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domingo, 19 de marzo de 2017

El sagrado comprimiso de la maternidad y la paternidad

Hola familia,

ayer en CEADS celebramos el primer encuentro de madres y padres espíritas, abierto a tod@s los que sienten a amor por la maternidad y la paternidad. Nos hemos dado cuenta de que, para encuentros futoros, lo ideal será que llamarlo "encuentro de la familia espírita", para no excluir a nadie. Lo que deseamos es que tod@s los que desean compartir sus dudas y experiencia, además de recibir el apoyo de los encarnados y desencarnados que componemos la gran familia CEADS, encontremos en este espacio la oportunidad de nutrir nuestras familias de lo mejor que nuestra Doctrina nos puede ofrecer: ESCLARECIMIENTO, CONSUELO y ESPERANZA.

En la reunión de ayer empezamos leyendo el prefacio y la oración por un niño recién nacido que nospresenta Kardec en el Libro de los Espíritus. Sabemos que en el Espiritismo las oraciones no obedecen a fórmulas, pero encontramos en esta propuesta del codificador, condensados, todos los deseos y esperanzas de los padres y madres, tengan la edad que tengan sus hijos. 
51. Prefacio. Los espíritus no llegan a la perfección sino después de haber pasado por las pruebas de la vida corporal: los que están errantes esperan que Dios les permita volver a tomar otra existencia que debe proporcionarles un medio de adelantamento, ya sea por la expiación de sus faltas pasadas por medio de vicisitudes, a las que se han sometido, ya. sea también cumpliendo una misión útil a la humanidad. Su adelantamiento y su felicidad futura serán proporcionados a la manera como habrán empleado el tiempo que deben pasar en la Tierra. El encargo de guiar sus primeros pasos y dirigirles hacia el bien está confiado a sus padres, que responderán ante Dios del modo como hayan cumplido su mandato. Para facilitar esta ejecución, Dios ha hecho del amor paternal y del amor filial una ley de la naturaleza, ley que no se viola jamás impunemente. 

54. Oración. (Dichas por los padres). - Espíritu que te has encarnado en el cuerpo de nuestro hijo, bien venido seas entre nosotros; Dios Todopoderoso que lo habéis enviado, bendito seáis. Este es un depósito que nos ha sido confiado, del que debemos dar cuenta en su día. Si pertenece a la nueva generación de los espíritus que debe poblar la Tierra, ¡gracias, Dios mío, por este favor! Si es un alma imperfecta, nuestro deber es ayudarla a progresar en el camino del bien, por nuestros consejos y buenos ejemplos; si cae en el mal por culpa nuestra, de ello responderemos ante vos, porque no habremos cumplido nuestra misión respecto a él. Señor, sostenednos en nuestro trabajo y dadnos fuerza y voluntad para cumplirlo. Si este niño debe ser objeto de nuestras pruebas, ¡que se cumpla vuestra voluntad! Espíritus buenos que habéis venido a presidir su nacimiento y debéis acompañarle durante su vida, no lo abandonéis. Separad de él a los espíritus imperfectos que pudieran inducirle al mal; dadle fuerza para resistir a sus sugestiones y el valor para sufrir con paciencia y resignación las pruebas que le esperan en la Tierra.
Después de leer este texto, cada uno fuimos compartiendo con los demás lo que más nos parecía importante o lo que veíamos que tenía un relación más directa con nuestra realidad. El ambiente era de mucha confianza y solidaridad, lo que permitió un rico intercambio de puntos de vista.

Seguramente lo más destacado en todo el encuentro fue el profundo respeto, gratitud y amor nuevo que la paternidad y la maternidad sembró en nuestros corazones por nuestros padres y madres. Antes de tener a nuestros hijos, vemos a nuestros progenitores de una manera. Cuando ya tenemos a nuestros propios hijos, tenemos la oportunidad de curar la imagen que teníamos de nuestros padres y madres, o de ampliar todavía más el amor que teníamos por ellos si ya era una relación luminosa. Sí, es cierto que debemos educar a nuestros hijos y que responderemos por ello ante el creador. Pero de momento, ya nos han enseñado nuestros hijos y hijas a amar todavía más a nuestros propios padres y madres. Sin lugar a dudas, la reencarnación es una ley que refleja la perfección divina y ejemplifica la solidad en que todos los seres debemos aprender a vivir como una gran familia universal algún día.

Acabamos nuestro encuentro con la foto que veis a continuación y una modesta pero alegre merienda, para alimentar el cuerpo después de tan rico alimento espiritual.



Ni bien habíamos acabado de merendar, ya empezaban a llegar los asistentes de la reunión de la tarde. Recibimos a David Estany, que nos presentó la charla "espiritismo y Mediumnidad". Ésta pronto estará disponible en nuestro canal de You Tube.

Cariños

Equipo de Divulgación
CEADS


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