufrimiento purificador.(…)» (11)

«(…) De donde proviene la importancia que tiene los conocimientos acerca de la reencarnación, en lo relativo a los lazos familiares y al pleno ejercicio de la ley del amor en la intimidad del hogar, para que éste que es una bendita escuela no se convierta en un albergue de neuróticos, que dé cabida a dolencias mentales difícilmente reversibles.» (10)


Es comprensible, repetimos, que «(…)sin entendimiento y respeto, conciliación y afinidad espiritual, se torna difícil el éxito en el matrimonio (…)» pues «(…) por mucho que controlemos los sentimientos, somos enfrentados, en familia, por las ocasiones de pruebas o crisis, con las que nos inquietamos y consumimos tiempo y energía para «(9) ver a nuestros hijos o parientes«en la senda que consideramos que es la más acertada.(…)» (9)

«El divorcio es una ley humana que tiene por objeto separar legalmente lo que ya está separado de hecho. No es contrario a la ley de Dios, puesto que refuerza tan sólo lo que los hombres han hecho y solamente es aplicable en los casos en los que no se tuvo en cuenta la ley divina. Si fuera contrario a esa ley la Iglesia misma estaría obligada a considerar como prevaricadores a aquellos de sus jefes que, con su autoridad y en nombre de la religión, han impuesto el divorcio en más de una ocasión. Y doble sería la prevaricación porque, en esos casos, el divorcio ha tenido como únicos objetivos los materiales y no la satisfacción de la ley del amor. 

Pero, ni siquiera Jesús consagró la indisolubilidad absoluta del matrimonio. ¿No dijo Él: «Fue debido a la dureza de vuestros corazones que Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres?» Eso significa que ya en el tiempo de Moisés, como el afecto mutuo no era el único determinante del matrimonio, podía llegar a ser necesaria la separación. No obstante, agrega: «(…) en el principio no fue así (…)», es decir, que en el origen de la Humanidad, cuando los hombres todavía no estaban pervertidos por el egoísmo y el orgullo y vivían según la ley de Dios, las uniones, derivadas de la simpatía y no de la vanidad o la ambición, no daban ninguna ocasión al repudio.(…)» (4)



BIBLIOGRAFÍA PARA ESTUDO

KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus. Trad. deAlberto Giordano. 3. ed. Buenos Aires, Editora Argentina «18 de Abril», 1983. Preg. 696.

___ . No separéis lo que Dios háunido. In:____. El Evangelio según el Espiritismo. Río de Janeiro, FEB, 1979. Ítem 03.

2a. ____. No separéis lo que Dios juntó. In: ____. El Evangelio según el Espiritismo. Trad. de Alberto Giordano. 3. ed. Buenos Aires, Editora Argentina «18 de Abril», 1982. Ítem 03.

____. Ítem 04.

____. Ítem 05.

FRANCO, Divaldo Pereira. Considerando o casamento. In: ____. Florilégios Espirituais. Ditado pelo Espírito Francisco do Monte Alverne. Araras (SP), IDE, 1981. p.117.

____. p.118.

PERALVA, Martins. Casamento e sexo. In: ____. O pensamento de Emmanuel. 3 ed. Rio de Janeiro, FEB, 1987. p.171. 

XAVIER, Francisco Cândido e VIERA, Waldo. Estude e Viva. Pelos Espíritos Emmanuel e André Luiz. 4. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1978. p.68.

____. p. 92.

___. Vida e sexo. Ditado pelo Espírito Emmanuel. 9. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1986. p.23.


11. ____. p. 33-35.

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