Lo que el Espiritismo tiene para ofrecer
Marcello Pagnotta
Si
queremos dejar de sufrir, tenemos que empezar a pensar seriamente en practicar
el bien.
Siempre
queremos una respuesta sencilla, bella, práctica y directa, muchas veces
incluso romántica a las dudas que tenemos, a los problemas que nos
afligen. Como un kit de alivio que nada
más abrirlo y por si sólo nos ayude.
El Espiritismo
nos enseña que nos es así tan fácil. Todo depende. Pero depende de nosotros
mismos y de nadie y de nada más.
El día
10 de septiembre fue el Día Mundial de
Prevención del Suicidio. En CEADS intentamos compartir un poco del conocimiento
que los espíritus nos enseñan de manera tan caritativa. Esclarecer lo que
sucede a un suicida después del acto terriblemente triste y rebelde es libertar
la conciencia de la ignorancia. Es poner las cartas abiertas y claras sobre la
mesa, es enseñar qué senda un potencial suicida está abriendo para si mismo.
Una senda dura, llena de dolor moral y físico, una senda sombría. Es, como
mínimo, una actitud honesta, que el Espiritismo transmita estas enseñanzas,
aunque muy duras.
¿Pero
que más nos ofrece el Espiritismo a modo de esperanza?
Para
esto no hay una respuesta sencilla, resumida, fácil, romántica. El Espiritismo
nos ofrece TODA su doctrina. Nos ofrece las leyes que rigen el Universo. Somos
parte del Universo.
Ley de
causa y efecto. Esta ley nos exige humildad. Humildad para reconocer que todo
lo que sufrimos, aunque no comprendamos la causa, viene de nuestro interior. Está en nuestro pasado, en nuestras vidas
anteriores a esta. Todo el bien del cuál disfrutamos también es consecuencia de
actos pasados. No hay misterio: un golpe hace daño a la mano; la palabra
“gracias” dicha por nosotros nos devuelve una sonrisa.
Si
entendemos que lo que sufrimos tiene raíces internas y si ya no queremos
sufrir, podemos empezar a evitar sufrimientos futuros practicando el bien,
cambiando nuestro enfoque de la vida hacia un enfoque de amor y de devoción a
toda la obra divina universal. Por supuesto los cambios no son inmediatos, pero
si poco a poco tomamos consciencia de nuestro mundo interior, consciencia de
cada milímetro de nuestro cuerpo físico, de cada persona alrededor nuestro, de
cada olor, de cada ruido, entonces empezaremos el cambio hacia una vida menos
penosa y dejaremos de generar futuros padecimientos. ¡El futuro será más
ligero, más feliz!
Los
cambios no son inmediatos. Por eso Dios, con extrema e inimaginable
inteligencia y amor, nos da la oportunidad de evolucionar. Infinitas
oportunidades a través de la ley de reencarnación. No nos pune eternamente. De
hecho, no nos pune. Y la reencarnación es la herramienta con la cuál
evolucionaremos hacia una vida más feliz.
Dios
nos da siempre, siempre, eternamente, la oportunidad de renacer y borrar
equivocaciones pasadas.
Nos
dicen los espíritus que el sufrimiento cansa. Esto ya lo sabemos, pero nos
olvidamos que después de una vida terrenal mal gastada, el espíritu sigue
sufriendo. No mal gastar, no acotar una existencia en el plano
material sólo nos traerá consecuencias positivas. Mantener una actitud de
resignación, fe y esperanza ante una vida de dificultades es penoso, pero es
una oportunidad de reconciliación con el pasado. Hay que aprovecharla, hay que
valorizar todo el trabajo que invirtió el plano espiritual en la planificación
de nuestra reencarnación. Nosotros mismos hemos ayudado a organizarla.
El
Espiritismo esclarece el hombre sobre la ley de causa y efecto y la reencarnación:
es una compleja red de conocimiento filosófico, moral y científico. Tenemos el
libre albedrío para poder buscar y usar estos conocimientos a nuestro favor.
Dejar
de sufrir, dar y recibir amor, estar contento consigo mismo, practicar y
recibir el bien. Esto es lo que el Espiritismo, con toda su amplitud de
enseñanzas, ofrece a la humanidad en general y a los potenciales suicidadas en
particular.
Se ve que la inspiración perdura...
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