Hola familia,
Hoy he ido a un centro espírita con la esperanza de recibir una carta psicografiada de mi hermano Marcus… No ha sido posible recibir la carta añorada, pero vi las madres, hijas y hermanas que hoy han recibido cartas y me alegré por ellas. Recordé la carta que recibí de Marcus, psicografiada por Robson Pinheiro, solo cuatro meses después que Mi Amor Eterno pasara al otro lado de la vida. Yo busqué la Casa de Everilda Batista , donde trabaja Robson, adolorida y aturdida… tenía fe, pero necesitaba apoyo. En la Casa de Everilda, encontré la consolación que necesitaba. También encontré, a través de los libros que compré ahí, principalmente de Pai João de Aruanda, el esclarecimiento que me ayudó a, con el tiempo, transmutar todo el dolor que tenía en amor por los demás.
Hoy he visto mueres emocionadas recibiendo cartas y recordé a mi misma, hace ano e medio… Ellas lloraban, como yo también lloré. Pero des de que mi hermano desencarnó, firmé conmigo misma el firme propósito de ser feliz y apoyar a cuantos pueda en el camino. Claro que antes yo también querría ser feliz, pero no lo hacía a plena conciencia. La alegría es un trabajo cotidiano y la felicidad, creo, está en poder llegar al final de unos cuantos días y estar más contente que triste respecto a lo que has hecho. No es fácil ocuparse de la propia felicidad de forma consciente… principalmente cuando despiertas para la necesidad de hacerlo durante una crisis de dolor.
Ocuparse de la propia felicidad requiere atención y disciplina. Igual os parecerá extraño hablar de disciplina para cultivar la alegría y la felicidad, pero para mí es imprescindible. Somos seres de energía, nuestros pensamientos nutren nuestro vivir todo el tiempo. Un poeta dijo que “es mejor ser alegre que ser triste”, y no sé si tenía la precisa dimensión de lo que decía. Cada día, cada momento, somos llamados a hacer decisiones: tenemos que elegir entre hablar o callar, entre hablar bien o mal, entre destacar las virtudes o las imperfecciones de los demás, entre perdonar o resentir. Cada elección proyecta pensamientos en el fluido cósmico universal, que nos ponen en sintonía con todos los seres que sienten y piensan como nosotros. Hay que vigilar para ser alegres, siempre! El trabajo de la alegría de cada día, creo, es la sementera de la felicidad.
Hoy en la Casa de Everilda, el Evangelio nos habló a través de las palabras de Mateo, 7, 7.
Jesús nos esclarece: si imperfectos como somos, sabemos cuidar a nuestros hijos, que esperar del Padre de todos nosotros? Dios sin embargo, espera que actuemos. Cultivar la alegría debe ser un compromiso de cada día. Trabajemos con fe, esperanza y alegría, para la cosecha de la felicidad merecida.
Una semana de trabajo, disciplina y mucha ALEGRÍA para todos!
Hoy he ido a un centro espírita con la esperanza de recibir una carta psicografiada de mi hermano Marcus… No ha sido posible recibir la carta añorada, pero vi las madres, hijas y hermanas que hoy han recibido cartas y me alegré por ellas. Recordé la carta que recibí de Marcus, psicografiada por Robson Pinheiro, solo cuatro meses después que Mi Amor Eterno pasara al otro lado de la vida. Yo busqué la Casa de Everilda Batista , donde trabaja Robson, adolorida y aturdida… tenía fe, pero necesitaba apoyo. En la Casa de Everilda, encontré la consolación que necesitaba. También encontré, a través de los libros que compré ahí, principalmente de Pai João de Aruanda, el esclarecimiento que me ayudó a, con el tiempo, transmutar todo el dolor que tenía en amor por los demás.
Hoy he visto mueres emocionadas recibiendo cartas y recordé a mi misma, hace ano e medio… Ellas lloraban, como yo también lloré. Pero des de que mi hermano desencarnó, firmé conmigo misma el firme propósito de ser feliz y apoyar a cuantos pueda en el camino. Claro que antes yo también querría ser feliz, pero no lo hacía a plena conciencia. La alegría es un trabajo cotidiano y la felicidad, creo, está en poder llegar al final de unos cuantos días y estar más contente que triste respecto a lo que has hecho. No es fácil ocuparse de la propia felicidad de forma consciente… principalmente cuando despiertas para la necesidad de hacerlo durante una crisis de dolor.
