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domingo, 3 de julio de 2016

La mayor de las batallas, la que libramos en el foro intimo

Estimados amigos, 
Ayer, nuestro amigo y trabajador de la Federación Espírita Brasileña, Fernando Espelho, nos presentó la conferencia Lucha Interna. 
Tal como nos comentó Fernando, los seres humanos nos hemos debatido en conflictos de unos contra otros, sin embargo, hoy día, la lucha es con nosotros mismos. Razón por la que se hace importante apartar los pensamientos negativos si queremos avanzar, pues son ellos los que, al no ser controlados, pasan a dominarnos. 
Como Espíritas la gran herramienta para nuestro desarrollo moral es El Evangelio, que ha esclarecido a la humanidad desde hace 2000 años y sus enseñanzas siempre siguen vivas; y es que para tener una mejor vida en el mundo espiritual hay que trabajar fuerte en nuestra reforma íntima, en superar nuestros defectos y sobre todo en perdonar las agresiones que recibimos.

Pero, ¿qué es lo que nos impide hacernos en la labor de nuestra reforma íntima? ¿Por qué nos cuesta tanto superar nuestros defectos? Bueno, Fernando nos recuerda las palabras del Maestro Jesús, “… vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro”. Es mucho más fácil ver los defectos en los demás antes que los nuestros, aun cuando nuestro esfuerzo diario debe ser la búsqueda de nosotros mismos, de conocernos e identificar nuestros mayores apegos y falencias morales. 
En ese sentido, es pertinente recordar cuales son esos grandes vicios que obstaculizan nuestro progreso; uno de ellos es el egoísmo, causante de muchas guerras y grandes calamidades que han marcan la historia de la humanidad. Otro es el fanatismo, que abre paso al dogmatismo y a la irracionalidad llevando a cometer barbaries. 
Por tanto, siendo nosotros mismos los responsables en que estos defectos nos identifiquen, es entonces claro que somos nosotros mismos los que realmente nos hacemos daño. De esta forma, no es el mal que me hacen el que realmente me hace daño, el mal que realmente me hace daño es el que proviene de mí.
Ahora, pasando a analizar otro factor que tiene gran repercusión en nuestro comportamiento, la influencia que ejercen los Espíritus sobre nosotros. Cuando Kardec indaga sobre este punto (pregunta 456, El Libro de los Espíritus) obtiene como respuesta que, los Espíritus pueden ver nuestros pensamientos pero que sin embargo ven lo que les llama la atención, y es en este sentido que se establece la Ley de Afinidad; según nuestros pensamientos y apegos, así tendremos Espíritus que nos rodeen e influencien. 
Esto se debe a que los Espíritus al desencarnar van al Mundo Espiritual con las mismas virtudes, defectos y apegos que tuvieron estando encarnados. Algunos que parten con apegos materiales muy arraigados no logran superarlos y buscan satisfacerlos acercándose a quienes estando encarnado experimenten los mismos conflictos.
Tal es así, que Kardec al preguntar si los Espíritus influyen en nuestros pensamientos y acciones (pregunta 459, El Libro de los Espíritus) los Espíritus responden que, esta influencia es mayor de lo que imaginamos, ya que con frecuencia son ellos los que nos dirigen; de esa forma, muchos de los pensamientos que a diario nos surgen provienen del mundo espiritual. 

Es importante ver que somos influenciados por los Espíritus acorde a la calidad de nuestros pensamientos y acciones. Por tanto, estaremos acompañados de Espíritus frívolos o Espíritus buenos que nos inspiren pensamientos positivos.  
En esta parte, es muy interesante el gran ejemplo que trae a colación Fernando, el de Pablo de Tarso, quien pasó de perseguir a los cristianos a ser uno de ellos, logrando llevar la propuesta del Maestro Jesús a muchos rincones. Ni siquiera Pablo de Tarso pudo escapar al llamado de Dios y este llamado es para todos, que tarde o temprano tomaremos consciencia de ello y aunaremos esfuerzo para cumplirlo.   
En ese orden de ideas, ¿Cueles son las grandes barreras que nos impiden crecer moralmente? El orgullo y el egoísmo. Estos dos grandes defectos nos obnubilan, nos impiden ver nuestros defectos haciéndolos cada día más grandes y más imperceptibles a nosotros mismos. 
Otro de las grandes luchas humanas es aprender a perdonar, evitar dar paso al odio y la venganza nos ahorraría mucho sufrimiento. Esto solo se logra con la mayor herramienta que tenemos, la oración, ésta que es sincera y que viene del corazón.  
Para ser cada día mejores personas, debemos crear hábitos buenos, reflexionar y buscar mejorar siempre. El Espíritu San Agustín recomienda que al final del día tomemos un espacio para analizar que hemos hecho bien y que hemos hecho mal, para al día siguiente no comentar los mismos errores y así, día a día ser mejor. Si hacemos esto y oramos siempre con fervor contaremos siempre con la asistencia de Dios. 
No solo Pablo de Tarso es un gran ejemplo de reforma moral, también lo es María de Magdala, quien al conocer a Jesús, decidió aceptarlo y dejar atrás una vida llena de desaciertos y errores. Su ejemplo trasciende en la historia como el verdadero cambio y transformación moral con las enseñanzas de Jesús como base. 
Pero no debemos caer en errores frecuentes, Jesús no quiere idólatras, su verdadero legado es con el fin de que nos convirtamos en cooperadores de buena voluntad, vivir buscando la luz. Tenemos muchos ejemplos, ya mencionados (Pablo de Tarso y María de Magdala) y muchos otros que pueden ser de gran inspiración en nuestro trasegar. Debemos comenzar con cambiar los pensamientos negativos por pensamientos positivos, por cambiar los malos hábitos, los apegos, para que de esa forma contemos con buenas compañías espirituales y entendiendo nuestra función como Espíritus reencarnados, luchar por ser verdaderos servidores de Dios. 

Son nuestras propias tendencias las que nos dan una idea de lo que fuimos en el ayer, y en lo que debemos trabajar con mayor esfuerzo. 
Finalmente, Fernando nos recuerda aquel filtro de Sócrates cuando alguien fue a su encuentro para informar algún acontecimiento; Sócrates indagaba ¿estás seguro que aquello que vas a contar es cierto? ¿Es algo bueno? ¿Es algo útil?, si de aquello no se tiene certeza, no es bueno ni útil, ¿para que escucharlo? Eliminemos cualquier posibilidad de alimentar malas ideas, comentarios negativos y luchemos por ver las cosas positivas de la vida, de nuestro prójimo y de nosotros mismos. 
Un fraternal saludo a todos nuestros lectores, 

Nos vemos pronto 
Equipo de Divulgación CEADS

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