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jueves, 20 de octubre de 2011

La Codificación Espírita

Querida familia CEADS,
solemos decir que la doctrina espírita es la tercera revelación, pero...  ¿Qué queremos decir por "revelación"? ¿Qué es lo que revela el espiritismo? ¿Qué revelaciones han habido antes del espiritismo? ¿Se puede identificar el portador de la revelación espírita?

Nuestro querido Rafa nos envía el texto que se estudiará sábado. Los que ya podéis contestar a estas preguntas, podréis profundizar en el tema y ayudar a los demás a concer a esta doctrina de amor. Los que aun no la conocéis, aquí tenéis algo para empezar.
Con mis deseos de mucha luz a todos, 

Cariños de la hermana menor,

Janaina

(...)

LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA

«Definamos en primer término el sentido de la palabra revelación. Revelar, del latín revelare, cuya raíz, velum, velo, significa literalmente quitar el velo y, en sentido figurado descubrir, dar a conocer una cosa secreta o desconocida...» «La característica esencial de cualquier revelación debe ser la verdad. Revelar un secreto es dar a conocer un hecho; si este es falso ya no es un hecho y, por consecuencia, no existe revelación...». El carácter esencial de la revelación divina es, pues, el de la verdad eterna. Toda revelación contaminada con errores o sujeta a modificaciones no puede emanar de Dios.

El Espiritismo, por tener como punto de partida las palabras de Cristo, así como éste partió de las de Moisés, es una consecuencia directa de su doctrina. A la idea vaga de la vida futura, agrega la revelación de la existencia del mundo invisible, que nos rodea y puebla el espacio y con eso da precisión a la creencia, le da cuerpo, consistencia y realidad a la idea. Define los lazos que unen al alma el cuerpo y levanta el velo que ocultaba a los hombres los misterios del nacimiento y de la muerte...».

Moisés - La primera revelación
«La primera revelación estuvo personificada en Moisés, la segunda en Cristo y la tercera no está personificada en ningún individuo. Las dos primeras fueron individuales, la tercera es colectiva; he ahí un carácter esencial de gran importancia. Es colectiva en el sentido de no ser hecha o dada como privilegio a ninguna persona; nadie, en consecuencia, puede llamarse su profeta exclusivo; fue esparcida simultáneamente, sobre la Tierra, entre millones de personas, de todas las edades y condiciones, desde las más bajas hasta las más elevadas de la escala social, conforme con esta predicción registrada por el autor de los Hechos de los Apóstoles: «En los últimos tiempos, dijo el Señor, derramaré mi espíritu sobre toda la carne; vuestros hijos e hijas profetizarán, los jóvenes tendrán visiones y los viejos, sueños». (Hechos, Cáp. II, v.17-18). No provino de ningún culto en particular, a fin de servir, algún día, a todos como punto de unión.».

Jesús - la segunda revelación
«Las primeras revelaciones, por ser fruto de la enseñanza personal, fueron forzosamente localizadas, es decir, aparecieron en un solo lugar, desde el cual la idea se propagó poco a poco; pero fueron necesarios muchos siglos para que alcanzasen los puntos más distantes del mundo, aún sin penetrar en ellos por entero. La tercera tiene como particularidad que al no estar personificada en un solo individuo, surgió simultáneamente en millares de puntos diferentes, que se transformaron en centros o focos de irradiación.».

«La tercera revelación, venida en una época de emancipación y madurez intelectual, en la que la inteligencia ya desarrollada, no se resigna a representar un papel pasivo; en la que el hombre no acepta nada a ciegas, sino que quiere ver a dónde se lo conduce, quiere saber el por qué y el cómo de cada cosa – debía ser al mismo tiempo el producto de una enseñanza y el fruto del trabajo, de la investigación y del libre examen. Los Espíritus enseñan solamente lo que es necesario para guiarlo al camino de la verdad, pero se abstienen de revelar lo que el hombre puede descubrir por sí mismo, dejándole la inquietud de discutir, comprobar y someter todo a la demostración de la razón, dejando incluso, muchas veces, que adquiera experiencia a sus expensas. Le proporciona el principio, los materiales; a él le corresponde aprovecharlos y ponerlos en práctica».
El Espiritismo - la tercera revelación, se dió a conocer a través del contacto entre encarnados y desencarnados.