Ocuparse de la propia felicidad requiere atención y disciplina. Igual os parecerá extraño hablar de disciplina para cultivar la alegría y la felicidad, pero para mí es imprescindible. Somos seres de energía, nuestros pensamientos nutren nuestro vivir todo el tiempo. Un poeta dijo que “es mejor ser alegre que ser triste”, y no sé si tenía la precisa dimensión de lo que decía. Cada día, cada momento, somos llamados a hacer decisiones: tenemos que elegir entre hablar o callar, entre hablar bien o mal, entre destacar las virtudes o las imperfecciones de los demás, entre perdonar o resentir. Cada elección proyecta pensamientos en el fluido cósmico universal, que nos ponen en sintonía con todos los seres que sienten y piensan como nosotros. Hay que vigilar para ser alegres, siempre! El trabajo de la alegría de cada día, creo, es la sementera de la felicidad.
Hoy en la Casa de Everilda, el Evangelio nos habló a través de las palabras de Mateo, 7, 7.
Dios y la espiritualidad nos ayudarán, pero necesitan que trabajemos, que vigilemos, que tengamos disciplina. Todo esto no lo debemos hacer en nombre de la sobriedad, todo lo contrario, lo hacemos en nombre de la alegría y de la felicidad. Deseamos ser felices, pero pedidos felicidad a través de las palabras que pronunciamos? Buscamos la felicidad a través de las acciones que practicamos? Llamamos a la felicidad en las puertas donde llamamos?
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Jesús nos esclarece: si imperfectos como somos, sabemos cuidar a nuestros hijos, que esperar del Padre de todos nosotros? Dios sin embargo, espera que actuemos. Cultivar la alegría debe ser un compromiso de cada día. Trabajemos con fe, esperanza y alegría, para la cosecha de la felicidad merecida.
Una semana de trabajo, disciplina y mucha ALEGRÍA para todos!
Amada Janaina:
ResponderEliminarUn beso franco desde Barcelona. Que sepas que la Familia CEADS te tiene 100 % presente y te envía mucho cariño, a ti y a tu familia.
Curiosamente hoy me salió el mismo trecho del Evangelio. La Espiritualidad no deja de sorprendernos, gratamente.
Trabajo, eso es lo que pido a la Espiritualidad (bueno, la verdad es que pido muchas cosas más...). Pero creo que todo se resume en trabajo, trabajo interior para alcanzar el bien moral, la disciplina, la constancia, la humildad.
En fin, sobre todo quería mandarte un abrazo.
Ya te contaremos, en breve, como va la planificación de la revista, y nuevas e interesantísimas ideas que estamos madurando.
Que agosto sea un mes de descanso, pero también de siembra y planificación. Septiembre vendrá cargado de quehaceres y no nos podemos dormir!
Otro beso,
Jordi
Gracias, Jordi querido!!! Me alegro mucho que haya ideas nuevas, trabajo a la espera =) Ya le daremos cana a todo en septiembre!!! Estamos en sintonía.
ResponderEliminarQuerida, es una bendición saber que un día poderemos reaver nuestros queridos amigos, hermanos, padres, madres, abuelos...la inmortalidad del espírito es nuestra motivación para hacer el bien y evolucionar siempre...buscar la felicidad es todo que necesitamos...paso a paso...aprendí que nada mejor que perdonarse y seguir adelante...y el amor de las crianças necesitadas...nos existe mayor felicidad!
ResponderEliminarDea, te echaba mucho de menos =) Cómo va en nuestro Cottolengo querido? Por aquí voy al Caminhos para Jesus, ya te contaré historias emocionantes. Tienes razó, siento que nuestros ninos me han ensenado mucho, algo que no podría aprender en otra parte. Los miro y siento tanto enternecimiento que es difícil de explicar. Besitos!!!
ResponderEliminarPues también sentimos tu falta en las charlas de cocina en el Cotolengo y el té de la tarde!
ResponderEliminarPues sí, cada vez que estoy con las niñas tengo ganas de llevarlas a casa...¡qué amor más puro y desinteresando! Es el verdadero amor de Cristo...