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jueves, 27 de enero de 2011

Abuso de la mediumnidad

Hola hermanos y hermanas,

Este sábado estudiaremos los peligros e incovenientes en el abuso del uso de la mediumnidad.

Si que es verdad que la mediunmidad es una herramienta de caridad de la espiritualidad superior para con nosotros y debemos utilizarla de la mejor manera.

Pero, ¿cómo no caer en los abusos? ¿Cómo controlar el orgullo y la vanidad? Llevamos meses estudiándola y sabemos que los más importante para el medium es la Evangelización con preparo, disciplina y estudio, mucho estudio.

En esta clase citaremos los abusos, peligros e inconvenientes de la práctica mediúnica y, también, explicaremos por qué la mediumnidad no causa locura.

Os dejamos la guía de estudio y sugerimos la lectura de los ítems 221 y 222 del Capítulo XVIII del Libro de los Médiuns.

Un abrazo fraterno,

Andrea Campos

EL EJERCICIO IRREGULAR DE LA MEDIUMNIDAD

(…) Tiene (…) el hombre que someterse a una compleja preparación y observar una regla de conducta, para desenvolver el precioso don de la mediumnidad. Es necesario para eso el cultivo simultáneo de la inteligencia, la meditación, el recogimiento, el desprendimiento de las cosas humanas. (…)

(…) Los Espíritus inferiores, incapaces de aspiraciones elevadas, se complacen en nuestra atmósfera. Se inmiscuyen en nuestras vidas…, participan de los placeres y trabajos de aquellos a los que se sienten unidos por analogías de carácter o de hábitos. Algunas veces, incluso, dominan y subyugan a las personas débiles que no saben resistir a su influencia. En ciertos casos, su dominio llega a ser tal que pueden impulsar a sus victimas al crimen o a la locura.  (…)

Existe peligro para quien se entrega sin reservas a las experimentaciones espíritas. El hombre de buenos sentimientos, de razón esclarecida y madura, puede recoger allí consuelos inefables y preciosas enseñanzas. Pero el que solo estuviera inspirado por el interés material o que no viese en esos hechos  más que una diversión frívola, se transformaría fatalmente en el objeto de una infinidad de mistificaciones, juguete de Espíritus pérfidos que, lisonjeando sus inclinaciones, seduciéndolo con brillantes promesas, captarían su confianza para, después, abrumarlo con decepciones y burlas.

Es, por lo tanto, necesaria mucha prudencia para entrar en relación con el mundo invisible. El bien y el mal, la verdad y el error se mezclan en él y para distinguirlos, deben pasarse todas las revelaciones, todas las enseñanzas por el tamiz de un juicio severo. (…)

Hablamos de los peligros que la práctica mediúmnica puede engendrar. No obstante, existen situaciones en las que el ejercicio no se caracteriza por un peligro propiamente dicho, sino por el abuso o inconveniencia.

Por ejemplo, el ejercicio muy prolongado de cualquier facultad produce fatiga; la mediumnidad está en ese mismo caso, principalmente  la que se aplica a los efectos físicos; ésta forzosamente ocasiona un desgaste de fluido que acarrea la fatiga, pero se repara con el reposo.

Desarrollar la mediumnidad en los niños además de no ser conveniente es muy peligroso; «(...) pues esos organismos débiles y delicados sufrirían de este modo grandes conmociones y las respectivas imaginaciones una excesiva excitación. Por lo tanto, los padres prudentes deben apartarlos de esas ideas o, al menos, no hablarles del asunto, más que desde el punto de vista de las consecuencias morales.»

El hecho de que se suponga que tal práctica conduciría o provocaría la locura.

«(…) La mediumnidad no producirá la locura cuando ésta no exista ya en germen; sin embargo, si éste existe, el sentido común aconseja que se debe ser cauteloso, desde todos los puntos de vista, porque cualquier conmoción puede ser perjudicial.»

«(…) La locura, a pesar de las avanzadas conquistas siquiátricas y psicoanalíticas, continua siendo un enigma desafiante para las más cultivadas inteligencias. Clasificada en su patología clínica y catalogada cariñosamente, los métodos exitosos en algunos pacientes resultan perniciosos en otros absolutamente inocuos, inexpresivos. Esto es así porque la terapia aplicada, a pesar de estar dirigida al Espíritu (psiquis), no es conducida, en verdad, hasta las fuentes generadoras de la locura: el Espíritu reencarnado y los Espíritus desventurados que lo martirizan, en el caso de las obsesiones. (…)»

Por esto, «(…) todas las grandes preocupaciones del Espíritu pueden ocasionar la locura: las ciencias, las artes e incluso la religión le aportan sus contingentes. La locura tiene como causa primaria una predisposición orgánica en el cerebro, que lo torna más o menos receptivo a ciertas impresiones. Dada la predisposición para la locura, ésta tomará el carácter de preocupación principal, que entonces se transforma en idea fija, pudiendo tanto ser la de los Espíritus, en quien se ha ocupado de ellos, la de Dios, los Ángeles, el diablo, la fortuna, el poder, un arte, una ciencia, la maternidad, un sistema político o social. Probablemente, el loco religioso habría de convertirse en un loco espírita, si el Espiritismo fuera su preocupación dominante. (…)

Cuando se afirma que la locura tiene como causa primaria una predisposición orgánica en el cerebro, queremos dejar aclarado que el cerebro del Espíritu encarnado tiene esta deficiencia debido a causas karmicas. La locura, en si, tiene origen en los actos perpetrados por el Espíritu en su pasado. «(…) Merece, sin embargo, considerar que denominamos causas Karmicas  a las que proceden a la vida actual, que vienen impresas en el psicosoma (o periespíritu)  del enfermo, vinculado por los debitos del pasado a quienes despojó y perjudicó y a aquellos de los que abusó. (…).»

Por lo tanto, no existe razón para considerar que la mediumnidad provoca la locura. Por el contrario, el Espiritismo «(…) bien comprendido preserva de la locura.

Ahora bien, el verdadero espírita ve las cosas de este mundo desde un punto de vista tan elevado que (…) lo que en otra persona produciría una violenta emoción, a él lo afecta medianamente. (…) Sus convicciones le dan, pues, una resignación que lo protege de la desesperación y, por consiguiente, de una permanente causa de locura o suicidio.

4 comentarios:

  1. La conclusión de una duda QUE ME CONSUMÍA y que saqué de una conversación con Joao Evangelista, nuestro engeniero físico cuantico ultra espacial excelente picador de cebollas en el Cottolengo, fue: la limitación es del cuerpo, no del espíritu. Ya lo había escuchado muchas veces, pero esta vez, me pareció una revelación salida de los labios del propio Juan Evangelista... Creo que se aplica al tema de la clase de mañana. ¡Buenas noches, querida familia CEADS!

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  2. Janaina, creo que se te ha ido la olla en este comentario...

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  3. Ai, sí, perdona! Vi la palabra locura y pensé en esta conversación con Joao. Me refería a que cuando una persona está "loca", la limitación es de la carne, no del espíritu. pero es verdad, hablábamos de que la mediumnidad no causa la locura, no de la locura en sí misma. Perdona!

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  4. Vale, ahora sí que se entiende, pon más atención la próxima vez, ¿vale? ;)

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