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domingo, 23 de septiembre de 2012

Un paso hacia el Creador


Hola familia,

Ayer nos reunimos una vez más en CEADS, dando continuidad a nuestros estudios de la Doctrina de los Espíritus. El tema que nos ocupaba en esta ocasión era el objetivo de la reencarnación. Empezamos con un brain storming, en el que algunos compañeros lanzaron ideas sobre cuál sería o el objetivo de la reencarnación. Rescate, aprendizaje, crecimiento, evolución, expiación, aprender a amar, reunirse con seres queridos o con los que tenemos deudas, cumplir, valorar la Creación… éstas son algunas de las ideas que empezaron a mover las energías en nuestra reunión de sábado.

Pasamos entonces a la lectura del texto de estudio y acto seguido nos dividimos en dos grupos. Pese a que tenían las mismas preguntas, es interesante cómo cada grupo enfocó sus respuestas de manera sutilmente diferente. No deja de ser fascinante pensar como diferentes respuestas a una misma pregunta pueden ser simplemente aspectos complementarios de la verdad. Bien, antes que me vaya por las ramas, os pongo un pequeño resumen de lo que se discutió.

¿Qué es lo que evidencia con toda firmeza la reencarnación?

La inmortalidad del espíritu, en primer lugar. El cuerpo es perecedero, pero el espíritu sobrevive a la materia y vuelve a animar diferentes cuerpos. En cada nueva encarnación, asumimos una personalidad diferente, pero el espíritu es único y evoluciona en una espiral ascendente de progreso, alternando periodos de experiencia en la carne y en la espiritualidad. La reencarnación también evidencia la solidaridad y hermandad entre todos los seres del universo: todos los seres procedemos de un origen, el Creador, que ideó en la reencarnación un mecanismo evolutivo que eslabona todo cuanto existe en la naturaleza. Por último pero no menos importante, la reencarnación evidencia la misericordia divina, que a ninguna de sus criaturas condena al infierno. El cielo o el infierno son el resultado de nuestros propios pensamientos, sentimientos y actitudes. Dios, en su infinita paciencia y sabiduría, nos da cuantas oportunidades nos sean necesarias para que progresemos.

¿Cuáles son los beneficios que la teoría de la reencarnación ha traído y todavía traerá a la Humanidad?

El conocimiento de la reencarnación puede contribuir a hacer el hombre más consciente de sus actos: no existe un dios vengador, rencoroso o que nos juzgue por nuestras actitudes. Nuestros cuerpos son el vivo reflejo de nuestra historia, son nuestra historia viva. Cuando el hombre comprende que cada pensamiento de lo cotidiano queda registrado en su cuerpo espiritual y conforma el único patrimonio que verdaderamente le pertenece, pasa a esforzarse por dominar sus inclinaciones inferiores, por tener sentimientos más elevados y hábitos más armonizados con su objetivo de evolucionar. El conocimiento de la reencarnación también puede ayudar a disuadir personas de cometer el funesto acto del suicidio, puesto que nos aclara la inequívoca inmortalidad del espíritu y las consecuencias tremendamente dolorosas que el desequilibrio provocado por el suicidio provoca en el cuerpo espiritual, afectando al cuerpo que se forma en una nueva encarnación.    

Además, una vez conocemos la ley de la reencarnación, deberíamos ser capaces de desarrollar sentimientos superiores como la compasión y la solidaridad, silenciando el juicio que tan frecuentemente emitimos sobre el comportamiento ajeno. Dios, que nos creó a todos, nos concede la inmortalidad y cuántas oportunidades de reencarnarnos cuantas nos hagan falta para que nos despojemos de lo que nos sobra – porque no nos sobra nada, pero nos sobra egoísmo, orgullo, vanidad… ¿Quién nos creemos entonces para criticar a los demás? ¿Qué nos hace creer que podemos emitir juicios sobre nuestros compañeros de jornada evolutiva? La reencarnación nos hermana a todos, enseñándonos que somos espíritus en diferentes puntos de nuestra trayectoria evolutiva, todos destinados a la perfección y tan dignos de amor como cualquier otro ser.

¿Qué cambiará en la vida del hombre del futuro y en el mundo cuando se comprenda que las células de nuestros cuerpos físicos no sólo representan segmentos de carne sino compañeras de la evolución?

En definitiva, nos cuidaremos más y mejor. Comprendiendo que el cuerpo es un vehículo para nuestra evolución, no fumaremos y no malgastaremos nuestra energía vital. Además, también nos aceptaremos más: sean cuales sean las características de mi cuerpo, debemos comprender que son las que merecemos y necesitamos para nuestra evolución.


Por último, pedimos a los compañeros que completaran la frase: “El sudor que proviene del trabajo abre las puertas a la idoneidad. El esfuerzo en la escuela constituye adquisición de cultura. Las pruebas a las que nos enfrentamos en una encarnación…” Algunos de ellos han querido compartir su inspiración y aquí reproduzco lo que los compañeros han escrito…

Las pruebas a las que nos enfrentamos en una encarnación…
sirven para nuestra evolución espiritual. Contribuyen a nuestra evolución y aprendizaje, para mejorar nuestras imperfecciones. Nos llevan al progreso. Nos llevan al progreso, al aprendizaje y al perfeccionamiento. Nos hacen progresar moralmente. Atribuyen evolución para el espíritu. Son una clave para nuestra evolución. Sirven para evolucionar, crecer, recatar…Deben ser aceptadas para que nos elevemos.nos hacen evolucionar y aprender. Son reflejo de la continua evolución. Nos permiten reparar el daño que hicimos a nosotros mismos y a los demás. Nos ayudan a evolucionar y seguir en el camino del bien. Nos ayudan a progresar. Nos dan la oportunidad de aprender y evolucionar espiritualmente. Nos hacen madurar y progresar como espíritus que buscamos el bien. Son un paso hacia el Creador…
No está mal que no nos olvidemos, para que en los momentos difíciles de la vida tengamos el valor de incluso dar las gracias por los obstáculos a los que nos enfrentamos.

Dando las gracias por cada átomo que compone nuestros cuerpos físicos y espirituales, por la piel que permite que sintamos el toque de un ser querido, por los ojos que permiten que contemplemos la belleza de la naturaleza, por las manos que deben aprender a servir, por la vida en todas sus formas de manifestación, finalizamos nuestra reunión llenos de alegría por haber tenido una oportunidad más de instruirnos en las leyes que la Inteligencia Cósmica Universal ideó para que se le acerquemos a través de la eternidad.

Cariños de la hermana menor

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