Hola familia,
En la reunión de ayer en nuestro centro una vez más
estudiamos la Ley del Progreso. Haciendo memoria, recordamos aspectos
discutidos en sesiones anteriores:
- El progreso intelectual es anterior al moral, ya que por una cuestión de sobrevivencia, el hombre inicialmente aprende a preservar su propia vida, para más adelante elaborar nociones éticas y reglas de convivencia más elevadas.
- Da Vinci, Mozart, Teresa de Caucuta, Einstein, Newton, Luther King, Gandhi, Maria Curi y Kardec son seres que encarnan después de recibir esclarecimiento en diferentes campos del conocimiento y la moral, para impulsar el progreso de la humanidad.
Muchas veces vemos como el éxito de sus ideas, ya sean de
orden moral o intelectual, no es inmediato. Desencarna el misionero, pero su
misión le trasciende y así es como, con el trascurso de la historia, a medida
que más hombres empiezan a aceptar estos principios elevados o más cercanos a
la verdad, progresivamente la humanidad se renueva y progresa.
Sin quitarle el valor a las encarnaciones de seres como los
mencionados anteriormente, hay que matizar el rol del “misionero”, ya que nunca
trabaja sólo. Muchas veces convertimos al científico o al líder espiritual de
turno en verdaderos héroes por ignorancia de cómo funciona la ciencia, por una
parte, o la espiritualidad, por la otra. En el campo científico, una nueva idea
siempre enlaza con marcos teóricos anteriores. Incluso cuando hay cambios de
paradigma, nunca existe un único investigador que lo tenga claro, simplemente por
razones contextuales tiene el valor o la fortuna de organizar el conocimiento
de modo a dar una contribución importante a la humanidad. En el campo
espiritual ocurre de modo análogo: la espiritualidad superior jamás confía
tareas elevadas a un único hombre. Ocurren encarnaciones de seres que se
preparan en la espiritualidad para trabajar en una misma tarea y así es como se
debe entender que la verdad no sea monopolio de un agrupamiento religioso, si no
que aparezca, bien revestida de alegorías o de forma más explícita, en los
libros de todos los agrupamientos que sinceramente se han dedicado al contacto
con lo sagrado.
También hablamos sobre los métodos utilizados por la
espiritualidad superior para impulsar el progreso de la humanidad. La espiritualidad
que obra a favor del progreso en nuestro orbe procura educarnos a todos a
través de amor, mostrando un profundo respeto al libre albedrío de cada ser y
acogiendo de forma tolerante, paciente y misericordiosa a cada uno de nosotros
en nuestro momento evolutivo. Los espíritus superiores jamás imponen una forma
de proceder a sus tutelados, trabajando con esperanza y persistencia para disipar
la ignorancia. Son ellos, cuando encarnados, el más vivo ejemplo de los
principios elevados que profesan. Los espíritus ignorantes del bien, por otro
lado, buscan imponer sus puntos de vista, recurren a la fuerza, utilizan el miedo
y el chantaje como elementos de subyugación de las conciencias. La inferioridad
moral e intelectual que todavía nos caracteriza muchas veces hace con que
recurramos antes a las amenazas y la manipulación para provocar ciertos
comportamientos en los demás, antes que instruirles a través del amor. Es digno
de mención que la educación a través del amor exige una elevación de la que no
podemos presumir, y de la que los que verdaderamente la ostentan no presumirían
jamás. El compromiso intelectual con el bien no es suficiente, ya que el amor,
legítima expresión de la ley cósmica, es lo que sostiene toda la creación.
A medida que los hombres vayan evolucionando moral e
intelectualmente harán leyes cada vez más armonizadas con las leyes naturales o
divinas. Como todos y cada uno de nosotros estamos destinados a la plena
expresión del ser perfecto que existe en potencia dentro de cada uno de
nosotros, no hay por qué dudar que un día ya no haga falta leyes. Llegados a
este día, todos viviremos en armonía con la ley de amor. Hasta entonces,
trabajemos por dominar los instintos, domesticar al ego, refinar los sentimientos
y sintonizar gestos, palabras y emociones con los objetivos de la
espiritualidad superior. Los guías de la humanidad, y nuestro amado Maestro en
particular, cuentan con nosotros en el proceso de transición planetaria hacia
un mundo de regeneración. Cada día es una bella oportunidad para abrir el
corazón a niveles más elevados de conciencia, disipando la ignorancia que aún
nos tiene entumecidos.
Como esta noche es san Juan, le pediré al Bautista que mire por
todos y cada unos de nosotros, fortaleciéndonos en nuestros propósitos de renovación.
Que el Bautista, reencarnación del profeta Elías, que se arrodilló ante el
Maestro cuando todavía estaba en el vientre de su madre, que le bautizó a Jesús
en las aguas del Jordán, que fue decapitado por la crueldad humana, sea una antorcha
viva y luminosa para la humanidad, guiándonos, juntamente con todos los
trabajadores del bien, en la dirección de la Verdad.
Cariños de la hermana menor
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