Familia de mi alma,
Marcello y Rafa, los monitores de la clase de sábado, nos envían el texto de estudio para la case. ¡Gracias, chic@s! Nos vemos el sábado.
Cariños,
la hermana menor
(...)
LEY
DIVINA O NATURAL
«La Ley
natural es la ley de Dios. Es la única verdadera para la felicidad del hombre.
Le indica lo que debe hacer o dejar de hacer y éste sólo es desdichado cuando
de ella se aparta». (03)
Todos
los fenómenos, físicos y espirituales, son regidos por leyes soberanamente
justas y sabias en nuestro mundo, fuera de él y en todo el universo.
Esas
leyes reunidas, forman lo que conocemos como Ley Divina o Natural. Esta Ley es «eterna
e inmutable como el mismo Dios». (04)
A
través de un análisis superficial suponemos, algunas veces, que la ley de Dios
sufre transformaciones, que es mutable. En realidad, sin embargo, las leyes
humanas son las imperfectas y pueden sufrir modificaciones por fuerza del
progreso.
A
medida que los seres humanos evolucionan, ya sea moral o intelectualmente,
comprenden mejor la Ley de Dios y vuelven a formular antiguos conceptos; para
eso, son necesarias innumerables existencias corporales, hasta que al llegar a
la categoría de Espíritus Superiores, «(...) reúnen en sí la ciencia, la
sabiduría y la bondad (...)» (01) o a la de Espíritus Puros, cuando adquieren
«(...) superioridad intelectual y moral absoluta, en relación con los Espíritus
de otros órdenes». (02)
La Ley
Divina o Natural abarca dos tipos principales de leyes: las que «(...) regulan
el movimiento y las relaciones de la materia bruta: las leyes físicas, cuyo
estudio pertenece al dominio de la Ciencia.
Las
otras se refieren especialmente al hombre, considerado en sí mismo y en sus
relaciones con Dios y con sus semejantes. Contienen las reglas de la vida del
cuerpo, así como las de la vida del alma: son las leyes morales». (05)
A pesar
de que la Ley de Dios involucra a todo lo que existe en la creación, en el
nivel evolutivo en que nos encontramos, la mayoría de los hombres no la conoce
bien. En todas las épocas de la historia humana Dios ha enviado a nuestro
planeta Espíritus Misioneros, en las diversas áreas del saber, para
enseñárnoslas.
«Desde
tiempos inmemoriales la Ciencia viene dedicándose exclusivamente al estudio de
los fenómenos del mundo físico, susceptibles de ser examinados por la
observación y experimentación, dejando a cargo de la Religión el trato con los
problemas metafísicos o espirituales (...),» (06)
Debido
al progreso intelectual que se produce intensamente en estos últimos tiempos,
se nota un distanciamiento pronunciado entre la Ciencia y la Religión; hecho
que no debería ocurrir, porque ambas son expresiones de la Ley Divina a la que
estamos sometidos.
«(...) Cuando más desarrolla el hombre sus facultades
intelectuales y perfecciona sus percepciones espirituales, tanto más se va
dando cuenta que el mundo material, esfera de acción de la ciencia, y el orden
moral, objeto de especulación por parte de la Religión guardan íntima y
profundas relaciones entre sí, concurriendo uno y otro a la armonía universal,
merced a las leyes sabias, eternas e inmutables que los rigen, como sabio e
inmutable es Su Legislador (...).» (07)
Referencias:
01.
Kardec, Allan. El Libro de los Espíritus. Trad. de Alberto Giordano. 3.ed.
Buenos Aires, Editora «18 de Abril», 1983. Preg. 111
02.
___. Preg. 112.
03.
___. Preg. 614.
04. ___. Preg. 615.
05. ___. Preg. 617.
06. CALLIGARIS,
Rodolfo. As Leis Morais. 3a. ed. Rio de Janeiro, FEB, 1983. p. 09.
07. ___. p. 11.
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