«Además, conviene tener en cuenta que en ninguna parte la enseñanza espírita fue dada íntegramente, sino que es el resultado de tan grande número de observaciones, de asuntos tan diversos, que exigen conocimientos y aptitudes mediúmnicas especiales, por lo que era imposible que se encontraran reunidas en un mismo lugar todas las condiciones necesarias. Como la enseñanza debía ser colectiva y no individual, los Espíritus dividieron el trabajo, diseminando los temas de estudio y observación del mismo modo que en algunas fábricas, la confección de cada parte de un mismo objeto es confiada a diversos obreros». «La revelación se hizo así parcialmente en diversos lugares, por medio de una multitud de intermediarios y de tal modo prosigue todavía, pues no todo ha sido revelado. Cada centro encuentra en los otros el complemento de lo que él obtiene, y el conjunto, la coordinación de todas las enseñanzas parciales, fue la que constituyó la doctrina espírita».

«No existe ciencia que haya salido por completo del cerebro de un solo hombre. Todas, sin excepción, son el fruto de observaciones sucesivas, apoyadas en observaciones precedentes como en un punto conocido, para llegar a lo desconocido. Así fue como los Espíritus procedieron en relación con el Espiritismo. De ahí la enseñanza gradual que suministran...». «Un último carácter de la revelación espírita, que resalta de las condiciones en las que se produce, es que por apoyarse en hechos tiene que ser, y no puede dejar de ser, esencialmente progresiva, como todas las ciencias de observación...»

«Relacionada con todos los aspectos de la vida social, a los que da el sustento de sus propios descubrimientos, asimilará siempre todas las doctrinas progresivas, de cualquier clase que sean, siempre que hayan alcanzado el estado de verdades prácticas y abandonado el terreno de la utopía... Caminando junto con el progreso, el Espiritismo jamás será superado...».

Por su naturaleza, la revelación espírita tiene doble carácter: participa al mismo tiempo de la revelación divina y de la revelación científica»... «En una palabra, lo que caracteriza la revelación espírita es que su origen es divino y proviene de la iniciativa de los Espíritus y su elaboración es fruto del trabajo del hombre». «La revelación cristiana había sucedido a la revelación mosaica; la revelación de los Espíritus viene a completarla. Cristo la anunció y puede agregarse que El mismo preside ese nuevo vuelo del pensamiento...». «La nueva revelación se manifiesta fuera y por sobre las iglesias. Su enseñanza se dirige a todas las razas de la Tierra. Por todas partes los Espíritus proclaman los principios en los que ella se apoya. Todas las regiones del globo son atravesadas por la gran voz que invita al hombre a meditar acerca de Dios y de la vida futura. Por sobre las estériles agitaciones y las discusiones fútiles de los partidos, por sobre las luchas de intereses y los conflictos de pasiones, la voz profunda desciende desde el espacio y viene a ofrecer a todos, con la enseñanza de la palabra, la divina esperanza y la paz del corazón».

«Es la revelación de los tiempos anunciados. Todas las enseñanzas del pasado, parciales, restringidas, limitadas en la acción que ejercían, son por ella superadas, arrolladas. Utiliza los elementos acumulados; los reúne, los solidifica para formar un vasto edificio en el que el pensamiento, la voluntad, pueda expandirse...».

«Las Inteligencias Superiores, en sus relaciones mediúmnicas con los hombres, vienen a completar esas indicaciones. Confirman las enseñanzas suministradas por los Espíritus menos adelantados; elevándose a mayor altura exponen su modo de ver, sus opiniones sobre todos los grandes problemas de la vida y la muerte, la evolución general de los seres, las leyes superiores del Universo. Todas esas revelaciones concuerdan y se unen para constituir una filosofía admirable...»

«Por eso, el moderno espiritualismo no dogmatiza ni se inmoviliza. No alimenta pretensión alguna de infalibilidad. Colocada en un plano superior al de las que la precedieron, la enseñanza espírita es progresiva, como los mismos Espíritus. Se desenvuelve y completa a medida que, con la experiencia, se efectúa el progreso en las dos humanidades, la de la Tierra y la del espacio – humanidades que se penetran mutuamente y de las que cada uno de nosotros debe, alternadamente, formar parte...» «La enseñanza de los Espíritus, por todas partes nos muestra la unidad de la ley y la armonía...»

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