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lunes, 13 de abril de 2015

Manifestaciones espontáneas

Manifestaciones espontáneas
(W. Bossi)



Los espíritus que todavía no son conscientes que han dejado la materia densa (el cuerpo físico), sorprendidos o indignados con su nueva realidad de consciencia, de que siguen existiendo, que siguen vivos; en intentos muchas veces desesperados, intentan comunicarse de la manera en que le sea posible. Estos intentos pueden ser manifestados en forma de ruidos, golpes o sensaciones recibidas por aquellas personas más cercanas o sensitivas. 

Sin embargo la gran mayoría de nosotros estamos encerrados en nuestros psiquismos o sistemas de creencias, impidiéndonos ser receptivos para recibir estas informaciones. Sin entrar a valorar en creer o no creer en estas manifestaciones, Kardec nos deja una directriz sin igual para lograr entender la relación entre el mundo espiritual y el material: "[…] toda manifestación debe ser analizada bajo el razonamiento, con criterio y vigor; más vale rechazar diez verdades que admitir una sola mentira, una sola teoría falsa. No debemos creer por creer, sino que todo debe ser analizado cuidadosamente. La fe requiere una base y esa base es la comprensión formada en lo que se debe creer".

Por otra parte, las manifestaciones de los espíritus que desean comunicarse de forma persistente, mediante golpes, ruidos o por el movimiento de  objetos, puede llevar a interpretaciones erróneas por parte de los vivos (encarnados), porque estos modos de comunicación pueden causar pánico, miedo, etc. Hoy por hoy ya no son tan comunes este tipo de manifestaciones, salvo por la ignorancia de seres espirituales a quienes Kardec los llama “espíritus burlones” y son desconocedores de la necesidad universal del progreso. Ellos y también nosotros, podemos y debemos instruirnos porque sólo el estudio nos libera de la ignorancia. Allan Kardec, entre otros autores, nos legó una extensa literatura y en el mundo de los espíritus existe una infinidad de espíritus esclarecidos, quienes están siempre dispuestos a ayudar. 

En la actualidad son raros los fenómenos físicos de origen espiritual; la gran mayoría de los acontecimientos tienen una explicación física. Pero sobre la minoría de fenómenos, que tienen relación con el mundo de los espíritus ¿se sabe cómo podrían suceder? Aunque separemos el mundo en material y espiritual, en físico  y extra físico, para comprender el universo didácticamente, todo sigue siendo una gran unidad, donde todo está bien atado. Para que sucedan los fenómenos físicos es necesario un fluido muy particular, que posee un tipo específico de médium al que Kardec llama "médium natural", quienes no siempre saben, ni siquiera, que tienen más desarrollada esa facultad. Incluso puede haber casos en que el espíritu aparentemente actúe sólo, pero sin ese fluido animalizado sería muy difícil, sino imposible, conseguir esos efectos.

Siendo los fenómenos, el resultado de la manipulación de ese fluido, por espíritus ignorantes o burlones; seguramente en manos de los bienhechores esos mismos fluidos serán transformados. Todo esto dependerá siempre de la sintonía o vibración en que emita el médium. De acuerdo con sus pensamientos, sus actitudes frente a la vida, atraeremos un tipo u otro de amistades espirituales. Ciertamente por eso Jesús decía: "orad y vigilad, la ley de afinidad y atracción está directamente ligada a nuestra conducta moral. Los fluidos animalizados que tienen los médiums de “efecto físico”, podrán ser manipulados por los espíritus; es decir, la gran mayoría no son ni siquiera conscientes de ser poseedores de éste, pudiendo ser donadores energéticos consciente o inconscientemente.


Otra característica de ese fluido es que es de difícil transporte, por tanto, si en algún lugar ocurre algún tipo de fenómeno, lo cierto es que el médium tiene que estar cerca.

Al principio de la codificación, la espiritualidad superior utilizó ese mecanismo para dar a conocer la existencia del mundo espiritual; tras los fenómenos de las mesas giratorias residía la razón sublime y esclarecedora del mundo invisible. Hoy en día y teniendo la humanidad conocimiento sobre toda esta realidad paralela ya no justificaría la existencia de los mismos, lo cual nos lleva a concluir que la mayoría de los fenómenos físicos espontáneos de hoy, no conllevan una motivación moral elevada. Sólo nos queda orientar a esos seres sobre su situación, tarea que se realiza a menudo en las reuniones de mediumnidad en los centros espíritas. Sólo puede orientar y ayudar aquel que tiene un conocimiento profundo y el único camino para ello es el estudio serio y disciplinado.

Teniendo en cuenta la complejidad de los fenómenos físicos, sea por golpes, por transporte de objetos o por materializaciones de espíritus entre otros, no debemos ni creerlos ciegamente ni descreerlos todos, sino que deben ser estudiados para nuestra mejor comprensión de este intercambio entre el mundo espiritual y el material.

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