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domingo, 8 de marzo de 2015

Por los frutos se conoce el árbol

Hola familia,

ayer en CEADS nos dedicamos al Estudio Sistematizado del Evangelio según el Espiritismo. El tema tratado fue “Por los frutos se conoce el árbol”. En clima se fraternidad y sencillez, tuvimos la oportunidad una vez más de profundizar en las enseñanzas Críticas a la luz del espiritismo.

Almendro
Empezamos debatiendo cuál sería el entendimiento moral que nos revela la expresión: por sus frutos se conoce el árbol.  El árbol simboliza a todos nosotros; los frutos son nuestros actos, nuestras obras. Así, la cualidad de nuestra acción revela el grado de nuestro adelantamiento moral, caracterizando a los cristianos que somos. Podemos decir muchas cosas, utilizar palabras bonitas que conmueven a los demás, pero sin actos de sincera humildad, las palabras quedan huevas, vacías de sentido.

Se reconocen los verdaderos cristianos por sus actos. No son las bellas palabras ni las
promesas ostensivas las que caracterizan a las personas de bien, pero sí, sus obras a favor
del bien común, sustentadas por valores exclusivamente morales.

Ciruelo
Pero, ¿es la palabra es un atributo importante en el ser humano?
Evidentemente que sí. El lenguaje verbal nos define como seres humanos, nos diferencia de otros seres que todavía no tienen sistemas de comunicación y registro tan complejos como el nuestro. Es importante no perder de vista, sin embargo, que la palabra retrata nuestro corazón. Una palabra puede generar un acto de fraternidad, cuando es empleada para el bien, envolviendo una conversación sana y edificante. Pero, también puede, cuando es mal empleada, conducir a la destrucción.
“La boca habla de lo que está lleno el corazón”.
Los espíritus nos enseñan cómo debemos proceder para identificar a los verdaderos cristianos.  Nos dicen que los podemos reconocer examinando sus obras (sus frutos). Si poseen, en el más alto grado, las virtudes cristianas y eternas: la caridad, el amor, la indulgencia, la bondad que concilia corazones y si, en apoyo a las palabras, presentan actos.

Los evangelistas nos hablan de la advertencia de Jesús sobre falsos profetas:
“Se levantarán muchos falsos profetas que seducirán a muchas personas… Pero, aquél que persevere hasta el fin se salvará.”
¿Quién serían estos falsos profetas? Son así caracterizados los hombres que, poseyendo ciertos conocimientos, abusan de ese saber, en provecho de sus ambiciones, de sus intereses y de su ansiedad de dominación, aprovechándose de la buena fe de ciertas personas que creen que ellos son misioneros divinos.

Manzano
Para defendernos de los falsos profetas debemos estar atentos y actuar con sentido común. Jesús nos invita a ser críticos y analizar las situaciones y las personas, así como las doctrinas, por nosotros mismos. Vemos ahí el germen de la fe razonada a la que nos invita el espiritismo. A los falsos profesas los podemos identificar a través de sus actos y sus palabras, teniendo siempre, por cierto, que el verdadero profeta se caracteriza por sus valores exclusivamente morales. Es más, el verdadero profeta no se reconoce a sí mismo. En otras palabras, no se auto-proclama profeta de forma orgullosa, si no que, con gestos de humildad, da ejemplos irrefutables de elevación moral.

Melocotoneros
Sean las enseñanzas de los espíritus luz proyectada sobre todos nosotros, invitando a la fe razonada y al trabajo en el bien. Seamos buenos árboles para que los frutos sean dignos del Maestro que nos confía la urgente tarea de reerguimiento de nuestra propia conciencia ante la inmortalidad.


Cariños de la hermana menor 

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